lunes, 11 de agosto de 2014

CANALLA


Eres tú el que se contradice, miente y echa mierda sobre los demás sólo porque no pertenecen a tu misma cuerda ideológica. Eres tú el que quiere ver hipocresía en aquellos que se indignan y condenan los crímenes de Gaza al mismo tiempo que afirmas, sin prueba alguna y con infinita presunción, que permanecen indiferentes ante esos otros que comete el ISIS en Siria o Irak sólo porque juzgas que al hacerlo apenas hacen otra cosa que seguir los dictados de la izquierda en la que adscribes a todos los que no piensan como tú. De hecho, parece que necesitas creer que eso es cierto para justificar tu indiferencia, cuando no tu complacencia, hacia lo ocurrido en Gaza, tu apoyo incondicional a la propaganda israelí y puede que hasta el rechazo innato que te provocan los palestinos por árabes y/o musulmanes. Eres tú el que ve las cosas desde tu trinchera sin importarte que al acusar a los demás de hipocresía lo que haces es poner en tela de juicio la sinceridad de los sentimientos de los que se indignan y condenan la muerte de inocentes. Al fin y al cabo piensas que lo hacen por sectarismo, vamos, como tú cuando la justificas. Ni siquiera te das cuentas, o simplemente lo pasas por alto porque al ver las cosas de la vida desde una trinchera permanente ya sabemos que la verdad es siempre la primera víctima, de que al acusar a unos de condenar al Estado de Israel por bombardear a civiles y no poner el mismo énfasis ante el genocidio que el Estado Islámico está llevando a cabo contra los yazadies, cristianos y chiitas, lo que haces es poner a la misma altura, en la misma categoría, un estado democrático como Israel, y eso a pesar de todas sus taras, errores y hasta crímenes, el cual además tú lo consideras algo así como el baluarte en el Medio Oriente de los valores occidentales, los cuales a veces también tiendes a creer que te pertenecen en exclusiva, y un grupo armado de fanáticos asesinos cuya visión de la vida es tan enloquecida e inasumible que el sólo hecho de lanzar sobre los demás una sospecha de complacencia hacia ellos cae de lleno en el terreno de la infamia. Y por eso, porque se nota a la legua que tamaña infamia, queriendo acusar a los demás de indiferencia hacia unos crímenes en comparación con la reacción que te provocan otros, sólo puede ser producto de un latente complejo de culpa que te hace ver en el otro, esto es, en tu adversario ideológico, puede que tu enemigo, los mismos intereses espurios que tú defiendes en sentido contrario, no me queda otra que pensar que eres un canalla.

jueves, 7 de agosto de 2014

EL TRAPO DE LA INFAMIA



Hace apenas un día una pancarta colgada en la Facultad de Letras de Vitoria, junto al recinto festivo de las txoznas, celebraba el suicidio de un guardia civil. La pancarta en cuestión viene a decir 'Un guardia civil si se suicida no se redime... pero algo es algo" y hace alusión al suicidio reciente de una agente en la capital alavesa. Sería para no creérselo si no estuviéramos donde estamos y vendríamos de donde venimos. Pero no, parece ser que a los que han colgado la pancarta, así como a los que la tuvieron durante el tiempo que estuvo colgada como parte del atrezzo de su recinto festivo, les hacía mucha gracia. 

