viernes, 11 de julio de 2025

PESADILLA PLAYERA

 


    - ¿Es que este verano no vamos a pisar la playa para darnos el baño de todos los años?

- ¿Dónde, cómo? Estamos en temporada alta.
- ¿Y?
- Y que entre que tú no soportas a la gente y que toda la costa asturiana está petada de turistas, ya me dirás tú.
- ¿Es que de entre las 208 playas y calas que hay en Asturias no se puede encontrar una que no esté abarrotada de "foriatus"?
- Pues, hombre, vete olvidándote de todas las que hay entre Cudillero y Llanes. Así que, con un poco de suerte, igual encontramos alguna cala vacía hacia el occidente.
- Tampoco vamos a exagerar...
- Ya veo, no vaya a ser que acabemos donde veranean mis padres al lado de Navia...
- Mejor lo intentamos por aquí cerca.
Dicho y hecho, de repente me veo ya en el coche en dirección a la costa con el bañador puesto y la crema solar a punto para cuando lleguemos a nuestro destino.
- Bueno, de momento, y sólo con ver las hileras de coches aparcados al borde de la carretera, ya nos podemos ir olvidando de intentarlo en la playa del Silencio o Gaviero, en la de Xagó, Aguilar, la de Artedo, la de Salinas y El Espartal, la de Verdicio, Aguilera, Campofrío, Carniciega, Salencia, Carranques, la de...
- Vale, vale, entiendo. No sé, igual en alguna cala. Alguna se te ocurrirá, tú eres la asturiana. A ver si hay suerte...
Pues parece que ha habido suerte, y no sólo con la marea que permite echar la toalla en la arena, sino también porque de momento sólo hay cuatro gatos dispersos a una distancia providencial unos de otros; cincuenta metros como mínimo.
- ¡Ay, no, ya se jodió! -exclamo al poco de extender la toalla y antes incluso de hacer amago de dirigirme al agua-.
- ¿Qué pasa, qué?
- ¡Mira esa manada de "walking dead viniendo hacia nosotros!
- ¿Los qué?
- ¡Venga pibes, echad las toallas y todos al agua, que está cala está mazo guay!
Ni qué decir que recogemos todo en un santiamén y salimos escopeteados a la búsqueda de otra cala todavía más recóndita.
- Ya sólo nos queda intentarlo en la cala de la Colorada...
- ¡Venga pa´allá!
- Ya, pero es que...
- Ni peros ni hostias, no me vuelvo a casa sin meterme en el agua.
Un cuarto de hora después llegamos a una cala oculta entre los acantilados a la que accedemos tras un descenso verdaderamente caprino. No pasa nada mientras sepamos donde pisamos. Y si me despeño, pues, oye, ya me levantaré, o no. El caso es que por fin tenemos nuestro trocito de arena sin madri..., moros a la vista. Me voy al agua de cabeza.
- ¡HOOOOOOOOOSTIA PUTA!
- No me digas más: ¿tiburones?
- Uno solo, un tiburón del tamaño del de Spielberg.
- ¿Por qué te crees que le llaman la cala de la Colorada...?
Entonces he despertado de golpe como de costumbre en estos casos. A continuación he ido a mirar por la ventana a ver qué tiempo hacia hoy. Y, vaya por Dios, ha habido suerte: nublado.
Pues eso, como soy un puto resentido, si no me baño yo, tampoco los foriatus.

       

BABESTU BEHAR NAUZU

 


    Urtero bezala jaiotan

Etxe handian jaiki orduko
irten egin naiz entzerrutik.

Ez naiz Sanferminetako zezena,
Ez eta bart orori men
egiten zion betizu otzandua ere.

Ohiko oroiminak akuilaturik
Oskarbiaren bila mendian gora,
Nirea ez den ainubetik ihesi.

Dena da hemen, besteon
infernutik at, hain ederra,
hain garbia, librea eta lasaia.

Esadazu zuk, zure bizitza ere
Batailaleku bihurtu zenuena,
Merezi ote beti atezuan bizitzea?

Mantsoa naiz zezen suminduen artean
Marruka bainoago elkarri eginez min,
borrokak errukigabe irabazteko zain.

