sábado, 29 de julio de 2023

EL HIERBAS


    He pasado una noche agotadora. Como que he soñado que volvía a tener veinte años y yo y mis colegas decidíamos participar en la estropada de la Concha con nuestra propia trainera.
- Nos falta uno para completar la tripulación.
- ¿No se va a apuntar Jon?
- Ya sabes cómo es; le gusta hacerse de rogar.
- Pues habrá que convencerlo para remar todos juntos.
- A ver si diciéndole que es salir con nosotros u olvidarse de volver a subirse a una trainera para los restos.
Total que, tras mucho hacerse de rogar, el amigo Jon se apunta para participar en la estropada de la Concha. Eso sí, partimos con desventaja porque la última tripulación que capitaneaba nuestro amigo Jon llegó el último y casi estuvo a punto de ser descalificada, porque el chaval no paraba de dar la nota a lo José Luis Korta; sí, insufrible. Así pues, en esta ocasión lo hemos puesto al final de la trainera, donde creemos que puede dedicarse a remar sin tocar demasiado los cojones al resto de nosotros, de las otras tripulaciones, los organizadores de la estropada, la gente de la prensa e incluso a una pareja de lituanos que pasaba por allí. Al final gana Orio, Hondarribia queda segunda y nosotros llegamos los cuartos por detrás de nuestra odiada Urdaibai. Ni tal mal, para ser un equipo nuevo, de hecho un equipo de retales con gente de otras tripulaciones menores y así, con un capitán que se estrena en su puesto, con lo mar que estaba la mar y toda la hostia, pues como para quejarnos; estamos entre los cuatro primeros y ya sólo por eso hay que celebrarlo. Y en eso estamos cuando de repente nos vienen varias personas de entre el público a decirnos que:
- Oye, que vuestro colega os está poniendo a parir delante de la prensa porque dice que vuestra carrera ha sido una mierda, que cada uno parecía remar por su lado y el capitán no sabía por dónde tenía que tirar, que el año pasado cuando capitaneaba él su propia trainera quedasteis terceros y que por eso un cuarto puesto es una derrota, que eso no habría pasado si a él no le hubierais...
- ¿Eso quién lo ha dicho, el Belarra?
- ¿Se apellida así?
- No, le decimos el Belarra, ya sabes, hierba en euskera, porque se pasa todo el día fumado y se le va la pinza, cree que todo el mundo está contra él, ve conspiraciones donde no las hay, y al final acaba a la gresca con todo el mundo.
- Ya te digo. Pues que sepáis que los de las otras tripulaciones ya le han puesto otro mote.
- ¿Cuál?
- El Podemita.
En eso que me despierto de golpe y, oye, cómo me duelen los brazos de haberme pasado toda la noche remando.

 

MADRILDAR TURISTA BAKO HONDARTZA


 Hemen dena da eder, goxo eta mirari,
Urteko lehenengo bainu izugarri goxoa
Uztail minean hondartzan berriz igeri
Izena? Inola ere esango ez dudan txokoa.

Ni naiz olatu gainean galtzen den izurdea
Zoriontsua ere izan zeneko egun haiekin
Ezustean pozarren topatzen duen umea
Oraindik ere itsasoa gozatzen duena jakin

Horrexegatik idazten dut toalla baten gainean
Madrildar ahotsik aditzen ez den plaia hontatik
Udaran ere bertakoentzako aisialdia denean
Baietz, badagoela gure paradisuaz gozatzerik.

Nork esango, duela auskalo zenbat hilabete
ikusi nuela ustekabez amildegi ertzean bizitza
Gaur egongo nintzela pozez ezertaz kexatzeke
Gogoa doa, gutxien espero duzunean, gorantza

