jueves, 19 de julio de 2018

JUGANDO A LOS SOPRANO


Jugando a Los Soprano, de Txema Arinas.
A través de esta trama, el autor nos invita a imaginar cómo sería jugar a Los Soprano. Una historia negra de una España muy negra, y no sólo a lo grande, también lo negro se refuerza en gobiernos autonómicos o en pequeñas corporaciones municipales de chichinabo. España: https://punica.es/jugando-a-los-soprano-snn/?utm_source=sharefb



-“Paco, quería decirte que los de Getosa están muy enfadados contigo por la pregunta que me hiciste en el pleno referido a la financiación de la gestora del Partido de San Andrés durante la campaña electoral. Debes tener cuidado porque uno de los socios de Getosa viene de Venezuela y conoce a colombianos, y esa gente es peligrosa… Tú sabrás lo que haces y dónde te metes”. 
Que no, joder, que no, que esto no me lo he inventado, que no es un guiño supuestamente literario o algo por el estilo, yo qué sé. No, son, bueno, está bien, ahora en serio, lo confieso, en realidad podían ser las palabras textuales de una conversación telefónica con un concejal de El Partido grabada al alcalde de San Andrés del Rebañedo, tercera localidad en importancia de una provincia española cualquiera. Los antecedentes: “El Ayuntamiento de San Andrés del Rebañedo decidió realizar una ampliación de la escuela. Presupuesto, 200.000 euros. Suficientemente importante como para que se presentaran 13 empresas al concurso. Inútil. La concesión se dio a una empresa de Valdebribones, en la Sierra Madrileña, Gestoa, S.A, la cual, sospechan en el pueblo, ya tenía la concesión decidida ¿La razón para la desconfianza? El Administrador, Julio Rodríguez de la Rebolla, es concuñado del alcalde de San Andrés.”
Pues eso, qué ficción ni qué leches, la realidad tal cual, en crudo. Sí, en San Andrés de Rebañedo, provincia de… España. ¿Esto se va a acabar algún día, alguien le va a meter mano en serio? Lo dudo, lo dudo, están todos muy bien situados, de hecho no paran de hacerlo, resituarse. Da igual que les echen del Gobierno o de donde sea, ellos corren a resguardarse de la tormenta hasta que ésta escampe para así ya luego poder volver a las andadas con un rostro nuevo. Por eso, cuando dicen “regeneración”, lo que en realidad están diciendo en italiano lampedusiano es: Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi“.
Qué coño regenerarse, de qué se van a poner limpiar nada de dentro de El Partido. ¿Manos limpias? ¿Pero ya las tiene alguno? Y digo yo que como poco habría que reconocerles el mérito de ser la versión hispana de la Mafia, Camorra, Ndrangueta o como se le quiera llamar, aquí El Partido a secas. No en vano han demostrado toda la pericia de estas venerables organizaciones criminales para sacar tajada ilegal de todo aquello en lo que ponen las manos; pero, eso sí, con la sutil y esencial diferencia de que los de El Partido no necesitan recurrir a los métodos violentos de persuasión a los que sus colegas italianos son tan dados, verdaderos expertos en rentabilizar al máximo la crueldad sobre sus semejantes. No, ni mucho menos, El Partido no se mancha las manos de sangre, le basta con saber qué resortes tocar para asegurarse, gracias a la avaricia e incluso la estulticia innatas de aquellos cuyo concurso les es necesario para sus fechorías. De ese modo, El Partido, al fin y al cabo una mera herramienta para el enriquecimiento personal y del grupo de los mal llamados prusianos del sur por los que algunos extranjeros tienen a los españoles, reniega y hasta aborrece del folklore mediterráneo de la sangre que tan caro parece ser a sus colegas de la Italia Meridional, los cuales tan pronto echan mano de unos sicarios para que disparen a bocajarro sobre un rival desde una Lambretta, secuestran y hacen desaparecer a un alto cargo del Gobierno o de la Iglesia sin que nadie llegue nunca a saber el paradero del cadáver, o colocan una cabeza de caballo ensangrentada a los pies de la cama de un financiero de lo que sea reacio a colaborar con ellos, esto es, al más puro estilo de sus cinematográficos primos americanos. El Partido no sólo rechaza de plano esa violencia indiscriminada, y en la mayoría de los casos también sádica, sino que sabe que no sería aceptada por la gran masa social que lo sustenta con sus votos, de modo que sólo recurre a ella en casos extremos, es decir, cuando ya no le queda otra que invitar a algún antiguo colaborador a que se suicide antes de que empiece a cantar la Traviata por todo lo alto, o para destruir, por lo general sólo y de momento social y económicamente, a los que ya hayan dado el paso de colaborar con la justicia.
De ese modo, se podría decir que, al contrario de lo que han hecho los mafiosos italianos implicando mediante la compra o el chantaje a la clase política para poder así dedicarse al saqueo de los recursos del país sin miramientos, en España han sido los propios políticos de El Partido quienes han copiado a sus colegas italianos el modo de tejer una red clientelar, la cual compromete a tantas personas y de todos los ámbitos sociales con un mínimo de poder o decisión, como abarca también cualquier aspecto de la economía  nacional de la que chupar impunemente, esto es, sustrayendo la riqueza que debería distribuirse entre el conjunto de los ciudadanos españoles de acuerdo a las leyes del libre mercado. Una red que abarca desde gobiernos autonómicos en pleno a pequeñas corporaciones municipales de chichinabo como la que nos ocupa, la de San Andrés de Rebañosa, donde poco importa que no haya nada en apariencia que rebañar, no, que ya se encargarán ellos de inventar algo, cualquier cosa. Anda que no llevan haciéndolo desde hace décadas en todas partes, pregunten, pregunten si no a los concejales de El Partido porque se afiliaron a éste, de algo había que vivir, me refiero a vivir bien, de puta madre, claro. Dicho de otro modo, la cuadratura del círculo; no necesitaron la llamada del capo de turno para corromperse, estaban ya dispuestos a ello desde que tomaron la decisión de meterse en política.
Y por si fuera poco, por una vez son los españoles quienes innovan perfeccionando el sistema de sustracción a gran escala de los recursos de todos, que era lo que venían haciendo las diferentes mafias italianas con el estado italiano en connivencia con su clase política. Llamémoslo nuestra pequeña venganza por lo que hacen ellos con nuestro aceite, que lo compran a precio de saldo para luego etiquetarlo como propio a precio de lujo.
*El alcalde de San Andrés de Rebañosa, por cierto, denuncia que se ha atentado contra su intimidad, que era una conversación privada. Sí claro, son de lo que no hay: “¿Denunciar unas amenazas de muerte durante una conversación telefónica? ¿Adónde vamos a llegar?”, que dijo el capo mafioso de la zona cuando lo detuvieron…
Texto: © Txema Arinas, 2018.