Asper eginda bukatzen ez diren
gerra txiki eta irabazgaitzetaz,
Etxera itzuli nahi duen koldarra.

Mundua gero eta makurragoa,
Gizadiak ez du barkamenik.
Bai, babestu behar nauzu. 

LOS VERANOS


 

    La imagen idealizada y sobre todo feliz del verano en nuestro subconsciente es un cuadro de Sorolla, da igual lo poco o nada que tengan que ver sus cuadros con críos correteando por la playa y esa deslumbrante luz mediterránea con nuestros verdaderos recuerdos. El verano ideal, entrañable, irrepetible siempre es un cuadro de Sorolla, melancolía y belleza en cada pincelada, felicidad a sorbos y "kresala" en la costa más cercana, holganza y trastadas por las tardes en el extrarradio agreste y agrario de la ciudad, primeros pinitos en golfería e impunidad, las desmadradas y ebrias fiestas de la urbe y de los villorrios de al lado, helados y atardeceres junto al pantano, jarras de cerveza, perritos calientes y cacahuetes donde la Duna, culines de sidra guipuzcoana en Ventafría, molicie y entusiasmo en un apartamento siempre cutre en el Mediterráneo, Renault 8 y paellas de mierda con mesas y sillas de camping, kilómetros de improvisación, cabreos y dormir en una cama por los pelos, de vuelta al erial de asfalto en las postrimeras de agosto, tardes de piscina como en una sopera y la palmera de coco de vuelta a casa ya derrengado en el urbano de Gamarra o a pie desde Mendi.


Sorolla es lo que resta en nuestra embustera memoria de los veranos de nuestra infancia previamente distorsionados y mistificados. Los veranos de ahora, en cambio, son algo como de Hacendado, algo casi impositivo, una maldición anual. Son veranos de legiones de currelas a la carrera desesperados por ser felices a toda costa aprovechando su único mes de vacaciones a la vez que provocan atascos en las carreteras o hacen colas eternas en una terminal cruzando los dedos para que nadie les joda el vuelo por cuatro duros a un destino del que documentarán con sus iPhones hasta sus deposiciones en los retretes de los hoteles para contárselo luego a la primera víctima propiciatoria que se les ponga a tiro. Son veranos de masas de desubicados, vocingleros y horteras por todas partes, en las playas y rincones más insospechados de la costa de las que nos sentimos expulsados porque simple y llanamente ya no cabemos, así como en los cascos viejos de las ciudades donde ya no pondremos el pie hasta septiembre para que ellos sean estafados sin piedad por el correspondiente hostelero sin escrúpulos o el guía turístico que les contará intrascendencias y patrañas de todo tipo con el fin de que así puedan volver a sus casas creyendo que se han "culturizado" un poquito, lo justo para hacer hambre. Son veranos de atraco a mano armada en los bares y restaurantes donde el resto del año antes se podía comer decentemente por poco y ahora olvídate ya incluso en invierno, todo es gastronomía aproximada al borde siempre de la alarma sanitaria y para consumo exclusivo de "foriatus" con los que prima la consigna de "ave de paso, estacazo." La mafia hostelera tiene cogida por los huevos a las correspondientes autoridades de cada lugar con la mierda esa de" ciudad de servicios" casi que en exclusiva. Como que incluso les hacen las fiestas a la carta para que sigan haciendo caja a cuenta de los ciudadanos de aquí y allá devenidos en simples consumidores que encima tragan con todo, no ya sólo sin rechistar, sino incluso con regocijo; ¡Hostia puta, que hasta están ensanchando las aceras para que puedan poner más terrazas! Y luego la prensa, la cual hace ya tiempo que ha dejado de dar noticias y se limita a reiterar clichés turísticos, publicitar ferias gastronómicas e inventarse estúpidos "susedidos" protagonizados por turistas que acaban en urgencias porque el camarero cachondo de turno les había dicho que si no se acababan el cachopo tamaño minga de ciudadano medio de la República del Congo, relleno con chosco y queso de Oscos, tendrían que pagar el doble e incluso los de los clientes de las mesas de al lado.

