viernes, 23 de octubre de 2020

AZKEN EGUNOTAKOA



-Gaur behintzat maskarek balio digute atzokoaz gero musuan islaturik daramagun iguina inork ikus ez diezagun.

-Egia da, Mariasun, atzokoak oso itsusi utzi gaitu eta.

-Atzokoak denok itsusten gaitu.

-Garai ilun eta itsusiak, Mariasun.

-Garai ilunetan derrigor azaleratzen den itsuskeria, ez besterik.

                                                             


Badirudi joskin batzuk emakumezkoen Erdi Aroko "burukoak" modan jarri nahian dabiltzala, berriro omen? Nik ez dut inolako erreparorik iraganera begira egoteko inspirazio iturri gisa, jakina, guztiz kontrakoa baizik historiazale porrokatua izanda. Halere, beldur naiz Erdi Arora jotzea ez ote den, edozer iradokitze aldera, gure garaiotako joera oso garbia, hau da, Marxek polito azaltzen zuen gainegituraren kontzeptuarekin bat datorrena gure gizartearen azken garaiotako bilakaera gero eta atzerakoiagoa aintzat hartuta. Hurrengoa zer? Sorginak berriro erretzea, jauntxo berrien bortizkeria zuritzea edota Estamentuzko Gizartea berriro eta batez ere behingoz berrezartzea?



Gaur egun jantzita eraman behar dugun maskaraz kexu ari gara etengabean, potroetaraino gaude, bai horixe. Halere, ahaztutzen gara Pandemia etorri baino lehen, egunean-egunean, mota guztietako maskarak ere jantzi ohi genituela/ditugula hor kanpoan, plaza erdian, ari ginela/garela; nork bere maskarak premiazko dituela denok nola edo hala nahitaezko "plazalagunak" garen aldetik. Maskara horiek, aldiz, eskegita gordetzen ditugu, ondoko edo beheko irudian bezala, gure buruarekin bakarka egoten garela soil-soilik, eta maiz ere kostata, oso, asko eta askok gure buruari, auskalo zeren kontura, marro egiteko, ez bada ere zuritzeko, ere joera bizia izaten dugu eta.



Beldurra gara

Jaio nintzen
Zin egin zidaten
Beti zainduko nindutela.
Hor kanpoan dena zen okerbide.

Beldurra gara

Hazi nintzen
Behin irakatsi zidaten
Biziak beti samintzen duela
Bizirik izatea nahitaezko atsekabe

Beldurra gara

Zahartu nintzen
Aski ohartarazi zidaten
Izu-ikara beti kanpotik datorrela
Arrotz eta berria den oro balizko hondamen

Beldurra gara

Hil nintzen
Birus bat iragarri zuten
Haren beldur bizia ozpindu zitzaidan
Azkenean Don Bildur nire buruaren jaun eta jabe.



-Maskararekin ala maskara barik bizitza gure artean antzerakoa ez balitz bezala.

-Nolatan?

-Batere graziarik gabe zein etengabe aspertzen edo lotsarazten gaituen komedia bufa bat.

viernes, 16 de octubre de 2020

LA REVANCHA de Txema Arinas


 

" La Revancha" de Txema Arinas. Un relatico para la revista Solo Novela Negra: https://www.solonovelanegra.es/la-revancha-por-txema-arinas/

Por fin lo pillamos solo, lejos de su barrio y de su gente, desprevenido, a nuestra merced. Ahora sí, se va a enterar el muy cabrón.

  • ¿Qué pasa, no te acuerdas de nosotros?