viernes, 13 de julio de 2018

SETIÉN, UNO DE LOS NUESTROS


Pues sí, vuelve la burra al trigo, a joderse toca, aquí haciendo memoria, y para los que dicen que lo de no pararse a saludar a los hijos de Aldaia no tuvo importancia o no podemos saber si se dio cuenta o no. Aquel fue el tiempo del lazo azul, y ya antes de lo del Buen Pastor había habido unas cuantas agresiones a gente que lo llevaba. En mi cuadrilla tuvimos un altercado a causa de un intento de linchamiento de uno de nosotros que lo llevaba el plena Cuchi, entonces el territorio comanche por excelencia en nuestra ciudad. No acabamos a hostias de puro milagro con una marabunta de enfervorecidos cachorros "abertzalsocialistas" que se lo querían quitar a nuestro colega a hostia limpia. A mí me arrojaron a los pies un bloque de cemento del que me libré no sé si por instinto o porque un colega me apartó mientras discutía a gritos y amenazas con aquellos camisas pardas. Al final, y a pesar de ser diez veces más que nosotros, pero nosotros en la veintena larga y la mayoría de ellos críos de instituto se acoquinaron. También sé, como la mayoría de nosotros, de muchas otras anécdotas con el lazo azul, recordemos que una muestra de rechazo al secuestro de un empresario por parte de ETA, algunas tan patéticas como niñas diciéndole a su ama en una óptica: "ahí va un fascista de los del lazo..." (la foto que acompaña esta entrada ilustra bastante al respecto...) Todos tenemos anécdotas parecidas de aquella época.

Y el caso es que, días después, veo en la tele a Setien, la cabeza de los cristianos guipuzcoanos, y no precisamente porque a un ateo como yo le afecte lo que haga o deje de hacer un prelado de la Iglesia, pasando de largo de la familia con la pancarta exigiendo la liberación de Aldaia y el lazo azul de marras. Estos días he recordado que el asco infinito que sentí aquel día por aquel hombre soberbio como pocos que en el preciso momento que debió demostrar su piedad cristiana prefirió el gesto político de no posicionarse a favor de los que estaban sufriendo para no molestar a los verdugos y sus acólitos. Que sí, que luego muy erudito y todo lo que tú quieras, que hizo cosas como implantar Proyecto Hombre, que ayudó a muchas familias... faltaría, faltaría, que era el obispo, vamos, el jefazo de una organización que se debe precisamente a esas cosas. Con todo, insisto, hay gestos que nos marcan de por vida, al no ser, claro está, que nos arrepintamos y pidamos perdón; no hace falta ser cristiano para saber perdonar.

De ahí la nefasta opinión que he tenido siempre por el finado y lo mucho que me irrita la veneración, casi que rozando la beatificación, que recibe su figura por parte de la mayoría del nacionalismo vasco no violento (y no nos vamos a engañar, el motivo principal no fue otro que Setién abogaba por una paz pactada con los asesinos en la que siquiera algo se les reconocería por dejar de matar). Porque, vaya por dónde, resulta que los que lo veneran suelen ser los medios nacionalistas y personas de sensibilidad nacionalista (acaso tanto o más como la mía, si bien insisto que de serlo lo sería de la forma más heterodoxa posible y desde luego que lo más lejos del pringue tribal que lo envuelve en nuestro caso), el cual, al hacerlo, vuelve a relegar el dolor de las víctimas a un segundo o tercer plano, vuelve a hacer lo que la mayoría social nacionalista, pero no todos los nacionalistas, hicieron durante los años de plomo, y lo hacen justo en un momento en el que se nota demasiado que esa mayoría social quiere rescribir a toda costa el relato de lo sucedido para evitar así tener que enfrentarse a la vergüenza de reconocer que fue tibia con ETA e indiferente, cuando no desdeñosa, con las víctimas. De hecho, eso se percibe en la vergonzosa equidistancia del discurso de muchos paisanos cuando al mencionar aquellos años enseguida corren a mentarte las torturas, lo de Cataluña, Palestina, Trump, el Calentamiento Global..., como si de verdad lo uno quitara lo otro. Y por favor, que no entienda nadie esto como un ataque personal, hablo en general, hablo de aquellos del "algo habrá hecho..." reconvertidos hoy en "tampoco fue para tanto..."
Aquí lo dejo.

SETIÉN Y LA PIEDAD CRIISTIANA



Muere Setién y eso que llamamos la comunidad nacionalista vasca parece cerrar filas alrededor de su figura, ya sea destacando su reconocida talla intelectual como el empeño que puso en denunciar la violencia, todas, y exigir a ETA que dejara de matar.

Todo eso es cierto, pero también lo es que Setien, en su empeño como nacionalista convencido de cultivar una equidistancia entre unos y otros, entre la violencia de ETA y la del Estado, tuvo gestos verdaderamente desafortunados para con las víctimas de la violencia etarra. Sin ir más lejos tres detalles sumamente significativos. El primero su negativa a oficiar el funeral por el senador socialista Enrique Casas asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas (una de las muchas escisiones de ETA de la época o reagrupación de terroristas o como los quieras definir, que para el caso...), con la excusa de que ello le habría obligado a hacer otro tanto con los militantes de ETA muertos en manos de la policía. El segundo sucedió en 1995, tras el asesinato de Gregorio Ordóñez, las populares María San Gil y Mª José Usandizaga visitaron a Setién para exponerle su pesar y su sensación de desamparo por lo que entendían una desafección del prelado respecto a la familia del teniente de alcalde asesinado. Las dos mujeres se quejaron: "consideramos que no trata a sus feligreses por igual", a lo que monseñor replicó: "¿dónde está escrito que hay que querer a todos los hijos de la misma manera?" Y el tercero, pero no último, corresponde a la foto que acompaña esta entrada, y que no es otra que la recoge el momento en que Setién pasaba indiferente por delante de los familiares, los hijos, del empresario Aldaia secuestrado en aquel momento por ETA. Luego hasta tuvo la desfachatez de declarar que la foto había sido mal intencionada cuando la realidad fue que no paró en ningún momento para interesarse por la familia de Aldaia. Un gesto de una falta de compasión que llamó mucho la atención en un representante de la Iglesia, que dijo mucho de las prioridades de alguien cuya labor pastoral pareció estar guiada siempre más por consideraciones políticas que por teológicas.

