lunes, 15 de agosto de 2011

DOMINGO DE LLUVIA Y CULINES...


Domingo por la mañana ya en Oviedo, escapo de casa huyendo de la soledad que embarga el pido a la espera de que llegue la family antes del mediodía. Mañana encapotada como el último día antes de marcharnos. En la calle ni un alma, sólo un montón de pasquines en el suelo que ofertan carne humana, femenina, algo que sólo he visto aquí, publicidad puteril como el que vende coches o aspiradoras y que apenas es una manifestación mal del descaro con el que se publicita aquí el negocio del sexo en comparación con otras latitudes acaso más pacatas (sólo hay que acercarse de noche a Oviedo y ver las luces del maxiputi de Models que hay a la entrada para percatarse de la alegría con la que se mueve el tráfico este de necesidades de entrepierna); ni lo aplaudo, ni lo condeno, sólo lo constato para los que venimos de esas latitudes que decía más pacatas, como que en mi vida había visto una valla publicitaria anunciando un puticlub desde el Bidasoa a la Castellana de Madrid.

En todo caso, camino por la calle de la Lila para comprar la prensa en el kiosko de Salesas y apenas me encuentro otra cosa que no sean señores maduros, mucho, prácticamente jubilatas y solos. Reparo entonces en los pasquines esparcidos a esgaya (a tutiplé) por el suelo, y veo que las mozas publicitadas son en su mayoría mulatas bien alimentadas, de esas que hay por dónde coger (en su doble sentido peninsular e hispanoamericano...) y que por lo general coinciden con los gustos de los señores entrados en años; nada extraño si tenemos en cuenta que son los que más de cerca vivieron la Posguerra y todo el hambre que hubo entonces...

En cualquier caso, como voy solo y rodeado de otros individuos solitarios y maduros que parecen deambular sin rumbo revolviendo entre los pasquines, una sensación rara de ahogo me invade y casi me entran ganas de gritar ¡TENGO PAREJA E HIJOS, DEJAD DE MIRARME CON CARA DE COMPLICIDAD, PANDILLA DE SALIDOS! Que ya, que sí, que lo uno no quita lo otro, pero por si ascaso...

Luego ya tomando el café en Salesas, la sensación de ser un chimpancé enjaulado o un palestino detrás del muro que los israelíes han levantado porque los tienen como tales, como chimpancés, digo. La calle está en obras como media España en agosto, dos vallas metálicas separan ambos lados de la zanja y si te sientas como servidor en una terraza, la de El Tizón en mi caso, imposible no sentirse como acabo de escribir.

Ya sentados hojeando el periódico y sorbiendo el café, dos señoras también de avanzada edad que le dan al palique a mi lado. Dice una de ellas que de lo que lleva de verano ha cogido un moreno de lo más molón, que se siente como nunca, pura bomba sexual o casi. La miro de la reojo y no puedo evitar una mueca de disgusto. ¡Señora, si tiene la edad de mi madre!

Y para colmo, quién sabe si para recordarte que estás de vuelta a Asturias, también conocida como Rainland u Orbayulandia, se pone a llover. Menos mal que en ese momento me llama Amaia para decirme que aceptan la invitación que les hicimos el viernes y se van a acercar desde Ribadesella para que les demos un garbeo por Oviedo.

Así que espero a que llegue mi family y vamos a su encuentro. Lo antiguo de Oviedo es pequeñín pero muy coqueto, gusta a todo el mundo con su arquitectura tan particular, tan coquetilla y tal, y sus placitas, del Fontán, de Trascorrales, del Paraguas, su ambiente de mercado en domingo, sus culines de sidra.

Luego ya comiendo al lado de casa, Amaia que se nos tajó con la sidra, con lo que eso significa en su casa, que si no cantó la Carrera del Cerdo fue de milagro, anda que no tuvimos que hacerle pocos cafés ni nada en casa, eso que conducía Apa. En fin, eskerrik asko berriro lauroi etortzeagatik eta hurrengora arte.

sábado, 13 de agosto de 2011

MOULING




<em>MOULING ROUGE , así anunciaban hoy las páginas de EL CORREO en su sección televisiva la emisión del horroroso musical protagonizado por el Nicole Kidman, alías La Botos, y Ewan McGregor.

Una de dos, o se trataba de una simple errata o es que al redactor lo de moulin le sonaba a inglés como puenting, pearcing, twinting y por el estilo, que en sabiendo inglés al resto que le den por saco, ¿Francés? ¡Anda ya, que con el English Certificate voy que chuto y me basta para currar en EL CORREO?

Eso o es que acaso existe una nueva modalidad de hacer el chorra llamada MOULING, consistente en colgarse los huevos de las aspas de un molino y a ver quién resiste dando más vueltas, que a saber, de todo hay en la vida del Señor...

BUENOS MOMENTOS DEL VERANO




Decía que de vuelta al hogar en Oviedo. Todavía no del todo a la rutina, pero sí a tu piso alquilado donde has hecho tu hogar con los tuyos y tu rincón personal desde el que pergeñas tus cosicas para la indiferencia generalizada o ya directamente de los catálogos de las bibliotecas de pueblo. Cuatro semanas de las que has procurado dar cuenta en este blog con el único propósito de aprovechar lo cotidiano para verterlo en la red echando mano de tu escaso talento, tu mala leche y acaso también la ilusión de poder volver sobre él como se hace con el álbum de fotos de las vacaciones, esto es, a modo de combustible para la nostalgia, inventario de los buenos momentos, probablemente los únicos que merecen la pena recordar y que, en cambio, suelen quedar relegados a un rincón de la memoria ante la preeminencia de esos otros de signo muy contrario, aquellos en los que el rencor, la mala baba y el miedo prevalecen porque en el balance entre unos y otros la cosa casi siempre se inclina hacia el lado de lo chungo, como chunga es la puta vida.

En cualquier caso, y a pesar de que todavía estamos a mediados de agosto, es tiempo de relatos vacacionales, de contarle al prójimo lo bien o mal que lo pasaste aquí o allí, contarle anécdotas más o menos divertidas, las chungas mejor de carrerilla. Para qué recrearte en lo malo si lo que prima ahora es compartir el entusiasmo por los momentos vividos, las cosas nuevas que has conocido, las sensaciones vividas, el recuerdo de momentos que quisieras inolvidables y que como mucho sólo lo son hasta que pasen unos pocos meses y contento si con el tiempo, y si no te falla la memoria por la edad o el lento proceso autodestructivo al que están abocadas tus neuronas por culpa del alcohol o tu condición de padre, pareja o pajero, puedes conservar alguna para el futuro, para tus nietos incluso.

Por lo demás, también es el tiempo temido de esos relatos vacacionales, que los hay a los que les horrorizan como máxima expresión de la soberbia o bobería ajena. Hay gente para la que la exhibición de la alegría del prójimo resulta sencillamente de mal gusto, cuando no insoportable. No estoy entre ellos, más bien todo lo contrario, me gusta que mis amigos me cuenten sus cosas, disfruto del relato de eso que para algunos es tan vulgar, tan de gente corriente como uno mismo, como las vacaciones. Que sí, por supuesto, poco o nada hay de extraordinario en éstas que no sea para uno mismo. Acaso por eso mismo me resultan mucho más simpáticas que los relatos de grandes viajes iniciáticos o por el estilo, la insoportable búsqueda de la excelencia viajera, la impostura de aventureros de baratillo que se van al culo del mundo para sólo poder volver a contarlo. Y ya sé que hay toda una literatura consagrada a esta impostura del viajero que, si ya bien no descubre nuevos horizontes porque todos han sido debidamente cartografiados, sí acaso pretenden hacernos creer que los hacen para descubrir aspectos que pasaron completamente desapercibidos para otros viajeros menos duchos o sensibles que ellos, algunos incluso nos quieren vender la moto, debida y cuidadosamente editada, de que los emprendieron sobre todo para descubrirse a ellos mismos.

