miércoles, 4 de septiembre de 2024

PENA ETA PESADUNBRIA

    - Hau pena eta pesadunbria, udara bukatzen ari da.

- Lasai, maitia, laster udagoiena izango dugu, urtarorik ederrena.
- Bai zera! Hori zuretako, bero sapa gorrotatzen duzula, ez dituzula jende multzo handiak zein udako uju eta aja zoroak atsegin, hondartza bakartietan zehar ibiltzea zein Kantauriko ur izoztuan murgiltzea gustuko dituzula, udazkeneko koloreak maite dituzula.
- Horixe bai, bakardadea eta edertasuna elkarren ondokoak!
- Zu hilda zaude, horrexegatik ez duzu maite urtarorik biziena.
- Bai, egia da, eta horrexegatik ere zoriontsua naiz hondartzak ezari-ezarian hustu ahala, bizitzaz lasai askoan mamua banintz bezala gozatze aldera.

CONCORDIA


 

    Pues he soñado que estaba de crucero, que me habían arrastrado por la fuerza y con engaños a una semana de vacaciones con toda la familia, la propia y la político-militar, por lo de la suegra sargento y así, para hacer un crucero por el mar Egeo. ¡Joder, joder, qué pesadilla! El barco sería todo lo grande que tú quieras, pero es que no había manera de esconderse, perderse, en cuanto a uno de la family se le ocurría alguna actividad, algo que hacer juntooooos, como si fuéramos una unidad de destino en lo universal, la familia unida se mantiene... esencialmente de morros y para de contar, de querer justificar la encerrona y punto. Así que ya me podía dar por jodido, tocaba ponerse en fila y apechugar con los caprichitos, las manías, pejigueras del pariente de turno, que si me apetece ir a no sé dónde, que si deberíamos hacer esto o lo otro, que si como esto me gusta a mí ya doy por hecho que también al resto del mundo... Y luego que eran siete comidas sentados a la misma mesa, desayuno, comida y cena; la tensión a flor de piel en todo momento, qué importa a cuenta de los niños, los viejos, el comentario siempre retorcido e insidioso de la de siempre, la jeta malencarada o sólo aburrida tuya o ajena, el esfuerzo titánico por hacer de tripas corazón a toda costa y procurar opinar lo justo para no tenerla, soportar estoicamente las peroratas del figurón de turno que te sientan como una patada en los huevos, ejercer de lo que no eres: normal o casi.

Pues eso, siete días a bordo de la peor pesadilla concebible, siete días a merced de los caprichitos y manías de terceros, siete días haciendo omisión de tu propia voluntad para no tener más roces que los inevitables en la convivencia con gente con la que en realidad tú no has elegido convivir, con la que no tienes nada en común, con la que no puedes comportarte como lo harías con cualquier otro en condiciones normales, esto es, mandarles a tomar por culo al primer conato de tocarte los cojones, siete días buscando el momento propicio para tirar por la borda a... Y todo porque ya se sabe, la familia, esa coartada emocional para fiscalizarte la existencia.
Yo ya no podía más, estaba harto de comidas familiares en las que siempre alguien te lanza una de esas puyas personales que no puedes responder con toda la intensidad de la que serías capaz en condiciones normales, con gente normal, harto de seguir a los jefes de la manada de un sitio a otro porque si algo es la familia es una jerarquía, quieras o no quieras acabas inmerso en una pirámide en la que tú acabas siendo el último mono siquiera sólo porque procuras pasar de todo en la absurda y vana convicción de que así te será más leve y corto. Y tú, claro está, si hay algo que odias precisamente con todas tus fuerzas es eso, que te pastoreen, cuando no que te lleven como a un cordero al matadero, vamos, de compras, a la discoteca o a tomar algo con una familia de Zaragoza. Harto de recibir órdenes o consejos que no has pedido, harto de que te tomen confianzas que no has dado, harto sobre todo de una vocecita que me decía todo el rato detrás de la oreja; "Hay que ser positivo, tener buena disposición, estar dispuesto a divertirse. Cenizo, que eres un cenizo, egoísta, mala persona."
Como que en una de esas incluso pensé tirarme por la borda yo mismo, que ya estaba a punto en lo más alto de la proa a lo Leonardo de Caprio y la Kate Win..., no me acuerdo, la potola de Titanic, cuando veo al capitán del crucero que abandona su puesto de mando cogido de la mano de una joven rubia que le decía algo así como: "Am nevoie de ajutorul dumneavoastra", lo que en el rumano que aprendí hace años de la camarera que me servía el café con leche todas las mañanas viene a ser: "ven pa´cá, mi capitán, ¡oh, mi capitán!, que quiero que me pongas viento en popa a toda vela..." Momentos después el crucero se iba a pique con todo el pasaje en un abrir y cerrar de ojos.
Luego, todavía en mitad de la pesadilla creí distinguirme en un bulto que nadaba hacia la costa. Pero no, el individuo que se alejaba del crucero hacia la costa braceando como un loco vestía uniforme de capitán de crucero e iba canturreando algo así como:
"Penso che un sogno così non ritorni mai più:
mi dipingevo le mani e la faccia di blu,
poi d'improvviso venivo dal vento rapito
e incominciavo a volare nel cielo infinito...
Volare... oh, oh!...
cantare... oh, oh, oh, oh!
nel blu, dipinto di blu..."