En realidad Setien representó mejor que nadie la equidistancia en la que estaba instalada una gran parte del nacionalismo vasco no violento, si bien que con muy contadas excepciones. Era la misma equidistancia que hacía comportarse a buena parte de la sociedad vasca con ignominiosa frialdad, cuando no con verdadero desprecio, para con las víctimas de ETA; "algo habrá hecho..." Ahora toca olvidarlo, incluso negarlo, porque nos avergüenza, claro está, nos impide considerarnos tan puros e inocentes como nos gusta vernos frente a aquel que todavía seguimos creyendo nuestro enemigo, aquel que todavía nos gusta pensar que nos da motivos de sobra para poder seguir atrincherados en nuestra negativa a reconocer nuestros errores; al enemigo ni agua... Porque de eso va esta incapacidad innata de buena parte de la sociedad vasca para reconocer el daño infligido a terceros, siquiera por omisión. La mayoría, para qué nos vamos a engañar, sigue en su trinchera. Ahora no hay tiros, ahora hasta nos podemos permitir gestos conciliadores con aquel que hasta hace dos telediarios considerábamos tiroteable porque no pensaba como nosotros, incluso volvemos a tomar potes con aquellos que en su momento nos amenazaron con las hostias o los tiros famosos por cuestionar la ortodoxia en boga. De modo que ese y no otro es el motivo de la cascada de loas que Setien está recibiendo de palabra y letra por su reconocida "altura intelectual" y su tesón para resistir impasible los insultos y descalificaciones de los que fue objeto durante años por... el enemigo. El artículo de hoy de Txema Montero en Deia es el ejemplo más claro de lo que escribo.

Así que seguimos resistiéndonos a reconocer el daño causado, la parte de culpa que nos corresponde por la injusta equidistancia durante los años de plomo, la frialdad, cuando no rechazo, frente a las víctimas inocentes de la barbarie etarra, a las que ahora descalificamos como agentes sociales a tener en cuenta independientemente de sus ideas, como si todas fueran un bloque monolítico, y sobre todo, fíjate qué casualidad, coincidiendo en ello con la derecha española y también buena parte de la izquierda.

En resumen, una vez más, y si hace falta hasta la nausea, recordar aquello que decía Koldo Mitxelena de que antes de nacionalista era demócrata, lo que viene a ser a mi entender alguien que pone la ética o la moral por delante de su ideología por muy legítima que sea ésta. Ya va siendo hora de que muchos nacionalistas vascos renuncien a la coartada de que los otros, el Estado, "el enemigo", no ha reconocido la parte de culpa que le corresponde, y probablemente tampoco lo hará nunca porque la razón de la fuerza está de su parte, y hagan un sincero y profundo examen de conciencia y sean capaces de salir de la trinchera para reconocer en qué se equivocaron, cuándo y por qué fueron injustos con los demás. No me consta que Setién lo hiciera nunca.

GASTEIZKO HONDARTZAK, ATZO ETA GAUR

#Komunitatea "Gasteizko hondartzak, atzo eta gaur", Txema Arinasen eskutik
http://uberan.eus/…