Los veranos de ahora son una exhibición impúdica, tolerada y hasta fomentada de la idiocia al por mayor y sobre todo a mayor gloria de la industria que redondea las cuentas en un país condenado a servir de parque temático con playas y alcohol a precio de risa para la chusma borracha, borrega y bullanguera en bermudas, camisetas de tirantes y chanclas que nos llega en forma de oleadas inagotables desde todos los puntos de Europa porque seguimos sin servir para otra cosa. Los veranos de ahora son al ocio y el descanso lo que el porno al sexo. Los veranos de ahora son una tragicomedia sucia y barata. 

ERREGUKA



   - Amestu egin dut San Joan bezperako suaren gainetik salto egin nahi nuela auskalo nori, hau da, zein jainko faltsuri, edo besterik ezean beste edozein entitate majiko-mitolojikori, erreguka, otoizka, egin eta gero munduko gerrak zein mota guztietako gatazkak bertan behera amaitu zitezen, han-hemenka erlijio, ideologia edo lurraldetasunaren kontura elkarri mokoka ari diren herriak edo (ber)adiskidetu zitezen, baita justizia, berdintasuna zein oparotasuna nagusitu zitezen mundu osoan zehar ere.

- Eta?
- Eta salto egin orduko barrabilak kiskali egin zitzaizkidan...
- Ikusten? Hurrengo urtean txortan egiteko eskatu eta kitto.
- Ordurako sendatuz gero, bai noski.

HISTORIA Y MITOLOGÍA

    

 

Las personas que aparecen en estas dos fotografías son judíos. Los primeros son los llamados judíos Kaifeng, una pequeña comunidad judía que ha existido en la ciudad de Kaifeng (provincia de Henan, China) durante siglos. Los segundos son los famosos judíos «falashas» de Etiopia. Dicho como para una cena entre amigos, unos son judíos «amarillos», chinos, y otros «negros», etíopes.

 

 

 

 

 

Pues bien, según el sionismo tanto los unos como otros son judíos de la «Diáspora», esto es, descendientes de los judíos que fueron expulsados de Judea en varias oleadas antes y después del periodo romano. Así pues, y en consecuencia con el ideal sionista, tanto los judíos chinos como los etíopes tienen derecho, cuando no la obligación de acuerdo a la pedrada religiosa de cada cual, de «regresar» a la patria prometida, la casa judía, Eretz Yisraˈel. De ese modo han emigrado miles de unos y otros en las últimas décadas a Israel teniendo garantizada la ciudadanía de antemano por el sólo hecho de ser judíos, y ello a pesar del rechazo y marginación de los que son objetos en el propio Israel por parte de la mayoría judía de origen «europeo».

Todo esto, por supuesto, al mismo tiempo que el estado de Israel niega el derecho de retorno a la tierra de sus antepasados a los casi dos millones de los refugiados palestinos, la mayoría de los cuales podrían remontar su árbol genealógico desde el periodo del mandato británico en Palestina hasta el otomano, seléucida, fatimí,, cruzado, abasida, omeya, bizantino, romano, helenístico… y así hasta llegar al del verdadero, histórico, Reino de Israel.

¿Y cómo es posible esto? Pues porque, en contra de los mitos y tópicos religiosos de las comunidades judías repartidas a lo largo y ancho del mundo durante siglos, la inmensa mayoría de los judíos «bíblicos«, esto es, los que vivían en Judea y alrededores, no abandonaron lo que llamamos Tierra Santa, sino que permanecieron allí y fueron adaptándose, también en su mayoría a las civilizaciones que se sucedieron con mayor o menos éxito en aquella tierra. Dicho de otro modo, que la mayoría de los judíos históricos primero se convirtieron al cristianismo y luego más tarde, de un modo paulatino y siempre inconcluso, al islamismo. Dicho de otra manera, primero abandonaron el hebreo para acabar invocando el nombre Jesús de Galilea en arameo o griego, y luego el de Mahoma en árabe. Esa es la razón por la que hoy en día los palestinos son mayoritariamente musulmanes con una minoría cristiana y también, también, con un pequeño grupo de judíos que ha permanecido fiel a su fe en Palestina hasta el día de hoy -el caso de los samaritanos sería el más curioso y admirable, si bien socioculturalmente los escasos samaritanos que todavía quedan comparten la lengua árabe y la mayor parte de las costumbres no religiosas con sus vecinos palestinos-.

