miércoles, 11 de agosto de 2010

LA BALADA DE IZA


Noche del miércoles, un calor de aupa que no dejaba dormir al bebé, me he tenido que tragar entero uno de esos CDs de sonidos acuáticos y juro que casi me meo por la cosa esa de la sugestión hipnótica o lo que sea. El caso es que hemos estado sudando la gota gorda el baby y yo en la cama hasta que por fin ha caído rendido a mi costado. Luego a perseguir al otro por la casa para que se desvistiera, cenara, se lavara los dientes y fuera directo a la cama. Nada del otro mundo, al menos no de éste. Luego una vez situados los retoños, mi señora que se atrinchera frente al televisor a ver una de sus series. Pues de cabeza al blog porque en el interín de su serie y mi entrada seguro que empieza algo que merezca la pena.

La intención era dedicar una entrada a las lecturas del verano, siquiera sólo por ser lo más recurrente con lo que mantener los dedos sobre el teclado. No obstante, me digo, ya por enésima vez, que no le veo mucho sentido a eso de comentar libros como si de un crítico de baratillo se tratara. Las lecturas son muy subjetivas, tienen que serlo a la fuerza, ni siquiera lo que escribe uno sobre un libro es lo mismo que días después y con el ánimo cambiado volvería a escribir.

Con todo, y como en realidad lo que me anima a hacer alguna reseña no es otra cosa que elaborar mi peculiar y muy personal lista de libros a ser tenida cuenta en un futuro, esto es, cuando me de por releerme en el blog, sólo me queda decir que de entre las lecturas del verano, mucha historia, novela negra y libros de viaje, siquiera para compensar el sedentarismo de estos años, si tengo que destacar algo es sin duda LA BALADA DE IZA de la escritora húngara Magda Szavo. Una preciosa historia de intimidades humanas, altibajos emocionales y vitales y, sobre todo, vicisitudes familiares en torno a las relaciones entre padres e hijos, amen de las historias de amor más o menos satisfactorias de sus personajes. Todo ello con el transfondo de la Hungría en los estertores de su régimen comunista, con la provincia y la gran capital como telones de fondo.

Sé que así de entrada no parece gran cosa, que con estos mimbres las hay a miles, que podría pasar por otra novela del Este tan en boga de unos años a esta parte, los paises del antiguo telón de acero como un filón inagotable de autores por descubrir, víctimas del anonimato inducido por sus respectivas dictaduras, escritores antes represaliados y ahora reconvertidos en notarios de estas mismas. Los hay a montones sobre las mesas y escaparates de las librerías, no todos son tan buenos como nos prometen en las solapas de sus libros. Pero no, esta novela, esta autora, ha construido un retrato sicológico excepcionalmente fino y a la vez potente de sus personajes, la sutileza junto con la más aguda de las miradas sobre las relaciones humanas, la convierten en un hermoso ejemplo de lo que tiene que ser la buena, verdadera, literatura: historias de personajes. Hay melancolía, ternura, emoción, asombro, alegría, amores y desengaños; simplemente la vida. Nada más que eso, que no es poco, todo lo demás a mí se me antonja pura farfulla mediática, mercantil, cuando no chalaneo al cuadrado de los enteradillos de siempre, por no decir pringosa y empalagosa nocilla, a buen entendedor...

A continuación, por si pudiera interesar a alguien, una pequeña sipnosis que robo de alguna web para no devanarme los sesos en demasía:

Tras la muerte del padre, Iza decide llevarse a su madre a vivir con ella. Iza es una doctora de prestigio y mujer trabajadora a la que todo el mundo reconoce su entrega. Formalmente nunca falla, está siempre atenta a las necesidades de los demás, muy competente y entregada en su trabajo y generosa. Por eso, tras la muerte del padre, calcula todo lo que necesitará su madre, y se dedica a organizarlo todo.

La madre parece contenta, dentro del luto, porque podrá volver a vivir con su hija, que años atrás se había trasladado a Budapest y apenas venía a visitarlos y, cuando lo hacía, ni siquiera dormía en casa. Las buenas intenciones de la hija y el ambiente propicio no son los adecuados para la anciana pueblerina que cada vez se encierra más en sí misma. Un viaje a su pueblo para colocar una lápida sobre la tumba del marido muerto propiciará un fatal desenlace.

ITZULERA PETRALA, HAUXE DUK HAUXE


Badirudi itzulera ezin okerragoa suertatzen ari zaidala, Oviedora iritsitakoan eztabaidaka besterik ez dugu egin, etengabe errietak zein musturraldiak, beti betoskoa ipinita edo eskeintzen didaten guztiari muzin eginez, behin eta berriro betiko leloekin, oporretan joan aurretikoak zein berriak. Eta nola ez, berriro hona etorri eta benetan aztoratzen nauen guztiarekin topo eginez, besteak beste, ala batez ere, T.ren senitartekoak, behin berriro, bat-batean eta batera geure bizimoduaren jagole, behin berriro ere gure gurasotasunaren zaindari. Eta betiko lez ere, eurek agindu eta alabak men berehalakoan; ez du inporta zer edo noiz erabaki, zertarako egitasmoetan ibili, bere amak deika egin orduko den-dena irauli eta bere esanetara jarriko gara.

Horrelakoa da bizitza, hona etorria eta hemengoekin elkar oztopaketan, alajaina. Eta hau guztiau gutxi bailitzan, hona etorri eta behin berriro zer-nolako bakardadea, batez ere niretarrak hain urrin egonda, semeen berezkoaz gain inolako berorik igartzen ez dudala, sarri baino gehiagotan ikaragarri bakarrik sentitzen naizela ez baitut norekin hitzegin nire eguneroko gorabeheretaz, eguneroko nekeaz, asperraz, etsiaz. Nire maitearekin, ostera, badakit denetarik hitz eta pitz egiteko parada dudala, baina ez zait aski, ez nau asetzen berataz ere atseden hartu behar dudalako, baditudalako gauza asko berak ulertzen ez dituenak eta nahi are gutxiago, nire gauzetaz nahikotxo gogaituta baitago.

Ihesbide bakarra dut ia blogau, idazbide bainoago, honi esker, eta batik bat lau katuk baino segitzen ez didatena jakinda, nire barrenak nola edo hala hustu dezaket.
Bestela akabo, bestela zurrutari eutsiko, nik etsiko eta nozbait jaitsiko ez dakit nik zelako zulo beltzetan.