Claro que se acuerda, aunque ahora lo niegue porque se ve acorralado. Hace menos de dos semanas él y los dos pasmarotes que lo acompañaban nos dieron el palo junto a la estación del tren de cercanías que hay en nuestro barrio. A plena luz del día, a la vista de cualquiera que pasara por allí. Nos sacó un chuchillo jamonero mientras sus dos colegas se partían el culo al ver el gesto de espanto que poníamos. Un cuchillo jamonero, sí, de los que tiene todo el mundo en la cocina de casa. Mi viejo cuenta -de hecho, siempre está con sus putas batallitas, como si alguna de ellas me sirviera de consuelo- que en su tiempo los quinquis llevaban navajas, que por eso muchos de los que eran asaltados luego se agenciaban una por si les volvían a salir al paso y había que hacerles frente. Cualquier cosa con tal de no volver a pasar por la misma humillación que pasamos nosotros; la peor de todas, la impotencia. Ahora, si luego, y por lo que fuera, sus viejos les pillaban la navaja en casa eran ellos los que se convertían en quinquis ipso facto y se les podía caer el pelo. Eso y que una navaja, o un cuchillo jamonero como ese roñoso con el que ese puto macarra nos amenazó para sacarnos menos de cinco euros, ya son palabras mayores. A poco que le pinche a alguien ya has cometido un delito de sangre. Y nadie, empezando por el macarra y sus colegas, quiere que corra la sangre. Por eso dudo que tuvieran intención de pincharnos, como mucho amedrentarnos para que les diéramos todo el dinero que llevábamos encima y que, insisto, no llegaba ni a cinco euros. Sin embargo, por eso mismo, porque estábamos casi seguros de que no se habrían atrevido a pincharnos con el cuchillo en el caso de habernos negado a entregarles el dinero, nos humilló tanto habérselo entregado sin ofrecer resistencia. Porque esa es la palabra: humillación.

 No sé qué se nos pasó por la cabeza en ese momento. Supongo que nos quedamos paralizados por la sorpresa de vernos atracados por primera vez en nuestra vida, incapaces de aceptar con la respuesta ante una situación para la que no estábamos preparados con quince años, atónitos incluso ante el dilema que se nos planteaba en aquel momento por primera vez en nuestras vidas: sucumbir o no a la amenaza más que improbable de ser rajados por un macarra de barrio. Porque los otros dos que lo acompañaba no cuentan. El único que nos amenazaba con un cuchillo era él. Los otros dos eran poco más que su comparsa. Puede que estuvieran allí de meros espectadores de la hazaña de su amigo. Al fin y al cabo, el chaval es conocido en la ciudad por su, digamos, ya dilata actividad delictiva, por decirlo de alguna manera. Poco más que pequeños hurtos en comercios, garajes, colegios y algún que otro palo a niñatos como el que nos dio a nosotros. Eso sí, siempre lejos de su barrio. Otro motivo para sentirnos humillados. Vamos, todo un figura con una carrera prometedora por delante, un verdadero deshecho social que dice mi padre, un caso perdido si no se le coge a tiempo, que dice mi madre, carne de juzgado de menores, insiste mi viejo.

Pues de eso mismo va lo de hoy, de parar los pies a este quinqui de mierda, en realidad un macarrilla del tres al cuarto en palabras de la chavala de unos de mis colegas, la cual lo conoce del instituto del que acabaron echándolo porque solo iba de tanto en tanto y siempre para montarla, que se ve que, como el chico no tiene muchas luces, en cuanto un profe lo ponía en evidencia se lo tomaba como una afrenta personal en toda regla y al rato se liaba a guantazos con él. Nuestro plan de venganza consistía básicamente en esperar pacientemente a que un día volviera a aparecer por nuestro barrio solo y desprevenido. Lo sé, un plan absurdo, a la altura de los pardillos que somos; pero, es que tampoco íbamos a ir a buscarlo hasta su barrio para luego salir trasquilados. Claro que tampoco lo fiábamos todo a cruzar los dedos. No, porque hemos tenido la suerte de tener la ayuda de esa amiga a la que me refería antes, la cual, como ya ha tenido más de un encontronazo con él y sabe por dónde se mueve, nos ha proporcionado la información necesaria para saber cuándo va solo y a dónde, en este caso a visitar a su abuela en la otra punta de la ciudad, y, lo más valioso de todo, aquello por lo que le estaremos agradecidos a la chavala hasta el final de nuestros días, atravesando siempre nuestro barrio. Gracias a ese dato hemos podido interceptarlo un día como hoy justo cuando cruzaba el descampado que hay no muy lejos de la estación del tren donde él y sus amigos nos dieron el palo.

  • ¿Qué, ya no somos tan valientes cuándo estamos solos sin los colegas?