¿Y entonces quiénes son los judíos a los que hemos conocido durante siglos esparcidos a lo largo y ancho del mundo, los judíos étnicamente mediterráneos/sefardies, centroeuropeos/askenazis, árabes/mizrajies, kurdos, persas, chinos, etíopes, etc.? Pues ni más ni menos que los descendientes de aquellos judíos bíblicos, probablemente la élite política y comercial que sí fue expulsada en su momento por el correspondiente poder extranjero, persas, romanos, y en su exilio establecieron comunidades de creyentes, sobre todo en el periodo clásico o grecorromano, una vez más, a lo largo y ancho del mundo, las cuales han llegado hasta nuestros días porque en su momento consiguieron incorporar a sus comunidades un número considerable de conversos nativos. ¿Por qué conversos? Pues porque los judíos fueron desde un principio una comunidad religiosa tan proselitista como lo fue después el cristianismo. Sí, el cristianismo, en origen una simple herejía judía que cuando triunfó prohibió a su vez a sus hermanos judíos hacer proselitismo, dando con ello origen a siglos de marginación y antisemitismo allí donde el cristianismo resultó vencedor. Podríamos decir, sin temor a caer en un excesivo anacronismo, que los nazarenos les comieron la tostada a los israelitas al norte del Mediterráneo.

¿Y los judíos askenazis? Pues ahí habría que hablar de la llamada y muy controvertida «cuestión jázara«, esa que dice que la mayoría de los judíos centroeuropeos descienden del pueblo túrquico de los jázaros que se convirtió al judaísmo en la Edad Media y que al disolverse su imperio emigró hacia Europa llevando con ellos la fe judía y adoptando una variante de la lengua alemana, el yídish, como lengua comunitaria. Verdad o mentira se trata de una hipótesis sumamente discutida porque la historiografía académica es incapaz de llenar las lagunas que encierra todo lo relacionado con los jázaros y, ya en especial, de rastrear el sustrato túrquico de los askenazis. Ahora bien, si comparamos el fenotipo de la mayoría de los judíos askenazis con el de los pueblos túrquicos del Cáucaso entre los que supone que se disolvieron la mayoría de los jázaros, y hacemos lo mismo con el de los árabes palestinos, quiénes parecen verdaderos semitas y quienes… ¿caucásicos o ya directamente europeos del norte?

¿Y qué importa todo esta retahíla de inequívoco y viejuno resabio racista? A mí personalmente una higa. Esto le importa al sionista o filosionista que todavía hoy en día te sale con lo del derecho de los judíos esparcidos por todo el mundo a regresar a su supuesta, ficticia, absurda «patria prometida«. Por no hablar del derecho a apropiarse de la totalidad de la Palestina histórica robándoles las tierras y casas a sus verdaderos dueños, cuando no expulsándolos ya directamente de su tierra y también de la de sus antepasados.

Ni más ni menos que como lleva haciendo el Estado de Israel durante décadas. Una aberración histórica impulsada por una ideología ultranacionalista que ha convertido el credo de una comunidad en un hecho etnorreligioso con su propio irredentismo mitológico, ese que pretende hacernos creer que todos los judíos del mundo e independientemente de su procedencia, lengua, cultura, color de piel o lo que sea, no son simple y llanamente miembros de una confesión religiosa como lo son los cristianos y musulmanes, sino que forman un único pueblo, una nación, cuyas verdaderas raíces se encuentran en una supuesta patria común a miles de kilómetros de donde vivieron siempre ellos y sus antepasados. Un delirio que sólo se sostiene a través del mito religioso y sobre todo con dosis ingentes de tergiversación propagandística de la realidad para justificar un proyecto esencialmente colonial cuyo fin es crear un estado uniconfesional en la tierra de otros, y en el que el actual genocidio de Gaza no deja de ser sino un nuevo capítulo dentro de lo que viene a ser uno de los crímenes contra la humanidad más flagrantes y sobre todo tolerado, cuando no también alentando –Trump, Milei, Alemania y tal…-, por buena parte de la comunidad internacional.