No siento simpatía alguna hacia la Guardia Civil y la Policía Nacional. Las cosas como son, no puedo decir lo contrario, mi experiencia durante mi agitada juventud no me permite tamaña impostura, sería como dar por bueno muchas cosas de las vividas y sabidas de aquel entonces y otras tantas del presente. De hecho, mi relación hacia los cuerpos "uniformarmados" oscila entre la convicción racional de que siempre tiene que haber una policía que proteja y ayude al ciudadano, una policía al servicio del mismo sobre todas las cosas, una policía a la inglesa, de cuando anhelábamos la versión local de los "bobby" para un país ya libre de..., y un rechazo instintivo y atávico hacia todo aquel uniformado en servicio. Evidentemente esto último pertenece a la inercia tanto del trato, chulesco, violento y humillante, sufrido en el pasado, a la certeza de la existencia de malos tratos, torturas, sufridos por propios y extraños en manos de determinados cuerpos policiales, como por la perplejidad e indignación que me producen los abusos policiales que se cometen todavía hoy en día por parte de unos agentes que parecen haber recibido carta blanca para arremeter contra el ciudadano en defensa siempre de un orden muy concreto, el que les dictan los políticos de turno desde sus puestos de directores de tal o cual cuerpo o por parte de los gobernadores civiles del tipo de una tal Cifuentes y compañía. Eso y la convicción, por más de un hecho judicialmente probado, de malos tratos a detenidos, en especial a los colectivos más desprotegidos como los inmigrantes. Hay demasiado chulo e hijo de puta uniformado y ya sé que no es correcto hacer pasar a justos por pecadores, que no todos, ni siquiera la mayoría, son del tipo que describo. Pero del mismo modo que procuro comportarme racionalmente, vamos, aplicar el sentido común a mis cosas, también soy presa de mis fobias, y de ese modo reconozco me enerva sobremanera tanto los malos tratos de unos pocos como el silencio o el corporativismo del resto que lejos de señalar y condenar a los que rompen la crisma a los manifestantes o abusan y humillan a los inmigrantes, o a todo cristo, los protegen o disculpan. 

Con todo, jamás he celebrado la muerte de un policía o un militar como no lo hecho la de la nadie. Siempre he tenido presente que detrás del uniforme hay una persona con sus seres queridos, con todo su mundo. Por eso tampoco he condescendido jamás con esa mentalidad tan repulsiva e instalada entre una gran parte de mis paisanos que, o justificaban el asesinato de uniformados con la matraca de contencioso, o no le daban importancia alguna, gajes del oficio, se decía, les viene en el suelo. Negar que las cosas eran así, que la complicidad o el silencio era la norma durante los años de plomo, no es sólo hipocresía, es equidistancia a favor de los asesinos, es echar tierra sobre la tumba de las víctimas. 

Por eso me horroriza ese cartel. ETA ya no mata, anda queriendo cerrar su tinglado salvando los muebles y parece ser que no sabe cómo sin reconocer su derrota, sin conseguir siquiera alguna concesión en beneficio de los que lo dieron todo por una idea y con ella arruinaron su vida y se la quitaron a otros. No obstante, si la violencia armada, directa, letal, de ETA ha desaparecido, todavía permanece esa otra moral que anida en los corazones de piedra de muchos de sus seguidores, incapaces de salir de las inercias del pasado, acaso ya incapacitados de por vida para nada bueno. No sabría decir si son la mayoría, no me atrevería, no lo sé, creo que no. Sin embargo, tengo mis esperanzas de que, a pesar de semejante infamia, de la constancia de que todavía hay cabezas huecas y autistas morales capaces de semejante acción, algo está cambiando sustancialmente en ese mundo porque ha sido la propia Comisión de Txoznas quien ha descolgado el trapo de la infamia. Que haya sido por conveniencia o por convención, no lo sé, y qué más da, el caso es que por lo menos hay gente, allí donde hace años se celebraba lo que se celebraba, y mira que podríamos escribir horas y horas todo tipo de anécdotas sobre el tema, que considera que ciertas cosas están ya de sobra, puede que hasta crean que son intolerables. Ahora bien, no basta con descolgar la pancarta, también habría que señalar y condenar a los que la pusieron, defenestrarlos de su seno. De lo contrario seguiremos recelando de las buenas intenciones de la Izquierda Abertzale más próxima a ETA históricamente, aquella que hasta hace apenas cuatro telediarios hablaba de la ignominiosa "sociabilización del sufrimiento".