Eta jakin ere badakit hau guzti honen errua nirea dela neurri oso handi batean, ez osoan, ez nadin izan hain memeloa,nire hemengo bizimodu zein jendilajearekin tupustean topo egindakoak nolabait aztoratu nau, hori dela eta egunotan banabil nire onetik at, T jo eta ke zirikatzen, xaxatzen, ezein huskeriagatik ernegatzen. Ez naiz batere zintzoa edo eskuzabala nire bikotearekin, ez du merezi nik eragindako ezinegona, haserrea, samina. Gaiztoa naiz, bai, duda izpirik gabe eta batez ere hain ipurterrea eta neurekoia naizen aldetik.

Ez dut odola batere garbi, garden, odol bizikoa naiz, odo gaiztokoa, horrelakoa izanda ezta harritzekoa gurearen odolustea, ea behintzat hainbat arinen isuraldatzen didaten odol garbiago, lasaiago, epelago bat.

Nik uste etzidamuko atzerrirako bidaia ezin aproposagoa izango dela isuraldaketa honetarako... Bestela, bai etorkizun petrala, hauxe duk hauxe.

martes, 10 de agosto de 2010

POBRE DE MI QUE YA HEMOS VUELTO AQUÍ


Se acabaron las fiestas de Gasteiz cuando servidor ya había vuelto a su exilio astur. Se acabaron como lo hacen todos los años, languideciendo hasta la extinción final. Pasánoslo bien, que dirían ya por aquí, aunque uno hace ya tiempo que dejó de ser fiestero en el sentido literal, que apenas ya vive sólo de recuerdos y gusta de tirar de la nostalgia cuanto más boba mucho mejor. Salimos, comimos, bebimos, hasta bailamos, no todos los días, no con la intensidad de antaño, ya no hay organo vital que aguante tanto tute. ¡Qué hostias, como para hacerlo! La ciudad ya ni parece la de entonces, las fiestas son las mismas, las calles también pero no tanto, y sin embargo las caras son otras, no te corresponden, tú ya estás fueras, si te metes a la faena lo único que haces es el patético. Pero aún así estuvo bien porque poco ya es mucho, y mucho simplemente un suicidio premeditado.

Celedón subió anoche, se supone que de vuelta a su pueblo, Zalduondo, donde no sé yo si ya le habrán cosechado el trigo, que este año me parece a mí que viene con premio. Y el resto de estampida hacia sus lugares de veraneo o casi, unos al encuentro de la parentela en Benidorm tras unos días de Rodriguez, otros aquí al lado en Asturias, los más osados de buceo en la costa brava y algún que otro tarado que se baja en coche hasta Cadiz. Claro que el resto a saber con la crisis, que ya he leído por ahí que este año el consumo de bares, restaurantes y demás ha caido un 15% en fiestas. Cualquiera lo diría viendo las curdas que lucían algunos, y no me refiero a cierta pareja de amigos encalimochados hasta las trancas la tarde del jueves... Menos mal que luego había que recogerse para estar fresco al día siguiente y poder así conducir sereno hasta el aeropuerto de Loiu...

En fin, otro más que la ciudad poslevítica vuelve a su normalidad de rutinas y cabreos varios, a sus obras sobre todo, que anuncian unas treinta así como que a traición, en plena resaca posfestiva, pobres de los que se quedan, ya sea porque no hay dinero o porque se les ha roto el pie a lo tonto... También aquí reina el vacío, el tedio, a las mañanas incluso el orbayo, como que en cuanto se tercia hay que escapar hacia la costa, Gijon reluce mientras que Oviedo languidece, para no variar. El verano, que no tiene nada de particular, sólo poder ir por ahí en pantalón corto y no pecar de excéntrico o vendedor playero mientras corro detrás de uno de los churumbeles o acuno al otro en la terraza de un chigre, jodida rutina.

lunes, 9 de agosto de 2010

La razón no me ha enseñado nada. Todo lo que yo sé me ha sido dado por el corazón ... Leon Tolstoi


Las citas las citas y hasta parece que tú mismo dices algo inteligente. Luego, claro, según de quién las hayas tomado, cómo y para qué. Si ha sido únicamente para darte el pego, tranquilo que tu estupidez no se va a desmentir así de golpe, más bien se reafirmará irremediablente a los ojos de los receptores de la cita de en cuestión. Otra cosa es cuando recurres a ella en busca de una brizna, no ya de inteligencia, si no de mero consuelo, el que procede de creer que puedes asumir como propio el pensamiento de un personaje al que el tiempo ha puesto en la casilla de los personajes dignos de ser celebrados por sus obras o sus actos.

Pero cuidado, hay que afinar con mucho cuidado para no patinar en el juego de la pedantería, siquiera para consumo propio, si recurres a un personaje admirado por sus obras, de las cuales deduces una inteligencia digna de admiración y hasta de emulación, procede revisar también algo de su biografía, ver hasta qué punto entre sus dichos y sus actos asoma la coherencia.

En el caso de mi admirado Tolstoi, nada raro esto mío de admirar a un clásico ruso, ni siquiera me lo explico del todo pero es lo que hay, a saber si será la llamada de la tundra o el aliento a vodka los que me impulsan a ello, está claro que siendo hombre de inteligencia tan probada, no otra cosa se puede concluir de sus obras inmortales, es notorio que hablaba en serio cuando ensalzaba el corazón en detrimento de la razón, sólo hay que reparar en su biogragfía para comprobar hasta qué punto, pues tras intentar renunciar a todo en favor de los pobres, nunca pudo cumplir sus designios altruistas por culpa de su esposa, Sofía Behrs, la cual siempre lo impidió. De ese modo, el pobre Tolstoi al final tuvo que contentarse con huir de su casa tras renegar de su mujer y su prole para ir a morir como un desgraciado en la estación ferroviaria de Astápovo.

Así pues, si hay algo que nunca se le podrá reprochar al gran escritor ruso es que fuera coherente con su rechazo a la razón hasta el punto de perder la chaveta por dar rienda suelta a los impulsos de su órgano torácico. Por mi parte, y aún teniendo poco o nada a lo que renunciar que no sea mi rutina y las cadenas que yo mismo me he impuesto, todo lo más parecido que he llegado a parecerme a Tolstoi ha sido cuando me cabreo con mi señora y me largo de casa para acabar... tomándome un gintonic en la pizzeria de la esquina. Uno es demasiado prosaico, y claro, siendo así no sé qué me da que como escritor no voy a ninguna parte...