No soporto tanta vanidad, tanto pujo por destacarse de un rebaño del que solo destacas a tu pesar, cuando las circunstancias te obligan a ello y por lo general casi siempre haciéndotelas pasar canutas. Sólo en esos bretes del destino surgen los verdaderos héroes, los que afrontan destinos que nunca imaginaron o desearon, los que salen indemnes de estos; mineros enterrados a mil metros bajo tierra, tenderos que resisten asaltos de hordas criminales que aprovechan la cólera justificada de la masa marginal y apaleada para hacer su agosto, anónimos que van por la vida con la cabeza bien alta a pesar del rechazo que suscita en los imbéciles su supuesta condición de parias por cualquier motivo, fulanos que resisten ahora y siempre a la familia propia y ajena, luchadores contra los elementos de cualquier tipo, víctimas indiscriminadas de EREs y todo lo que se nos viene encima.

Lo otro, el aventurero de baratillo que se va al desierto de Gobi o se interna en una selva tropical a darse de hostias con los mosquitos sólo para luego poder contárnoslo, para dárselas de tipo duro y viajado como si éstas fueran en sí condiciones de mérito y no simples circunstancias, apesta a impostura, a querer ir por la vida y a destiempo de Richard Burtons, Stanleys, Livingstones o Iradieres cuando ya apenas se puede ir de otra cosa que no sea de Miguel de la Cuadra Salcedo de barbecho (lo de hacerse acompañar por niñatos en rutas quetzales subvencionadas por el banco de turno ya es opcional...).

La verdadera aventura de nuestra época está en las pequeñas anécdotas de lo cotidiano, en lo irremediablemente vulgar o tópico, lo entrañable del a mi también me podía haber pasado, en ese nosotros sacado de nuestra cotidianidad para ir a parar a una playa del Caribe, un viaje organizado por las khasbabs de Marruecos, de cervezas por Praga o de parrandas criminales en las fiestas patronales del pueblo del abuelo.

Por eso a mí sí me gusta escuchar a mi prójimo sus relatos vacacionales. Mira si seré raro y mal bicho que disfruto de la felicidad ajena, que me divierten y hasta emocionan las experiencias de la gente que me rodea; si bien, sólo se pide o se espera, como en casi cualquier otro aspecto de la vida, un mínimo de soltura al hacerlo, de gracia y a ser posible hasta de sarcasmo; vamos, que no aburran.

De modo que es tiempo de contar contratiempos en aeropuertos, mosqueos con la recepcionista de turno porque la en lugar de limpiarte la habitación te la han enguarrado todavía un poco más, broncas familiares a cuenta de ¿nos vaís a quedar todas las vacaciones sin moveros de nuestra casa, hijos míos?, la farra criminal de esa noche de fiestas patronales hasta aquel amanecer inolvidable abrazado a la mocica que conociste en la txozna de los mozos del pueblo o puede que sólo de la botella o katxi de turno, las pequeñas estafas en el chiringuito playero, esas cuatro horas de angustia dando vueltas alrededor de la misma peña colorada, las llaves del coche alquilado que se le caen al niño en la alcantarilla, aquel control de la Benemerita a altas horas de la madrugada en las que a un figura se le olvidó bajar la ventanilla y por poco nos empapelan por referirnos a los señores agentes, las fuerzas armadas españolas en general y al rey y su familia en particular, con un vocabulario tan procaz y hasta tipificado en el Código Penal, esa bronca descomunal y absurda de pareja por haber intentado sacar a bailar a unas veintañeras en la plaza del pueblo y que casi se ponen a gritar ¡pederasta, pederasta!, todas y cada una de las comilonas pantagruélicas que cayeron estos días.

Pues eso, esperando el relato de los buenos momentos de otros, las anécdotas de todo tipo y el recuento de lo bebido y comido, y recordando los tuyos, siquiera los de esta última semana en la intimidad de tu familia a cuatro o cinco con merluza en salsa verde, raya con sidra Gobernador, piperrada con Guzmán Aldazabal monovarietal de graciano y chapuzón mediante, recorridos por el interior y la costa próxima al valle de Piloña, siquiera sólo por celebrar algunos como el de ayer en Ribadesella con Amaia, David y sus críos, sidra y raciones a discreción, risas otras tantas, eskerrik asko.

ETXERA BUELTAN


Bueltatu naiz, bai, azkenean eta oraingoz i neu bakarrik. Itzuli naiz nire Oviedoko etxe xume eta goxora, gure familia txoko apalera, gure sutondo metafisikora. Eta itzuli naiz ni behintzat geratzeko, ozta-ozta ihesi etorri bainaiz nire bikotearen gurasoenetik. Ihesi Gasteiztik alde egin eta gero, nire senitarte zein adiskideekin goxo-goxo, primeran, garo eta gero, hemen betikoarekin topo egin dut. amaginarrebarekin. Esan diezaioket nire buruari: aizu Txema, ez larritu, zuk paso egin, eutsi goiari, begira edonora aztoratzen zaituenari izan ezik. Bestela, hemen, hots,zure bikotearen amaren aurrean, etengabe betoskoa ipinita edo sudurra zimurtuta bizi bazara benetako kalte egiten diozun gizaki bakarrari zure maitea omen da. Are larriago, arriskuan jarriko duzu bion artekoa merezi ez duen hirugarren gizakumen baten errugatik. Baina, ekin eta ezin, amasorginarekin topatu orduko itzelezko ondoeza sentitzen duzu, berehala sumatzen duzu zuganako ezinikusia edo gorrotoa, gaizki mozorroturiko destaina. Badakizu hasiera batean bera ere saiatzen dela zurekin ondo konpontzen eta abar; baina, beti alperrik, ezin du sahiestu bere izaera, inoiz eta inola bere esanetara makurtuko ez zarela gogoratu bezain laster, inondik ere konpartitzen ez dituzun bere ikuspuntu eta lehentasunak inposatu saiatu orduko, badaki berak zurekin beste behin talka egin duela, behar zaitu mendean, bestela ezin du inor estimatu, bestela ezin da inorekin ondo egon, bestela beti mokoka hasiko da edonerekin egin bezala, alakranaren izaerarekin suertatu bezala.