Gasteizko Hondartzak, hona hemen Xabier Montoia gasteiztar idazle oparoaren liburu baten izena, aspaldi Euskadi Saria eta guzti eman omen ziotena. Izenburuak bazuen ironia pintin bat azalean Gamarrako piszinak agertuta, hau da, kostalderik gabeko hiriaren gorabeherak edo. Baina bai, ironia galanta gasteiztarron egiazko hondartzak Uribarri-Ganboa urtegiko urbazter legartsuak baitira gehien jota eta ezinbestez. Edonola ere, Montoiaren ipuin sorta hau da atzo arratsaldean gogora ekarri egin nuena nire umeak Gamarrako piszinetaraino eroan nituela bero sapatik ihesi eguzki galdapean txoro-txoroan etzate aldera. Bazen urte mordoa, hamarkadak egia esanda, bertara joana ez nintzela, hots, berriki egindako berriztapenak ezagun ez nituela. Umetan ostera urtero uda partean gurasoekin edo nerabetan nire lehengusuekin zein eskolako hainbat lagunekin joan ohi nintzen, batez ere uztail aldean, ia arratsaldero, Gamarra aldera zihoan urbanoa hartuta. Eta bai, aitortu beharrean nago nire txikitako piszinak dexente aldatu direla. Azalez behintzat bai, dena erabat berrantolatuta baitago itxura mordenoago edo agian erosoago bat ematearren; baina, funtsez aldiz ia denak berdin dirau ezinbesteko itxurapainketarekin. Hala ere, baldin badago taiuzko aldaketa bat hori dagokio egun Gamarrako piszinetan nagusi den jendilajeari, alafede. Izan ere, txikitan/gaztetan nire inguruko gehienek, hau da, auzoko zein eskolako lagunek. Mendizorrotzako piszinetara jo ohi zuten, gehienak bazkide zirelako -hiriko aberaskilo-kumeak Estadiokoak izaten ziren baina-, hau da, Mendiko karneta zeukatenak, eta Gamarrakoetara inongo edo inolako karnetik ez geneukanok jo ohi genuen. Egia esateko, hau da, gauzak lehen behintzat ziren bezala esatearren, Gamarrakoak ziren langile auzoetakoen piszinak zein Gasteiz inguruko herrietatik uretara propio zetozenenak. Edo bestela esanda, eguna, goizetik arratsera arte, familia giroan pic-nic egitera etortzen zirenenak, hau da, piszinen inguruko zelaietan eguneko ia otordu guztiak egiteko asmotan, plastikozko mahai eta aulkiekin ondo hornituak, zetozenak. Badakit nik hau horrela esanda pekatu larria dela gurea bezalako gizarte batean non gizarte-mailak eta ez baleude bezala jokatu ohi dugun, gaia bera aipatzea lotsatzeko modukoa bailitzan ia ustekabez. Eta beharbada ez da gauza txarra horrela jokatzea, ez; egia esanda geure gizartearen bertute bat delakoan nago zeharo, batez ere beste hiri guztiz klasistago batzuen aldean non giza-taldeen arteko mugak hainbat ezaugarri ekonomiko edota geografikoek ondo asko bereizita/nabarmenduta dauden. Hala eta guztiz ere, auzoen arteko bereizketa hori niri behintzat txikitan ezin ageriagoa egiten zitzaidan gure gurasoak autonomo txikiak eta Avenidakoak ziren aldetik, hau da, klase ertain langilea, haiek harro esatea hain gustuko zutenez betiere. Halaber, ez dakit nik zenbatgarren aldiz esan zidaten urtero Mendizorrotzakoen bazkide izateko, zorioneko karneta behingoan eskuratzeko. Eta nik ezetz, ez zuela merezi, piszinotara uztail aldeko astegun buruzurietan baino joango ez ginen leloa aitzakia, asteburuetan eta batik bat abuztu partean gure aitaren herrikoetan zein Gipuzkoako kostaldeko herriko hondartzetan egongo ginela, hori eta Adurtza auzoko lehengusuekin kosta ahala kosta joan nahi nuela Gamarrakoetara. Gaur egun, ordea, badirudi jende-modua azalez behintzat ere dexente aldatu dela. Badirudi, halabeharrez, nazioen parke batean gaudela, mota guztietako hizkuntzak zein azentuak entzungai baititugu (eta betidanik bezala ere Debagoieneko euskalkia nagusi da euskaraz egiten dutenen artean zenbait ikastoleroren batuarekin batera), mota guztietako larruazal koloreak zein piurak. Azalez bai, baina funtsez ez dut uste piszina-zaleen jitea askotxo aldatu denik, gaur egungo piszineroen giza-aniztasun/aberastasun kulturala gure hiriak jasan duen giza-aldaketaren ezaupide ezin begi-bistakoagoa omen da, antza Maroto alkate ohi (ez)jaunak batere maite ez zuena; baina, izatekotan gurea bezalako hiri txiki eta hertsi batek joandako mendearen erdialdean jaso zuen aurreneko giza aldaketaren gisakoa da, hau da, biztanleria 60etako garapen ekonomikoa zela medio auskalo zenbat aldiz biderkatu egin zenekoa Espainiaren toki guztietatik etorritakoei esker.
Alde horretatik, Xabier Montoiaren liburua nolabait zaharkituxe geratu dela nabarmendu behar genuke, zeren osatzen duten ipuinek hainbat gasteiztarren istorioak jorratzen baitituzte sasoika, hau dan hiriko Historian zehar, eta zer esanik, liburuari, 1997 urtean argitaratua izanik, falta zaizkio Gasteizek azken hamardadetan jasandako giza-aldaketa handiak, nire ustez guztiz aipagarrienak, batez ere interesgarrienak, behinik behin hiria beti bezain txiki eta hertsia izanda ere beste handiago batzuen aldean, sekula baino anitzagoa eta batik bat kosmopolitagoa baita, azken honek dakartzan pentsamode aldaketa zein nahitaezko liskarrekin batera.
Niri dagokidanez zer esanik ez, gaur egungo Gasteiz hau umetatik ezagutu edo pairatutakoa gurago dut duda zipitzik gabe. Nik hiri handi ego gutxienez ertaienen anonimatoa atsegin dut ezer baino lehen. Oro har, ez zait batere gustatzen gizalegeari eutsiz ezagun edo lagun ditudanekin denbora etengabe hitz aspertuetan edo alper-berriketan galtzea, hau da, nor bere bizitzaren kontura huskerietan buru belarri jardutea behin eta berriz erabat nazkatu arte. Halako uzkurra naiz, agian betizu samarra ere, bai horixe. Horrenbestez, eta behiala bezala, Gamarran guztiz gusturago egon nintzen Mendizorrotzan baino.

lunes, 9 de julio de 2018

"KAIKUAK"

Ez dira haikuak, ez dute inolako metrikarik errespetatzen, gogoeta xalo edo inozoak baino ez dituzte azaldu nahi ahalik eta hitz gutxienetan

Mihi gaiztoa

Pozoia ahotan prest

Beti txorimalo



Parrandaren hondarrean

Iturrian urperatzen genuen gure egarria
Gora Gayarre! Gora osasuna!



Antzinako abadeen modura

Egungo honek dio: "Egia bakarra egia judiziala da"
Egia lapurtzen diguten lotsabakoak



Idaz-katilua eginda

Kunderak grafomania zuen gaitz
Nik kaikukeria-iturri



Miresten ditut ingeniariak

Mundua nire moduko alprojen esku balego akabo
Nor bere neurriaren mende



Euri tantak

Arrats alperrikaldua
Etsiaz blai



Euskaldun zintzoen historia

Erresistentzia luze baten porrotak dira
Baita gure buruaren kontra ere




Gaizki-ulertuak etengabe

Ikasteari ekin arren itzultzailearen premia zuen
Gure harremanaren etsai



Ez gara jentilak

Egonarria etengabe arrastaka eramateko
Amor omnia vinci?



Bada atsegina bezain ergela

Aberrikeria guztiak bildu baloi batean
Handien porrota bezain ederra



Udara ezbaian

goian eta behean enbata
larunbat aparta



Milaka jakintsu

Gainontzekoen bizitza nola izorratu hausnarrean
Ez, hori ezin da



Ez zuen nahi

Bizargin mozkorra garrasika
Koinata errenka



Eguzki bako uda

Aitaren eskutik ez pozik, ez kantari
Opor ahaztezinak



Derrigorrezko nazionalismoa

Segun norena den dotrina zilegi da ala ez
Munduko herritarrak



Ekaitza udaran

Aberatsen minbizia
Soka hauskorra



Ekinaren ekinez

Horma amildu nahi zuen pilotaz
Ez zuen inoiz ikasi

"KAIKUS"


"KAIKUS" (no llegan a haikus, no respetan métrica alguna, no pretenden otra cosa que expresar una idea más o menos chorra con el menor número de palabras posibles)


Tocan a muerto
Ella arrasa por donde pasa
Castigo de vino



Litros de rosado corren por mis venas
Esa puta ranchera toda la noche en mi cabeza
¡Qué voy a hacer con tanto dolor!