NOLA ALDATZEN DIREN GAUZAK, KAMARADA...


Zapatu gabien, amerikanuek euren etxien itxita, T eta biok urten geban jai giroan behin barriro murgiltzeko asmotan. Betiko lez Alde Zaharreraino joan ginen bertan dagoelako egiazko jaixe, jai zoru zein mozkorra, gainerakuen, ostera, pasietan dabizenak hainbat kale ikuskizun ikusteko edo helduentzako propio antolaturiko berbena ezin motelagoetan dantza eiteko. Izanbe, benetako jendilaje parranderue alde zaharrien ikus leike geixenbat, bertan daukogusen inibiziño guztiek galtzia errazago eiten dalako edo, gu besteko mozkor-mozkor dabizenen artien politto kamufletan garelako.

Dana dala, edadeak aginduta, gu lasai moduen ibili ginen gau osuen, parrandan baino geixao geure aurretik pasetan zirenei begira. Hori dala eta, bilau geban leku lasai bat edo bertan esertzeko afaldu bitartien. Kalien gora eta behera ibili ostien Pinto kalien topau geban atzenien, aspaldiko Motriko tabernan aurre-aurrien, hainbeste pote hartutakuen, bape glamurosue edo inoz izen ez zan taberba abertzaloidea, non koadrilakook pasetan geban denbora asko zurrutien eta behin baino askotan be baziletan eta guzti eiten geban ezustien edo sartzen zien neska ausartekin.

Gaur egun, ostera, eztago aspaldiko Motrikoz arrastorik, Döner Kebab izeneko zulo sapero bat bihurtu dabielako. Ala bai, egia esan, bertara sartu eta betiko lez egoela konprobau neban, apenas ezer aldatu egin dabielako oin jabe diren pakiek. Barra, paretak zein komuna (sartu nintzelako betikorako, deskargetako) betikuek zien. Hormetako iragarkiak, hiri inguruko herrixetako jaixek iragarri zein behin eta barriro burrukarako dei eiten ebienak, ezbardinak zien bakar-bakarrik, globalizatuauek ditxosoko globalizaziño hori atzerritik ekarritako getto ertsie ez bada. Gaur egun Pakistan aldeko abeslari edo antzesle famosuen argazkiak eta azaltzen die ia kolore sepian edo. Hortaz aparte, ikusi besterik ez euen ein bier barraz bestaldien, zelako aldaketa erabatekue, aspaldiko sinpatia borrokak edo bide itxi dotzielako pakien aurpegiera inexplesibo zein sarritan ere ikaragarri uzkurrei, ezelako irribarrerik eiten ez dotzuenak, badaezpada pekatua edo dan, zelan ez susmau orduen Al-Qaedaren zelula baten partaide ete diren.

Edozelan be, tabernan aurrien eseri ginen geure kebabak eskuen oratuta pasetan ebilen jendeai begira eta noizik behin be geure alboen esertzen zienei adi-adi. Halako baten Motrikora sartutako koadrila bateko neska bakarra T.ren onduen ipini eta ia karraxika haren lagunei bota egin otzien euskeraz: niri ez atera halako txerrikeriarik, nik paso egiten dut. Ai ene, koitadue, ezekiela bertan ezelako txarikirik saltzen ez eubienik. T kejetan zan aber zergaitik hain ozen ein bier eban. Neska hak ikasi besterik ez eban egin bier, ze behin ondo ikasita baleike buruzabalagoa be izatia, bestelan akabo.

Gure aldetik ostera laster ospa ein geban handik, jende gutxi pasetan zalako ia erdi hutsik egoen Pinto kalea erdialdetik. Bistan dago gaur egun dana aldatuta dagoela, benetako giroa beste kale batzutan dagoela, aspaldi inor juten ez zienak, besteak beste LA MAL QUERIDA lako taberna txukuna, Correria kalean hasieran, San Migel elixan alboko sarbide batekin izkina eiten dauena, pintxo zein kazuelita benetan itxuroso zein originalak eskeintzen dabiesenak, preziuek be gaur egungo modukuek eukiesenak, karuak baino karuagoak, eta jentie gure adinekoa izanda geixenbat be, mota guztietakoak izaten die.

Ez dakit garaiak aldatzen dien ala gu garen benetan aldatu garenak ia konturau barik, baina kalez behintzet bai, eztao ezelako dudarik.

domingo, 8 de agosto de 2010

NADA MÁS HERMOSO QUE UN BESO


Ayer en el aeropuerto de Loiu para recoger a unos parientes del otro lado del charco. Como de constumbre la cosa esa que parece más una estación de autobuses que un aeropuerto en obras, eterna provisionalidad. Yo, que llego el primero porque vienen 4 y cargados de maletas para dos meses, de modo que urgen dos coches. Me tomo un café mientros espero a que lleguen mis padres en el suyo. Me doy cuenta de que apenas puedo mantener el café en alto para acercármelo a los labios sin derramar una gota. Tengo los nervios a flor de piel, un comecome que no me deja tomar el café ni estarme quieto en mi sitio, la pierna que se asemeja al pistón de un motor a toda revolución. Reflexiono y me percato de que no es por la espera, ni por el viaje que ha sido corto y demasiado conocido, ni siquiera por el recuentro con mi tía, prima y sobrinos. Son mis padres que venían detrás dé mí y que cuando los he llamado todavía estaban en el peaje de Altube. Son ellos los que me preocupan porque me los imagino despistandose o discutiendo entre ellos mientras el viejo conduce y mi madre confunde. Se trata de una percepción instintiva de la edad de mis padres, son mayores aunque no se les pueda llamar viejos, estamos hablando de un calificativo hecho tabú y ellos no sólo no se reconocen en él sino que además se enfadan, a partir de los setenta todavía se es un chaval, sí claro.

Por fin llegan y cuando bromeo a cuenta de que a esas alturas ya me los imaginaba contra un árbol, mi padre se hace un gesto de quita, quita, deja de decir bobadas; pero, mi madre, que de discreta no tiene nada, me confiesa que por poco, que han estado a punto de estamparse contra los bajos de un camión en la autopista porque el que iba delante de éste había parado en seco y mi padre que a duras penas conseguía hacer valer los frenos de lo lanzado que iba. No me voy a preocupar ni nada, como que acaricio la idea de un instintivo vínculo telepático o así entre un servidor y sus progenitores, el mismo que cuando estaba en Irlanda y al poco de llegar me perdí a la noche con más pintas de las necesarias en Dublín por un problema de consonantes o más bien de dicción de las mismas (mi calle era Kerrymount y yo había cogido el último bus a Carrickmount), hizo saltar a mi madre de la cama tal y como me suele recordar una y otra vez ésta.