BIHOTZONDOKOAREN OSTEAN


Hiriko jaietako hirugarren egunaz geroztik gogait egiten hasten naiz, bai, nazkatzen ere bai. Ezin dut saihestu, ez dut nire burua festaren parte sentitzen, ikusle hutsa bilakatzen naiz eta horrek biziro aspertzen nau ikuskizuna ezagunegia begitantzen zaidalako. Areago, aurreneko eguneko alaitasun eztandaz gero, edo bestela esanda, txupinazoaren gaueko zein gehiegizko bihontzondoko hordia alde batera lagata, nahitaezko makalaldi petrala pairatu ohi dut, dena demaseko begi zorrotz edo kritikoez ikusten hasi ohi naiz, dena uste baino errepikakorragoa, zatarragoa, nekagarriagoa, ezagunegia begitantzen zait. Horrenbestez, eta ikusle hutsa bilakaturik naizenez, hau da, festan parten hartu beharrean gainerakoak zelan gozatzen duten begira egoten naizela, aspertzen naiz itzel. Egia esa, jaiok tristatzen naute oso, ez dakit joandako denboragatik eta honekin batera orduko oroitzapenak zein lagunak gogora ekartzen ditudalako ezinbestez, nire inguruan ia dena zelan zaharkitu den jabetzen naizelako edota niri hiriko jaien azpian dagoen berezko zakarkeria gero eta ageriago egiten zaidalako hainbat arlotan, hau da, urtean zehar guztiz hotza eta hitsa den hiri baten azala ziplo aldatzen denekoa, egun gutxi eta zehatz batzutan baino zoratzen ez dakiena, mozkorraren mozkorrez baino zoratzen ez dakiena, alaitasuna oihuka zein saltoka baino azaleratzen ez dakiena. Dena itxurakeria garbi-garbia begitantzen zait berez hain lehorra eta gozagea den hiri honetan. Alabaina, baldin badago itxurakeria horren adibiderik gorena hori da euskararena, zeren eta guztiz gogoeta egitekoa baita, guztiz txunditzekoa, jai egunotan ezagun dituzun mota guztietako euskaldunak, hots, ikastolakumeak, euskaldunzaharrak, euskaldunberriak, euskaraz barra-barra egiten ikustea, eta euren haur edota txakurrekin ez ezik, kalean topo egiten duten ia ororekin baizik. Ikaragarria bai, jai egunotatik aparte beraiekin kalean topo egitekotan ondo asko dakizulako aurreneko hitza berriro ere erdara hutsean izango dela aurrean dutena euskalduna dela ondo jakinda ere. Baina tira, baliteke bai euskara haur zein txakurrekin hizketan egitekoaz gain jai egun seinalatuetarakoa izatea soil-soilik, baliteke hori bere etorkizuna izatea halabeharrez, Edonola ere, helduxegiak omen gara lehen eguneko parranda zoroaz gero jai giroan soraio bermulgiltzeko, eta agian horrexegatik ere bizpahiru ordu barru Asturias alderantz ospa egiteko irrikitan nago. Jaiak ez ezik, zure hirian, zure gurasoenean, zure sorterriarekiko zerikusirik duen oro astunegia egiten hasia zaizulako. Eta hau guztiau ondo jakinda ere hemendik alde egin orduko, hau da, baliteke bihartxe bertan, herrimina nagusituko zaizula derrigorrean.

martes, 5 de agosto de 2014

SÓLO ES JIMMY CARTER HABLANDO SOBRE ISRAEL


Claro, no es musulmán y por lo tanto sospechoso de fanatismo y odio a Occidente por principio, tampoco es un líder bolivariano o un destacado miembro de la extrema izquierda que quiere retrotraernos a los tiempos de la URSS, ni siquiera un tonto sentimentaloide que ve fotos de niños muertes y se pone a opinar sin tener la mínima noción de geo-estrategia o cualquier otra cosa por el estilo. No, sólo es un ex presidente de Estados Unidos que dice, escribe, de lo que salta a la vista, de lo que sabe o debería saber todo el mundo que está ocurriendo en los Territorios Ocupados, del modo cómo trata Israel a los palestinos, de sus proyectos expansionistas a cuenta de los palestinos y de la complicidad de Occidente haciendo la vista gorda ante el apartheid de facto instaurado por Israel en los Territorios Ocupados. ¡Ah, pero es Jimmy Carter! Entonces...