Bazaude amasorginaren zuloan eta ezin inoiz eta inola gustura egon berea den esparru horretan, non den-dena arrotz suertatzen zaizun, non deseroso bizi zaren badaezpada zerbait debekatu, tabu edo ukitu edo puskatzen duzun ustekabean; ondo asko dakizulako etxeko sorginak edozein huskeria estakuru egingo duela zure kontra, berdin dio egia esan egiatan edo, asmatzearekin aski du-eta, hain buruargia da ezen gainontzekoekiko zor edo laido asmatuak biziro maite eta sinetsi ere egiten dituen. Bazaude bere etxean eta bi sein zure babespean izan beharrean bi abere gehitu behar dituzu, zoramen hutsa eta etengabekoa, gaua zeharo ilundu arte ez duzu bakerik lortzen, neka-neka egina zaude eta gainera zure bikotearekin errietan izugarri nabarmentzen baitzaizu etxe horretan edozein sorginzulotan bazina bezala zaudela.
hau guztihonek gainera eta ezer baino lehen gogait egiten zaitu, asko, eta baliteke etsi ere nahikotxo, areago inoiz, inola eta inorekin arazorik izaten ez duzun leku batetik iritsi berria zaren aldetik, pozik bizi eta zoriontsua zaren zure sorterritik..


Hobe zaude, beraz, beragandik ahalik eta urrunen. Eta horregatik ere alde egin duzu aukera izan orduko. Aukera bihar izan zen nire laztana eta biok hirira bueltatu ginela bakarka egotearren, haurrak bere gurasonean lagata eta asmo bakarrarekin; atseden hartzea. Lortu dugu eta orain bakarrik utzi nau etxean familia osoa bihar berreskuratu arte, itzuli da bera bere gurasoenera eta bazekien berak irten aurretik gaurakoa ez zela izango oso bazkalordu samurra betikoaren kulpagatik, okerra espero zuen eta hala eta guztiz aurre egin behar zion nahitxo bazuelako ni etxean utzita, ederrak etzun behar izango nire kontura bere amaren mihi gaiztotik, ohiko bezala, ez besterik.

Itzuli naiz eta pozarren nago atseden hartzeko aukeraz gain nire gauzetaz bakarka gogoeta egiteko parada ederra ere dut-eta, indarrak nolabait pilatu gure betiko egunerokotasunari gogoz eta gogor euste aldera. Bazen garaia, gainera, oporrak haurrekin eta etengabeko joan-etorrian oso nekezak baitira, ni behintzat lur jota banengoen.

Eta hala eta gutziz ere, ezin gogotik kendu ikaragarri ondo igaro dudala oporrotan, beharbada inoiz baino biziagoak edo izan direla denetarik egon baita, amamaren galera tartean, baina bet-beti zuretarrekin zeunden sentimendu goxoa, zure txokoan zoriontsu, nire bk eta sm.etaz aparte benetan ere maite zaituztenen ondoan parrandan zein erostan, aspaldi ez ikusitako zenbati lagunekin solasean, aspaldi ere ikusten ez dituzunen gogoan, aspaldi ez bezala maite eta beti maitatuko ditudanekin ezin hobeto. Hurrengora arte, beraz.

sábado, 6 de agosto de 2011

EN URBASA Y ALREDEDORES





El miércoles a la mañana toca prepararse el bocadillo de bacon o tortilla con tomate y cargar la nevera de birras para salir de excursión a Urbasa. La primera con mi señora y críos, casi un rito iniciático o así. Llegamos a Olazti, empezamos a subir y yo que me voy emocionando. No son pocos recuerdos ni nada de cuando me llevaban mis padres de domingueo con sus amigos. Pic-nics sobre la rasa de Urbasa, esa planicie verde de horizontes rocosos y bosque por todos los lados a mil metros de altura. De pequeño se me antojaba otro mundo, una estratosfera a la medida de un niño o casi, un parque infinito donde corretear y fantasear a mi antojo.

En Urbasa también me cogí mi primera borrachera de niñato, once o trece años. Creo que mis padres y sus amigos se habían ido a por queso a las bordas junto al Palacio de Etxabarri. Los niños nos habíamos quedado al lado de los manteles extendidos sobre la hierba en los que todavía quedaban los restos de la comida y de unas cuantas botellas de vino. Rubén y yo no lo dudamos un segundo, de cabeza al vino, a toda prisa antes de que volvieran los mayores. Luego nos entró la sed, bajamos hasta la fuente, una de tantas en la zona de Otxoportillo donde habíamos acampado o así. No éramos conscientes de lo que nos pasaba y el descenso hasta la fuente resultó una Odisea. Primero nos vimos convertidos en bolas del Millón que se precipitaban hacía el abismo dándose de hostias contra los árboles y encima sin premio. Luego ya al final, antes de dar de bruces contra la fuente, acabamos rodando cuesta abajo y sin freno. Lo que viene a ser una tajada de espanto. Esa tarde creo que dejamos sin agua a un par de rebaños. Los mayores no se enteraron de nada, nunca lo hacían, probablemente porque también llevarían lo suyo, como que el amigo de mi padre siempre se empeñaba en que después de comer nos pusiéramos a jugar a pelota en el frontón de al lado del palacio; ese día llega a aparecer Barriola, Mtz de Irujo o el mismísimo Tintín para retarnos y fijo que le damos una paliza, 22-2 o así; luego ya se encargarían de decir que íbamos dopados, de Rioja hasta el culo y tal.

Sea como fuere, el caso es que tras dar mil vueltas para buscar dónde comer, de recalar en la oficina de información donde me vi envuelto en un bucle en lengua vernácula con el chaval al mando porque no le sonaba lo de Palacio de los Ramírez de Baquedano, que según él se llamaba de Urbasa y punto, y yo que ezetz, aspaldi esate´zitzaiola Bakedano jauregia, bere jabien apellidua zala-ta, que a mí no me vas a joder mis recuerdos de infancia, él un niñato y yo un puto listillo.

Total que al final comemos en plena rasa supongo que así no había peligro de tajarnos para luego querer bajar a la fuente rodando..., a pocos metros de la cabaña de pastor acondicionada como centro interpretativo del pastoreo o así (una de esas cosas que suele hacer un amigo asturiano en su tierra...) bajo un árbol rodeados de vacas y ovejas con sus boñigas, un solazo que permitía ver no ya sólo Andia, Aralar y demás, sino incluso ya a lo lejos los Piríneos. El responsable del centro interpretativo del pastoreo otro figura de cuidado. Un chavalote bien majo, siquiera sólo un poco dejado o indolente en sus explicaciones, como que le daba tremenda pereza volver a repetir por enésima vez lo mismo, casi que le tengo que arrancar las palabras para que Mr se enterara de qué iba la cosa allí expuesta. Luego ya entre que si el pastoreo no es lo que era, que ya todo estaba industrializado y para qué acercarte adonde venden el queso en Urbasa si luego te vas a cualquier supermercado y encuentras Idiazabal a punta pala y por el mismo precio astronómico (pues sí, curiosa manera de promocionar Urbasa, su entorno y los cuatro gatos que se ganan los cuartos en esa montaña como él...) y lo recurrente de preguntar desde dónde venimos y tal, que si la feria de ganado de Cangas de Onís donde había estado hace unos meses, ya me dirás tú a nosotros la feria de ganado de qué, cualquier cosa con tal de contarnos su vida antes que aquello para lo que le pagan. Pero bueno, casi mejor, ya que la verdad es que, si como guía del centro o museo ese del pastoreo era un auténtico inútil o vago de remate, la verdad que como tío era bien majo, bueno, para echar un pote y punto pelota.