 

Txema Arinas

12/06/2025

FILOSOFIAREN BALIOA

 


    Nire seme nagusia filosofia ikasketak oso seriotan hartzen ari da, bai horixe. Izan ere, Platonen "Dakidan bakarra ezer ez dakidala da" aipu famatua bizilege du arrunt eta ezelako lotsa barik. Edo bestela esanda, dena zuritzeko aitzakia nagusia, bikaina, behinena, zeren edozer galdetzen diozula, hau da, kontu eskean zoazkionean, bere betekizunen, hutsegiteen edo amarrukerien kontura erantzuna beti izan ohi baita: "Dakidan bakarra ezer..."

Gauzak horrela, arren, ez etorri nigana gero Filosofiak ezertarako baliorik ez duela esaka!

viernes, 13 de junio de 2025

LOS SUEÑOS, SUEÑOS SON, Y LAS PESADILLAS...


 

     Esta noche he soñado que me levantaba por la mañana y que al ponerme delante de la caja tonta con el programa de debate sobre la actualidad que acostumbro a ver mientras desayuno, la noticia principal era que no había ninguna noticia principal. Me explico. Estaba removiendo el azúcar del café con leche tras la ingesta de mi cuenco con nueces, plátano, queso fresco y minichorrotada de miel, y resulta que por primera vez en mucho tiempo el programa no había abierto con el escándalo de un primo del presidente colocado a dedo en la empresa de limpieza del ayuntamiento de un pueblo de Albacete, la filtración de unos altos cargos del partido del gobierno en los que relataban sus sueños húmedos a cuenta de varias ministras o las mordidas en las obras del puente que iba a unir Gibraltar con Tánger y en las que, cómo no, estaban implicados desde el sultán de Marruecos a un concejal de festejos de un pueblo de Cádiz por la razón que fuera.

En fin, algo inaudito y sobre todo inquietante. Pero no menos que las imágenes de la sesión parlamentaria de control de ese día en el Congreso de los Diputados que transmitían en directo y en las que, para mi sorpresa, qué digo, verdadero pasmo, el líder de la oposición se dirigía al presidente del Gobierno de un modo inauditamente educado, comedido, es decir, sin los insultos y descalificaciones ad hominem al uso, e incluso utilizando en exclusiva argumentos de tipo ideológico, ético y hasta técnico. Otro tanto la respuesta del presidente del gobierno o de cualquiera de sus ministros. Ni un sólo insulto o maledicencia de un portavoz parlamentario a otro y viceversa. El debate parlamentario resultaba tan sosegado, cortés y sobre todo instructivo que, por un momento, he estado a punto a creer que esa debía ser la norma y no esa otra de la sobreactuación de los insultos, gritos, abucheos, pataletas y "me gusta la fruta" entre todos los miembros de la cámara a cuenta de cualquier orden del día.

Como que los discursos de los parlamentarios hasta me ha parecido estar a la altura de los tiempos dorados del parlamentarismo del siglo XIX donde cada vez que alguien tomaba la palabra procuraba destacar tanto por la excelencia de su oratoria como por la agudeza de sus argumentos.

Una sensación la mar de extraña que me provocaba esa extraña sensación de estar viviendo en una realidad paralela a la que suele ser la habitual. Tal es así que cuando he oído que los dos principales partidos políticos del país, en realidad todos, habían llegado a un acuerdo para establecer un protocolo anticorrupción en el que se comprometían a actuar por igual obligando desde el primer momento a dimitir de sus cargos y a entregar el carné del partido a todos los implicados en la corruptela de turno, a aportar toda la información a disposición de la Justicia para esclarecer todos los casos que surgieran, e incluso a apoyar una enmienda de ley para generar un procedimiento por el que se pueda perseguir el dinero estafado a las arcas de la administración de turno con el objetivo de reintegrarlo a sus dueños, y todo ello con el compromiso de no utilizar los cargos de corrupción para atacar al adversario, de no tratarse, claro está, de algo endémico de un partido, ya me he dicho que no podía tratarse sino de un sueño.