NOSTALGIA TOMATERA


     

     Hay toda una filosofía que establece que nada resulta más satisfactorio, e incluso placentero, que lo que uno obtiene con sus propias manos, da igual si se trata de levantar tu propio chamizo en el campo o cultivar tus propias hortalizas. Así que servidor, cual un Thoreau urbanita en el séptimo piso de su Walden particular, lleva un par de años cultivando en la terraza, entre otras cosas, sus propios tomates para el verano.

¿Satisfecho? Pues no voy a decir que no, sí que satisface ver crecer tus propios tomates casi que a diario por la cosa esa de asistir al milagro rutinario de la vida y tal. ¿Placentero? Los tomates son pequeños, insípidos y tienen la piel muy gruesa. De modo que, siquiera desde un punto estrictamente práctico y que tiene que ver sobre todo con el tiempo e ilusiones invertidos en cuidar de la planta y su fruto, más me habría valido bajar al supermercado del barrio para surtirme de cualquiera de esas variedades, un poquito subidas de precio, que hay ahora en todas partes, el rosa de Barbastro, el de Tudela, el corazón de buey, el azul o cualquier otro por el estilo.
Así pues, la moraleja sería que, en contra de esa mierda de filosofía que nos anima a realizarnos como individuos procurando hacer todo por nuestra cuenta, lo que hay que hacer de veras es estar eternamente agradecido a esos terceros que cultivan profesionalmente los tomates que realmente nos proporcionan placer. En resumen; zapatero a tus zapatos. No por nada en eso consiste la civilización, en confiar en el buen oficio de otros, cada cual a lo que mejor se le dé, si es que se le da algo, que yo todavía ando ahí buscando.
Otra cosa es que toda este pujo de hortelano de asfalto responda a la nostalgia del sabor de aquellos maravillosos, gloriosos, imperiales tomates que plantaba mi viejo en las jardineras de nuestra casa de Berrozti. Tomates de los que sacábamos unas rodajas cuya carne no tenía nada que envidiar a la de unos chuletones. Eso y el bocado más sabroso y evocador que jamás haya probado, métele ahí si quieres toda la nostalgia que quieras, ya he dicho que de eso va la cosa. Nada que ver con cualquiera de las variedades de supermercado antes citadas. Empero, de eso va precisamente la nostalgia, de la imposibilidad de atrapar el sabor perdido.
Y por favor, que no caiga nadie en la tentación de alentarme acerca del cultivo del tomate, que si lo que tenía que haber hecho es tal o cual, que si para la próxima esto o lo otro; que sepa que por mí ya se puede ir a tomar por culo antes incluso de intentarlo.


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Rosa Eguizabal Leniz, Nekane Mendia Arnedo eta Beste 31

 

BAÑARSE EN EL CANTÁBRICO


 

      16 de agosto y un solazo de esos de hay que bañarse hoy sí o sí, que ya me dirás tú cuándo si no, que un día como el de hoy como mucho una o dos veces a la semana durante estos meses de verano por esta zona y ni exajero lo más mínimo.