BARRUAN DAROIAZUNA


Herriko, hiriko jaiak, alegia. Umetan liluratzen zaituzte zure inguruan zoramena nagusi delako eta ia ezer ulertu ez baina nahi bai, ulertu nahi duzulako. Nerabetan maite dituzu zoratzen dena zu zeu zarelako gogotik ere. Gaztetan nekatzen hasia zara urtero dena bertsua delakoan zaudelako eta dagoeneko ia ezerk harritzen ez zaituelako, areago, jaiek xarma galdu eta maiz ere aspertzen zaituzte oso, dena berdina, errepikakorra, zatarra begitantzen zaizulako; egia esan jai egunotan kanpora joan gurago duzu. Nagusitan kanpotik ikusten hasten zara, egia esan urteak joan ahala gero eta kuttunagoak, atseginagoak egiten zaizkizu nerabetako zoramenaldi haiek akordura ekartzen dituzulako. Areago, nagusitan jaia nerabetan bezala bizitzeko, gozatzeko tentazioa duzu, eta baliteke, atzo suertatu bezala, tentazioan bete-betean jaustea, hau da, nerabe eta gazte artean zoratzen zarela harik era zure gorputzak nagusia zarela gogoratzen dizun arte. Zahartzaroan ez dakizu, noski, artean ez, baina baduzu zure aita aldamenean telebistari adi-adi Celedon San Miguel Elizako dorretik jatsi ahala zeharo liluraturik, hunkiturik, behialako zoramena gogoan duela, eta orduan sumatu sumatzen duzu zuk zeuk ere berdin egingo duzula etorkizunean, zure hiriko jaien oihartzuna barru-barruan daroiazulako nahitaez, ezinbesteean, behin edo muzin ere egin bazenien zure hiriko jaiei halako gauzez paso egiten zenuelakoan.

MIS SANDALIAS APESTOSAS


¿Qué hacen mis sandalias en la terraza de mi habitación? ¿De dónde viene ese olor a ciénaga, esa peste a purín y puede que a algo peor? Quiero hacer memoria. No puedo, la cabeza no me funciona como quisiera, está bajo mínimos, las neuronas parecen tener agujetas. Y el estómago tampoco responde como debiera, de hecho me manda al baño de cabeza nada más levantarme. Ya sentado sobre el inodoro empiezo a despejar la neblina que cubre mi capacidad de retentiva. Joder, si anoche llegamos a casa a las tantas de la mañana. Sí, recuerdo que no quería irme a la cama, tampoco a casa. Quería seguir bailando la música que sonaba en mi cabeza. Creo recordar que hasta dije algo de ir a tomar la espuela a las txoznas y que un montón de voces me mandaban a tomar por culo al unísono. Sí, música en mi cabeza y de todo tipo. No recuerdo si era bachata, Loquillo y los Trogloditas, Madness, el No Somos Nada de la Polla Records, la enésima versión del Lau Teilatu Gainean, Pakito Txokolateroa o lolailadas varias. No obstante, tengo consciencia de que todas esas canciones y muchas más fueron recorriendo mis neuronas de una a una la pasada noche Y entonces sí, vislumbro las pizzas caseras del Txinbo y los pimientos que vendían como de Gernika pero que no eran ni del Padrón, las botellicas de crianza mano a mano conmigo mismo, el patxarán de marca desconocida o algo así, el ventilador poniendo fresco en el horno en el que nos habían metido, la discusión con la sección pepera del grupo, minoritaria en todo caso, de hecho se limita a una, casi que una rareza, igual hasta pedimos una subvención. Y también, también, joder, joder, me veo pegando saltos como un mostrenco de quince tacos en el Taberna Berri, en el Gasteiz Bi, no sé si entramos hasta en El Segundo o en cuántos más. Me veo, ay qué romantibobo, bailando agarrados con mi señora en la Plaza Nueva, berreando con Px una de la Polla Records en la verbena del Arka, eso y el cabrón del Popi tratándonos de puretas. Y me temo que hasta hubo meneo, no sé yo ya sí también restriego ni cómo ni con quién en el HF de San Prudencio. Joder, joder, qué pereza hacer recuento de la noche, qué vergüenza ajena y propia, cuántas caras conocidas que saludamos y otras de las que ni nos acordábamos. Y es entonces cuando vuelvo a depositar mi mirada sobre mis sandalias en la terraza, y sí, ahora ya sé por qué han pasado toda la noche ahí fuera. Sólo a un soplagaitas como yo se le ocurre salir de farra en sandalias la noche de la bajada del Celedón, no debieron pisar poca mugre ni nada en cada antro, no tuve que soportar pocos pisotones ni nada, mejor no hablar de los charcos de meados junto a los servicios en los bares, los regueros de más de lo mismo por las esquinas, qué coño, por todas partes. En fin, pues eso, las fiestas y la edad que no perdona, hoy al monte a tomar el aire, mañana ya veremos; pero, mucho me temo que ya no estamos para estos trotes, al menos no de seguido, si eso mañana al teatro, como personas maduras y cabales.