No lo he podido evitar, me ha salido del alma en cuanto he escuchado su contestación con la misma chulería con la que nos dio el palo aquel día, que a ver de qué iba él a tener miedo, ¿de unos putos críos como nosotros? Un golpe en toda la cara con el trozo de manguera que me agencié en el taller de mi tío, uno de los muchos que suele tener esparcidos por el suelo donde guarda el material de su empresa de jardinería. Un trozo de manguera para hacer daño sin provocar lesiones irreparables.Y le ha dolido, vaya que si le ha dolido. No diré que tanto como a mí comprobar que, lejos de intimidarlo con nuestra presencia, el muy cabrón va y se nos pone todavía más chulo como si todavía pudiera estar en condiciones de acoquinarnos a nosotros y no al revés. Se lo tiene muy creído el Al Capone este de barrio. Pues ahí le va otro manguerazo en todo el muslo, y otro y otro, los que hagan falta hasta que se ponga de rodillas para suplicarnos perdón.

  • ¿Todavía te atreves a amenazarnos?

Ya imaginaba que se resistiría, le va en ello su prestigio como matón del tres al cuarto. Al fin y al cabo, en esta ciudad tan canija todo acaba sabiéndose y, en cuanto se enterasen sus colegas, y huelga decir que sobre todo sus víctimas, de que alguien le había puesto en su sitio, esto es, de rodillas, sobre todo alguien como nosotros, unos simples chavales de nuestro barrio, se le acababa ya el chollo, nadie más volvería a verlo como un peligro, todo lo más un raterillo del tres al cuarto que se viene abajo a la primera hostia que le calzan en serio. Ese y no otro era el propósito con el que he convencido a mis amigos para prepararle esta encerrona. Queríamos una revancha en toda regla por la humillación del otro día, devolvérsela por partida doble, puede que en realidad resarcirnos con nosotros mismos por nuestra cobardía. Claro que eso era exactamente lo que me insinuaba mi viejo el día que nos dieron el palo, siempre con ese puto gesto de decepción que parece dibujársele en la jeta cada vez que abro la boca, cuando le aseguraba, tengo que reconocer que fuera de mí, que me habría gustado darle una paliza al puto macarra hasta dejarlo inútil para el resto de su vida. Sin embargo, la verdad es que ambos sabíamos que exageraba llevado por rabia que me embargaba en aquel momento. Rabioso sobre todo conmigo mismo por haberme comportado como un pardillo. De lo contrario nunca habría podido convencer a mis amigos de que el único propósito de la encerrona, y muy en especial el del trozo de manguera, no era otro que obligarlo a ponerse de rodillas hasta que nos suplicara perdón, a ser posible entre sollozos, humillado. Ahora eso ya no es posible, ahora sé que tengo que aplicarme con la manguera si quiero doblegar su chulería hasta que ésta deje de recordarme la humillación sufrida aquel día.

  • ¡Venga, repite lo que has dicho! ¿No eres tan valiente?

Lo tengo hecho un ovillo en el suelo. Y digo bien: lo tengo, porque mis amigos hace ya un rato que han retrocedido varios pasos asustados por el cariz que está tomando la cosa. Cobardes, rajados, nadie dijo que la violencia fuera un juego de niños. Estoy solo frente a un bulto humano que me ofrece su espalda encorvada a la vez que protege su cabeza con las manos en previsión de que mi trozo de manguera pueda desfigurarle la cara o dañar los órganos de su cuerpo más expuestos a mi furia.

  • ¡Jura que no volverás a aparecer por nuestro barrio!

Ha sido escuchar que me mandaba a tomar por culo y no poder contenerme. Ahora no son solo manguerazos sobre su espalda, también propino patadas contra el saco de mierda que tengo delante. Entonces me doy cuenta de que no bromeaba, ni siquiera exageraba, cuando le decía al viejo que me habría gustado darle la paliza de su vida al hijo de puta al que le debo haberme sentido humillado, impotente, menguado, por primera vez en mi corta vida. De hecho, creo que se la estoy dando y con creces. Y lo que ya no sé si es mejor o peor; estoy disfrutando de lo lindo. Si no me para alguno de mis amigos no sé hasta dónde puedo llegar. Ya no soy yo, no respondo a razón alguna, es la ira la que se ha adueñado de mis actos y me impide pensar en frío, sobre todo cavilar las consecuencias de lo que estoy haciendo. Necesito que alguien o algo detenga la furia que se ha adueñado de mis extremidades antes de que cometa una desgracia.

  • ¡SANGRE, SANGRE!