No sé cómo le puede gustar a alguien bañarse en esa sopa que llamáis Mediterráneo. Pero bueno, son tantas las cosas que no sé y que, además, cada vez me preocupan menos. El caso es que el baño de hoy en el agua más mansa de lo normal para ser el occidente astur-galaico ha sido apoteósico. Yo es que ya sólo me meto en el Cantábrico si estoy seguro de que se me van a encoger los cojoncillos al primer contacto con el agua. No conozco mayor placer que pasar del calor al frío en un instante y luego ya convertirme en un elemento marino más como una sardina, un begihaundi o ya directamente un cachalote. Lo importante es flotar y dejarse balancear por las cosas como si estuvieras en el vientre gigante de una madre a punto de dar a luz a un monstruo; cinco kilos dice mi vieja que pensaba yo nada más asomarme a este mundo. Así de bien hasta antes de las 12 que empieza a llenarse la playa de humanidad, y así y todo, insisto, 16 de agosto y mira tú cómo está la playa, me hablas de masificación y te digo que eso ya más desde Gijón hasta Hendaya. Este es un Cantábrico, ya casi al límite con el Atlántico, decente, digno -vamos, sin demasiados bilbainos o madrileños pegando berridos-, donde todavía puedes, si no querer a tus semejantes, que de qué, sí al menos respetarlos; no vengáis, el agua está muy fría y hay muchas algas a pie de playa, dicen que hasta se han visto calaveras portuguesas asaltando al abordaje a algún bañista
Luego ya la sidra achampanada, un ribeiro más que aceptable, ensalada de tomate con cosas, la empanada de carne y unas tortillas de patata que me he marcado en un santiamén. Se estaba tan a gustito que casi ni me he enterado que había venido la suegra a tocar un poco los cojones "comme il faut".
Por lo demás, escribo estas líneas desde el móvil, a hostia limpia con el puto corrector que me cambia las palabras y me vacila con las tildes, y eso que me había propuesto no hacerlo durante estas minivacatas, que ya sé que aburro demasiado durante el resto del año con mis mierdas; pero, de qué me quejo, si así hago tiempo hasta que toque levantarse de la cama para ir a cenar algo de marisco. Eso y que para qué engañarme, si me encanta escribir hasta debajo del agua, si lo necesito como ir a descargar la próstata por la noche. Me divierto y punto.

 

HERRI TXIKIA...


 

    Nork esan zuen herri txikietako bizimodua lasaia, geldoa, gizakien neurrirakoa dela, hots, tamainako txorakeria? Nik dakidala auzoko zein ezkon-senitartekoekiko konpromisoak, ustekabeko bisitak, erosketak egiteko ondoko herri nagusirainoko etengabeko kotxe bidaiak, gauetan loa etengabe zapuzten dizuten inguruko herrietako jaietan jaurtitzen dituzten etxafleroak eta abar eta abar direla medio... Eta hau guztiau gutxi ez balitz bezala, gaur hemen beraneantea ere den eta auzokoen artean nire kontura gaizki esaka ari den amaginarreba bazkaltzera etorriko da... Egia da, bai, udako oporrak oso aproposak direla nola edo hala indarberritzeko, batik bat zeinen urbanita zaren, erabatekoa, zenbat maite duzun "hirimodua", asfaltoa zainetan, gogoraztearren. Ba hori, udako zipriztin bat goizeko 7etatik esna gainerakoak noiz jaikiko zain.

   

VERANO DEL 2024


    

    El verano es la época de la ligereza en todos los aspectos. El tiempo parece más ligero, las conversaciones, las preocupaciones, incluso las noticias con sus comedietas a lo Puigdemont o sus polémicas de chichinabo, y la mayoría de temporada, tipo peleas de prebostes para figurar más que el otro en la foto oficial de la procesión o inicio de las fiestas del pueblón de cada cual. Hasta las guerras de nuestra época parecen injusta y cruelmente más ligeras que el resto del año, poco más que el telón de fondo de esa tragedia que es la vida dependiendo de si te ha tocado asistir a ella sobre el escenario o desde la platea.

Una ligereza que a mí, y sé que no soy el único, me retrotrae de continuo a la infancia. El verano en todo su esplendor ya fue, son los recuerdos de entonces. Lo confirmo cuando veo desde la terraza de la casa de mi cuñado en Ortiguera, Asturias, a los chavales tirarse de cabeza en el puerto al agua en medio de una algarabía que se expande hacia los cuatro puntos cardinales del pueblo. Es una escena que ya he vivido y de la que ahora soy un simple espectador algo cansado y aburrido. Es una escena como la de un cuadro de Sorolla. Dicho en plata, un tiempo lejano y ligero que me emociona y acongoja por igual.

OPOR TANTTAK


    

      Adingabekoa denez txikerra ekarri behar izan dugu nahitaez; nagusia berriz hirian lagata. Ez du hondartzara joan nahi. Behartzen baldin badugu gurekin hondartzaraino etortzeko, ez du bainurik hartuko Atlantikotik gertu dagoen ur ikaragarri goxoa guk zelan gozatzen dugun ikusiagatik. Izan ere, kexaka, purrustaka, baita edozein huskeriaren kontura gaizki esaka ere jardungo du etengabean gure buruak ia-ia eztanda egin arte. Horrenbestez, badaki, jakina, ondo asko zertan ari den, aspertu, atsekabetu, asaldatu nahi gaitu kosta ahala kosta bakean utz dezagun, hau da, egun osoan bere osabak utzitako etxearen barruan ordenagailuari atxikita, gure etxeko logelatxoan balego bezala, potrojorran egon ahal izate aldera.