Tras el papeo del bocata paseo por la rasa, entre vacas, ovejas y caballos que nos miran como nos miran los aldeanos cuando recalamos en cualquier pueblo de excursión o tal. Yo intentando explicar a mi señora que si Urbasa se llama tal que así es precisamente porque en cuantico caen cuatro gotas aquello se convierte en un barrizal. A corretear por el campo detrás de los críos, a esquivar montañas de mierda de vaca y socavones y ortigas traicioneras, todo ambientando por la banda sonora de los cencerros de ganado, new age en estado puro.

Nos marchamos con la intención de ver el mirador en lo alto del nacedero del Urederra. Nos pasamos de largo con el coche como suele nuestra costumbre en estos casos, que de una u otra manera hay que cagarla porque si no parece que no merece la pena salir de excursión. Bajamos por la vertiente sur hacia las Amezkoas. A diferencia del valle de la Burunda al norte con la fantasmagórica cementera de Olazagutia y los polígonos industriales de los alrededores de Altsasu, con la autovía que atraviesa que conecta Vitoria con Pamplona, los valles al sur de Urbasa, antes de llegar a Estella, permanecen prácticamente intactos desde la noche de los tiempos, apenas un par de pabellones agrícolas y el resto una deliciosa soledad de pueblos de cuatro casas con su arquitectura tradicional y su tedio endémico. Zudaire, San Martín, Aranaratxee, Ekala, Larraona, pueblos olvidados de la mano del turismo de masas y que atraviesa la carretera comarcal por la que nos dirigimos de vuelta a casa, subiendo y bajando colinas, entre trigales, patatales y campos de colza, a la sombra del monte omnipresente bajo cuya sombra parecen encontrar abrigo las aldeas de las Amezkoas. Ya en Álava, en el valle de Arana, el paisaje de montaña, las laderas cubiertas de trigo y las aldeas de casas de piedra e iglesias con campanarios desproporcionados para el tamaño de las mismas, sigue siendo prácticamente el mismo. Cambia la toponimia porque aun siendo mayoritariamente eusquérica ahora ya lo es en el extinto dialecto alavés que se hablaba en estas tierras y no en el navarro del otro lado de la muga; o lo que es lo mismo, aquí encontramos un pueblo que se llama Uribarri-Arana y que apenas a un par de kilómetros en Navarra se habría llamado Iriberri-Arana, o un Aletxa o Aretxa que habría sido Aritza; diversidad hasta el detalle más nimio. El camino todavía se puede hacer más estrecho y tortuoso cuando abandonamos el valle de Arana para entrar en el de Arraia y nos dirigimos hacia Maeztu por la carretera que atraviesa Musitu, Elorza, Aletxa, Sabando, Ibisate. Aldeas todas ellas en lo que viene a decirse a tomar por culo, esas que cuando caen cuatro copos de nieve en Vitoria se quedan incomunicadas en la montaña, que te decías que suerte la de la chiquillada de allí, sin cole durante una semana o más. Un paisaje precioso que a mí me toca especialmente la fibra, un paisaje apenas conocido y que es uno de los más bonitos y agrestes del sur de Euskal Herria.

Luego ya en Maeztu, segunda vez en este año que pisamos el pueblo, corriendo al restaurante Los Roturos para la ingesta apresurada de lúpulo, la sed aprieta y ya parece que lo hace cogiéndote de los huevos. Y en eso que llegamos a la terraza del local y me doy de bruces con el último apunte de bucolismo antropológico del día. Un entrañable abuelete con pantalones de faena, camisa de leñador y txapela que móvil en mano pega un sonoro MECAGONDIOS Y EN LA PUTA VIRGEN , ya me imaginaba yo a la persona al otro lado del teléfono temblando, puede que a la pobre telefonista de acento sudaca que en ese momento le hubiera despertado de su siesta para ofrecerle una nueva tarifa si se pasaba a su telefonía. Lo dicho, entrañable.

ETSITA


Ostegun goizean nire editorearekin solasean nengoela gauzak gero eta okerragoak direla zioen, hutsopila eta ezkortasuna edonon sumatzen dela, porrotaren usaina kiratsa bihurtzekotan dagoela. "Etsita", denok gaude horrela esan nuen eta Lk baietsi egin zidan. Etsita zen bera etorkizuna inoiz baino beltzago dakusalako, arlo guzietan gainera, politikarenean zein liburugintzarenean, eta E.Hko geroaz hobe ez mintzatea, lehen eutsi eta orain etsi, ez dago erdibiderik.

Etsia nonnahi azken asteotan inorekin hitz aspertuak egitekotan, topatzen duzula edonor eta ohiko aspaldikoa bota eta baita gizalegezkoa zein ezinbestekoa den zer moduzkoa ere esan orduko, hauek bezain gizalegezkoak diren baina aldi berean ere gaur egungo egoera ezin hobeto erakusten duten ondo esan beharko, hainbestean, erdipurdiz . tirando eta antzekoak erantzuten dizkizu. Gero luzatzen zara hizpidean, badirudi krisialdeak denok gogor jotzen gaituela, badirudi ere jendeak ez dakiela nola aurre egin, esperoan dagoela auskalo zer gertatuko, baina bien bitartean ere goiari gogor eusten diote, hau da, ez direla etxe barruan geratzen, zertarako ore, etorkizunaz gogoeta beltzak egiteko edo?

Zer nolako erantzunak dizkidate azken asteotan, eta ondo diot, "erauzi". Oraingoz eusten diogu baina auskalo noiz arte","Oraingoan libratu gara ozta-ozta, baina hurrengoan ezin","kalean banekusan nire burua, baina...","okerrago daude beste inon".

Azkenok, aldiz, erantzun baikorrak edo gutxienez halamoduzkoak dira. Badaude beste testimonio batzuk berez gordinagoak direnak, bekoz beko esaten dizkizutenean bihotza kokiltzen zaizu eta ez dakizu zer esan, nahiago duzu ixilik egon ondoezak eragindako txorakeria galant bat bota baino lehenago. Badira istorio benetan gordin-gordinak, aspaldi-aspalditik lagabezian daudenenak, egunetik egunera bere burua kalean ikusi eta orduz geroztik ezin altxatu dabiltzanenak, goipustu batean zeudenenak eta orain enpregu bulegoan edo auskalo nori edo non ia eskean, otzurrean ere.

Kalean jaia pil-pilean dago, mozkorrak urtero bezain ugari eta handiak, baina ageri da, edonora begira egiten duzula, krisialdiaren itzalpean bizi garela, badirela denda pila aurtengo abuztuan irekita iraungo dutenak, badago jende mordoa aspaldiko opor luze eta exotikoak egin beharrean guraso edo aitonanomen herrian igaro egingo dituztenak, aurten ezer berririk erosiko ez dutenak; pitoleriak noski, baina badago ere lagun asko bildur dena irailean lanik izango duen ala ez, gero eta lagun gehiago etorkizuna nire editorea bezain etsirik daudenak.

Bien bitartean, jakintsuak-eta mota guztietako hausnar sakonak egiten ari dira krisialdiaren kontura, badago denetarik, pitokeria galantak eta bestetzuk benetan gogoetatsuak direnak. Kontsolamentu eskasa zein petrala geroaren beldur bizi garenendako.

viernes, 5 de agosto de 2011

VITORIA-MEDELLÍN


Ayer de buena mañana mientras esperaba a mi editor leyendo la prensa en la terraza de una céntrica cafetería vitoriana junto a la Plaza de España. De repente llama mi atención la conversación telefónica mantenida por uno de los tres chicos de acento caribeño sentados a mi vera.