lunes, 4 de agosto de 2014

EA AURTEN BEHINTZET KONTROLETAN GAREN




Gaur goizean aditua erdialdeko taberna ezagun batean koadrila giroan zeuden gazte-gazte batzuei.


-Ondo ba, goazen danok bazkaittera Celedon bajatu baino lehen; baina aber aurten behintzet kontroletan garen, ze gero bestela parrandan bagoiaz eta ez dau modurik inogas ligatzeko.

-Ligau gurabozu ez edan urtero lez bazkalorduan, gogoratu igaz zelako atx...

-Bueno, bueno, ni ligatzeaz berba eiten dot, ez edateaz, nik edango dot gura besteko.

-Orduan ez kejau gero ligatzen ez dozulako.

-Baia, baia ze ikusirik dauko edateak ligatzeakin? Ez dot ulerketan...



Gaztetxoak, koitaduak...


*Bestalde, gogora ezazue denok, aurten eraso sexistarik ez, esan ezetz eta ozen olagarroei, edo hobeto esanda, bidal itzazu popatik hartzera...

ARMENTIA CRIMINAL




Como se me va la bola que da gusto mientras camino por el bosque y hago como que escucho a mis hijos y señora, hoy a la tarde no he podido evitar dar rienda suelta al lado más negro de mi imaginación, aquel que me hacefabular una novela negra a cada vuelta de la esquina. En este caso el desencadenante no ha sido otro que el macarra anabolizado, un puto gorila para entendernos, con el que nos hemos cruzado en el camino y que al saludarle ni siquiera ha hecho amago de mirarnos, que ha pasado a nuestro lado como si también fuéramos árboles o algo por el estilo. Él iba a lo suyo y no precisamente de paseo por el bosque porque tenía su "amoto" tuneada pocos metros más adelante, en un claro del bosque no muy lejos de la carretera que lleva a Eskibel y en cuyo borde también había aparcado un coche con la música a todo volumen y unos cuatro maromos dentro. Media hora más tarde, ya en un establecimiento del pueblo de Armentia cuyo nombre no me acuerdo..., el mismo coche apostado al lado del susodicho establecimiento hostelero, la pandilla que lo ocupaba con la ventanilla bajada, el cuarteto de macarras poligoneros, mistura de lolailos y el Jonan de Baraka, con la música de Camela o en ese plan a todo volumen y, unos metros más adelante, el puto gorila de la moto vigilando por si había moros en la costa... moros o "charainas", ya nos entendemos. 

