martes, 28 de noviembre de 2017

UNA HISTORIA DE VIOLENCIA


Me comentaba un padre, ayer al mediodía en el patio del colegio, que su mujer le había dicho que le estaba cambiando la voz de un tiempo a esta parte, sobre todo cada vez que se enfadaba, que era empezar a alzarla y parecerse cada vez más a su padre. Yo le contesté que a mí me pasaba otro tanto, sobre todo desde el momento que se me escapaba el primer "cagondios" en medio de cualquier conversación o al menor contratiempo. Y mira que yo antes era de un fino y templado que hasta daba asco, parecía que venía de un internado inglés, vamos, de una educación exquisita y una flema -la paciencia de los finos- digna de un Lord. Pero oye, ha sido morirse mi padre, precipitarme en la cincuentena y sentir que cada vez hay más cosas o situaciones que me sacan de quicio y me provocan una violencia, vulgo ganas de ponerme a repartir hostias sin ton ni son, de la que antes apenas tenía constancia.

Sin ir más lejos, el sábado pasado cenando con unos amigos en un bareto de la calle Prado de Vitoria, si bien por un momento, y a la vista de la media de edad del establecimiento, empezamos a dudar si nos habíamos metido en el comedor de una residencia o algo así. Pues de repente que aparece un pavo, de esos en edad de tomarse media docena de pastillas nada más levantarse de la cama, para dejar su chamarro en el colgador que estaba detrás de mi amigo L. Pero, como resulta que el colgador de marras era uno de esos de diseño para joder al personal, vamos, que antes tienes que coscarte de que has de sacar del tablero con un dedo una especie de pestillo para colgar tu prenda, pues el hombre, que no debía ser muy de fijarse en nada, se queda ahí de pie completamente bloqueado. Y en eso que mi amigo L le dice, con la campechanía a la que acostumbra, imposible encontrar a nadie más campechano y amable que L, cómo sacar el pestillo para que pueda colgar de una vez por todas su chamarra y volver con su grupo a disfrutar de la velada. Pues, ¿te puedes creer que el pavo ni se dignó en darse la vuelta para darle las gracias a mi amigo ni nada de nada, que se volvió por donde había venido sin dirigirle siquiera una mirada, y no ya de agradecimiento, sino como poco de reconocimiento como un ser de su misma condición humana.

Y es en ese momento, observando la escena y la cara, primero de perplejidad y luego de enfado, de mi amigo por el feo que le acababa de hacer el palurdo de los cojones, que a mí me entra unas ganas terribles de levantarme, ponerme delante del pavo y preguntarle a gritos a ver si tenía algún problema con la educación, sino se la habían enseñado, si acababa de bajarse de la montaña tras pasar una larga temporada con la única compañía de unas cabras, o es que padecía alguna modalidad de alzheimer que le impedía comportarse como un ser civilizado. En realidad me estaban entrando unas ganas locas, y nunca mejor dicho, de estamparle la cabeza contra el colgador mientras, por supuesto que con todos los pestillos subidos, le hacía tales preguntas. Pero, y a la vista de que mi amigo, que tiene mucho más carácter que yo, no te digo nada cuando se le cruza el cable, no le decía nada, me abstuve en mi propósito justiciero para no crear un problema de jurisdicción.

Ahora bien, fue uno de esos momentos en los que servidor habría deseado encontrarse en los tiempos del Lejano Oeste, sí, el paraíso de los anarquistas de derechas, allí donde la única ley vigente era la del que sacaba el revolver más rápido, donde todo se supeditaba al principio de "¿para qué vamos a intentar arreglar las cosas hablando pudiendo meterte una bala entre oreja y oreja?" Y, por favor, que no se me malinterprete, que no soy un animal, no estoy hablando de mandar al otro barrio al sujeto en cuestión descerrajándole una ensalada de tiros, no, por Dios, las cosas siempre en su justa medida; con haberle reventado la cabeza con la culata de mi Colt ya me habría conformado, creo que ya habría sido lección suficiente, siempre y cuando también él hubiera puesto de su parte, claro. Porque de eso se trata, de que hay gente a la que, a falta de una buena educación recibida en casa, ya sólo le queda que se la enseñen a hostia limpia para ver si así a la siguiente se lo piensa dos veces.