-Coño, pana, lo siento mucho, no va a poder ser, ahorita mismo tengo que acudir a los juzgados por un juicio por faltas y no puedo faltar porque, coño chico, éste ya es el tercero que tengo por altercados y temo que la de la ahora vaya a ser una vaina burda del carajo...

El tipo que cuelga, que se dirige a sus colegas para explicarles que el otro día le tuvo que partir la cara a un "pendejo" que se le puso "arrecho", y que claro, oye tú, pana, él no puede permitir que nadie se le suba a la chepa, no ladilles, que a mí no me pega bola ningún pendejo. No, si ya se le notaba que dejar, precisamente no se deja, tres juicios de faltas que va relatando a sus "panas" con esa gracia suya tan caribeña, vamos, del que va por la vida liándose a hostias con todo el que pilla por medio sin darle mayor importancia, y no te quejes, que todo lo más echa mano de puño y si la cosa se pone ya cruda hasta de acero, porque allá en su país, oye brother, balasera segura, pero claro, como te pillen aquí un "hierro", al trullo de cabeza, o casi.

Pues nada, ellos a sus risas y sus cafeses o lo que sea con lo que llevan toda la mañana, si me extiendo y digo que, entre ellos y el otro trío latino que estaba junta a la barra hablando a gritos cuando estaba pidiendo el café, estoy por pensar que me encuentro en una cantina de Medellín o por el estilo, ya sé que peco de racista, xenófobo, insolidario, mala persona y toda la vaina al uso. Todavía más si entonces, por uno de esos mecanismos del subsconciente que sólo obedecen al instinto, me acuerdo de lo que me contaba hace una semana mi primo abogado acerca del juicio de faltas que tenía esa misma mañana en el juzgado de enfrente de la cafetería donde nos habíamos citado, un juicio al que acudía sin conocer siquiera a su defendido porque para qué, que al principio sin dudarlo, con entusiasmo incluso, luego ya por mero sentido del deber y ahora ni eso, pues todavía peco un poquito más. Porque me contaba mi primo, que no es precisamente uno de esos picapleitos desalmados que sólo miran para su bolsillo, que siempre ha sido un tío de izquierdas y se ha movido y mueve por esos contornos, que no hay nada que hacer, pretender ayudar a los adolescentes extranjeros que delinquen por sistema, ya porque no tengan otra salida o porque les resulta más cómodo o rentable, es una pérdida de tiempo y esfuerzos que sólo aporta innecesarios quebraderos de cabeza, por mucho que te esfuerces y creas que la persona ha aprendido la lección y no volverá a meterse en líos, a la semana siguiente o la que viene volverás a encontrártela en el turno de oficio. Eso y que el número de juicios de faltas o por pequeños hurtos es tan descomunal que simplemente no dan abasto, estamos hablando de una ciudad de 250.000H y cualquiera diría que se vive en pleno Bronx o por el estilo, y eso que ésta solo es una ciudad de tantas en iguales condiciones.

Y puestos a ser todavía más políticamente incorrectos, también me hacía una clasificación de su clietela habitual extranjera de acuerdo con las características que define a cada colectivo. Los peores, por mentirosos y marrulleros, los marroquíes, los argelinos casi pero menos, parece ser que se les nota cierta conciencia "ciudadana", vamos, que tienen más escuela, luego los colombianos, para echarse a temblar, el resto de latinos buena gente, los albano-kosovares ni de lejos, además no se les entiende, los rumanos y de más de por ahí otro tanto, cumplidores, dicen que te van a pegar un tiro y te lo pegan. En fin, que sí, ya sabemos que una gota no hace un océano, que en todas partes cuecen habas, que la mayoría de nuestros nuevos conciudadanos están a lo que estamos todos sin mayores contratiempos, eso y todo lo que tú quieras, pero sería engañarnos a nosotros mismos diciendo que no pasa nada, que todo sique igual, la convivencia ciudadana sigue siendo la misma y no hay que ponerse en serio a corregir ciertas tendencias que como poco nos llevan de cabeza a que nuestro espacio público se esté pareciendo cada vez más a un fin de semana cualquiera en Medellín, Tijuana o por el estilo; como que si conoces un poco, por familia y porque has estado allí, como se manejan por aquellas latitudes, cuál increiblemente presente y continua es la violencia más extrema en las calles, que al menor contratiempo o pisotón te sacan una pipa o te rajan en canal, pues que casi que te entran ganas de no salir de casa o hacerlo con tu propio "hierro", cónchale.

Claro que en esa misma cafetería de la que hablo también te puedes encontrar un ejemplo increible de integración. Sólo tienes que esperar a que te atienda cualquiera de las dos camareras sudamericanas que llevan la tira de años detrás de la barra, para darte cuenta de que de la supuesta simpatía innata de la gente del Caribe, de su gracia y salero, de su amabilidad, nada de nada, siquiera esa sonrisa perpetua que se les supone en lugar del gesto habitual de tener almorranas de la mayoría de sus colegas vitorianos; las dos pavas de la Cafetería Victoria están tan integradas en nuestra sociedad, en concreto en el colectivo de camareros vitorianos, que son igual de bordes, displicentes y secas que cualquier nativo detrás de una barra; lo dicho, un ejemplo increible de mimetismo con el paisanaje.

¿Exagero? Por supuesto, de eso va esto, aunque quizás no tanto.

DE RETIRADA


Luego ya la fiesta en sí, tras el txupinazo, la bajada del aldeano de Zalduondo, el pringue de cava y toda la hostia, pues a la noche en parejita, en plan tranquilote o casi, aprovechando que servidor había reservado a la mañana en el Baztertxo de la Plaza Nueva, en lugar de cenar en el kebab de todos los años con cerveza de lata y olor a sobaco paquistaní, mejor para lo de pimplar mano a mano una botellica de crianza y jamar un par de platos de acompañamiento. La idea era cenar en una mesa de la plaza. Imposible por el barullo que había, dentro casi que también pero menos. Estás en un local de vino y tapeo, nadie entra a mover el esqueleto ni en fiestas, todo lo más a meterse una copa, un pintxo y por el estilo. Pues, la música de salsa, merengue o lo que fuera aquel mejunge sonoro a todo volumen. Terminas y es salir a la calle y darte de bruces con la Procesión de los Faroles, sin lugar a dudas el acto que más y mejor refleja en verdadero carácter pacato y provinciano de esta puta ciudad que antaño fue esencialmente de curas y militares, y hoy en día, por mucho que haya crecido y enriquecido, sigue siendo en esencia más de lo mismo, de usos y costumbres anclados en el tiempo, en un tiempo de hegemonía clerical, gazmoñería a raudales y ensimismamiento telúrico, el cual, lo mires por dónde lo mires, fue y es horrible, pura provincia de Flaubert o Clarín.