Mis amigos gritan “sangre” a varios metros de donde me encuentro. ¿De donde viene esa sangre? Me temo lo peor y acierto. Un exiguo pero terso reguero de sangre aflora debajo de la cabeza de mi enemigo. Enseguida adivino que ese rojo sanguíneo es lo mas parecido a una alarma que salta de improviso en mi cabeza. El trozo de manguera que de repente me ha otorgado un poder que no había imaginado antes, queda suspendido en el aire al instante y las patadas otro tanto. Esa sangre es un borrón, no solo sobre la hierba lacia y sucia del descampado, sino también, o en especial, sobre mi conciencia.

-¿Te das cuenta de la barbaridad que acabas de decir? ¿Qué pretendes, ponerte a la misma altura de esa persona que dices que te ha humillado, convertirte tú también en un macarra, un matón, alguien al que todo el mundo tema tanto como desprecie? ¡Le quieres dar a un chaval como tú la paliza de su vida por cinco míseros euros!

©Relato: Txema Arinas, 2020.


SASOI ILUNAK


                 http://www.uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/sasoi-ilunak

 

Urtero akordatzen ginen

Galdutako lagunekin.

Intolerantziaren balek garbitutakoak

Intolerantziaren bonbek birrindutakoak

Intolerantziaren hitzek ozpindutakoak

Intolerantziaren begiratuek uxatutakoak

Intolerantziak berak erbesteratutakoak.

Akordatuko gara beti.

 

Astero mozkortzen ginen

Alde Zaharreko betiko taberna-zuloetan.

Astero kale-kantoiak sutan

Airea gomazko pilotak eta galtzada-harriak.

Astero  hiletaren bat egunkarietako lehenengo orrian.

Agintariak eta deitoreka zein promeska pantailetan

Astero errepikatzen genituen inork aditzen ez zituen hitz bertsuak

Aurrekoa konbentzitu ezean gure egia zein zen adierazi nahian.

 

Egunero jaikitzen ginen

Hor kanpoan ezer aldatuko ez zelakoan

Ez behintzat gure munduaren berri ematen zuten hedabideetan

Edota zoritxarreko gatazka behingoz konpontzeko gakoa zutenen diskurtsoan

Ez eta gure artean tai gabe altxatzen ziren gorrotozko harresietan ere.

Egunero dena okerrago.

 

Minuturo aspertzen naiz iragana gogora ekartzeaz

Akorduan sasoi beltz haiek

Hainbeste min eta kalte

Errugabekoen oinazea

Hiltzaileen harrokeria

Gehienon koldarkeria

Hildakoen falta

Eutsi zutenen patua

Bizirik gaudenon erantzukizuna


Txema Arinas

LO DE LOS ÚLTIMOS DÍAS


-El Gobierno se la tiene jurada a Madrid. Lo de Sánchez es una dictadura. Soy la única que se opone al comunismo-chavista-bolivariano que nos quieren imponer los de Podemos.

-Gobiernos del PP como el de Galicia han confinado Orense, o el de Castilla-León a Salamanca, León...

-¡Solo yo planto cara a la dictadura sanchista-podemista!

-¿Y en Europa? Están confinando ciudades, regiones, países enteros, en todas partes con una ratio de positivos por Covid19 cinco veces menor que la que tiene Madrid.

-Pues también, jajajaja, Europa es una dictadura, todos chavistas y bolivarianos, soy la única liberal pura y dura que resiste a la Unión Soviética Europea.

-Está usted como una puta cabra.

-No crea, lo que tengo es un morro que me lo piso.

-Con todo el poder económico a sus espaldas así cualquiera.

-Calla, comunista, que te pego un tiro...



-Sinceramente, ya no sé si llevo mascarilla por lo del Coronavirus o para que no se me vea la cara de asco ante todo lo que leo u oigo a diario.

-Ni que lo digas, si es que son todos iguales.

-Pues precisamente eso que acabas de decir es una de las cosas que más asco me da.

-¿?

-Sí, sí, la equidistancia de los que reparten las culpas por igual entre los que procuran trabajar por el bien común con todos sus fallos y aciertos, y esos otros que solo piensan en su propio beneficio o en los intereses de su tribu, los que hacen de su egoísmo banderizo y de clase la razón última de todo.