Que no digo yo que estuvieran allí para pasar nada a nadie de lo que puede que escondieran en el bosque y que por eso estuvieran allí no precisamente para hacer ejercicio o algo por estilo. Que tampoco digo que hubieran ido al establecimiento en cuestión a pasar su mercancía, a saber qué tipo de producto proveedor de entusiasmos químicos o por el estilo. No, será que tengo mucha imaginación, y no te digo ya qué recua de prejuicios, que veo cuatro tipos con aspecto patibulario metidos en un coche en una tarde de agosto a las afueras de la ciudad, junto a un lugar adonde acuden sobre todo jóvenes de los barrios, y claro, ya estoy especulando con una versión de The French Connection de andar por casa. Lástima que la cosa no me dé para más y que mi tendencia innata para lo chusco ya estuviera acariciando la idea, la imagen más bien, de una pandilla de camellos que recorren la ciudad en coche con la música de Camela o los Chunguitos a todo volumen y letra a lo Camarón: "Soy camello, y vengo a tu establecimiento, a venderte las pastillas, las pastillitas que tengo..."

Por lo demás, reconocer que este exceso fabulador está directamente relacionado con el hecho de que ayer en Bilbo, ojeando la sección de novela negra de una librería, me encontré la versión castellana de la novela "Roma Criminal" (Romanzo criminale) del juez Giancarlo de Cataldo, la cual dio lugar también a una serie italiana homónima que vi el año pasado y que me pareció sencillamente magnífica, de esas que no quieres que acaben nunca, que acabas cogiéndole cariño a sus personajes por muy canallas que sean, vamos, que deja huella. Recomiendo las dos, novela y serie, cada cual en su género dos mundos. 

Y ya puestos con esto de la novela negra -juro que no tenía intención, pero...- recuerdo que todavía se puede adquirir mi humilde aportación al género, Muerte Entre las Viñas, tanto en su versión impresa como en Amazon Kindle. Novela que pronto verá a luz su segunda parte, continuación o lo que sea, con los mismos personajes y otros nuevos, escenarios parecidos y nuevos. Vamos, segunda novela con inspectora Maider y abogado Ábalos como protas y lo demás todo nuevo y mejor, siempre mejor, claro, en eso estamos.

domingo, 3 de agosto de 2014

MORIRSE EN BILBAO...


Llueve a cántaros en la Plaza Barria de Bilbo. Pero bueno, por eso nos hemos "bajado" mi señora y yo hasta el "Botxo" dejando a los críos a cargo de mi madre. No está el día para playas ni caminatas campestres. Y como llegas tarde, ni visitas lo que tienen del Greco en el Museo de Bellas Artes, ni hostias en vinagre, de cabeza a lo viejo para no perder la costumbre. ¿Soy yo que no me entero o se me está llenando el Botxo de pastelerías y heladerías como nunca antes? De modo que a deambular por las "siete calles" en búsqueda del pincho más molón. Eso hasta que, joder, ¿pero qué precios son estos? ¡Ah, sí, coño, que estamos en Bilbao, meca contemporánea del turismo mundial! Pues eso, dos pinchos tamaño dedal, crianza y zurito por siete euros en la plaza de marras, para habernos matado; eso sí, barra con solera, esperando a que escampara. Así que lejos de estar abarrotados como en Donosti con franceses plato en mano recorriendo la barra de un extremo a otro indecisos, lo que hace la turistada es entrar, echar un vistazo, sacar fotos de los pinchos y a otra cosa mariposa; si quieres pinchos, Pierre, ya te diré yo dónde, ya. Pero por lo demás sigue siendo una gozada callejear por Bilbao, perderse en sus calles, quemar la vida para volver a nacer, de nuevo en tus brazos, morirse en... no, ya paro, que me lanzo y recito entera la canción de Doctor Deseo. Pero bueno, andar de arriba abajo, mirar con vista de forastero las calles que has pisado antes en innumerables ocasiones, recordar alguna que otra anécdota siempre tirando a chusca porque la biografía de servidor no da para más, no nos engañemos; qué bronca la de aquel día nada más llegar en gabarra la Marijaia esa, qué bonito aparecer en portada del EGIN como imagen de la juventud beoda y combativa rendida a Morfeo a primera hora de la mañana, aquel salto sobre los setos de... deja, déjalo. Y también comprobar con tus propios ojos que de la misma manera que la ciudad muda con nuevos negocios y rostros, también conserva cierta esencia ochentera en más de un rincón, a ambos lados de más de una barra, hay pinchos que incluso estás tentado de pensar que ya estaban ahí hace un par de meses cuando la última visita. Y más vagabundeo por la Gran Vía y alrededores, en plan entrar a las librerías a comprar algo para que los críos repongan sus lecturas, a echar un ojo a lo que ya es prácticamente lo mismo en todas partes, comprobar que todavía están a la venta dos ejemplares de Muerte Entre Las Viñas en la del Corte Inglés, eso como antes me encontré mi Azoka y el Borreroak baditu... en las estanterías de Elkar en lo Viejo (en Donosti tenían todos los míos en vascuence). Vanidades absurdas de escritor de provincia, vanidades amargas que sólo se curan en la calle Ledesma con una botellica de txakolí vizcaíno y unas raciones de ensaladilla, tortilla de bacalao, anchoas albardadas y rabas. En fin, una jornada que no le importa a nadie pero que a servidor le vale para saciar su grafomanía feisbukera, manía de escribirlo todo, durante esta noche de sábado en casa en plan tranquilo, ni acercarme a la bodega, casi que de vigilia antes del inicio de las fiestas del pueblín.