De modo que, ante tanta letanía religiosa y fervor otro tanto, ante tanto vitorianico en pleno orgasmo místico-terruñal, que uno no puede sustraerse a su convicción de que el "hecho religioso" es un claro síntoma de "deshecho" intelectual, de ir de una cuerda muy determinada, enfilamos a toda pastilla hacia lo viejo. Pero qué coño vamos a entrar en ninguna de las calles gremiales si están a rebosar de jóvenes como el que fui yo no hace mucho. Jóvenes que es soltar el chupinazo y acudir en tromba a los bares de lo viejo a trasegar katxis como posesos, a mover el esqueleto con el único objetivo de arrimar la cebolleta a la incauta de turno, eso hasta que llega el momento de desistir del mito del sexo en fiestas y, ya con la debida ingesta alcohólica en el cuerpo, y empieza el de hacer el gamba sin más, a liarla parda todo lo que se puede y siempre a lo grande. No estaba nada mal porque a cierta edad hay que liberar adrenalina por todas partes, el cuerpo pide marcha, marcha, que dicen los Pinguinos de Magadascar o alguien por el estilo, la calor del estío te hace fantasear con arrimos de entrepierna con el sexo opuesto, la música que enloquece y hasta las mozas de tu pueblo te parecen que están más buenas que de costumbre, siquiera sólo menos bordes que el resto del año, vamos, que a ellas también les arde.

Siendo así, de qué y para qué te vas a sumergir tú con tu pareja en la vorágine esa de lo viejo. ¿Para que te rocien a la menor de cambio con un kalimotxo? ¿Para que empujen a tu señora, la pisoteen, la apaleen o la manteen porque en vez de decir "he pedido un katxi de cerveza", suelte un asturianísimo, "pedí un katxi de cerveza", como si hubiera sido hace un par de lustros? Pues no apetece, la verdad es que no, mejor darse un garbeo por el resto del casco viejo menos frecuentado, ver los fuegos artificiales desde lo alto de San Miguel, bajar hasta la zona de la Torre Otxanda para un cafeto, tomarse un helado con dos bolas -las del cucurucho- en la Virgen Blanca y caminar como una pareja más de señores maduros y responsables por el ensanche decimonónico en plan mirar a todo cristo, saludar otro tanto y recrearse la mil y una chorradas que exhiben, venden o lo que sea que hacen los ambulantes esos.

Apenas se puede dar un paso sin tropezar con alguien, que vamos pasito a pasito, yo estoy cansado y con tres cuartos de Rioja en el estómago no me apetece más líquido en el cuerpo, no al menos si tengo que tirarme media hora o más junto a una barra esperando a que me sirvan, de codazos con todo el mundo y hasta aguantando las gracias del borracho de turno, que dice que te conoce de toda la vida y tú, en plan generoso, mira, chaval, todo lo más de hace un rato, el que llevas dándome la tabarra, cabrón.

Y vale, sí, me, nos estamos haciendo viejos. Las fiestas por estar con la familia y tal, quizás por recrearme en la nostalgia y punto. Pero cada vez asimiló menos el agobio de las muchedumbres, la incomodidad de la ciudad abarrotada de gente por todas partes, la jeta que le echan algunos hosteleros que con el pretexto de las fiestas te cobran el doble o te reducen la oferta a su mínima expresión de calidad y cantidad. En fin, que el cuerpo me pide retirada cuanto antes, y eso que ya en broma le propongo a mi señora acercarnos hasta las txoznas. Casi me fulmina con la mirada. Pero mira tú, ya en el coche cuando bajamos por el túnel de San Antonio, una cuadrilla de adolescentes borrachos nos obstaculizan el paso pegando brincos y gritando, ¡PITA!, ¡PITA! Entonces T que no reacciona, se limita a sonreír como buena asturianina para la que la simpatía hacia el prójimo lo es todo. Yo me cago en Dios y la perra. Lo que faltaba, una jauría de mamarrachos amenazándonos con darnos la noche. ¡Que pites de una puta vez a ver si se largan! En efecto, pita y se disuelven, a saber si porque la nena ha cumplido sus deseos o porque el menda amenaza con bajarse del coche a liarse a hostias. En cualquier caso, llegamos a eso de las 12:30. Dios qué alivio, vamos a ver una peli en el ordenata, a tumbarnos en la cama, gloria bendita, mañana si eso ya llevaremos los críos a los gigantes y cabezudos, a los títeres, las barracas, el Gargantua, el zortziko de la era, los bertsolaris y si hace falta hasta a los toros; pero, de momento, buenas noches y hasta mañana, ondo lo egin!

VÍCTIMAS Y VERDUGOS EN LA BALCONADA DE SAN MIGUEL



Comienzan las fiestas de La Blanca en Vitoria con una de esas polémicas de verano, mediáticas, para llenar el vacío estival de noticias y ya de paso soliviantar ánimos a cuenta de la pusilanimidad ajena, esto es, a aquellos siempre predispuestos a tirarse de los pelos a la menor de cambio.

La cosa iba de que los de BILDU habían invitado a familiares de presos a la balconada de la Iglesia de San Miguel desde donde las autoridades y otros VIP de barbecho asisten a la bajada de Celedón, el personaje vestido de aldeano que simboliza nuestras fiestas patronales. Polémica servida porque una vez más, y las que faltan, los de BILDU muestran su especial concepción de ideas como pacificación, reconciliación, proceso de paz y demás monsergas tan de boga en esta época que ellos dicen de cambio y otros decimos de derrota de un proyecto totalitario, aquel por el que ellos y los asesinos de ETA pretendieron conseguir unos fines políticos mediante el empleo de las armas contra todo aquel que se opusiera a estos.

Los de BILDU invitan a familiares de presos de ETA y dicen que es un gesto de normalización, incluso de cariño hacia aquellos que han sufrido tanto. La polémica está servida porque equiparar el sufrimiento de las víctimas de ETA con el de sus verdugos y familiares resulta simple y llanamente obsceno, que mientras el actual Diputado General de Giputzilandia reprocha a otroa que hagan política del sufrimiento de las víctimas de ETA, bien que les gusta a él y a los suyos recalcar el de aquellos que han sido perseguidos y encarcelados por causar el de éstas. Ahora bien, echarse las manos a la cabeza porque es escorpión pica cuando esa es su condición... Pues lo mismo con los de BILDU y compañía, ya hay que pecar de ingenuo esperando un gesto mínimamente ético o moral de esta gente. Ellos están a lo que están, los terroristas replegándose a sus cuarteles de invierno porque han perdido la guerra, no tienen salida, no los quiere nadie. Los que hasta hace cuatro días los alentaban, buscando todo tipo de argumentos o evasivas para justificarse a sí mismos, para justificar treinta años de connivencia con el terror, de sustento del mismo, siquiera sólo de simpatía hacia los asesinos. Han vuelto a la arena política y encima por la puerta grande porque los han respaldado una catarata de votos en todas las provincias. No van a sacar pecho ni nada, si hasta los dos partidos en demolición que les acompañan como comparsas en eso que dicen coalición están sufriendo un sorprendente proceso de ósmosis, que oyes a uno de EA o la excrecencia esa de EB y te das cuenta de que ya no hay diferencias de discurso con el habitual de la izquierda abertzale, que los han definitivamente abducido.