-Pues yo no veo ninguna diferencia entre los unos y los otros, para mí son todos lo mismo.

-Que es precisamente lo que les interesa a los segundos que creas para, de esa manera, tapar sus propias vergüenzas.

-Claro, porque en el fondo tú también eres un banderizo que justifica a unos mientras...

-No hay manera. 



EL PEOR ARROZ DEL MUNDO: Ejercicio de pensamiento positivo.

Acabamos de comer el peor arroz con bogavante del mundo en un lugar de la costa cántabra de cuyo nombre voy siempre a acordarme. No había por dónde cogerlo, pura
 pasta y la carne más gomosa de crustáceo que puedas imaginarte. Estaba para montársela a la camarera y aun así nos hemos conformado con comentarle que; no es que estuviera pasado, sino lo siguiente. Todo ello ante su más que absoluta indiferencia; esto es, como si para ella darmos de comer a nosotros y a los cerdos hubiera sido lo mismo. No nos hemos amotinado y eso ha sido sin ni siquiera haberlo acordado entre nosotros. No, porque llevábamos tres días juntos en una casa supuestamente rural del interior de Cantabria y ya estábamos cansados de tanto tute entre comidas y cenas dentro y fuera de la casa; paseos, risas, discusiones. Y así en general todo eso que solemos hacer a lo largo del año cuando nos reunimos cada dos o tres semanas en el txoko y ya en plan intensivo varias veces al año como durante este puente en plan jornadas de convivencia intensiva para gente que se conoce y se aguanta desde el Pleistoceno hasta nuestros días, que se quiere sobre todo. Lo pasamos tan bien, estamos tan a gusto de vernos como cuando éramos unos molzabetes, constantamos tanto el paso físico del tiempo como la permanencia de las taras psíquicas de cada cual, que es difícil ya que nada nos sorprenda, o ya directamente joda, el placer de estar juntos entre muchas risas, puyas, broncas y más risas, eso y cada vez menos alcohol sobre la mesa (creo que esta vez nos han sobrado 6 cervezas de 46 y 3 botellas de vino de una caja de 12; decadencia total). En resumen, que si no hubiera sido por todo esto, ya puedes dar por seguro que alguien se habría tenido que meter el arroz de marras por el culo con las pinzas del bogavante incluidas. Pero claro, esta es la moraleja de este, para variar, largo post: todo es relativo. 


En mi ciudad cambiaron el nombre de la Avd. Generalísimo Franco donde vivía de pequeño por Avd. Gasteiz al poco de nacer yo, más tarde derrumbaron aquel horrible monumento a los Caídos en lo que para mí siempre fue la plaza de los cines Samaniego, y así poco a poco todo el callejero gasteiztarra se fue limpiando de franquismo. Muchas décadas después llegué a Oviedo por las cosas esas del amor, me encontré una ciudad ya en pleno siglo XXI con un callejero a rebosar de nombres franquistas, en realidad me encontré -por mucho que les duela a algunos carbañones a los que aprecio- con una ciudad sociológicamente franquista. Insisto, no con una ciudad con muchos franquistas como también hay en la mía, sino con una sociedad en la que el aprecio o el respeto por todo lo de la Dictadura es la norma incluso entre muchos pusilánimes, demasiados, de los que se declaran de izquierdas: "No es el momento de sacar ese tema. Mejor dejar las cosas como están. ¿A quién molesta si es algo de toda la vida...?" Y como nunca era el momento tuvo que ser una corporación municipal formada por el Psoe y la marca local de Podemos la que, a iniciativa de esta última, faltaría, propusiera remediar esa anomalía democrática del callejero ovetense. Luego ya una siniestra asociación de excombatientes franquistas recurrió la cosa ante los jueces.. y aquella iniciativa ha quedado en nada. Bueno, no, a los ojos de una mayoría de oventenses ha quedado en la excentricidad totalitaria de un pequeño grupo de rojos resentidos en su empeño de socavar la plácida convivencia instaurada por los fascistas vencedores y rubricada por la sacrosanta Transición. Pues eso, una ciudad que prefiere en su callejero el nombre del golpista genocida de la masacre de Badajoz ( "Por supuesto que los matamos. ¿Qué esperaba usted? ¿Que iba a llevar cuatro mil prisioneros rojos conmigo, teniendo mi columna que avanzar contra reloj? ¿O iba a soltarlos en la retaguardia y dejar que Badajoz fuera roja otra vez?”), al de un profesor que trabajó en pro de la cultura en su ciudad. Oviedo retrato de esa España que hiela el corazón, de una sociedad cobarde o cómplice con el horror, de una sociología que apesta.