Pero ya digo, eso sólo en el caso de haber vivido en los tiempos del Far West, porque ya sé, ya, que ahora en nuestra época la cosa esa de la violencia ciega a la menor ofensa por un quítame ahí ese colgador de mierda, está como muy mal vista, que hay mucha bobada buenista en plan hippy, peace&love, y sobre todo mucho pleito en los juzgados. Una pena, a mi viejo le encantaban sobre todo las pelis de vaqueros, supongo que por algo sería.

Por lo demás, espero ansiosamente los comentarios de los curitas y monjitas de al estilo de: "Txema, la violencia NUNCA es la solución a nada, hablando se entiende la gente", "Quien esté libre de pecado que tire el primer cóctel Molotov..." o "Txema, cuenta hasta diez, piensa en tus hijos, y si hace falta también hay unas pastillas que..."

SUMMERTIME - J.J Coetzee




"Not dignified, you say. Well, that is what you risk when you fall in love. You risk losing your dignity"

SUMMERTIME - J.J Coetzee

Relectura de Summertime de J.M. Coetzee, y si escribo estas líneas al hilo de lo que me pregunta FB, que a ver qué narices me ronda por el bolo, sigo yo que por algo será, pues cada vez me da más por hacer mención de lo que releo y no de lo que leo por primera vez.

El caso es que Summertime es un exquisito ejercicio literario de falsa o disimulada autobiografía, acaso un presunto ajuste de cuentas con el pasado, siquiera sólo ya como pretexto para hablar de otras cosas, metaliterarias las más, como la relación del escritor/artista con su entono y las diferentes percepciones sobra la obra de éste de acuerdo con según la mirada de quién o para qué.

El libro da cuenta de las entrevistas que una supuesta biógrafa de Coetzee hace a varias personas que fueron importantes en su vida antes de alcanzar el reconocimiento como escritor, antes del Nobel. De ese modo el autor se somete a un ejercicio de, digamos, autocrítica, casi que autoparodia, a través de la mirada de aquellas personas con las que ya apenas mantiene el contacto, personas de las que supone/especula/fantasea que lo recordaran de tal o cual manera, que en su momento pensaron que era esto o lo otro. Así desfilan antiguas amantes que lo diseccionan más como el cree que lo veían que como realmente debía ser, esto es, personas a las que supone decepcionadas con él y de ahí la saña con la que hablan de sus carencias, torpezas, errores; a destacar el retrato verdaderamente inclemente de la bailarina brasileña que pretendió del modo más tímido, tradicional, que uno puede imaginar, y el rechazo absoluto, frontal, cruel incluso, de ésta, pues ni siquiera lo recordaba sino como un tipo raro que le cayó mal desde el primer momento. Un retrato que, claro esto, bien puede ser la venganza largamente meditada del autor hacia la mujer que lo rechazó, y de ahí que cuanto más expresa ésta lo mucho que le desagradaba y/o despreciaba al joven Coetzee, pero queda ella como una persona fría y desagradable, incapaz de ver más allá de sus narices, de encontrar nada positivo incluso en un tipo con cualidades bien diferentes a las que ella buscaba en un hombre, pero cualidades al fin y todo.

Sin embargo, el es relato del joven Coetzee que hacen sus parientes, su prima en concreto, el que más expone al autor a sus fantasmas, pues es a través de la mirada de su prima que confiesa cómo se sintió tratado por los suyos aquel joven que escribía poemas y aspiraba a publicar novelas. De ese modo descubrimos la soledad en la que vivía el escritor rodeado de los suyos, el malestar in crescendo que le provocaba la incomprensión de éstos, el desdén con el que trataban sus sueños de escritor y la hosquedad con la que respondía éste cerrándose cada vez más en sí mismo, protegiéndose de esa incomprensión y ese desdén desde una especie de torre de marfil levantada por él para ese propósito. La soledad en medio de los suyos y la sensación, cuando no aspiración, de alejarse cada vez más de ellos y todo lo que le remetía a su mundo, si bien tampoco los suyos fueron nunca ejemplo de integración en aquella sociedad de la que supuestamente procedían, nunca fueron verdaderos afrikaners aunque ese fuera su origen y también su lengua y cultura, siquiera en teoría, pero siempre al margen de la tribu y sus costumbres, desarraigados, al margen de todo lo que acontecía a su alrededor, entregados en exclusiva a la supervivencia, a no saber, ni quererlo, de nada que no fuera el día a día en medio de un contexto histórico y diario en el que abundaban los motivos para levantar la cabeza y decir o hacer algo, para posicionarse, incluso para cambiar de aires. 