Yo llevo semanas alucinando porque parece que mi entorno, siquiera sólo de los que siempre se tildaron de izquierdas, más o menos abertzales y siempre, siempre, en contra de ETA y también de los modos gansteriles de HB y derivados, ha votado mayoritariamente a BILDU, siquiera, dicen ellos, como protesta por su ilegalización, que aquí la peña tiene una sensibilidad harto curiosa a la hora de indignarse, 600 muertos no parecen motivo suficiente, que al partido que daba cobijo político y estratégico a los asesinos lo ilegalicen sí que es para indignarse. Curiosa escala de valores en los que los votantes de BILDU lo son en respuesta a las supuestas inequidades y abusos del Estado pero que de las de ETA y compañía como que ya no se acuerdan, y si no hacen casi que para decir que tampoco fue para tanto. Te hablan de lo mismo que les oyen a los cabecillas de la coalición, de proceso de paz definitivo, de nueva época y nuevos modos, de la política como arma exclusiva, hasta de recuperar el espacio perdido por culpa de la violencia del Estado, de reconocimiento de culpas por todos los lados.

El discurso tal que así me repele, presiento un falso arrepentimiento, de circunstancias; no había salida al final del camino emprendido, vamos a parar, pues, a coger ese otro al que nos llamaban desde hacía tiempo, a ver si por ahí sacamos algo. No niego que entre ellos lo habrá que sean sinceros cuando hablan de reconciliación y reconocimiento del dolor ajeno, cuatro gatos. Ahora bien, como siempre, insisto que el movimiento se demuestra andando, y estos, por lo que se ve, por lo que dicen y hacen, andan por donde siempre han andado, cuanto menos el sendero trillado de la equidistancia, de ahí que para ellos el dolor de los victimarios sea el mismo de las víctimas. Y a veces ni siquiera eso, a veces te sale como ayer el Garitano diciendo que todavía es pronto para hablar de acercarse a las víctimas que ellos han provocado. Para eso es pronto, para subirse a sus poltronas recién estrenadas y mangonear a gusto, recibir con los brazos abiertos a individuos que han atentado contra el prójimo, individuos que nos odian al resto por principio, por no comulgar con los suyos y punto, invitar a los familiares de los verdugos que cumplen condena por sus delitos, no por sus ideas, por sus delitos (asesinato, secuestro, extorsión...) parece que no.

Tienen la catadura moral por los suelos, y lo que es peor, cada vez se confirman más los miedos que teníamos algunos, que su discurso era poco más que una fachada para no dificultar su legalización. Siguen en guerra, siquiera sólo en su cabeza, incapaces de desprenderse de los esquemas mentales de tres décadas de insurgencia de barbecho. Por eso su sensibilidad se circunscribe en exclusiva para los de su rebaño, por eso procuraran minimizar en todo momento el sufrimiento causado al resto, por eso actuan todavía como si estuvieran en la trinchera. Son la misma mierda de siempre y no tienen más que un modo de desmentirlo: condenar a ETA de una puta vez. Entretanto no se les puede permitir que nos vengan como si no hubiera pasado nada, como si nunca hubieran celebrado el asesinato de un ser humano por pensar distinto o ser trabajar en cuerpo de seguridad del Estado.

Claro que tienen razón cuando afirman que desde el otro lado también infringieron dolor a espuertas, que los aparatos del estado dieron en más de un Lasa o Zabala, que el GAL vino de donde vino, que los Batallones Vasco Españoles fueron financiados por gente con nombres y apellidos, que las fuerzas de seguridad del Estado lo fueron en gran medida de ocupación, como tales se portaron y ocasionaron más de una víctima que nada que tenía que ver con ETA o similares, víctimas que caían maniatadas al río como Zabaltza, que morían ahogadas en bañeras como Arregi, que caían tiroteadas en controles de carretera; nada que no esté en las hemerotecas.

Pero pretender escudarse en esta realidad para seguir negándose a condenar al principal culpable de tres décadas de locura sectaria y asesina, querer dignificar a toda costa la historia de ETA con sofismas de todo tipo, es tan sólo la medida de su catadura moral: miserable, cómplice.

Por eso también, siquiera por una sola vez teniendo en cuenta lo antipático del personaje, incluso lo afectado y mediático del gesto, aplaudo a Basagoiti cuando se negaba ayer en la balconada de la Iglesia de San Miguel en Vitoria a responder al saludo del alcalde donostiarra de BILDU. Tiene razón el señorito de las Arenas al pedirle a tal Izagirre que primero condene a ETA quien, a diferencia de él, nunca ha sido objetivo de los asesinos, nunca ha tenido que llevar escolta. Claro que éste ha sido un gesto que le ha costado a Basagoiti todo tipo de críticas, le han dicho facista y antivasco, ¡toma ya! Ahora resulta que los cómplices de ETA van a ir dando credenciales de demócratas y vascos al resto; bueno, qué me digo, esto último llevan haciéndolo desde siempre...

Tiene guasa si no fuera porque se trata de una estrategia perfectamente diseñada, la de presentarse como garantes de una paz que ellos antes negaban, una paz para la que ellos son imprescindibles porque de lo contrario sus amigos de ETA podrían volver a las andadas. De modo que noto que se va imponiendo en lo que podríamos llamar "la masas crítica" del paisanaje, la opinión pública mayoritaria, una idea de lo más mezquina y repugnante, una idea que hace que se mire con malos ojos a todo aquel que critica a BILDU como un enemigo de esa paz de marras que ellos, tan generosos, nos conceden ahora. Así pues, cualquier opinión o discurso se supedita a no entorpecer ese supuesto proceso de paz en el que la izquierda abertzale dice estar empeñada, como que hasta parece resultar inconveniente, reaccionario, recordarles lo esencial, que no es lo mismo el sufrimiento de la víctima y el de su verdugo. Otra cosa es que ellos, con tal de no enfrentarse a sí mismos, a su pasado, encima pretendan hacernos creer todo lo contrario. Se trata de otra forma de censura, de autocensura; callar, no tirar de memoria, no reprochar nada, tolerar sus excentricidades y desmesuras, hacerse el tonto cuando ofenden a sabiendas, tragar, tragar, tragar a ver si luego hay premio...

jueves, 4 de agosto de 2011

SALBURUAKO HARITZAK


Salburuako parkian zihar pasiaketan, zigi-zaga nire bikotia eta biok erdi galduta, ez dakigula noruntza goazen, baina ondo gustura urmaelan inguruan. Egia esan, parke hau gero eta gehio gustetan jat, ikaragarri edarra, zabala eta anitza, landare eta animalia mota ezbardin pila dago. Bazabitz bidezidorretatik eta ondoan daukotzu iragarkiak zelako landariak edo animalia txikinak ikus daikezun erakutsiz. Besteak beste ez dot gogoraketan zelako haretx mota, bitxia, baia inoz ez entzundakoa bestelan.

Eta urmaelaren ondotik dinbi-danba ginoazen, landare eta zuhatz artian ia noraezean, ezustian topeta dittugula aspaldi nire aman etxian lan eiten zauen ekuatoriar jatorriko neskame bategas. Aspaldi be alkar ikusten ez geuela, berbetan egon ginen luzaro, zer moduz, aspaldiko t´abar. Halako baten fijetan nazela haurtxo bat guren ondoan itzulinguruka, deabrutxo kakapirri bat; zeure semia da?, itaunketan dotzat nik. Bai, harena da, bigarrenan esperoan be dagoela jabeketan naz laster, haurdun. Eta zela dauko izena? Haritz Rafael, erantzuten dust. Senarrak aitorketan dusku ez zotzala grazia handirik eiten; baia tira, emaztean desioa ei zan, amore emun biar zauen. Niri, ostera, primerakoa begitaketan jat, begibistan dao neskato ekuatoriarrak bertako izen bat gura zauela bere hamen behin betiko bizitzeko asmoa edo gogoa zelabait erakustearren. Esan badot, nik uste primeran egin dauela, ziharo txalotzeko modukoa, hori bai dala hartu ein zaittun herrian integratzeko benetako keinua, erakusten dau, behintzet, hamengoa onartu eta zelabait propio be egiten dauela, zela edo hala gustetan jakola, hainbeste etokinen moduan ez dauela errefusaketan, sikieran egunero sufriketan dabien erretxazoan aurrian erantzun modura.