Nerabezaroa, noski. Denok izan gara nerabe, baita oso petralak ere, baliteke bera baino hamaika bider gehiago. Halere, sekula ez zitzaigun burutik pasa gure gurasoak hain nabarmen, zuzen, tai gabe izorratzea. Bagenekien muga bat zegoela, oso fin eta zehatza. Tamalez, ezin dut nire koinatuaren etxeko harresitik behera jaurti, ahal badut portuko uretaraino, hori, antza, delitu bat edo delakoan. Gauzak horrela, guk atzo bertan nire emaztearen familia betidanik beraneatzen den herrian barrena ozta-ozta etxerik etxe auzoei bisita egindakoan, berak gaur, bakarrik, eta gainera auzokoek beraiek eskatuta ia urtero etortzen garelako, gauza bera egin behar duela ezinbestez esatea okurritu egin zait. Zer dela eta? Ni ere gaiztoa naizelako, eta haren ahuleziak edo ezagun ditudanez, besteak beste bere gurasoak ez direnekiko oso atsegina, adeitsua, gizalegezkoa, izatea, badakit gaur oso egun luze eta nekosoa izango duela harik eta bere aita petralak adarra sano jo egin diola jabetu arte. 

DEMONIO SERIOAK


    

  - Bai, handiusteko galanta eginda dago, potrozorri nazkantea!

- Zer ba?
- Denetarik hitz egin ohi du eta gainera ia beti burlaizez.
- Orduan bai, berbontzi lotsagabekoa!
- Bizian serio izan behar da nahitaez!
- Eta ahalik eta gutxien hitz egin!
- Batez ere gu aztoratzeko propio baldin bada!
- Horixe!

domingo, 11 de agosto de 2024

PESADILLA DE SAN CELEDÓN


 

   Creo que la de anoche ha sido la pesadilla más gorda que he tenido hasta el momento de todas las que llevo este año. Pues resulta que, justo cuando me disponía a tocarme el higo tumbándome en la hamaca de la terraza de casa de mi vieja, aparece un comando suicida de blusas y neskas y me secuestra metiéndome a la fuerza en el remolque donde llevan los barriles de kalimotxo y cerveza.


- ¡Venga, bebe de trago un katxi de kalimotxo, que ya estamos de fiestas!

- ¡Pero si todavía no ha bajado el puto Celedón!

- ¡CELEDÓN HA HECHO UNA CASA NUEVA, CELEDÓN, CON VENTANA Y BALCÓN!

Madre del amor pegajoso y el perpetuo chantaje emocional, menuda monserga me espera, la misma ñoñería populachera de todos los años repetida hasta la saciedad a cuenta del chovinismo municipal de mis paisanos, los mismos cánticos agromonotemáticos de toda la vida, la misma demencia beoda e impune de la peña por lo general sumisa, aburrida y aburridora que espera que lleguen estas fiestas para desfasarse a conciencia una vez al año quitándonos protagonismo a los borrachos profesionales, el mismo viacrucis fiestero entre txistus, gaitas y regguetones o lo que sea la mierda esa de moda de la Potra no sé qué ni me importa, la misma retahíla de lugares comunes de todos los años cada vez que te encuentras con un conocido al que sólo ves una vez al año y siempre por fiestas, la misma... Tengo que zafarme de estos tarados en cuando tenga la más mínima oportunidad.

- ¡Venga, otro katxi de lo que sea!

Total, que me veo arrastrado por todos y cada uno de los baretos de Kutxi y alrededores, entre katxis, saltos, berridos, empujones, pisotazos, e incluso amagos de pelea con miembros de otras cuadrillas de blusas y alguno de fuera sospechoso de ser de Bilbao.

- ¡CELEDÓN HA HECHO UNA CASA NUEVA!

Menos mal que cincuenta bares después con sus correspondientes katxis de kalimotxo, cerveza, pika, gintonic, whisky con cola, no sé qué con vodka y creo que hasta uno de txintximina, por fin consigo despistar a mis secuestradores -en realidad la mayoría de ellos yace ya tirados en las esquinas de los cantones de lo viejo con su correspondiente vomitona al lado-, y puedo huir a casa de una vez por todas. Eso sí, llevo ya tal pedo encima que parece que voy bailando la conga de Jalisco, y lo que es peor, que, como voy haciendo eses de un lado a otro, hay ratos que cuando pasa alguna fémina a mi lado parecería que me quiero lanzar sobre ella en plan depredador sexual y/o votante potencial de Vox, si es que no viene a ser lo mismo. Y no, ya no es sólo que esa no sea mi intención en ningún momento, sino que además ya me dirás tú con tanta priva encima cómo, para qué... Así que en una de esas oigo una voz a mis espaldas que me reprende.