¿Qué iba a ser lo siguiente, una comparecencia del presidente del Gobierno, si bien en este caso también en su condición de secretario general de su partido, anunciando que renuncia a presentarse a las próximas elecciones para no arrastrar a su partido a una larga y penosa agonía pareja a la de su crédito político, da igual si sólo mediático o no, y el inicio de un proceso de elección de un candidato que debería destacar por su independencia y solvencia intelectual e institucional como para volver a ilusionar al electorado de izquierdas, un candidato que en mi opinión debería ser una mujer de una puñetera vez, una Nadia Calviño o por estilo, no sé, tampoco me incumbe de veras. Eso y, faltaría más, o ya como de propina, una refundación de todo a la izquierda del principal partido de la izquierda socialdemócrata, da igual si con vocación estatal o nacionalista periférica, la España plural, de lo público y tal, con el fin de solventar, también de una puta vez, la absurda y fatal fragmentación a la que parece abocada casi que como principal seña de identidad. ¿Cómo? Tampoco es asunto mío, para eso están los políticos, no los escribidores del tres al cuarto. Pero eso sí, algo tendrán que hacer, porque la alternativa no es otra que el amigo del Narco en coalición con el amigo de Trump, Milei, Meloni y compañía, esto es, neofascismo rojigualdo por un tubo.
Luego ya me he despertado y por primera vez la pesadilla no era la del sueño sino esa otra de todos los días.

* La ilustración es de Maynard Dixon ,"Hombre olvidado"; pero, también podría titularse "Simpatizante de izquierdas al día siguiente de lo de Cerdán y compañía tras haberse creído en su momento que no se volvería a dar un clima de corrupción generalizada como el que se dio en los últimos tiempos de Felipe González". Sí, ese señor de pelo plateado que ahora reivindica no sé qué hostias...

TXOZNAK EDO CHIRINGOS


 

   Bart gauean amets egin nuen Gaztela -berdin dio zaharra ala berria zen- aldeko hiritxo bateko jaietan nengoela lagun batzuek gonbidatuta.


- Aizu, Txema, eramango zaitugu "Chiringoetara"!

- Chiringoak?

- Bai, chiringoak, zuen txoznen moduko jaietarako tabernak edo.

Hara goazela chiringoen arduradunak hiriko hainbat alderdi politiko edo elkartetako kideak eta bolondresak direla azaltzen didate.

- Hara, gure txoznetan bezalaxe!

- Bai noski, zuk zeuk ikusiko duzu!

Chiringogunera iritsi orduko ikus dezakedan lehenbizikoa agurtzen gaituen piperpoto erraldoi bat da honako idazkunaz nik neuk euskerara itzulita: "Ongi etorri Espainia berrira, gorri, separatista, femenista eta maritxu zein mariokerrik gabeko esparru librera! Jai-esparrura sartzen garela chiringo guztiez piperpotoez josita ikusten ditut, haietako asko eta asko delako "aguilutxo" edo putre frankista ikur gorri-horiaren erdi-erdian. Horrez gain, chiringo gehienetan gisa honetako pankartak zein pintadak daude: "¡Perro Sanxez traidor!", "¡Puigdemon al paredón!", ""¡Que te vote Txapote!", "¡España una y no cincuenta y una!", "¡España libre, grande, única!", "¡Me gusta la fruta!", "¡Puto rojo el que no vote!" eta abar eta abar eta abar.

- Aizue, hemengo alderdi eta elkarte guztiak ultra-eskuinekoak omen dida. Badaude Falange Española Auténtica de la buena, Alianza Española y muy española, Fuerza Zurcida, Frente Obrero "Santiago y cierra, España", Confederación Nacional de Ex-tiradores de paredón, Manos Limpias con jabón de rojo, Sindicato Libertad, Cañas y Terrazas, Liga de Ayuseros sin cerebro, eta nola ez, Voxekoak.

- Zer nahi duzu esatea, Txema, hau hemengo zein aspaldiko ohitura da gure hiriko jaietan: errespetatu beharrean gaude!

- Errespetatu? Eta argazki horiek ere agoantatu behar ditut nahi eta ez?

- Zein argazki?