viernes, 1 de agosto de 2014

TRABUCAIRE


Harri eta zur geratu berri naiz Teleberriari adi-adi nengoela. Bai, Munilla gotzaina azaldu egin da pantailan gaur egungo gizartearen gehiegizko libertadearen kontra, hau da, bizirik jarraitzen erabakitzeko askatasunaren kontra, abortatzeko eskubidearen kontra, zure herriaren estatusa erabakitzeko eskubidearen kontra. Demaseko eskubideak, libertadea idolo berria bilakatuta. Eta jakina, Munilla Gotzaina libertadearen kontra hain sutsu hitz eta pitz ikusita zera etorri zait ziplo gogora: bai, nola ez, abade haiek libertadearen kontra ere ari zirenak ez hain, ez hain urruti, ez hain...

ESPANTAVIEJAS




A la mañana en el ambulatorio de Olaguibel, que casi me pego con una vieja Sí, había ido a por una receta para mi señora madre y en eso que yo y otra señora estábamos haciendo cola para que nos atendiera el pavo en bata que se peleaba con una impresora, viene una vieja con un taco de recetas o lo que fuera, y que se sienta delante de la mesa del pavo, reclama su atención y yo que me tengo que levantar para preguntarle a ver si no se había dado cuenta de que servidor y la otra señora llevábamos haciendo cola un buen rato.

-¡Ah, bueno, es que a mí me dijo éste chico que cuando necesitara algo que acudiera directamente a él sin problemas.

-Y me parece muy bien, siempre y cuando no se salte la cola, que entonces sí que puede haber problemas.

-Pero es que...

-Pero es que nada, ¿qué pasa, es que es usted especial para que esta señora y un servidor tengamos que dejarla pasar por toda la cara?

-A mí me había dicho este chico...

-Le puede decir misa, aquí las normas son iguales para todos.

Y el caso que el pavo que le había prometido a la vieja que la atendería sin problemas, que ha estado a punto de hacerlo consumando la afrenta hacia mi persona y la de mi compañera de espera, se pone nervioso y me pregunta que a ver que quiero, que ya me atiende, y yo que no, que primero a mi compañera. Y la vieja de pie atónita, que no alcanza a comprender la situación, que a ella le habían dicho que sí, que era especial. Cara de no caber en su asombro, de qué está pasando, desde cuándo una no puede tener privilegios en la sanidad pública, ¿han ganado ya los de PODEMOS?, esto con Franco no pasaba, entonces sí que había respeto y orden y cada cual sabía estar en su sitio, ¿para eso voto yo al PP?, me pasa por confiar en el bobo de Urkullu, si es que... Y yo encima que me salgo del ambulatorio con un complejo de culpa por haber amonestado a una tierna anciana, que ya hay que joderse.

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...