Luego la tortura de la espera en el aeropuerto, que no lo sería tanto si estuviera solo y no en compañía de dos culos histéricos. Todo el rato de aquí a arriba y vuelta a bajar por si salen o no salen, se les ve donde las maletas o no. Imposible controlar el impulso controlador de todo de mi progenitor, y cuando digo que no hay nadie, que se me escapa a buscarlas a vete a saber dónde. Luego encuentro a los venezolanos, busco a mi madre, llamo a mi padre que está en la parada de taxis, le digo que venga hasta la entrada principal, ni puto caso, ni viene ni lo encuentro por ninguna parte, subo escaleras, las bajo, casi me da un flato porque se está haciendo tarde. Vuelvo a subir peldaños y en una de esas diviso en lo alto de la escalera un chico que se lanza sobre una chica al poco de abrirse la compuerta de llegadas no comunitarias. Se abrazan, él la alza hasta la altura de su barbilla, entonces se funden en un sonoro y eterno beso. La cosa acaba, cómo no, entre sollozos de emoción, qué bonito, qué bonito. Y yo que casi me olvido de mi padre y de todo. Un reencuentro de enamorados en directo, en carne y vivo, me paro y hasta me cago en Dios de la emoción. Luego a renaudar la carrera en búsqueda del septagenario cascarrabias. ¿Y el beso? Riéte del de Casillas y la Carbonero.

jueves, 5 de agosto de 2010

PARRANDA DESDE LA BARRERA




Noche de farra tranquila, esto es, de salir más a ver que a participar, a observar al personal en pleno fragor festivo. Al poco de llegar al centro tropezamos con la puñetera procesión de los Faroles. Casi no puedo cruzar al otro lado porque una pareja de jubiletas a los que se les caía la baba al paso de la virgen y sus devotos me franquea el paso y tengo que levantarles la voz para que se aparten. Luego ya hoy leo en el periódico el testimonio de uno de esos señores en el que confiesa su emoción ante la procesión y el orgullo como vitoriano que le produce la misma, casi me dan arcadas, las mismas o más al leer a un conocido cronista local que se congratula porque antiguamente los de la Cofradía de los Faroles tenían que pagar a los portadores de los mismos y hoy en día, en cambio, poco más que hay tortas para pedirse uno. No lo puedo evitar, por mucho que esta gente se felicite, se emocione o ya directamente se corra de gusto ante el aumento del fervor popular por el acto y demás mandangas, a mí me parece que vamos hacia atrás, como te descuides de vuelta a la caverna donde parece que algunos habían estado agazapados todo este tiempo. Luego ya sé que me vendrá alguien pidiendo respeto hacia el hecho religioso, las creencias del prójimo y todo lo que quieran. Pues vale, no entra entre mis prioridades pelearme por semejante estupidez, pero les va a costar y mucho convencerme de que cuanto más devoción, más religión y sobre todo demostración del fervor correspondiente, eso no es también síntoma de más ignorancia, cerrazón mental y una visión de la vida como que de campanario de aldea, mojigata, represiva, castradora, todo lo malo, y el que tenga alguna duda que repase cualquier libro de Historia...

Cena en una terraza de la calle a base de kebabs y katxi de cervezas en Cercas Bajas, alli donde termina la ciudad europea y comienza el continento arabigo-negro-latino. El interior del kebab un horno en el que casi hay más tíos sirviendo, o algo parecido, al otro lado de la barra que en el de los clientes. Media hora para tomar nota a un tipo cuyos problemas tanto con la caligrafia como de comprensión oral con la lengua castellana son más que evidentes. Degustación de los kebabs bajo la luz de la luna junto a lo que fue la muralla, a pocos metros de la siempre fantasmagórica Torre de Otxanda y en un espacio que también fue el de mi niñez porque precisamente allí, en Siervas de Jesús, tuvieron mis padres su primera academia, por lo que se puede decir que el primer trayecto a solas de mi vida como un parvo infante fue precisamente el que va desde la Avenida Gasteiz donde vivía entonces hasta el primer piso de una de las casas que miran a la casa de los López Uralde en la que fue la antigua muralla. T que se aburre con mis recuerdos hechos de retales de mi infancia. En todo caso, el desfile constante de gente de todo tipo de pelaje hace realmente entretenida el amago de cena o lo que sea que ya hemos convertido en una tradición de pareja para el primer día de fiestas de mi ciudad.

Nos internamos en lo viejo por la zona de Aldabe para no sumergirnos de lleno en la marabunta humana del centro. En la plaza de la Brullería el comienzo del macrobotellón se extiende a lo largo y ancho de lo viejo. En ese momento doblamos la edad media y cualquiera diría que vamos de secretas o en plan padres superposesivos a ver qué hace el hijo adolescente en ese momento, qué se está metiendo entre pecho y espalda y en compañía de quíén. La calle Cuchillería que a la altura del bar de la emisora Hala Bedi ha sido rebautizada por los radicales con el nombre de Katukale (calle de los gatos). La chiquillería alegre, y puede que hasta combativa, que bulle de alegría y testosterona, hay que sortear con cuidado las primeras vomitonas de la noche y procurar que no se te eche encima un niñato todo ciego. Como nos desviamos por los cantones mi señora que tiene que taparse la napia porque el hedor a meado lo invade todo. Ya en el Resbaladero cae un carajillo de ron y a continuación una parada en la plaza de los Fueros para observar un ratico el concierto de Alpha Blondy. Urge pinta de cerveza porque llevo cinco minutos sin meterme nada por el coleto y no aguanto tanta pachanga así como que sereno.

Sentados frente al Edificio Opera la media de edad ha subido considerablemente, de hecho delante de mi pinta de cerveza y la caña de T desfila todo tipo de fauna urbana, a destacar cuadrillas de treintañeros todo ciclados con exceso de colonia y musculitos para ver si por fin pillán cacho en esta ciudad, pobrecicos, como no sea con las latinas, y matrimonios de jubilados, ellos con el jersey al hombro y ellas con el moño inamovible de su sitio, que salen a dar una vuelta para lo de indignarse en grupo por lo perdida que está la juventud de hoy en día que ni sabe beber ni nada de nada, no como ellos, que la mayoría lleva el mapa de la Rioja pintado en la cara.