- Zein, Francorena, Queipo de Llanorena, Molarena, Yagüerena, Carrero Blancorena, Arias Navarrorena, Martín Villarena, Fraga Iribarnerena, eta gutxi ez balitz bezala, Billy el Niñorena ere bai!

- Tira ba...

Zer esanik ez, momentu horrexetan iratzarri naiz ezustean eta nire emazteari ohean astindu eder bat emanez.

- Zerk eragin dizu halako amesgaizto bat?

- Nik uste atzo bertan Aleako azken zenbakian GKSko gaztetxo batzuei leitu nien adierazpen batek: ""Historikoki, txosnak beti espazio zabala izan dira..."

    

LA VIDA ES RIESGO... Y SORPRESAS


 

        Llevo toda la semana teniendo pesadillas entre que, como quien dice, recién he vuelto a los escenarios de mi infancia, y que he encontrado una foto de la Avenida Gasteiz, entonces puede que todavía de El Generalísimo, en la que estaba el piso donde pasé los primeros años de mi vida. Se trata de una foto en la que todavía aparecen los coches aparcados junto a la acera –entre ellos es de suponer que el primero de mi viejo, el Renault 8 cuya matrícula era la única que he sabido de memoria hasta hoy. Empero, en la foto de marras no constan las jardineras que pusieron años más tarde para impedir que la peña cruzara de una acera a otra por donde le salía del higo, sobre todo desafiando al instinto asesino de los kamikazes motorizados que la cruzaban a diario como si fuera una circunvalación. Eso en una época en la que lo del límite de velocidad dentro de las ciudades sonaba como a cosa de novela de George Orwell. De hecho, no había semana en la que no se produjera un atropello delante de nuestras narices y a veces incluso con el desenlace fatal que todos podemos imaginar. Pero claro, por muy a lo Fernando Alonso que pasaran los coches por nuestra calle, tampoco te ibas a tomar la molestia de acercarte hasta el final de la acera para cruzar con toda seguridad por un paso de cebra con su semáforo, Eso era como de cobardes, peor aún, de europeos al norte de los Pirineos; la vida es peligro y todo lo que no sea así, cuidados paliativos.

