miércoles, 21 de septiembre de 2011

EL COMIENZO DE LA PRIMAVERA - Patricio Pron


Hubo un tiempo en el que los escritores escribían casi que se limitaban a crear su propio mundo literario a partir de lo que conocían o les rodeaban, que se aplicaban en la máxima de Carlos Fuentes de ir de lo pequeño o propio a lo universal. De ese modo el Pedro Páramo de Juan Rulfo no era un libro sobre México sino una historia universal ambientada con México de trasfondo, así como el Ulysses de Joyce no era una guía sui generis y subversiva de Dublin, sino un intento por subvertir todo lo que se conocía hasta el momento en el mundo de las letras con la capital de Irlanda como excusa.

Luego ya los escritores dejaron de recurrir a lo que les rodeaba para perpetrar sus historias, les decían que o caían en el costumbrismo o que el marco en el que las colocaban no era lo suficientemente actractivo, que estaba muy trillado eso de hacer literatura de lo cotidiano, anodino, auténtico, como si las pequeñas historias de la gente corriente y de los lugares corrientes carecieran de atractivo alguno bajo el foco de los grandes escenarios del mito y la farfulla.

De ese modo los escritores se pusieron a trazar nuevos caminos que les llevaran a destinos más cosmopolitas, relumbrantes, de postín como poco. Y como parece que los tiempos que corren carecen de glamour literario alguno, pues o se recurre a ambientar las historias en esos escenarios de relumbrón o a cualquier episodio histórico que reporte grandes dosis del mismo.

Así, y paralelamente a los géneros de toda la vida y hasta mezclándose con ellos, nacen subgéneros literarios como resultado de la frecuencia con la escritores de todo tipo y estilo recurren a ellos. El más sonado o evidente quizás sea el que tiene a la Alemania nazi, los años treinta y cuarenta europeos, como marco para todo tipo de experimentos literarios. No es para menos, una vez situado al lector en aquel tiempo tan negro como excitante, ya no necesitas recrear un entorno físico y humano propio, la Historia te lo da en bandeja y tú sólo tienes que mover tus marionetas sobre la tabla.

EL COMIENZO DE LA PRIMAVERA de Patricio Pron es una de esas novelas de subgénero o casi, una novela que tiene a la Filosofía, a la alemana en concreto, como protagonista, y el periodo nazi como argumento. Una novela excelentemente escrita en la que el autor confecciona su historia, sus historias paralelas, a medio camino entre lo paródico y lo puramente mitómano. Se trata de la novela de un germanofílo que conoce y ama el país en el que transcurre la mayor parte de la misma, y ya más en concreto ese periodo histórico en el que el país más culto del mundo cayó en las garras de la barbarie nazi.

Ahora bien, la novela rebosa referencias cultistas, filosóficas, que sólo alguien que conozca las vicisitudes que rodearon el caso del gran filósofo Heiddeger, el sabio que flirteó con los nazis antes de retirarse a su cabaña en la Selva Negra, podrá disfrutar en toda su extensión. No es para menos, pues en gran parte la historia que se nos cuenta acerca de ese otro profesor Hollenbach que el protagonista busca desesperadamente a lo largo y ancho de la Alemania contemporánea, apenas parece otra cosa que un remedo de el del autor de Sein und Zeit.

En resumen, un jugoso bocado literario cocinado con mucha ironía y una escritura de lo más pulcra, atinada, que rebusca en temas tan enjundiosos como el peso del pasado, el verdadero arrepentimiento o ocaso sólo el de circunstancias, lo que queda de la dignidad tras haber apostado por el número equivocado y tener que vivir con ello el resto de la vida, la capacidad de olvido propia y ajena.

Por último, reseñar lo magnífico de poder leer una novela contemporánea que no sea de puro trámite, entretenimiento y poco más. Eso, la ambición de construir una novela alrededor de un mundo en principio, al menos tal y como están los tiempos, tan poco atractivo o, lamentablemente, extraño para la mayoría, y encima hacerlo con una prosa atractiva y el imprescindible sentido de humor que, al menos yo, exijo en todo texto, fue lo que me anima a hacer esta reseña. Reseñas que ya he escrito por ahí que procuro que sean pocas, siquiera solo el resultado de la criba personal que hace uno de lo que va cayendo en sus manos.

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