Eta hau guztiau, beste behin ere, euren erresumako herrialde baten bere etorkizuna erabakitzeko eskubidea onartu ezin dutelako. Inondik inora ez, haiek ez, ez behintzat Britania Handia, Kanadak edo beste hainbatek lehenago egin bezala. Beharbada beldur direlako beraiekin gera daitezen konbentzitzeko ziorik, argudiorik edo topatzeko ezgauzak diren. Eta gainerako guztia, hau da, komeni zaienean bakarrik sakrasantua omen den Konstituzioa, zenbait aukera errotik ezinezkoak egiteko apropos egindako legalitatea, Historiaren orrialderik beltzenetatik ateratako sedizioa, aldez aurretik ez zegoela aldarrikatzen zuten espainiar nazionalismoaren suspertze ugertsua eta abar, den-dena komeria hutsa gatazkaren muina estaltze aldera. Euren lege eta epaileen poderioa baino aukeratzen ez dakien estatu baten patu historiko baten enegarrena, alegia.
martes, 31 de octubre de 2017
lunes, 30 de octubre de 2017
MEJOR LA AUSENCIA - EDURNE PORTELA
"Mejor la Ausencia" de Edurne Portela es una de esas novelas que atrapan al lector desde el primer momento con una escritura directa, de frase breve y preeminencia del diálogo. Una vez inmenso uno tiene la sensación que no puede soltar el libro, casi como si se despeñara hacia el desenlace final sin que nada o nadie pueda ser capaz de apartarte del libro.
Con todo, no estoy muy seguro de que eso sea siempre una verdadera virtud en una novela, o acaso sólo una especie de trampantojo. No lo sé, en serio; pero, supongo que si esa era la intención de la autora para cautivar al lector hay que reconocer que la ha conseguido y con creces, funciona a la perfección, Portela es una escritora con un oficio como la copa de un pino.
Luego ya están las impresiones de este lector a medida que se precipitaba hacia el susodicho desenlace. Me refiero a esa sensación de sentirse arrastrado por una historia que se presenta, o más bien se me antoja, excesivamente truculenta, y no porque dude que lo sea, no lo dudo, sino más bien por su puesta en escena, esa que te lleva a pensar "a ver qué más de lo mismo va a pasar en la siguiente página". A este lector le habría gustado cierta pausa en el ritmo de la novela para tomar aliento y reflexionar un instante sobre lo que se está leyendo. Porque uno lee sobre esta historia ambientada en la margen izquierda del Gran Bilbao, en Portu para ser exactos, y está muy bien ambientada, en seguida se reconoce el ambiente y también el escenario. De hecho, le llegan ciertas escenas como si también las hubiera vivido o puede que sí. Todo es excesivamente cercano y eso es un gran logro de la autora porque sabes que lo que va a transmitir a los ajenos a aquellos años de plomo es auténtico y no una recreación especulativa al modo de otros autores que se han acercado al asunto con una mirada de lejos, prejuiciada, de recorte de prensa y poco más. Con todo, este lector tenía la sensación de que el ritmo, a ratos se diría que con los Eskorbuto a modo de banda sonora, no dejaba lugar, no daba tiempo, a una mirada un poco más amplia sobre las cosas. Yo habría agradecido poner un disco de jazz de vez en cuando, cambiar el ritmo, dar un respiro entre un temazo y otros de los "demenciales chicos acelerados". No sé, parece que a veces eso que la prota/autora denomina "rollo vasco" sólo es una mera escusa para ambientar la historia, darle cierto "bizigarri" en la convicción de que todo lo que había que decir o señalar sobre el tema ya está hecho, como evitando "peros" a toda costa, no nos vayamos a desviar del relato procanónico, que no es el tema no, sólo la escusa.