Atravesamos la verbena de la Dato sorteando a duras penas abueletes que como se descuide uno lo sacan a bailar ahí mismo y ya no se te despegan en toda la noche.
Llegamos a renfe camino de las txosnas y nos damos de lleno con los beltzas, los antidisturbios de la Ertzaintza todo encapuchados y armados hasta los dientes que parecen venir del recinto alternativo de confiscar carteles subversivos y soltar alguna que otra hostia; un ertzaina rubio sin capucha parece flirtear con unas chavalas alternativas con el cuento de yo soy el guay de la brigada, no como estos cabrones que a la primera de cambio ya están repartiendo estopa . Y encima creerá que va mojar con alguna de ellas...

Atravesamos otro macrobotellón en la zona de las facultades para llegar hasta las txosnas donde alucinamos con la versión ibérica de los Commintmens, los The Pepper Pots, que hacen soul del bueno y tienen una orquesta verdaderamente alucinante, a destacar la sección de viento, elegante. El resto, y sobre todo mi entusiasmo ante la actuación, ya lo cuento en mi anterior entrada.

Esperamos a que salgan los de Betagarri, más que nada movidos por la curiosidad de ser un grupo vitoriano que parece triunfar fuera y que lleva la tira de años al pie del cañón. Entretanto, T que alucina con la fauna del lugar, casi todos jóvenes alegres, y estos ya sin dudas combativos, inconfundibles con sus coletillas, su indumentaria abertzal-piji-hippiosa y unas voces como de acabar de bajar del caserío tras meter las ovejas en la cuadra o por un estilo. Me tomo unos cuantos gintonics a precio de ganga aunque para ello antes tengo que buscar una txosna en la que no nos dé demasiado cargo de conciencia gastar nuestros euros a la vista de tantas fotos de presos, consignas proetarras -éstas ya disimuladas del tipo en euskera "borroka da bide bakarra independentziarako" (la lucha es el único camino para la independencia) y demás decoración de lo que antaño fue el territorio comanche por excelencia en fiestas, hoy casi un remedo de la Feria de Sevilla a lo vasco. Fascina ver cómo ha cambiado todo en las txosnas, cómo se han profesionalizado, hasta las borrokas camareras que me atienden lo hacen la mar de diligentes, algunas hasta me sonrien, nada que ver con nuestros tiempos tras la barra de la txosna de la Coordinadora de Estudiantes, en la que por regla general solíamos estar más borrachos los de dentro que los de fuera y alguno de nosotros incluso acababa de cabeza en el pilón, siempre ha habido mucho cabrón suelto.

En fin, ya lo decía la conocida canción de Ertzainak, nola aldatzen diren gauzak, kamarada (¡cómo cambian las cosas, camarada!) El estilo que impera en la ropa, el pelo y hasta en los abalorios de la peña borona y radicaloide quiere pasar por alternativo y rebelde a tope. No obstante, esa misma ropa es la que solemos regalar a mi cuñada por su cumple y puedo asegurar que de barata nada de nada, más bien todo lo contrario, exclusiva. Es lo que tiene la insurgencia de fin de semana en el hemisferio rico, que el que se apunta a la tribu de los pantalones bombachos, las camisetas de rayas tipo presidiario y los tirabuzones también los paga.

Son las tres y toca retirada con litros de lúpulo y gintonic entre pecho y espalda, como que la última media hora me ha dado por mover el esqueleto y creo haber escuchado a uno decir en vascuence "beittu zelan dantza eitten dau sekreta horrek!! (¡mira cómo baila ese secreta!). Pues puede que si, que de alguna manera estuvieramos allí poco más que de secretas.

THE NEW AND FABULOUS PEPPER POTS IN LAS TXOSNAS


Ohetik dinbili-danbala jeiki berria, T oraindio ohean zurrungaka eta ni egundoko ajearekin ordenagailuari atxikita egunero bezala. Biharamun zuria, ez naiz hirira jeitsiko, ez dut indarrik, lur jota nabil eta arkumea prest labera sartzeko. Bart txosnetan izugarri goxatu genuen aspaldiko partez soul talde baten kontzertu benetan ederrean. Areago, txundituta geunden zer ondo egin zuten ikusita, nolako koreografia bikaina, zer nolako neska abeslari pinpirin eta finak (ilehoria, beltzarana eta neska beltza, hirurak oso gazteak, nerabeak, alde horretatik sex appeal delakoa ez zen oso apartekoa, baina tira...), zer nolako musikari dotore eta trebeak, zer ondo eusten zieten euren musika tresnei, haizezkoak zein sokazkoak primerakoak ziren, nabarmen zitzaien oso saiatuak zirela, oso talde zintzoa zela, ez behin behineko kontzertu bat jotzeko propio antolatua edo, profesionalak edo kasik. Musika oso ezaguna, soula gehienbat, benetan bitxia hain gazteak izanda ez baita belaunaldi berriek gogokoen dutena, euren musika gustukoek oso bestelakoak ematen dute, hit-hoperoak edo diska urratzaile hutsak. Eta jakina, nola ez hartu gogoan behin eta berriro taldekoek nik adina aldiz ikusi ote duten pelikula famatua: The Commintmens. Baina, benetan diot, bartekoek ez zieten ezertan inbidiatu behar Dublinekoei, areago, nik esango nuke hobeak zirela, duda izpirik gabe; chain of fools, chain of fooools...

Gerora Gasteizko Betagarrikoak taularatu ziren, egia esan bertan bildutako gehienak euren zain omen zeuden, baina ez zen gauza bera, haize tresneria primerakoa da, erritmoa ere nahiko dantzagarria gustuko duenarentzat behintzat, baina Iñaki Ortiz de Villaba abeslariaren ahotsa niri itsusi samarra begitantzen zait, badakit eritzi hutsa dela, eritzi baino gehiago zirrara.

Edonola ere, eta batez ere udalak aurten ekarritako gainontzeko musika saioak kontuan hartuta, bada guztiz txalotzekoa, goraipatzekoa, txosnetakoek modan edo dagoenarekin zerikusi zuzenik ez duten talde zein bestelako ikuskizunak ekartzeko egiten duten ahalegina.