El caso es que mi viejo tenía la costumbre de mandarme a comprar sus paquetes de Chester al Marino, el bar de debajo de casa. Sin embargo, a veces a los del Marino se les acababa el tabaco favorito de mi progenitor y éste no dudaba en mandarme -claro que casi que a escondidas para que mi madre no se enterara de que su marido mandaba a una muerte casi segura a su primogénito- al Txiki en la acera de enfrente.
Así pues, ni qué decir que aquello suponía una odisea en toda regla para un mocoso como yo, el cual asumía aquel recado, no ya como uno más de los muchos a los que estaba obligado porque ambos progenitores trabajaban y no les quedaba tiempo para las cosas de la casa, sino como una verdadera misión a vida o muerte.
De modo que me he visto en sueños cruzando la Avenida a la vez que esquivaba la muerte en forma de amenaza de atropellos inminentes al paso como centellas de todo tipo de vehículos motorizados. Una hazaña que se repite tras obtener el paquete de Chester en el Txiki al encarar la vuelta a casa por el mismo trayecto que a la ida.
En fin, los huevos de corbata hasta que llego a mi portal, subo las escaleras hasta el primero y cuando llamo al timbre de casa me abre un señor que enseguida reconozco como el sastre de la esquina de nuestra acera y ni rastro a sus espaldas de la peluquería de mi padre.
- Pasa, pasa, que ya tengo hecho tu traje a medida.
- ¿De verdad tengo que llevar un traje con corbata, americana y zapatos castellanos?
- ¿Tú quieres ser alguien en la vida o no?
- Si va a ser de esta guisa casi prefiero que no.
- Tú harás lo que digan tus padres que para eso me han pagado el traje,
Esa fue la pesadilla del lunes al martes, porque la noche del martes volví a soñar que era un crío al que su padre mandaba a por tabaco al bar de la acera de enfrente. Entonces también volvía a sortear el peligro de muerte inminente para al rato regresar a casa sano y salvo con el paquete de Chester. Y en eso que llamo a la puerta del piso y me abre una señora que enseguida reconozco como la famosa Lola Flores –ahí en mi subconsciente la anécdota de cuando ésta apareció en la peluquería de mi viejo exigiendo que se la atendiera por delante del resto de las clientas, dado que tenía que actuar en breve en La Coquette, la famosa sala de fiestas de la época en nuestra ciudad, justo al lado de nuestro portal, a lo que mi progenitor se negó en redondo porque para él la prioridad eran sus clientas de toda la vida y no una folclórica con aires de diva por muy valiente, poderosa y dueña jardín de espinas y rosas que fuera-. No tardo ni medio minuto en darme cuenta de que la Lola de marras exhibe una elegancia como de madame de salón del oeste, algo que compruebo nada más echar una ojeada al interior donde estaba la peluquería de mi viejo y descubrir que hay media docena de muchachas de esas que se dicen de vida alegre esperando sentadas a que asome un cliente.
- Pasa, pasa, que nosotras también te vamos a hacer un traje a medida.
La noche del miércoles, y tras driblar a los fitipaldi de rigor, llego al piso y al llamar a la puerta me aparece un barbudo embutido en una chilaba blanca y con un gorro de esos que se ponen los matarifes moros para degollar infieles el día del Eid-al-Adha o Día del Cordero.
- Pasa, pasa, justo ahora el imán estaba a punto de iniciar la oración recitando los siete takbir antes de pronunciar la jutba (‘sermón del viernes’).
La noche del jueves a hoy me he visto cruzando hasta la acera de enfrente donde estaba el Txiki, una vez más a por el tabaco del viejo. Luego he vuelto a casa como si fuera Jesús de Nazaret caminando sobre las aguas, vamos, casi que flotando entre los kamikazes con ruedas y así; todo me la soplaba.
Creo que en mi subconsciente empezaba a estar ya harto del sueño recurrente de la semana. Así que llamo al timbre de casa esperándome encontrarme cualquier cosa, cualquier cosa rara. Y en efecto, cómo no, resulta que abre la puerta un señor mayor con barba blanca y muy simpático que enseguida reconozco como el veterano periodista, poeta de la Zurriola y entusiasta gastrónomo Félix Maraña. Me temo que he ido a parar a una de esas casas de comida que hay en los primeros pisos de los cascos viejos de las ciudades como a las que me llevaba mi señor padre; en concreto al viejo Urola de Donosti, o puede que fuera al Otano de la calle San Nicolás en Pamplona, qué más da.
- Pasa, pasa.
- Pero yo no...
- No hay carta. Nosotros vamos sacando platos y tu comes lo que te dé la gana. Empezamos con fritos caseros, txistorra de Arbizu, morcilla de Larrasoaña, cogollos de Tudela con anchoas y vinagre, revuelto de hongos, puerros a la vinagreta, pimientos asados con papada ibérica, pimientos rellenos de bacalao, pochas con piperras y almejas, txerripatas o patitas de cerdo, oreja de cerdo rebozada, bacalao ajoarriero con huevo poché, chipirones a la plancha con patatas manaderas y alioli de ajo negro, merluza a la koxkera, solomillo a la plancha con pimientos asados, chuletillas de cordero, gorrín -ahí ya me cosco de que sí, es el Otano de Iruña-, callos y morros, y ya de postre torrija caramelizada, tarta de queso, trufas de chocolate, cuajada de la Ulzama con miel, tabla de quesos Idiazabal y Roncal con nueces y membrillo, sorbetes varios.
- ¿Todo eso?
- Ya sabes, así hasta que revientes.
Ni qué decir que hoy me he levantado de la cama con sensación de empacho, que todavía la tengo. Puede que incluso hoy no coma. Bueno, tampoco exageremos, es viernes y toca pasta; macarrones con una mistura de boloñesa y salsa española con su carne picada, champiñones, zanahoria, calabacín picado, parmesano a esgalla y la imprescindible albahaca fresca.

PESADILLA PLAYERA

       - ¿Es que este verano no vamos a pisar la playa para darnos el baño de todos los años? - ¿Dónde, cómo? Estamos en temporada alta. - ¿...