EL CHUCHO
Al principio creía que era imbécil y que por eso no saludaba cuando me lo encontraba en el portal, la escalera o el ascensor. Yo entonces insistía para que se diera por aludido y ni por esas; siempre se escabullía o miraba hacia el otro lado para hacerse el longuis y evitar devolverme el saludo.
Pero oye, no me di por vencido porque creo que todo el mundo merece una oportunidad o varias; siquiera ya sea sólo por el dicho de que "no desees a tu prójimo lo que no desees para". Sí, puro pragmatismo.
De modo que un día coincidí con él en el ascensor y ahí ya no le dejé escapatoria. Lo traté como si lo conociera de toda la vida acribillándolo a observaciones intrascendentes sobre el tiempo y preguntas indiscretas sobre su presente más inmediato, quiero decir, si iba o venía, si había tenido buena o mala mañana, qué tal esas deposiciones. Y claro, al principio lo notaba incómodo, mucho, como si el hecho de que le estuviera prácticamente obligando a mantener una conversación conmigo fuera equiparable a una colonoscopia, que viene a ser, para los de la ESO, dejar que te metan un tubo por el culo para hurgarte por dentro. Pero, hete ahí que enseguida derivé la conversación hacia el chucho que le suele acompañar, un bichejo peludo más feo que Picio, pulgoso se les decía antes, de esos que los ves acercarse de lejos y lo primero que te viene a la cabeza suele ser: "¡contente, contente, no le sueltes una patada que igual no tiene pulgas, no!", preguntándole por su edad, raza, carácter y todas esas insustancialidades al uso, y, oye, le cambió el semblante de golpe, se le iluminó más bien.
Y de ese modo supe que ese can esmirriado y feo como un demonio no era un cachorro a pesar de su tamaño, sino una perra que ya estaba más bien en edad de vestir santos, que no tenía pedigrí alguno sino que era el resultado de mil cruces de chuchos callejeros, momento en el que sólo se me ocurre soltarle, porque soy un puto bocazas que no es capaz de aguantarse una gracia: "¡Anda, pues como yo!"
Y desde entonces un infierno. Porque parece que le debí caer en gracia al vecinito, y que, en efecto, su reticencia a devolver el saludo era sólo timidez. Pero claro, una vez roto el hielo, pues esto no hay quien lo aguante. Cada vez que lo veo me saluda todo efusivo y no duda en pararme para darme el parte de las vicisitudes, ya no de su rutina, sino de la de su chucho. Dicho de otro modo, de diez a un cuarto de hora de mi vida que me roba a diario cuando coincido con él, qué menos para tenerme al tanto de si ese día ha comido poco o mucho el puto chucho, la frecuencia con la que hizo sus necesidades el día anterior y si éstas eran más o menos sólidas según lo ingerido en los últimos días. Y eso cuando no me habla de la salud de sus padres, porque en realidad él ya no vive en el edificio, sino que viene a verlos varias veces al día con el perro.
Estoy hasta los huevos. Como que estoy barajando la posibilidad de ser yo quien le retire el saludo, vamos, de convertirme yo en el vecino rancio y malencarado al que todo el mundo rehuye. Pero claro, entre que uno ha ido a colegio de pago -lo cual es una chorrada como un tempo, porque en realidad he ido al mismo que Javier Maroto y su colega Iñaki Oyarzabal, el alcalde de mi pueblo, unos cuantos etarras de esos que dicen históricos, el dueño del Sagartoki y otros muchos más impresentables, por lo que es obvio que la educación recibida no garantiza nada...- y así como tirando a buen tío, si bien procuro hacer todo lo que puedo para quitarme, pues oye, que no hay manera de recuperar el tiempo perdido, robado.