Bazen aspaldi ez nindoala txosnetara, eremu komantxea neritzen, eta aitortu beharrean nago, kartelen ohiko leloak alde batera utzita, badakigu zer mundutan bizi diren bertakoak..., zur eta lur geratu nintzen zer ondo, txukun, garbi ere, antolatuta txosna esparrua. Izan ere, tarteka begitandu zitzaidan Feria de Sevillaren antzerakoa edo. Gendilajea ordea betikoa omen zen, hau da, gehienak gaztetxo borrokalariak, haietariko asko eta asko Boroniatik Gasteizko txosnetara zuzen-zuzen etorriak, ile mozketa zein orrazkerek ez baitzuten inolako dudarako aukerarik ematen, batik bat ilemototsek; tribuaren ikurrak edo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

4 DE AGOSTO


4 de agosto, baja Celedón desde lo alto de la torre de la Iglesia de San Miguel hasta el extremo de la Plaza de la Virgen Nueva para luego volver a cruzarla a pie entre el gentío enloquecido y beodo hasta la balconada de la iglesia en cuestión donde anunciará el inicio de las fiestas tras la profusión de los rituales Gora Celedón, Gora Andra Mari Zuriaren Jaiak, Gora Gasteiz, Gora Araba..

Empiezan las fiestas de la ciudad y uno que ya hace años que asiste a su inicio por televisión desde la tranquilidad del salón de casa de sus padres. Y no hay nostalgia que valga de los tiempos en que uno formaba parte de esa masa vocinglera y beoda que inunda la plaza al cántico de ¡Celedón ha hecho una casa nueva, Celedón con ventana y balcón! El cuerpo ya no está para esos tutes, todavía menos para las gaupasas (trasnoche o juerga sin parar hasta el amanecer) indecentes y la ingesta desmesurada de katxis y cubatas.

No hay nostalgia y no precisamente porque cualquier tiempo pasado fue mucho mejor. No caigamos en tópicos de viejos. Sólo que el tiempo pasa y nos vamos poniendo viejos, que cantaba Pablo Milanés. Ahora tocan niños y dosificarse. Ya hemos pillado y no hay necesidad de apurar la fiesta a ver si nos echamos novia o un remedo en fiestas, y todo lo más con las de fuera, al tenor del tópico local que asegura que peor que con las de casa ya imposible, además de que para qué, para líos. Tampoco estas fiestas suscitan en mí esa complacencia provinciana que otros aprovechan a sacar a pasear estos días. El orgullo de haber nacido aquí o allí no deja de ser un mero autoengaño, ni somos mejores ni peores que otros por el hecho meramente casual de haber nacido aquí o allí, eso lo da la persona, se lo gana uno a pulso para lo bueno y lo malo, no la partida de nacimiento o la del empadronamiento. También hay algo de verdad en que en cada sitio cuecen habas, sólo que de formas diferentes. Cada ciudad, villa o pueblín tiene su idiosincrasia y la nuestra no es precisamente para echar cohetes. Los hay más dados al jolgorio y el trato con el prójimo todo el año, y otros que sólo parecen manifestarse humanos y acaso sólo un poco más cercanos, puede que hasta simpáticos, en días señalados como estos. Luego está la monserga esa de las costumbres y tradiciones. La mayoría de ellas me resultan indiferentes, algunas incluso me resultan francamente desagradables, como la de los Faroles del Rosario de la Aurora por lo que tiene esta exhibicón de devoción popular de evidencia de lo arraigada e inmutable que es la tontería religiosa en gran parte de la población. A otros ya sé que no, que si leen esto ya estarán poniéndome de vuelta y media. Otros se corren de gusto con esta y otras tradiciones, les parecen mu bonicas, los enternecen, son tan devotos de su virgen y su terruño que merece la pena esperar todo el año para alcanzar el éxtasis en una procesión como ésta. Allá ellos y su empanada mental. Yo ya tengo la mía propia y tampoco tengo porqué dar explicaciones o pedir perdón a nadie por no compatir sentimientos tan hermosos e intensos, tan de buenas personas, de orden y todo, amen.

Y con todo, y ya desde la barrera de estas fiestas que para mí venían a ser poco más que una juerga cada día, puede que una resaca, estas fiestas me siguen gustando por lo que tienen de convulsión ciudadana, de desmadre con fecha de caducidad, de barra libre para todo tipo de excesos y hasta conductas. De repente la ciudad se llena no sólo de blusas borrachos (que para el que no lo sepa, vienen a ser cuadrillas de jóvenes urbanitas ataviados con el traje tradicional de los aldeanos del país con el fin, apenas reconocido, de poder hacer el gamba a conciencia) o boronos otro tanto, de forasteros despistados, de honrados padres de familia con el chip revolucionado, de todo tipo de tribus urbanas y buhoneros modernos. Uno llega a creerse que le han trasplantado a otra ciudad mucho más alegre, abierta y cosmopolita de lo que en realidad es. Una ciudad en la que prima la cordialidad y las ganas de pasarlo bien, en la que la música se adueña de las calles y la oferta de todo tipo de eventos aparece a cada vuelta de esquina. Enternece porque el resto del año Vitoria suele ser todo lo contrario. Es una ciudad seria y fría, de trato áspero y escaso con sus semejantes, volcada en eso de ganarse el pan de cada día y poco más, los excesos como que para eso, para fiestas y el resto como mucho en la intimidad del txoko o la cuadrilla. Además es una ciudad que sólo parece contenta consigo misma en fiestas, casi las únicas fechas en la que sus habitantes sólo se reconocen como vitorianos sin excepción. El resto del año no. El resto del año está sigue siendo una ciudad que no acaba de integrarse a sí misma, acomplejada frente a sus vecinos, incapaz de reconocerse del todo en una identidad que, o no tiene clara o desconoce en gran parte, que no acaba de asumir a todos los vitorianos como tales, que sigue teniendo gentes venidas de fuera aún después de vivir aquí durante medio siglo, que se pasa la vida dudando si es de aquí o de allá, o quiénes son de pata negra o de cochinillo toledano. Una ciudad que encima presume de moderna, integral y hasta cosmopolita, cuando en realidad lo que prima es la mentalidad rural trasplantada a la ciudad, el conservadurismo a machamartillo de una ciudad que sólo es poslevítica, que de ser de curas y militares se ha quedado en empleados de Michelín, Mercedes, funcionarios del Gobierno Vasco y amas de casa, que todo lo nuevo o desconocido le parece mal, que nunca está a la altura de sus vecinas ni le interesa, que siempre frunce el ceño.