Caer mal a un montón de gente y dejar atrás falsos amigos es condición indispensable para vivir siendo fiel a uno mismo. Ahora, la libertad se paga; el éxito, en el sentido más crematístico y superficial del término, y en no importa qué parcela de la vida, parece ser siempre coto exclusivo de los lameculos y mucho. Eso y que callarse las cosas, para bien o para mal, siempre es muy aburrido.



-Madre de Dios, la que estoy montando. Oigo a la gente hablar de esa tal Ayuso y me entran ganas de pedir su/mi dimisión. Claro que luego leo el ABC, La Razón o El Mundo, pongo a Herrera, a Federico o a la Quintana, y me digo: "Esa tía es cojonuda, de mayor yo quiero ser como ella." En fin, y todo esto por escribir twits suplantando la personalidad de un perro... Necesito otras vacaciones; ¿se puede o no se puede salir de Madrid? ¡Menudo lío!


-¿Que cuánto y dónde me lo pones?

-....

-No, yo de lo de mi padre no sabía nada.

-....

-Te juro que no sé de qué rubia me estás hablando.

-...

-No, si ya sé que es la costumbre, la vuestra y la de mi familia; nos ha jodido el moro.

-...

-¿Suiza? Me vas a buscar la ruina, Mohamed.


Leía ayer, o escuchaba, no sé, que el Museo del Prado presentaba “Invitadas”, el título de la exposición con la que pretende saldar su deuda histórica con las mujeres pintoras cuyos trabajos habían sido históricamente desdeñados por las autoridades académicas de su tiempo y prácticamente arrinconados en los sótanos de los museos. De ese modo, y por primera vez en El Prado, obras de José Belliure y Gil, Mateo Inurria, Ignacio Zuloaga o Raimundo de Madrazo compartirán protagonismo con pintoras prácticamente desconocidas como Maria Roësset Mosquera, Flora López Castrillo, Aurelia Navarro Moreno, Jane Clifford -una de las primeras fotógrafas-, la copista Emilia Carmena de Prota o Concepción de Figuera Martínez-Güertero, que firmaba como Luis Lármig.

Me parece una iniciativa maravillosa, así como el enésimo ejemplo de la misoginia histórica en prácticamente todos los campos de las artes y el saber, los cuales han sido considerados históricamente coto privado de los varones. De hecho, la noticia me recordó de inmediato a esa otra misoginia que sufrieron mujeres como la compositora Clara Schumman, cuyo famoso marido temió siempre verse ensombrecido por ella y de ahí su empeño en que la obra de su mujer no saliera de las cuatro paredes de casa. Otras esposas o familiares de compositores de renombre también sufrieron ese mismo ostracismo profesional como consecuencia de la misoginia generalizada de su época: Fanny Mendelssohn, Mariana Martines, Amy Beach, Barbara Strozzi, etc.

Pues bien, casualidades de la vida, porque estos días descubría a la maravillosa Cecile Chaminade, la cual llamó mi interés precisamente por destacar en medio de una larga lista de compositores franceses de entre los siglos XVII y XXI en la que solo figuraban dos féminas, ella y la mejor o peor conocida Elisabeth Jacquet de la Guerre. De cuán injusto y pendiente de una pronta reparación resulta semejante olvido para todas ellas, el cual no me cabe la menor duda que además completamente premeditado a través del tiempo, bien podría ser ejemplo este precioso Concertino for Flute que adjunto directamente de yootube: https://youtu.be/JQDTVDmbEpA

* Autorretrato tocando la espineta de la pintora Lavinia Fontana, Bolonia, 1577



 -La verdad, Mariasun, qué ocurrencias tienes.


-¿No es mejor que la puñetera mascarilla?

-Estamos ridículas y además no creo que sea efectivo contra el virus.

-Pues yo creo que estamos divinas de la muerte.

-¿Puedo hacerte una pregunta?

-Como que te la vas a callar si te digo que no.