Gero etxian aitai komentau eta espero lez eiten zauen lelengoa sudurra zimurtzea, areago, irri maltzur baia oso adierazgarri bat erakusten duzku, bardin dutzo, etxako bape txalogarria iruditzen, barregarria aldiz bai, xelebrekreria hutsa, eta hobe ez hastea integrazinoaren diskurtsoagas edo antzera, eztotzu jaramoik egingo, barre eingo dotzu, kokolo galanta, neskatoana txotxolokeria galanta begitanketan jako, besterik ez.

Neri ostera itzel gustau jaten, nire aitan moduko hainbeste kaskamotz, burugogor edo itsuren aldian badao neskato honen moduko gizakume buru zabalagoak, taiuzkoak, positiboak, ganoradunak, banatu beharrian alkartu eiten dabienak, oain arte ezauturikoari muzin eginez etorkizun benetan pozkarriago baten alde eiten dabienak.

Salburuako landaretza zein aireaz goxatu ez ezik, ibilaldi luziaz nekatuta be, bertako berezko arboletaz aparte oso bestelako batzuk be badaozelakoan urten geuen, zuhaitz barriak, oraingoan behintzet haritz barri eta batezbe oso itxaropentsu bat.

EN CORAZÓN DEL PAÍS DE LOS CÁTAROS




Nos vamos de turisteo a Albi, la Numancia de los cátaros, la ciudad natal de famoso pintor Toulousse-Lautrec.

Lo de los cátaros una historia que me apasiona desde que supe de ella. La primera herejía en serio en plena Edad Media, primer susto en serio a la hegemonía del Papado. A grandes rasgos una mezcla de milenarismo, primitivismo cristiano o ensayo de comunismo avant la lettre. Eso y según lo leído hace ya lustros, que ahora tiro de memoria por prisa y pereza, vamos que paso de la wiky como de la mierda, igualitarismo jerárquico y social, amor libre, carpem diem a todas horas y poco más que la hostia en verso. La primera herejía en serio porque estuvo en un tris en dar en cisma dentro de la cristiandad, de montárselo por su cuenta como sucedió ya unos siglos después tras el cabreo aquel morrocotudo que se cogió un tal Lutero, otro que proponía volver a los orígenes de la secta israelita esa. También recuerdo que la cosa iba de insurgencia sureña contra el sistema feudal que los señores locales intentaban imponer a la población local emulando lo que habían hecho sus colegas del norte. Media Occitania o más que se pasó a la herejía, que se levantó contra la autoridad de la Iglesia y los señores locales que envidiaban las tradiciones germanas de sus vecinos del norte, el feudalismo puro y duro, que pregonó la vuelta al un cristianismo que decían auténtico porque el de los primeros les sonaba a comuna igualitaria o algo por el estilo. Luego ya el Papa reaccionó como ha acostumbrado de antiguo, llamó a arrebato a los señores del norte que vieron una ocasión única para someter a esos puñeteros sureños de tradiciones greco-latinas o así, los llamó a la primera cruzada de la Historia. Y allí acudieron a someter a los cátaros a sangre y fuego, probablemente el primer genocidio en serio por motivos no sólo religiosos, que allí hubo mucho de querer someter ese sur de Francia tan a su aire, impulsado por la Iglesia de Roma. Luego ya los que escriben la Historia se encargarían de echar mierda sobre su memoria, en especial cargando las tintas sobre la que por entonces debía parecerles la costumbre más salvaje jamás concebida: el amor libre, que dicen que follaban unos con otros a discreción, con todos y por todos los lados; yo en mis tiempos jóvenes me hubiera hecho cátaro sin dudarlo, ahora ya no lo tengo tan claro, me cuesta conocer gente, me horroriza hacerlo en bolas, me cansa mucho echar más de uno al día, no te digo ya nada hacerlo con la primera, el primero o los dos a la vez, que se te ponen a tiro...

En cualquier caso, Albi fue la Numancia de los cátaros, allí donde se refugiaron los últimos de estos para resistir a los cruzados que hablaban en oi. No tuvieron piedad con ellos, y para que no se olvidaran nunca de lo sucedido, sobre las cenizas de su castillo, o antigua iglesia, no estoy seguro, levantaron la actual catedral de dimensiones descomunales en ladrillo. Por fuera impresiona por lo desproporcional de su tamaño respecto al resto de la villa. Por dentro lo hace otro tanto con sus muros recubiertos de instructivos frescos para que los albigenses no olvidaran nunca lo sucedido, para que sus descendientes tuvieran bien presente en todo momento lo sucedido gracias a las obsesivas imágenes acerca del Infierno alli pintadas.

Luego tocó museo del genial tullido. Niño de buena cuna que fue infeliz toda su vida por culpa del accidente que ocasionó su minusvalía. Tenía de todo, sobre todo talento, pero como una Winehouse cualquiera de su época se embarco en el clásico proceso autodestructivo del artista en guerra con la vida, con la suya. Siquiera, por lo menos dejó una obra mucho más perdurable de la que dejarán nunca todos estos ídolos pop de nuestra época. A mí me alucina y encandila desde siempre sus retratos de putillas, borrachines y demás escenas parisinas. Lo hace porque es de los pocos pintores, que sin pretender pasar a ninguna historia del arte ni por el estilo, sin obsesionarse con posteridades de chichinabo, hizo algo verdaderamente original, imprimió movimiento a sus creaciones, y es que, más allá del retrato de personajes, el uso del color y demás hostías, en los cuadros de Toulousse-Lautrec la gente se mueve, goza, sufre, incluso estando quieta; es algo realmente impresionante y hermoso.

El resto de la villa tampoco deja indiferente. Como no es de grandes afluencias puedes andar a tus anchas por sus calles perfectamente conservadas y con un verdadero encanto de villa sureña anclada en el tiempo. El puente viejo impresiona con la estampa de la catedral-fortaleza con sus járdines del arzobispo y el casco medieval en su otra orilla. Una gozada que puedes disfrutar sin agobios, sin empujones más bien.

Y como durante toda la visita no puedes dejar de pensar en los cátaros y su trágico destino, vamos, que no paro de imaginar orgías en la orilla del río tal y como recuerdo haber visto ilustradas en los libros que se encargaban de hablar, mal, de ellos, contrapropaganda que se llama, libelos, pues que vamos a comer al lado de la catedral, y en eso que pedimos el menú, bastante bueno, pero, es poner una botellica del vino del país sobre la mesa y sospechar que si queda algo de herejía por aquellas tierras, esa debe ser sin lugar a dudas la del vino del país; da ganas de montar una nueva cruzada sólo para arrancar a mandobles las viñas con las que elaboran semejante caldo del demonio; vamos, lo único que hasta el momento me ha hecho implorar en serio al cielo para que mande una plaga o algo por el estilo.

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...