En cualquier caso, una maravilla por lo que tiene en realidad de automirada crítica, descarnada, paródica incluso, a veces hasta de una crueldad consigo mismo en la que resulta inevitable sospechar la impostura tan cara al oficio, la exageración del detalle como principal recurso literario, quizás la razón de ser de la propia Literatura.

BABYLON ALEXANDERPLATZ


Pues pienso, tras dejar a la carrera al enano ya vestido para tirarse a la piscina, y una vez más arriesgando mis testículos..., que no quepo de gozo estos días con una serie, Babylon Berlin, la cual me ha devuelto mi fascinación de siempre por el llamado Periodo de Entreguerras. Ya sea por el cine con la maravillosa Cabaret a la cabeza, cómo me fascinó incluso de muy mico esa película por poco o nada que me coscara del argumento, por la literatura con la portada de mi Alexanderplatz ilustrando esta entrada, la música que a mí se ne antoja el mejor periodo del jazz, e incluso la pintura con sus decadentes Otto Dix, Grosz y compañía, algo así como lo que vino a ser la música pop a la clásica, por fin la realidad a través de los ojos deformadores y viciados de ironía y mala leche del artista y no al gusto del cliente, si lo hubiera. En cualquier caso, una época de gran y diversa efervescencia creativa, acaso sobre todo vital, de unas ganas de vivir y sobre todo de disfrutar como nunca antes en la Historia, que sí, también tuvo su contrapunto en la gran miseria en la que vivía la mayoría y el auge imparable de los dos grandes totalitarismos del siglo XX.


Pero cada cual responde de sus mitos o mistificaciones y éste es uno de los muchos que tengo. De hecho, la recreación de escenarios, personajes, y muy en especial de los números musicales, es de tal minuciosidad, o a mí me lo parece, que esta es una serie de esas donde el argumento, a grandes rasgos una trama policíaca con trasfondo político, me importa una higa. Simplemente disfruto de la recreación de la época, la República de Weimar sin que todavía los nazis se hayan hecho dueños del paisaje ni de nada, el Berlín de las grandes avenidas y en especial de los patios interiores, vidas de trastiendas que son las de todos, el contraste entre los hogares pequeñoburgueses y los de la mayoría, la noche berlinesa con su desfase de alcohol, sexo y drogas por sus tabernas y cabarets, la cerveza y el vodka o lo que se tercie a raudales, las grandes huelgas obreras, la represión policial más cruda, despiadada, apenas un anticipo de lo que está por llegar, y que no pare la música, ni el baile, ni nada.

Todo me sabe a la maravillosa Alexanderplatz de Döblin y mucho ne temo que no tarde en recaer una vez más entre sus páginas. Al fin y al cabo, incluso hoy en día, Berlin no será la ciudad más bonita de Europa, desde luego que no la más monumental en comparación con tantas otras como Praga o Budapest en las que no viviría nunca. Pero no me importaría hacerlo una temporada en la capital alemana, no. Ahora no sabría explicarlo, o más bien no tengo tiempo, pero en seguida se me antojó una ciudad, puede que la única de entre las grandes capitales que he visitado, verdaderamente cosmopolita, acogedora, libre,

KONTZEJUAK KONTZEJU


Badira hainbat ordu ohetik jeiki naizela, denetarik egin dudala, orain sukaldean bakarrik gosaltzen ari naizela, etxeko guztiek ohean etzanda dirautelako, bart "bihar ez zara ohetik jeikitzeko gauza izango" zioen ahotsa gogoan dudala. Aspertzen hasia naiz eta gaur Arabako herri txikietan, antzinako "ergoienetan", kontzejuetarako hauteskundeak direla dioen oharra topatu dut hor nonbait, hau da, tokian tokiko auzo-alkateak hautatzeko eguna, bart Gasteiz ingurumarietan ere bizi den adiskide batek horren kontura zeozer aipatu zuela gogoratu berri dut. Badakit nire ama ez dela bozkatzera joango, ez du sekula egin eta gainera ez dago modurik bera etxetik ateratzeko. Nik ere, ordea, botoa emateko eskubidea dut, bertan erroldaturik nago eta. Halere, eta urtero bezala, nire buruari galdetu diot: "zertara igoko naiz herriko gizartetxeraino bizi osoko auzo-alkatearen kargua berriztatzeko asmoz?" Kostatzen zait, bai, gertuko demokraziaren nondik norakoak ukertzea, oinarriak behintzat argi eta garbi izanagatik.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

LADRONES DE JUGUETES



Sale de clase el enano y lo primero que dice al llegar adonde yo estoy pelando la pava con otro padre es:

-La profe dijo que llevemos juguetes para un robo.