Déjate de estrellas Michelín
¡Qué magras con tomate las de aquel año!
Sonaban jotas hasta en árabe



Se apago la Wiki
Ya no éramos tan eruditos y viajados
Perdidos en las sombras




El abuelo fue dictador
Unos nos lo exhuman, otros nos dan un ducado a su nombre
Que nos quiten lo robado



La defendía contra viento y marea
Cuando la mayoría renegaba de la esclavitud
Se creía mejor a contracorriente




Saber encajar los golpes
No te hace inmune al hacha enemiga
Todo árbol se quiebra por algún lado



¡Viva México, cabrones!
¿Ya estamos otra vez con el puto fútbol?
Eso también pudo estar bien




Revivo en cada uno de sus gestos
Llevo varias mudas y todas duelen
Amanezco empapado en recuerdos




Un país maravilloso,
gobernado por verdaderos hijos de puta
Siamo tutti figli d'Adamo




Un verano sin máquinas
Perdidos en una realidad en sepia
El tedio de vivir



Una retahíla
Nunca llegarás a nada
Todos los trenes pasan



Dice el inquisidor
Pareces un gilipollas retrasado
Espejito mágico



No es ciega, es tuerta
En Iruña, en Alsasua, en Fraguas
La desproporción es ley

jueves, 28 de junio de 2018

THE SNIPER - LIAM O´FLAHERTY



                         http://uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/the-sniper-liam-oflaherty

Nola ulertu, asmatu, are gutxiago jakin ere, arestian Ukranian suertatu dena mendebaldeko hedabideak zein Putinen aldeko hainbeste bozeramaile eta baita mendebaldeko ustezko ezkertiar kazetari edo pentsalari ere informazioaren inguruan eraikizen ari diren aurreritzi zein ezinikusiezko amarauna barik? Izan ere, badakigu Putinen gutizia inperialista edo postsobietikoaren nondik norakoaen berri, badakigu zer nolako etekinak ateratzen dizkion zar txikiak errusiar nazionalismoari Errusiatik at bizi diren errusiar hiztungoen eskubideak aldarrikatzeko edo ustezko erasoen aurrean edonon eskua sartzeko indarrez edo behinik behin bortxazko (sasi)diplomaziaren bitartez. Alabaina, jakin badakigu ere ukrainiar nazionalistei dagokienez gauzak ez daudela oso argi eta garbi, Maidan famatuan bildutako hainbat eta hainbat eskuin muturreko taldeetako kideak zirela, hau da, gehienbat euren burua II Mundu Gerraren garaian naziei sustatu eta lagundutako ukrainiar nazionalisten ondorengotzat hartzen dutenak, orduko aje guztiekin, arrazakeria eta batik bat antisemitismoa barne. Badakigu taldeon zenbait buru oraingo ukrainiar gobernuaren parte izan dela hausteskundeetan igaro beharrik gabe, badakigu Maindango hainbat buruzagik Ukraniako erabateko (ber)ukranizazio bat eskatzen duela kosta ahala kosta, indarrez edo, hau da, herritarren eskubide demokratikoak erabat alde batera lagata. Eta jakin badakigu ere azken hau burugabekeria hutsa dela Ukrania bezalako estatu etniko eta kulturalki oso aberats zein geografikoki ia bitan banatu batean, non tokian tokiko hizkuntzen erabilera oso bestelakoa omen den, non aberri edo nazio atxikimendu sentimenduak oso anitzak omen diren; denetarik baitago estatu handi hartan, euren burua ukrainiar peto-petotzat hartzen dutenak baina errusieraz egiten dutenak, errusiar jatorrizkotzat dutenak ukraniar nazionalitateari uko egiteke, Errusiara bueltatu nahi duten ukrainieradunak URSS-minak jota edo, eta abar eta abar.
Gakoa eskualdean eskualdeko hizkuntza bakoitzaren hiztunen batez bestekoetan datzalakoan nago; baina, auskalo berriro ere, ezin baita aldez aurretik ezer zehatz edo tinkorik esan, hain korapilatsua baita ditxosozko identitateekin zerikusirik duen oro. Edonola ere, benetan dakigun gauza bakarra nork bere gauzak nahi bezala edo bere interesen arabera kontatzen dizkigula, hots, eta betiko lez, ezin garela fidatu ustez behintzat egunero informatzen diguten hedabideetaz, adi, erne, egon beharrean gaudela halabeharrez helarazten diguten orori muzin eginez, badaezpada. 

Eta hala guztiz ere, bada aspaldi eraso bortitzak hasi zirela, badaude hamaika hildako etnia edo ideologien arteko gorroto petralaren ondorioz, ba omen dago gugandik oso hur beste europear gerra bat hastapenetan, beste behin ere nazionalismo edo ismo guztien onura ala ajeei buruz gogoeta egiteko parada luze eta sakona egiteko emango diguna, tamalez, beti tamalez. 

Hau guztiau gogora ekarri dut duela gutxi Liam O´Flaherty irlandar idazle famatuarenSniper ipuin klasiko zoragarria berrakurtzen ari nintzela (baliteke norbaitek laster euskaratzea, merezi duelakoan bainago). Ez dut ipuinaren amaiera zapuztu nahi, ipuinaren indar handia bertan baitatza. Horrenbestez, pasartetxo hau aukeratu dut Ukrainian, Sirian, Yemenen, nonahi egiatan suertatzen ari denaren adibide gisa edo:

"Then the dying man on the roof crumpled up and fell forward. The body
turned over and over in space and hit the ground with a dull thud. Then it lay

The sniper looked at his enemy falling and he shuddered. The lust of battle
died in him. He became bitten by remorse. The sweat stood out in beads on his
forehead. Weakened by his wound and the long summer day of fasting and
watching on the roof, he revolted from the sight of the shattered mass of his
dead enemy. His teeth chattered, he began to gibber to himself, cursing the
war, cursing himself, cursing everybody."