- ¿No te da vergüenza? Estamos trabajando por unas fiesta libres de agresiones sexuales, inclusivas, respetuosas con el medio ambiente, los animales, los celiacos, los admiradores de Enrique Bunbury...

- ¿Cómo, qué? ¿Yo?

- Y luego mira cómo vas. ¿Es necesario beber tanto para pasarlo bien en fiestas? Creo que habría que plantear un debate acerca de unas fiestas más sanas y...

- En eso que me doy media vuelta para ver la jeta de tipo que me está dando la chapa y mira tú qué sorpresa cuando descubro que se trata, nada más y nada menos, que del Celedón que hemos estrenado justo este año, el carapán de Iñaki Kerejazu en plena cruzada por aburrir a los ciudadanos con su empalagoso, qué digo, estomagante paternalismo bienqueda institucional, ese que trata a todos los ciudadanos por igual considerándonos menores de edad y asilvestrados sin excepción. Ni qué decir tiene que este es el peor momento de toda la pesadilla, si es que no es ahora cuando empieza ésta de veras.

Por suerte, una vez más, y justo en el momento en el que me disponía ya a introducirle la txapela por el agujero de culo al superconcienciado y superjatorra Celedón, despierto sobresaltado y con ello también a mi asturiana.

- ¿Otra pesadilla? Pues deberías intentar dormir un poco más para estar fresco esta noche, que te recuerdo que hay cena con los amiguitos y luego no pretenderás que nos vayamos pronto a casa el primer día de fiestas sin echar unos bailes y lo que se tercie.

- Puta pesadilla.

- Pesadilla la mía tener que aguantar a un cincuentón irreverente y tocacojones queriendo dar siempre la nota. 

SANTIAGO J. NAVARRO RESEÑA "TIERRAS DEL CONDE" PARA EL DIARIO DE NOTICIAS


 Pues parece que este agosto toca hacer cosecha de menciones y reseñas de TIERRAS DEL CONDE. Muchas gracias a Santiago J. Navarro por tan generosa reseña en el DIARIO DE NOTICIAS, y al amigo Miguel Izu por avisarme en medio de este descontrol estival.

BLUSAK, AMESGAIZTO HORI...


 

   - Bai, ni sei urtetik blusaz jantzita atera izan naiz Gasteizko jai guztietan. Esan leike odolean daroadala. Ezin asmatu zenbat sufritzen ari naizen azken bi urteotan. Nik jaiak ditut bizitzeko motibo nagusi edo ia bakarra.

-...
- Jakina, ni oso tradizonala naiz, zeharo antigoalekoa, blusa peto-petoa, zezenetara sinfalta joaten zirenetarikoa. Ikaragarri gustatzen zitzaidan zezen plazako giroa. Gerora, azken urteotan, blusa gazteak zezenen kontuaz izorratzen hasi ziren. Hortaz, gaur egun, eta politika kontuak direla medio, zezenik ez, betiko jaietako giro ona dexente petraldu egin duena. Blusa zaharrak bai ginela jator-jatorrak gaurko umemoko txepelen aldean.
-....
- Orduko giroa bai zela sanoa, oso; inor ez zen asaldatzen norbaiti adarra kemenez jotzen genionean; gu beti txantxetan aritzen ginen eta. Bai, egia da, gehienetan, mozkor arrail gindoazen; baina, umore ona beti lege.
- ...
- Dudik ez! Emakumezkoak koadrilletan sartu zirenetik dena maldan behera joan egin da gaur arte...
Parada ezin eder edo aproposagoa bart arratsaldekoa, blusa zahar bat gurekin ezustean terraza batean eseri zela kontu kontari guri mahaia kentzen saiatu eta gero, batez ere nik txikitan zergatik begitan nituen gogoratzeko, hau da, zergatik ez nuen sekula blusa koadrilla batean sartu nahi izan, zeren kontura gorroto bizia izan ohi genien nire moduko gazte matxinoek 80-90 urteetan, zertan oinarritzen dudan, hein handi batean noski, nire taldekeria tradiziozale eta batik bat zilborzale ergelarekiko ezinikusia. Nork bere tirriak eta.

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...