-¿Cómo que para un robo?

-Sí, que traigamos juguetes de casa para dárselos a otros niños.

-Será para que dones los juguetes que ya no usas o no te gustan a otros niños que no pueden comprárselos.

-Pues eso, un robo.

Servidor y el padre que me acompaña descojonándonos vivos. Luego ya intento explicarle a mi canijo la diferencia entre robo y donación.

-¡No quiero desprenderme de mis juguetes!

-¡Pero si tienes un montón que ya no usas y que ni siquiera sabes que existen!

-¡Sí lo sé y son mis recuerdos!

-¡Tú eres un niño y no tienes recuerdos!

-¡Sí tengo, he sido feliz con todos mis juguetes y los quiero conservar para siempre!

-¿Y los niños pobres con qué van a jugar?

-¡Que se los roben a los ricos!

-Todos tenemos que ser generosos y dar a los que menos tienen aquello que ya no queremos o que no nos es útil.

-¡Eso es comunismo!

-¿Comunismo?

-Sí, eso que me contaste tú...

De lo que he colegido que hice bien dejando la enseñanza porque...

AMESGAIZTOA


Bart gaueko amesgaiztoa. Ez dakit nongo arkupeetan zehar lasterka nindoan lepoa moztu nahi zidan samurai batek jarraitua. Eta halako batean, samurai odolgosea kosta ahala kosta nahastu, galdu nahi nuela arkupeetako zutarrien inguruan biribilketa bat eginez Madrilgo Plaza Nagusian diru eske Spidermanen jantziaz mozorratuta egon ohi den lodikotearekin bekoz beko egiten dut. Berebiziko sustoa, bai, eta samuraia nire atzetik bere ezpata luze eta zorrotza eskutan. Horrezkero ez dakit zer gertatu den, spiderman gizenarekin ostiaka, jipoika edo hasi naizen ala samuraiak azkenean lepoa moztu didan. Orduan itzarri naiz ezustean, ia uluka, bai, eta atoan nire emazteak atzo afalordurako erositako sushiaz akordatu naiz. Gaurgero ez dut beste behin ere nire afaltzeko legea apurtuko: jogurta eta katilu bete esne hotz hainbat txokolate beltz-beltzezko ontzarekin; wasabi alu hori...

lunes, 20 de noviembre de 2017

BANDEROLA


Viniendo como venía de Oviedo, donde desde que comenzó el pifostio catalán la ciudad se ve embadurnada de rojigualdas, que, lejos de amainar la profusión de éstas en ventanas y balcones, parece que han venido para quedarse, temía que me iba a encontrar otro tanto, e incluso más, en las villas castellanas que teníamos previsto visitar este pasado fin de semana.

Pues no, quitando alguna que otra desperdigada, ni comparación con la muy noble, leal y facha ciudad de Oviedo. Y me alegro, sí, porque, de no ser para reivindicar derechos o denunciar injusticias, yo juzgo que las banderas donde tienen que estar es en los edificios oficiales, los paneles informativos indicando el idioma en el que están escritos y puede que acaso también en los estancos. Eso y que yo, lo confieso, soy más de manteles que de banderas.
Ahora, ya en Oviedo y apenas hace un rato, observo que en uno de los balcones que hay justo delante de donde he aparcado el coche, luce una pequeña y apenas perceptible banderita rojigualda entre las plantas de un tiesto. Y claro, si comparas esta"rojigualdina" con esas otras tamaño sábana que cuelgan no muy lejos de aquí, en el mismo edificio incluso, uno no puede evitar preguntarse si el modesto tamaño de la banderita, banderola, estará proporcionalmente relacionado con el hecho de que la indignación de su dueño, o dueña, por lo ocurrido en Cataluña, así resumiendo digamos que la pretensión de la mayoría de los catalanes de celebrar un referendo para decidir si forman su propio estado o permanecen en España, no sea tan grande como la del resto de carbayones que no han podido resistir el impulso de exhibir en las fachadas de sus casas la bandera que representa ese orden constitucional que hace imposible que se cuestione la unidad de España incluso para refrendarla. Y en cualquier caso, qué mierda de patriota será ese o esa que cuelga una banderola en un tiesto de su balcón, qué le habría costado bajar al chino como todo el mundo a comprar una rojigualda en condiciones. Porque si de exhibir tu ardor patriótico se trata, qué feo, cutre, queda hacerlo así como a medias, casi que a escondidas, vergonzante, que parece que lo haces sólo por el qué dirán, aprovechando que tenías una banderola a mano de cuando fuiste al Campoamor durante la entrega de los Princesa de Asturias para ver si era verdad eso de que a Letizia se le trasparenta el sistema nervioso de lo delgada que está, y las repartían gratis para agitarlas al paso de sus majestades. Así que muy mal, para eso mejor no colgar nada, unirte a la mayoría sensata, porque si hay algo que nunca se puede manifestar a medias esas son las pasiones más bajas, y el patriotismo abanderado es una de ellas, da igual la bandera que se cuelgue u hondee.