No es una ciudad amable, es una ciudad rica que ha procurado utilizar sus recursos para ponerse a la cabeza de todo y siempre ha encontrado la respuesta negativa, excéptica o francamente hostil de sus habitantes, el no de entrada o el excepticismo como postura ante la vida. El vitoriano no es moderno, no es abierto, ni siquiera sabe que hay más allá de las torres de San Miguel o no le importa. Se salvan, claro, las minorías que todavía luchan a contra corriente, que hacen algo, que protestan de tanto atavismo y cerrazón, que dan la nota. Son cuatro gatos y están mal vistos, la mayoría no les hace ni puto caso.

Claro que exagero, pero porque como cualquier nativo renegado me exaspera el denominador común que caracteriza el comportamiento de mis paisanos, que vengo de Asturias donde todo son sonrisas y caras amables, y es entrar el primer establecimiento donde con toda probabilidad ni me darán los buenos días ni me antenderán con una sonrisa, sino más bien con una cara de infinito hastío por haberles sacado de su estado de eterna instrospección, no hay pocos filósofos de barbecho ni nada por estos lares. Otra cosa que la gente que conozcas o no lo sea tanto o sólo según el momento, pero es que la intimidad o la confianza que da la cercanía o la amistad es lo que tiene: nos hace humanos.

Por eso deseo que lleguen las fiestas, me imagino que estoy en otro lugar, que la gente es como quiere ser estos días y no como es en realidad, tirando a hosca y un tanto rancia. Por eso y porque yo también me voy haciendo con mis tradiciones, en concreto la de irme a cenar con mi pareja a un kebab con terraza el primer día con el fin de disfrutar del ambiente festivo y el desfile de todo tipo de especímenes humanos, con el estómago al rojo vivo con su correspondiente ración de katxis de cerveza. Luego ya habrá tiempo de llevar a los nenes a los cabezudos, el Gargantua, los títeres o lo que sea, de quedar a comer con los amigos, de darse los atracones del día de la Blanca en familia con el cordero, las rabas y lo que se tercie, de asistir a algún concierto o lo que sea, si consigo engañar a T hasta la llevo a escuchar bertsos, e incluso de darnos una vuelta por las txosnas de las facultades ante la atónita mirada de mi pareja que alucina cada vez que ve una de las pancartas que cuelgan por ahí. En fin, un año más de lo mismo y que dure. GORA ZELEDON, GORA GASTEIZ ETA JAI ZORIONTSUAK GUZTIOI!!!

LA VERSIÓN MODERNA DEL VIEJO TIMO DE LAS RELIQUIAS



Escapada hasta el Monasterio de San Millán de Suso en la Rioja donde explotan a conciencia lo de las Glosas famosas para cobrarle al visitante sus cuatro euricos previo paso por la oficina de venta de entradas al recinto, souvenirs del lugar, quincalla religiosa y demás pijadas.

El paraje donde se haya el monasterio es precioso, entre montes a los pies de la Sierra de la Demanda, antiguamente conocida también en su tiempo por la población vascofóna del lugar como Arandio. El monasterio que visitamos es el de Yuso, esto es el de abajo e en contraposición al de Suso, el de arriba, también en romance o castellano antiguo. El de arriba o de Suso es el más antiguo y de ello dan fe sus influencias visigóticas y mozárabes. El de abajo o de Yuso es del 1053 aunque el edificio actual es una reconstrucción en gran parte barroca del original rómanico. La leyenda atribuye la construcción de este segundo monasterio de San Millán a pocos metros del original al rey García IV de Navarra, el cual pretendió trasladar el arca a Nájera, capital entonces del reino. Según la tradición, los bueyes que tiraban de la carreta no pudieron con la carga y se interpretó que el santo deseaba permanecer allí por lo que el rey ordenó construir un nuevo monasterio.


Aunque al monasterio de Yuso y sus alrededores le dicen "El Escorial Riojano" en una de esas exageraciones tan del gusto de los nativos, la verdad es que el conjunto no es especialmente original como edificio. El verdadero atractivo, como todos sabemos, son las glosas en lengua romance y vascongada encontradas en los libros de culto del monasterio por lo que el lugar ha sido titulado desde entonces como cuna del castellano y del vasco.

Ese es el reclamo y de eso vive el monasterio por encima de sus riquezas artísticas o monumentales, que ya digo que no son ni mucho más espectaculares ni ricas que tantos y tantos otros monasterios de los alrededores. Las Glosas Emilianenses son pequeñas anotaciones manuscritas, realizadas en varias lenguas (latín, romance y euskera) entre líneas o en los márgenes de algunos pasajes del códice latino Aemilianensis 60 a finales del siglo X o con más probabilidad a principios del siglo XI. La intención del monje copista era probablemente la de aclarar el significado de algunos pasajes del texto latino.

No obstante debido a falta de rigor filológico las glosas en romance se atribuyeron a un primitivo castellano. Hoy en día, ningún filólogo serio defiende esta teoría (digo serio porque seguro que los hay a sueldo del gobierno de la Rioja para intentar afirmar todo lo contrario...), sino que estas glosas están escritas en navarro-aragones, en su variedad riojana, que es lo lógico de acuerdo con su localización geográfica y su vínculo histórico con el antiguo reino navarro. Por otro lado, hace ya tiempo que se sabe que los primeros textos con verdaderos rasgos castellanos se encontraron el los Cartularios de Valpuesta, al norte de Burgos y limitando con el occidente alavés (en estos cartularios encontrados en una zona también de profunda impronta monacal a la que pertenecía parte de lo que hoy es la zona de Valdegobía en Álava, aparecen también nombres o expresiones de tipo vasco como Anderazo o Minaya, esto es, mi "anaia", mi hermano", demostrando una vez más la implicación entre ambas lenguas.

Ahora bien, atendiendo a la insitencia con que la simpática guía de la visita al monasterio insiste en afirmar que aquello es la cuna del castellano, todo lo anterior parece ser meras pejigueras académicas de cuatro listillos dispuestos a joder la fiesta y sobre todo el negocio. Digo yo que por no ponerse a retractarse o a corregir todo lo escrito hasta ahora tras décadas de dar la murga con lo de "la cuna del castellano", convertido no sólo en un topicazo acuñado y refrendado por la RAE y las difentes administraciones, sino sobre todo en el reclamo del que vive el monasterio.