KALATXORI MOKOGORRIA
Antxeta, kaioa, kalatxoria, behin baino gehiagotan, maiz ere, lekuz kanpo dagoen hegaztia, batez ere kostaldetik urrin. Izan ere, Oviedon bertan sarritan ikusi ohi dira Alde Zaharreko kaleetan barna, katedralaren plaza erdian, Regentaren estatuaren gainean, beti dena kakaztuz. Gasteizen ere noizbait azaltzen dira Salburua aldean, gainerako hegaztien artean arrotz, eta Madril inguruetako zabortegietan gainezka ari dira itsasotik etorritako txorioz. Irail aldean ordea, Asturias mendebaleko kostaldeko marinel herriska batean geundela, urtero bezala, ez zegoen kaiorik, edo ez zitzaien entzuten aspaldian bezala, bertakoek esana noski. Orduan ere gogoratu nintzen uda partean Mutrikun egon ginela eta ez nintzela kalatxorien betiko harrabotsaz jabetu txikitan bezala, agian erreparatu ez niolako behiala belarrian arantza egiten zen azantzari. Edonola ere, kaio mokogorri hegatxuriak garenok beti lekuz kanpo egon ohi gara.
sábado, 28 de octubre de 2017
A PUNTO DE LEVANTAR EL VUELO
Tofo lo que ni siquiera era sólido de veras.
Cuando hasta el último asidero se te rompe entre las manos,
y sientes que también era polvo antes,
que nada era consistente,
que todo era frágil y fugaz,
que nada era lo que parecía,
que nunca mereció tanto tiempo y esfuerzo,
que ni siquiera hubo resultados que valieran la pena.
Porque lo tuyo fue un fracaso tras otro, un constante quiero pero no puedo,
un mirar hacia adelante para no hacerlo atrás o a tus lados,
no fueras a descubrir que ni venías ni ibas a ninguna parte,
engañándote todo el rato porque tampoco había un trayecto que recorrer,
todo lo más un algo para llenar vete a saber qué vacío,
un motivo para darle sentido a tu vida,
para disimular que en realidad no sabes vivirla,
que no eres tú el que tiene las riendas,
que siempre te has dejado llevar,
que en realidad sirves para muy poco.
Así que te dices que hasta aquí hemos llegado,
aseguras que vas a echar el freno de este vehículo sin ruedas que son tus ambiciones y que sabes que no te lleva a ninguna parte.
Llegó el momento de darle el carpetazo a esta historia en la que ni siquiera tú crees,
cómo extrañarte que siendo así los otros todavía se la hayan creído menos o nada.
Es lo que toca por chapucero y mediocre.
No hay más historia,
ahora, o de momento, ni siquiera esa red que te ayudaría a olvidarlo todo,
a alejarte para siempre,
a desaparecer.
Es imposible sentirse más derrotado, saber que has perdido todas tus batallas y ya no te quedan ni municiones ni ardor guerrero.
Todo ha sido la crónica de un gran fracaso.
martes, 24 de octubre de 2017
PAÍS DE CABREROS
En ese que alguien definió una vez como un país de cabreros, parece que les pone mucho todo lo que tenga que ver con la fuerza bruta, someter al otro a bastonazos, zanjar las discusiones con golpes sobre la mesa tirando de sanseacaboses varios, los argumentos siempre descalificadores ad nominem, la demonización del contrario. Eso es lo único que se entiende y se aplaude. Porque lo otro, dialogar con el de enfrente, llegar a acuerdos siquiera de mínimos con el adversario, saber renunciar a parte de las convicciones propias en beneficio del mutuo entendimiento, siquiera ya empatizar en algo con el diferente para intentar entenderlo, todo eso como que no consta en su código genético o no lo enseñan en la escuela. Aquí siempre, y para todo, pico y pala o dos hostias bien dadas. Todo lo demás o no se entiende o da miedo, mucho.