DESPROPÓSITO


Le decía a una amiga -es una santa y yo la quiero mucho- que siempre nos reprocha, de palabra o con la mirada, que nos excedemos en esto o aquello, que no tenemos medida, ni conocimiento, ni nada de nada, que la culpa ni siquiera es nuestra, que el problema es que hemos sido educados en el exceso por nuestras madres, "¡Vas a dejar esa chuleta en el plato?", "¡Términa la botella de leche para que pueda meter otra en la nevera!", "¿Otra taza de sopa y así acabo el caldero?", "Lo que no mata engorda", "¡Vas a estar lleno, eso luego te das una vuelta por el monte y se te baja en seguida!" Sí, sí, todo fue siempre excesivo, desmesurado, exagerado. Así que en una de esas me levanto de la mesa para ir al baño a evacuar media cosecha de la D.O del Duero, me pego un cabezazo con una de las vigas del techo y mira cómo se ha quedado la casa donde estábamos comiendo...

SEQUÍA


Y no te dejes engañar porque ves el pantano de Aguilar de Campóo así. Es tan grande que si lo recorres acabas dando con las aldeas que despertaron de su letargo submarino. Contaba el paisano de la casa rural que están aprovechando para desmontar los capiteles de las iglesias, y qué preciosas son esas pequeñas iglesias palentinas, no todo es Frómista, damas y señores. Todo ello antes que el agua vuelva a sumergirlas de nuevo en el olvido y la vida recupere el verde en sus inmediaciones. Pero, ya, ya, de momento va para largo y los nativos que viven del campo miran al cielo con el alma encogida.

jueves, 16 de noviembre de 2017

EL CRISTAL ESMERILADO


Anoche releyendo La Gran Ilusión de Miguel Sánchez-Ostiz, esto es, intentado adentrarme sin prejuicios en un territorio literario anterior a Las Pirañas y todo lo posterior, leo lo siguiente: "La puerta estaba cerrada y no había luz tras el vidrio esmerilado". Y zas, la tan traída fuerza evocadora de la literatura. De repente me viene a la cabeza el cristal esmerilado de cuando era canijo en la casa de mis padres en la Avenida. El cristal de la puerta que separaba el pasillo de la peluquería con la compartíamos hogar según era costumbre extendida en aquella época. O dicho de otro modo, el cristal grueso y oscurecido que impedía ver lo que acontecía al otro lado del fondo del pasillo y viceversa. Pero, sobre todo el cristal siempre susceptible de romperse en mil pedazos como resultado de uno de los balonazos que tiraba yo insistentemente sobre una portería imaginaria. Una portería en la que a veces colocaba de portero a mi hermano pequeño, no sé si la nuestra será una diferencia de siete, ocho o más años, no tanto para evitar que parara el balón como para darle con él en todos los morros.

Así eran las cosas, lo utilizaba de muñeco, supongo que no vería en él, tan canijo, mayores funciones, menos incluso que los geyperman de entonces. Y sí, qué capullo un servidor, qué crueldad. Pues qué voy a decir en mi descargo que no sea que así eran las cosas entonces, de una brutalidad tan inconsciente como instintiva, sobre todo a falta de unos ojos adultos siempre alerta para meter en vereda al mayor abusón, y eso más que nada porque nuestros padres trabajaban y no podían estar a todo. Tampoco digo que no ocurra ahora, como que mi hijo mayor no abusa poco ni nada del pequeño. Y aun así mira cómo se quieren, se necesitan, se complementan incluso siendo tan distintos, cuando no opuestos en tantas cosas.