A decir verdad este reclamo de las glosas como cuña del castellano y no como simples glosas romances en un dialecto latino ya casi extinto, no dejan de ser la versión moderna del negocio/timo de las reliquias sagradas como las que también atesora el monasterio en los supuestos huesos del Santo Millán nacido en el vecino pueblo de Berceo. Basta recordar la devoción que durante toda la Edad Media y hasta más tarde generaba la posesión de supuestos huesos y organos sagrados de santos, espinas o maderos de la cruz de Cristo y demás casquería religiosa. Dicen los entendidos que el absurdo de la existencia de tanto elemento sagrado repartido a lo largo y ancho de los territorios de la cristiandad era de tal que calibre, que hubieran bastado todos los trozos del madero de la cruz de Cristo guardados como reliquias para construir un puente de madera que cruzara Europa de norte a sur; por no hablar del hecho de que el número de número de huesos atribuidos a un santo habría servido para construir un ejército de clones de cada uno de ellos. Pero claro, a ver qué iglesia, monasterio, convento, ermita o simple capilla estaba dispuesta a privarse de su correspondiente reliquia para eso de atraer devotos y sacarles los cuartos.

Pues eso, esto de las Glosas otro tanto, la versión moderna del timo de las reliquias. Y es que a quién le importa el rigor científico, la honradez intelectual o cualquier otra pijada cuando hay parné de por medio, y si no, y de la misma manera que antaño los lugareños te podían correr a palos como se te ocurriera dudar de la autencidad de los huesos del patrón de su pueblo, hoy en día ya se encargará la correspondiente administración o institución, académica y todo, de defender y promocionar el bulo por encima de toda evidencia científica, a ver sí ahora va a resultar que la ciencia lingüística va a ser más importante que la parafernalia propagandística, riau, riau.

martes, 3 de agosto de 2010

TIMOFONICA


Voy a recuperar el espíritu que animaba en un inicio este blog, es decir, el blog del quejica. Y esta vez con motivo, porque desde que llegué a casa de mis padres estamos a vueltas con Telefónica y su mamoneo pirata-administrativo. Resulta que el viejo se dio de baja hace meses del servicio movistar de conexión externa, eso que mi señor padre llama "el pincho", es decir, un pendriver, para acogerse a una oferta de ORANGE que le prometía telefóno y wifi a un módico precio. El técnico de ORANGE le aseguró que ya se encargarían ellos de darle de baja con TELEFONICA, que no se preocupara de nada. Y en efecto, al día siguiente ya no tenía conexión externa a internet por mucho que metiera el pincho al ordenata en plan vudú. Luego resultó que no había manera de poner el WIFI en Berroztegieta, a menos de diez kilómetros de Vitoria, tiene cojones. De modo que tras mucho marearle fueron y le dijeron que adios hasta más ver, no le daban de alta y allá se las compusiera él.

De modo que mi señor padre corrió a reengancharse a TELEFONICA, y estos que ahora te vas a joder, para obtener de nuevo el número de teléfono que habían tenido siempre tenía que espera un par de semanas... Tres meses ha esperado, y cuando ya le han devuelto su número e instalado el wifi, gracias al cual puedo colgar estas entradicas, va y le envían las facturas de esos meses por el servicio de mantenimiento de la conexión externa a internet, el "pincho" de los cojones.

Doy gracias a todos los dioses habidos y por haber en la imaginación humana desde Atapuerca hasta nuestros días por no haber estado presente en el momento que mi poco templado y paciente progenitor se enfrentaba telefónicamente a la maraña enredadora y tocahuevos del servicio de atención a clientes de TELEFONICA; estoy convencido de que el operario latinoamericano que le atendía al otro lado del hilo telefónico no había escuchado en su vida tantos caguendioses seguidos en la misma frase, a poco que fuera creyente me lo imagino santiguándose de aquí a final de año.

Así que ha sido llegar y cargarme el muerto, por lo que ya me he tenido que enfrentar al monstruo ese del servicio de atención al cliente dos veces, razón por la que, a parte de mis problemas de tensión, la promesa que le había hecho a T de ser más mesurado en cuanto a juramentos y tal de cara a la buena educación de mis retoños se ha ido directamente a tomar por culo. No sólo no hay manera de que me proporcionen la fecha y el certificado de cuándo dieron de baja en el servicio de marras a mi padre, sino que además me dicen que nunca se dio de baja y eso aunque les he insistido que no tiene acceso desde hace tres meses y al consumo cero les remito. Ni puto caso, el paciente telefonista que me atiende desde el otro lado del Atlántico, y al que tengo me pedirle de continuo que suba el volumen porque no le oígo lo que no me quiere decir porque hay un desagradable ruido que hace especular con una técnica de disuasión de clientes pesados ideada por un ex-miembro del MOSAD o por el estilo, no está dispuesto a darme otra solución que no sea mandar un fax firmado a un número sin dirección, que no me la quieren proporcionar ni aunque les amenace con la ley en la mano, sino que encima lo único que consigo, tras acabar comprobando que con la edad cada vez me parezco más a mi padre, y de ahí que en sólo una llamada le haya alcanzado ya en el ranking de clientes bordes y mal hablados, esto es, en proferidor de cangüendioses varios a grito pelado Claro que ahora vete a reclamar a ORANGE su parte de responsabilidad en el cese de la conexión de marras, no son poco amables ni nada el resto de las telefonías cuando dejás de ser su cliente para convertirte ya definitivamente en su enemigo, como que éste es un país maravilloso en cuanto al trato al consumidor y demás quimeras.

Y en esas estamos, burufax por si las moscas y a la espera de una respuesta por parte de TIMOFONICA, aunque creo que voy por un millón de veces que le he aconsejado a mi progenitor que de momento ordene al banco que eche para atrás todos los recibos en cuestión. Entretanto, observo que en Internet se acumulan las quejas y demandas a TIMOFONICA por cuestiones de la mismo índole, de modo que sólo puedo llegar a la misma conclusión que miles de usuarios habrán llegado ya hace mucho tiempo, estamos completamente desprotegidos, a la intemperie legal, de esta empresa y sus colegas, las cuales practican a gran escala el fraude por los bajines, esto es: seguir facturando servicios de los que ya se ha dado de baja el cliente, cobrar por otros que no se han pedido o el abuso de confianza de gente como los mayores -y entre ellos un servidor- para los que el trato por teléfono o la compresión de su papeleo supone un verdadero suplicio del que se aprovechan a conciencia. He escrito.

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...