PUTREEI ADI
Ez zaituzte ezagutzen,
Baina ez dute haren premiarik,
Berdin zaituzte juzgatzen,
Balio die edozein aitzakiarik
Ahoa zabaldu edo tekla sakatu orduko
Edozeren alde ala kontra egonik
Zure hitzak okertzea izango dute gustuko,
Epaitua zaude aldez aurretik,
Euren taldera ez bazara atoan lerrotzen,
Ez dizute min egiten diena barkatuko,
Inoren kritika ez baitute inoiz onartzen,
Ez bazara euren ikuspuntuen mendeko,
Zutaz dakiten oro izaten da zurrumurrurik,
Beste batek zuri buruz botatako gezurra,
Edo haiek gaizki intenpretaturiko iritzirik,
Dena dute zilegi zuri emateko egurra.
viernes, 20 de octubre de 2017
TEMPUS FUGIT
¿Conoces dos horas que sean idénticas?
¿Has tenido dos días que no se distinguieran el uno del otro?
¿Semanas que creías haber ya vivido?
¿Meses en los que no te ha pasado nada?
¿Años de los que no recuerdas nada?
Así pasa el tiempo para la mayoría de nosotros.
El resto hace cosas, vive la vida, pasa a los libros de Historia.
LOREAK
Behinola maite zenuen loreak
zu ez zintuen inoiz maitatu.
Zu zinez maite zintuztenak,
nahiz eta bihotzez estimatu,
izan zitzaizkizun ikustezinak.
Bitxiloreak zenituen desideratu,
Hostoak kentzen zenizkienak,
desamodioak ziren zure etekinak,
guztiek bihotza zizuten puzkatu.
Arrosa bat topatu zenuen gerora,
maitatzen ikasi zenuen arantzak,
ahaztu zenituen aspaldiko txiribitak,
azkenik asmatu zenuen zegokizun lorea.
jueves, 19 de octubre de 2017
GOCHERÍAS
Que servidor no se encuentra en la cafetería Sacher de Viena escuchando departir a un paisano sobre el estreno de la última opereta de Johann Strauss (hijo), en una tertulia con los impresionistas en el café Guerbois de Paris o en otra de jóvenes escritores despellejando a Umbral a sus espaldas en el Café Gijón de Madrid, ni siquiera en el pub Brazen Head de Dublín tomando unas Guinness mientras se prepara el Alzamiento de Pascua, es algo de lo que me doy cuenta enseguida cuando oígo hablar a gritos un paisano cosas como:
"¡Mira que son asquerosos esos bichos, lo mal que güelen, lo feos que son y cómo lo dexen tou allá por onde pasen. Agora, y lo ricos que tán depués a los caricotes o col compangu, o... Tenía yo una novia nel pueblu que tenía más pelos qu'un gochu celta, más fea que quitar el tricorniu a un guardia civil; pero, yá depués na cama bien que facía honor a la so paecencia. Y..."
Pero bueno, tampoco pasa nada, casi todos venimos del campo en algún u otro grado, y, por muy exótico, estrambótico incluso, que nos parezca oír disertar a un paisano dando voces sobre el gocho asturcelta en un bar mientras tomamos una caña para hacer tiempo antes de ir a recoger al crío, la verdad es que no nos queda otra que reconocer que en realidad estamos más acostumbrados a escuchar historias similares, tipo jabalíes que bajan del monte de buena mañana a destrozar la viña o de monteros que capturan zorros para tenerlos en casa de animal de compañía, de lo que pensamos.
INKISIDORE NAGUSIA
-Hamar urte espetxean agramontesen taldea berrosatzen saiatzeagatik!
-Zer?
-Fidantzarik gabeko atxiloketa taberna batean Santa Hermandadeko bi kiderekin errieta egiteagatik?
-Nola?
-Fidantzarik gabeko atxiloketa Granada Erreinuko moriskoen zapalkuntzaren aurkako kontzentrazio baketsuak antolatzeagatik.
-Baina...
-Kargurik gabeko kaleratzea Gaztelako hainbat handikientzat ustelkeriagatik salaketa gutxietsi eta gero.
-Hara bestea! Zein da epaile honen izena???
-Lamela abizeneko ez dakit nor...
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