Con mi hermano nunca he tenido esa complicidad que veo en mis hijos. No sé si achacarlo a la diferencia de edad, a que a mí me pilló ya demasiado en la preadolescencia con todo lo que eso conlleva, si aquella aspereza en el trato en el que nos educamos, no tanto por nuestros padres como por el entorno o/y la época, nos condenó a vivir en casa de nuestros padres casi como dos extraños. Y sin embargo, cómo lloraba el día de mi comunión cuando el puto enano se perdió por la Avenida mientras los mayores tomaban el vermú antes de ir a casa para la preceptiva comilona. Porque ante todo siempre ha habido un vínculo innegable, atávico incluso, puede que instintivo, y por eso siempre me he sentido y siento vinculado a mi hermano como tal.

De esto me acordaba anoche mirando hacia el cristal esmerilado del pasillo de mi infancia, inconsciente incluso de que hoy casualmente era el cumple de mi hermano; anda que no me habrían caído pocas hostias ni nada de mi padre si lo hubiera acabado rompiendo, si es que de verdad no lo rompí, porque puede que sí, pero no me acuerdo, ya no. Y no habría sido para menos, entonces todo era así, y cómo echo en falta al viejo todos los días, que me parece que el mundo está incompleto.

EZKER ABERTZALEKOA EZ ZEN BERTSOLARIAREN BERTSOAK


"Gizarte honen estereotipo
(e)ta gizarte honen usteen

tranpan zu ari zara erortzen,
eta hori ez dizut uzten.
Zuk badakizu nola zizelka
eta marraztu gaituzten,
ze inporta du gaur ari bainaiz
zure aurrean biluzten,
eta neroni ni neu naizena
hori bakarrik gorpuzten.
Nire gerripeko zintzilikako
desira ari da puzten,
itzali ezazu argia eta
utzi azalari ikusten."

-Ze ostia dituk/n bertso hoiek, ETB1ko Irrikitown umorezko saiorako sketxik edo, PPko bertsolariarena?

-Ez, seriotan duk/n, ezker abertzalearen alde ez dagoen bertsolari baten aitortza?

-Aizak/n, motel, horrek ez dik/n puta graziarik?

-Ezetz ba? Ordun ez dituk/n haren kartzelako betsoak aditu nahi izango, non preso dagoen etakideak eragindako min eta kalte osoarengatik barkazioa eskatzen baitie garbitu zituen hamaika lagunen senitartekoei.

-...

-Portzierto, goiko bertsoak Maialen Lujanbiok oraintsu kantatu zituenen kopia dira.

-Hi beti gibel-asmoz, beti...

domingo, 12 de noviembre de 2017

DEMOCRÁTICO REINO DE MARRUECOS


El Tribunal de Primera Instancia marroquí de Alhucemas (noreste) ha condenado en la noche de este martes a penas de entre 20 años y un año de cárcel a nueve activistas rifeños.

La mayoría de los activistas fueron acusados de participar en manifestaciones no autorizadas, de desobediencia, concentración armada, ultraje a agentes de la seguridad y provocar daños a bienes públicos.

Las protestas de la región del Rif estallaron en octubre de 2016 tras la muerte de un vendedor de pescado aplastado dentro de un camión de basura, lo que llevó desde entonces a la detención de casi 200 activistas. El Rif es una región del norte de Marruecos habitada mayoritariamente por bereberes que conservan su lengua y cultura propias a pesar de siglos de aculturación por parte de la mayoría árabe que rige los destinos del Reino de Marruecos. Pero, sobre todo, el Rif es una región pobre e históricamente marginada económica y socialmente por las autoridades centrales marroquíes en todos los aspectos.

El movimiento rifeño se distingue por su rechazo a cualquier tipo de violencia y está compuesto por gente de todos los sexos y condición.

Con todo, y a pesar de que varias ONGs denunciaron que la policía ha practicado detenciones "abusivas e indiscriminadas" contra jóvenes que supuestamente habían participado en protestas, fotografiado intervenciones policiales o concedido declaraciones a la prensa sobre las manifestaciones, y de que varios de los detenidos, según el documento, fueron golpeados y maltratados por la policía tras su detención, el Reino de Marruecos es una monarquía parlamentaria, una joven democracia reconocida internacionalmente por todos los organismos y estados también democráticos, los cuales exigen todo el respeto del mundo para la Constitución del país magrebí y condenan cualquier intento de desestabilización del mismo.

