Apellaniz, una de las que llamo las "villas olvidadas" de Álava, esto es, pueblos de la cuadrilla de la Montaña que en su tiempo fueron villas y cabeceras de su propio municipio, y que con la desbandada rural a las ciudades mermaron tanto que acabaron incorporándose a otros municipios, en este caso al de Maeztu, ya casi que en condición de simples aldeas, aunque su fisonomía e historia no tiene nada que ver con éstas, por lo general pequeños núcleos de caseríos de labradores con su pequeña iglesia románica o gótica. En Apellaniz, como esa otra villa de Markinez todavía más alejada y escondida -ni siquiera tiene acceso desde la carretera de Azazeta, sino que se accede desde Treviño-, todo remite a un pasado hidalgo con plaza pública empedrada, iglesia imponente, frontón, palacios blasonados y caserones otro tanto. Todo remite al pasado, sí.
lunes, 14 de agosto de 2017
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