The Sniper - Liam O´Flaherty

THIS IS THE GIRL





Tarde de finales de junio 
el cielo de nuevo encapotado
Patti Smith canta This is The Girl,
tributo a aquella chica de voz única
muerta en la flor de la vida
Yo fantaseo con la vida salvaje de Thoreau
Desuello piezas que me he cobrado junto al lago
Compagino las Vidas Ejemplares de Plutarco
con un tratado sobre líquenes ingleses.
Vivir de acuerdo con los principios de cada cual
no está al alcance de todos.
De fondo la vocecita de un dibujo animado
Cada cual está a sus cosas
Yo remato mi último ejercicio de vanidad
Sé que puedo ser lo peor del mundo
Me ha costado años embridarme
y todavía me sueño cimarrón
Llevo mal la derrota y todavía peor el cansancio
Cuando no salgo a andar me revuelvo en mi jaula
como un felino que vacila entre ser gato o león
A veces incluso tengo algún que otro gesto 
que me absolverá de una eternidad en los infiernos
This the blind that turned in wine

jueves, 21 de junio de 2018

MAITE DUT DOVLATOV




“Orain dela urtebetem lan finko bat aipatu zidan Tarasevitxek:
-Ba al dakik Kleiner ospitalean dagoela? Larri zegok.
(langile finkoetariko bat zen Kleiner) Galdetu nion:
-Ba al itxaropenik?
-Ehuneko laurogei hemeretzikoa. Alegia, lanpostu bat hutsik geratuko duk.
-Galdetzen nian ea ba ote den hura sendatzeko itxaropenik.
-A… Ez diat uste. Lastima, gizon ona zuan. Eta ez zian antzik batere hirekin: antikomunista porrokatua zuan.”

 FILIALA – SERGEI DOVLATOV

Bukatu berri dut Katakrak Liburuak-ekoek  argitaratutako Sergei Dolatoven Filiala. Azala ez zait batere gustatu, oso itsusia begitandu zait, azaleko idazpuruak ere xumeegiak dira balizko erosleak erakartze aldera; lagunarteko edizio soil  bat ematen du. Ez dakit, aitor dut atsekabetu nauela nolabait. Halere, Amaia Apaulaza eta Aroa Uhartek egindako itzulpena beti bezain txukuna da nafar euskararen ukitu berezi eta ezti horrekin, beharbada Dovlatovek kontatzen dizkigun ekialdeko istorio horiei ezin hobeto egokitzen zaiena, hots, irakurketa mendebaldeko euskaldunontzat doi-doia exotikoa  eginez.  Edonola ere, goxatu dut beste behin ere Dovlatoven kontakizun arrunt barregarri eta xamurrokin, non, betiko lez, ironia eta malenkonia etengabe tartekatzen/lardaskatzen diren. Baliteke Filiala izeneko liburu honetan malenkonia ironiari gaineratu izana, baina betiere hain ohiko duen malenkonia oso fin eta umoretsu batez. Beharko, azken finean Dovlatovek atzerriko bizimodua, hots, Estatu Batuetan bizi izandako aurreneko urteak, eta Sobietar Batasunekoa, atzerrira alde egin baino lehenagokoak, tartekatzen baititu. Eta gutxi ez bailitzan ere, Filialan Dovlatovek bere bizitzaren amodio nagusiaren berri ematen digu, Errusian gaztetan ezagutu zuenekoa zein atzerrian nagusiagotan berraurkitu zuenekoa.

Edonola ere, Filiala da Sergei Dolavtoven idazkeraren eredu ezin garbiago bat, ni harenKonpromisoa irakurri nuenetik txoratu nauena. Maite dut Sergei Dovlatov, bai. Maite dut ondo asko jakinda haren idazkera errusiar idazle handien aldean arina eman lezakeela, baita ustez inoiz baino nabariago erabilitako tonuarengatik zein jorratzen dituen azalez behintzat gai hutsalengatik ere. Dovlatovek ez ditu Pasternakek idatzitako drama luze eta bortitzak edo Aleksandr Solzhenitsynen Gulag Artxipelago bezalako inbentario liburu mardul eta benetan astunak idazten. Dovlatovek ez zuen Nobel Saria irabazi sobietar literatura disidentearen ikur izateagatik edota akademiko orojakileek klasikotzat hartutako liburu borobil bategatik –nire ustez haren “Maleta” sobietar literatura disidentearen egiazko klasiko bat izanagatik-. Baina bada ere, nire ustez behintzat, disidenterik handiena eta agian ere eraginkorrena, bere disidentzia oso sotila baita, eguneroko bizimoduaren ustezko huskerietan nabarmentzen baita ozta-ozta oharkabean. Areago, hain serioak, konprometituak eta batez ere ausartak, kementsuak omen ziren Pasternak, Solzhenitsynen edota nik biziro maite ere dudan Vasili Grossmanen aldean Dovlatov, nahita ala ez, ganorabako, arlote edo apurtxo bat ere lotsabako bat begitantzen zaigu beraren idazkera zein giza itxurari berari erreparatuz. Badirudi Dovlatovek irakurleari barrea eragin baino nahi ez diola, haren helburu nagusia besterik ez balitz bezala, hau da, idazle arrunt eta kaskar batena, inolako anbizio literariorik erakusten ez duena, eta horrexegatik ere xelebrekeriak baizik kontatzen ez dizkiguna Sobietar Batasuneko eguneroko bizimoduari buruz.
Hala eta guztiz ere, horretantxe datza Dolavtoven literaturaren neurria, azalezko huskeriak, eguneroko gizakien arteko miseriak eta zenbait azpikeria barne ere, Sobietar Batasunekoa bezalako erregimen despotiko zein arbitrario batek hiritarren artean eragiten zituen beldurrak, gaizkiulertuak, zentzugabekeriak zein zekenkeriak agerian uzteko gaitasun erabatekoan. Baina baldin badago Dovlatoven gaitasun horretan benetan estimatzekoa hori da umorea zein xamurtasuna osagai nagusiak dituela, idazkera atsegina bezain hunkigarria taxutzen duela; lehenik irria eragiten digunak gerotxo, irakurri berriari buruz amiñi bat hausnartu orduko, irri hau berau izozten du eta.
Nola ez maitatu idazkera atsegin bezain hunkigarri bat eskaintzen dizun Dovlatov idazlea eta aldi berean irakurritakoaren gainean gogoeta sakon eta luze bat egitera behatzen zaituena? Halaber, badago beste motibo bat Dolavtov zinez maitatzeko: haren burua protagonista egitera ausartzen da kontakizunotan, hau da, bera dugu, egiaz ala ez, etengabean hainbat saltsatan hanka sartzen, bazterrak nahasten, nahigabetzen, mozkortzen, ikusten dugun hezur eta mamizko pertsonaia, hau da, kontatutakoari ezinbesteko egiantzekotasun bat eransten diona ia dena azalez zentzugabekoa izanda ere.
Maite dut Dovlatov, bai, hari esker inoiz ez bezala barre egin dudalako, hari esker inoiz baino hobeto sobietar gizartearen nondik norako benetan bitxiak, xelebreak eta batez ere ezezagunak asmatu egin ditudalako, baita, edo batik bat, hari esker umorea zein xamurtasuna ezin hobeto uztartu daitezkeela berriro egiaztatu dudalako ere.
Eta badago beste bitxikeria bat ezinbestez aipatu beharrekoa: Dovlatov euskaraz leitu dut soil-soilik. Dovlatoven iru liburu daude euskaraz: Hiria Argitaletxearen Konpromisoa, Ereinen Maleta eta hasieran aipatutako azkeneko hau, Katratrak Liburuak-en Filiala. Txorakeria bat dela? Baliteke, bai, edozein hizkuntza bitarteko bat baizik ez izatea; baina niri behintzat hainbeste txoratu nauen idazle bat euskaraz baino irakurri izanak balio erantsi bat begitantzen zait. Demagun euskaraz baizik irakurri ez izana gorabehera txatxu, hutsal bezain hunkibera zein oso esanguratsu bat dela, Dovlatoven literaturari etengabe antzematen diodana, hain zuzen ere.