Siendo así, en Marruecos tampoco hay presos políticos, no se encarcela a nadie por sus ideas, y sí, en cambio, por saltarse las leyes del Reino e ir contra su Constitución.

GORAZARREAK


Euskadi Irratitik aditu berria: badirudi Donostiko Antiguo auzoan egindako muralaren harira Imanol kantariari omenaldi bat egingo diotela, norbaitek mikrofonotik esan bezala: "bizian izan ez zuen eskerrona nolabait eskaintzearren..."

Ondoren, aurten mendian hildako Alberto Zerain mendizale gasteiztarrari laster gorazarre bat egingo diotelako albistea aditu ere egin dut.

Ez dakit, gogoetatsu geratu naiz luzaz; "ezta kantarientzat herririk, bai ordea kirolarientzat" edo auslako dena-delakoa... Baina, tira, hori beti jakin dugu.

martes, 7 de noviembre de 2017

VASQUITOS Y NESQUITAS


Y de repente, tras la cena de parejitas en uno de esos garitos "modelnos" a los que le pongan el nombre que le pongan seguiremos llamándolo como toda la vida, que mira que no metimos pocas horas ni nada en el Larry a altas horas de la 'madrogada". En cualquier caso, poca chicha y mucho tanino como viene siendo el caso en estos sitios. Parece que te dejan con hambre a propósito, como la muchachada anda agilipollada con lo del gimnasio y así, ellas un palo y ellos todo fibra o casi. Siguen cenando de bocatas pero en plan mucha hierba y pollo o pavo dentro; "ande" quedarán aquellos bocatas kilométricos del Sesenta o el Santander con la tortilla de patatas rebosando cuajo por los bordes o la grasilla de los de bonito con pimenticos... En fin, que sales a por las copas o copazos y cuando menos te lo esperas ellas dan inicio a la "txanda" de reproches, que si él nunca me dice nada, que no me sorprende nunca, ni unas palabras de cariño o siempre las mismas como un reloj, no te digo ya un ramo de flores, unos bombones o un diamante de mil quilates, ni siquiera un "gracias por compartir tu vida conmigo" y bla, bla bla..." Y entonces va la asturiana y "pues a mí Txema si me dice de vez en cuando que me quiere mucho y me suele dar alguna que otra sorpresa..." Momento en el que uno no puede sentirse más humillado delante de los machos de la cuadrilla, apartado incluso, yo diría que dedicándome una mirada inequívoca de "no, ya, si es que tantos años fuera... seguro que hasta le compra algo por San Valentín..." Y cuando piensas que ya no puede ir peor, va ella, la amiguita de toda la vida, y suelta para mayor mofa y escarnio de la manada: "di que sí, Txema, tú siempre has sido el más atento y detallista con todas nosotras.. " Un horror, ya habíamos sacado lo de Cataluña durante la cena y acordado que la culpa de casi todo la tenía el PP; pero, en aquel momento servidor sintió la necesidad imperiosa de volver a sacar a Puchi y a Mariano a escena...

ZAPATU GOIZEAN


Multzora sartu aurretik ateratako argazkia, Kutxi erdia jendez gainezka, giro ikaragarri ona, ardoa beti bezain oparoa, pintxoak gero eta txukunagoak, euskal kantak astebururo kantatzeari ekiten diotenenok kalea soinu malenkoniatsu logarriez estaliz, hona etortzen garen aldiro topatzen dudan ikaskide ohiari bere alaba txikixa zein koskortua dagoen enegarrenez esatea: " pues poco más que cuando nos vimos hace dos semanas, Txema", aspalditik ikusi gabeko beste hori zu baino gazteagorik dagoela egiaztatzea: "hostia hi, hire bizitza hondatu huenean bezala hago!" Maite dut, maite, nire Alde Zaharrean barrena tabernarik taberna ibiltzea zapatu goiz batean, betiko lekuak, lagunak, ohiturak, bizitza, aldaketak aldaketa, hainbeste, funtsean, aldatu ez direla asmatzea. Gero gauean ere beste hainbeste; goizean topaturiko lagun bati esan bezala: "azkeb finean hau da ozta-ozta ondoen egiten dakigun bakarra..."