-¿A qué contenedor se supone que nos tendrían que tirar, orgánicos?

-¡Uy! Tú irías derechita al de papel y cartón Porque, la verdad, hija, eres como el periódico de la mañana; siempre tienes que decir algo.

-Y tú al de las botellas. Huelga decir por qué



-Que te lo pases muy bien en la fiesta, Mariasun. Y recuerda: no te la quites en toda la noche.

-¡Pero bueno! ¿Es que me has tomado por una fresca?

-Me refiero a la mascarilla, boba...

EGUNOTAKOA


-Zorionak, Mariasun!

-Ze ba?

-Gaur Emakume Baserritarren eguna delako.

-Eta? Gu biok kalekume peto-petoak gara.

-Euskal Herrian denok gara baserritarrak nola edo hala.

-Nola???

-Tira ba, ez baldin bada izatez, bai behintzat bihotzez.

-Nik dakidala ez dut nire bizi osoan baserri bat behin ere zapaldu. Ni lau etxeko herri batean urduri jarri ohi naiz.

-Hara bestea, zu ez bazara baserritarra, zure guraso edo aitaita-amametako baten bat aurki.

-Ezta hori ere, nire aitaita-amama guztiak dendariak edota artisauak izan ziren.

-Orain ulertzen dut, noski, zu hain abertzale epela izatea, hain... hain sasi-euskalduna.

-Eta nik zu zaren mitozale mentsa...

-Maskararekin ala maskara barik bizitza gure artean antzerakoa ez balitz bezala.


-Nolatan?

-Batere graziarik gabe zein etengabe aspertzen edo lotsarazten gaituen komedia bufa bat.



-Mariasun, berriro esango dizut: ez al gara apurtxo bat exajeratzen ari?

-Ezta hurrik eman ere! Coronavirusagatik bakarrik balitz!

-Eskarlatina berriaren mehatxuaz ari zara, ezta?

-Ez, beste gaitz guztiz okerrago, zitalago, arriskutsuago batez.

-Zein?

-Espainiar epaileak!

-Baina, horretarako ere maskara premiazkoa al da?

-Bai noski, izen-abizenekin eta guzti esan behar ditudanak esan eta gero inork ezagut ez gaitzan...



-Aizan, Mariasun: geurea pekatu al dun?


-Geurea Covid19ko garaiko amodioa dun.

-Hik badakin zertan ari naizen.

-Pekatua luken hi ez maitatzea.

-Ene, Mariasun, inork ez zidan sekula esan halakorik.

-Esaidan gauza bat, panposha: zergatik deitzen didan Mariasun etengabean? Ni Cate Blanchet naun!

-Ah, barkatu, maskara anoninatoa gordetzearren zelakoan nengonan.

-Eguneroko prentsa maizago leitu eta aditu behar huke, laztana.



 -Gurea egiazko zein bizi osorako amodioa duk, laztana?


-Ehhh, nik orain tragoska bat hartuko ninake

-Hik segi horrela ze halako batean higandik bananduko eta igeltsero batekin ezkonduko nauk

-Hain premiazkoa al dun mota guztietako gizonezkoak dohakabeak egitea?

-Ikusten? Agoantaezina haiz, mozkor arrail hori!

-Halako irain zein etengabeko errieta guztiengatik maite haut hainbeste.

-Ni ere ezin nauk hi gabe bizi.

-Nerea Arrien lagunari opa egindakoa.



-Ez dakit zenbat bider esan nion sare sozialetan gehiegi idazten zuela, ez zitzaiola komeni denetarik hitz egitea, ez zuela premiazkoa bere iritzia etengabean ematea.

-Denekin ondo konpondu gura baldin baduzu behinik behin, hobe duzu zenbait gai sekula ez jorratzea, politika kasuko.

-Egia esanda, inor ez sumintzeko katuen argazkiak eta gomendagarriena ei da.

-Ez pentsa, ba ote dago animalistaren bat hori animalien explotazio gupidabakoa dela leporatuko dizuna.

-Azken buruan denok urkamendira bidean!

-Orduan zertarako dira sare sozialak?

-Zure burua argazkian guap@ azaltzeko edota zure eguneroko huskeriak eta kontatzeko?

-Eta horrexek ere ez al luke inor suminduko?

-Akabo!

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...