Oviedon, 2018/06/20

martes, 19 de junio de 2018

LAS RAÍCES DEL ÁRBOL

 



Nuestras raíces no están entre los restos óseos del camposanto del pueblo de nuestros mayores.
Eso es simple arqueología genealógica.
Nuestras raíces no están entre aquellos que llevan nuestro apellido o entre esos otros que nos han visto crecer.
Eso es una simple contingencia biográfica.
Nuestras raíces no están en el conjunto de mitos, tópicos y falsedades con los que se construye la identidad del rincón en el mundo que nos ha tocado en suerte.

Eso es literatura tribal.
Nuestras raíces no están entre las supuestas deudas a saldar con personas o lugares concretos.
Eso es chantaje emocional.
Nuestras raíces están entre los afectos y los recuerdos que nosotros asumimos como propios.
Eso es ser un espíritu libre.
Todo lo demás cadenas al cuello que nos echan otros.



*"Raíces de árbol" de Van Gogh

domingo, 17 de junio de 2018

CHUQUIAGO – Deriva de la Paz - MIGUEL SÁNCHEZ-OSTIZ





“También lo hago con este libro de crónicas fragmentarias de lo vivido a lo largo de nueve viajes. No está todo ni mucho menos, pero me queda la duda de si esto que escribo es La Paz. No, no lo es, es mi ciudad vista y recorrida, por fuerza distinta a la que otros viven  y a la que otros visitan… y a ratos, solo a ratos. Hay otros días, otros momentos, que no han entrado en ese recorrido; por ejemplo, esos banales, de los que habla Lévy-Strauss al comienzo de sus Tristes Tópicos. A cada mirada, una ciudad, y viceversa. Si el viajero deja que le dicen lo que tiene que ver, en lugar de lo que puede ver por sí mismo, está perdido.”

CHUQUIAGO – Deriva de La Paz – Miguel Sánchez-Ostiz



Lo mejor de este CHUQUIAGO del veterano y reconocido escritor Miguel Sánchez-Ostiz es que no se trata de un libro de viajes, no al uso, sino más bien de eso que el autor califica de “patiperreo”, es decir de apuntes, impresiones, sucedidos incluso, que el autor va vertiendo al papel como resultado de recorrer, por lo general a pata, una ciudad en la en todo momento se reconoce de paso y por ello perplejo, expectante, perdido. Lo subrayo porque la mayoría de los libros de viaje nos tienen acostumbrados a algo muy diferente de lo que vamos a encontrar en Chuquiago. A decir verdad, la llamada literatura de viajes se suele asemejar, cuando no lo es descaradamente, a un reportaje turístico, por lo general y de propina con pujos literarios, en el que el autor, por lo general un campeón que se ha documentado previamente de todo acerca de su destino y además atesora un bagaje como viajero que da para mil y una comparanzas con el destino que tiene entre las teclas, suele sentar cátedra sobre lo que ve, esto es, aleccionando al lector sobre lo que es digno o no de verse, lo que no se puede perder en caso de decidirse a visitar el destino en cuestión. Hay en este tipo de autores una apenas disimulada mirada de explorador decimonónico a lo Richard Francis Burton o Henry Monton Stanley; luego ya, dependiendo de la suerte del lector, le puede tocar bregar con el texto de un hombre de la vasta cultura y sensibilidad hacia otras civilizaciones distintas a la suya como el primero, o todo lo contrario como en el caso del segundo.
En Chuquiago, por suerte, no hay intención alguna de sentar cátedra, vulgo abrumar con datos y sentencias acerca del destino visitado, por parte de su autor. Al contrario, Miguel Sánchez-Ostiz se cuida en todo momento en trasmitir al lector que su texto no pretende caer en todos los vicios del género antes citado, que lo suyo es otra cosa menos pretenciosa, más íntima, apenas una excusa como otra cualquiera para que un escritor de su talla tenga materia de sobra al objeto de poder así plasmar sus impresiones siempre personales, subjetivas, sobre todo literarias, y contar alguna que otra anécdota de acuerdo con su inconfundible estilo y que una vez ya sobre el papel forma parte de eso que llaman corpus literario de un autor. Dicho en plata, Chuquiago no va tanta de La Paz o Bolivia como de Miguel Sánchez-Ostiz en La Paz, Bolivia. Como ya he dicho, él mismo se encarga de recordárnoslo a lo largo del texto por si acaso, tras una y otra crónica de lo que ha visto o vivido, se nos ha olvidado y podemos caer en la tentación de pensar que es un reportero/explorador en el que nos habla de La Paz y no un literato de paso por la ciudad, y eso por muchas veces que la haya pisado y en diferentes ocasiones.

Bolivia no es para mí –eso al menos me digo- un cazadero de imágenes y reportajes humanitarios que a la postre resultan falsos porque no tienen como objeto la concienciación de nadie ni de nada, sino dar el pelotazo con el trofeo conseguido. Lo de tender puentes con el Otro, el dichoso Otro y la tragedia del ser humano, así en general, es un cuento chino. El Otro, si lo queremos ver está desde hace ya mucho tiempo en la puerta de nuestra casa, con su desdicha o desamparo para encontrarlo. Solo que ahí, tan cerca, resulta molesto. Lejos, no. Lejos es una atracción y nos sirve para conjurar la xenofobia, el racismo, el clasismo y todas las fobias que queramos… nos permite ejercer de solidarios, de generosos, de humanitarios, pero a ser posible con prensa y público.

 De modo que recomiendo abstenerse de la lectura de Chuquiago a los que buscan certezas documentales o consejos de viaje para visitar La Paz o Bolivia a modo de prescripción médica o casi. El principal atractivo de este libro no es tanto el destino en sí que lo protagoniza como la deriva de su autor por una ciudad, un país, que nos va presentando a través de su peculiar prisma narrativo, el cual si hay que caracterizarlo por algo es tanto por su ya acreditada riqueza expresiva, un tono que oscila de continuo entre lo burlón, divertido y sobre todo gozón y un pujo por procurar ser franco, sincero, acaso auténtico, en todo momento acerca de lo que ve y traslada al papel. Un dominio de la lengua, franqueza y bonhomía que son partes indisolubles del estilo de Miguel Sánchez-Ostiz, puede que también motivo del rechazo de aquellos que se ver reflejados, cuando no desnudados, en sus obras, porque no deja indiferente, no se anda con medias tintas si cree que tiene que denunciar al funcionario capullo o abusivo casi que por definición, la impostura del figurón de turno o los intentos de tomadura de pelo, cuando no estafas puras y duras, por parte de las legiones de pícaros que pueblan, no solo La Paz, sino cualquier rincón del globo terráqueo. Y no se trata de alardear de espíritu justiciero alguno, de ir de desfacedor de entuertos cuan un Quijote de ultramar. No, no va por ahí la cosa sino más bien todo lo contrario, el personaje que se pasea a sí mismo por las calles de La Paz es un viajero como lo seríamos cualquiera de nosotros, esto es, tan proclive al embeleso ante lo que ve como al enojo ante cualquier intento de fraude o tomadura de pelo. Sólo que Miguel Sánchez-Ostiz lo dice, lo recoge como una impresión más del “patiperreo”, no se lo calla para no afear el conjunto, para no desmerecer el viaje, y de ahí que todo lo que cuenta, como lo relacionado con el famoso soroche o el consumo de la hoja de coca, esto es, con el “acuquillar”, resulte tan auténtico como particular.  
Es el resultado de una escritura que emana sensibilidad, acaso lo contrario de la soberbia sabelotoda del reportero/explorador del que hablaba antes. Y si se nota en algo en este libro eso es en la continua celebración de la amistad. Porque este no es, no siempre, la mayoría de las veces no, un “patiperreo” a solas, sino más en compañía de amigos que el autor hizo en su momento en La Paz o que va haciendo. Sin lugar a dudas uno de los pilares del libro, la puesta escena de esos amigos, los cuales página tras página van dando, junto con el autor, en personajes del mismo. Personajes, los vivos con los que el autor se va de visita literaria a un cementerio como se va a probar un chicharrón con mucha llajua a la tasca de al lado, y otros ya pasados a mejor vida, en algunos casos casi que en el sentido más estricto del término dada la que llevaron sobre la tierra, como los escritores bolivianos o extranjeros, y a su vez y por sus actos también verdaderos personajes literarios, como Victor Hugo Viscarra, Jaime Saenz, Ciro Bayo y otros. Personas o personajes que al final ofician de puertas a través de las que acceder a aspectos o mundos tan diversos y a veces encontrados de la realidad paceña o boliviana y sin los que el relato daría en eso mismo, un mero “patiperreo”, y no, no es el caso.

De modo que este Chuquiago de Miguel Sánchez-Ostiz trasciende y con creces lo que se podría esperar de un libro adscrito al género de la literatura de viajes a la que estamos acostumbrados por obra y gracia de lo que a veces parece hecho más para industria turística que para el gozo literario tal cual, y sí en cambio de esa otra a la altura de El camino a Oxiana, del británico Robert Byron, Los trazos de la canción de Chatwin  e incluso cualquiera de los de Ryszard Kapuściński. Al fin al cabo, Miguel Sánchez-Ostiz nos habla de un territorio literario, porque eso es lo que servidor percibe antes que nada, otro territorio sobre el que fabular o simplemente levantar acta literaria. Un territorio que el autor ha hecho suyo tras muchos viajes, la forja de verdaderas y buenas amistades, que no siempre viene a ser lo mismo, y un verdadero zacuto de experiencias que exprimir o explicar en el papel. Pero, sobre todo, la lectura de Chuquiago te deja la impresión de que lo que de verdad has leído ha sido una verdadera, sesuda y muy amena declaración de amor a la ciudad que protagoniza el libro.

   “Es ya un poco tarde para preguntarme qué se me ha perdido en Bolivia. Son muchos viajes y calculo que día por día he pasado en ese país casi un año y medio de mi vida. Eso, de joven no tiene demasiada importancia, pero cuando vas de otoñada y el tiempo escasea y apremia, sí la tiene. ¿Por qué esa ciudad de la que ahora escribo y no otra? La mejor respuesta que encuentro es que La Paz me he sentido dichoso, y eso lo resume todo, me da igual lo que pasara, he sido dichoso, no puedo decir nada más y esto ya es mucho”

Txema Arinas
Oviedo, 10/05/2018

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...