viernes, 21 de julio de 2023

EL CAMPAMENTO


- ¡Aita, no aguanto más esto, es un verdadero infierno!
- No será para tanto, lo que pasa es que es la primera vez que estás tanto tiempo fuera de casa.
- ¡No soporto esto, estoy rodeado de gilipollas y tarados, y, además, los que nos cuidan son unos verdaderos sádicos.
- Bueno, eso y que tú siempre exageras todo.
-¡Sacadme de aquí o me volveré loco de verdad!
- ¿Te das cuenta de que en este preciso momento nos encontramos a más de quinientos kilómetros de donde estás tú?
- Si no venís vosotros, que venga el yayo desde Asturias.
- Te recuerdo que fuiste tú el que pidió ir este verano de campamento porque te había invitado uno de tu clase.
- ¿Y si te hubiera dicho que me quería tirar por una ventana, también me habrías dejado? ¡Que no nos permiten usar los móviles si no es para llamaros dos veces a la semana!
- Creo que no es lo mismo. Además, mamá y yo estamos convencidos de que esta experiencia te va a venir muy bien para que aprendas a relacionarte con otra gente y no estar tanto tiempo pegado a las maquinitas.
- Pues luego no me vengas con lo del poemita del predicador danés ese, el Niemöller o como se llame; «Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas/guardé silencio/ya que no era comunista/Cuando encarcelaron a los socialdemócratas...
- Creo que estás desbarrando a base de bien.
- ¿Y te extraña con el calor que hace aquí en Zamora? Me ha dicho uno que el año pasado fue la provincia donde más gente murió por golpes de calor...
- Mira, que te den, tú aguanta y calla. Iremos a buscarte cuando toque.
Y en eso que de repente oigo que llaman a la puerta de casa y cuando la abro me encuentro al canijo vestido con una especie de pijama de rayas hecho jirones.
- ¿Pero, qué cojones..., te has escapado del campamento?
- ¿No dices tú que el deber de todo preso es escaparse?
- Putas pesadillas...

lunes, 17 de julio de 2023

LA LAVARORA


 

 Sueño que estoy en la cocina de casa de mi madre en B, a las faldas del Zaldiaran y así a las afueras de la ciudad de Vitoria. No estoy solo, porque resulta que debo ser un guerrillero de la partida de Francisco Longa durante la Guerra de Independencia y parece que en la cocina se han citado éste, ya con sus galones de general, un señorito de Vitoria conocido como el General Álava, dos generales portugueses y cuatro ingleses entre los que destaca al mando de todos nosotros un tal Arthur Wellesley al que todo el mundo conoce por su título de Duque de Wellington. Parece ser que es la víspera de la que será la famosa batalla de Vitoria en la que el ejército napoleónico con el hermano del pequeño corso a la cabeza, Pepe Botella, fue definitivamente vencido antes de salir por patas del Reino de España dejando su famoso tesoro, vamos, todo lo que había robado, tirado a lo largo del camino que atraviesa la Llanada Alavesa en dirección a Francia. Así que el alto mando aliado británico-hispanoluso se ha reunido en la cocina de mi madre para ultimar los flecos de la estrategia para la batalla del día siguiente. Entonces, en eso que Wellington se dispone a explicarnos sus órdenes en el mapa desplegado sobre la mesa de la cocina de casa de mi madre, aparece ella por la puerta, y, tras saludar a todo el mundo y rogar que no es necesario que se levante nadie para saludarla, se dirige hasta la encimera con el único propósito de poner los platos en el fregadero, echarles un agua y, antes incluso de que el Duque tenga opción de pronunciar media palabra, poner la lavadora a todo volumen. Mis invitados alucinan en colores, yo no tanto porque, faltaría, ya me conozco el percal.

- ¿De verdad, ama, también hoy, justo ahora que estamos todos reunidos para deliberar sobre tan decisivo desenlace?
- ¿Qué pasa, pues, qué problema hay? Tengo que hacer una colada.
- ¿Y tiene que ser precisamente ahora que estamos decidiendo el futuro de Europa?
- ¡Ay, chico, siempre la misma murga! Vosotros seguid con lo vuestro que yo no os molesto para nada.
- ¡Cómo que no nos molestas si el ruido de la lavadora no nos permite escucharnos, que estos señores han venido hasta aquí de lejos, después de varios años de guerra contra el francés, con el único fin de decidir la estrategia para la batalla de mañana!
- ¡Qué batalla ni que batallo, si son sólo unos minutos!
No insisto porque sé que no hay manera humana posible de que entre en razón, nunca la ha habido. De hecho, eso de estar en la cocina hablando tranquilamente hablando tranquilamente entre nosotros, o con visitas, y que aparezca ella y, en vez de sentarse a la mesa para unirse a la conversación, se ponga a recoger la cocina metiendo lo máximo de ruido posible para acabar poniendo la lavadora a todo volumen ya en plan apoteósico y así, es algo que lleva haciendo toda la vida. Lo hacía cuando todavía vivía mi padre, acabábamos de llegar de Asturias, nos sentábamos a la mesa de la cocina para hablar de nuestras cosas, y no fallaba, en cuanto aparecía ella por la cocina enseguida encendía la lavadora y fin de la conversación. Y lo sigue haciendo todavía hoy, cómo no, sin ir más lejos hace un rato cuando estábamos en la cocina comentando el debate de portavoces de anoche.
- Me voy a cagar en...
- ¡Josemari, habla bien! ¿O quieres que esta gente piense que no te hemos dado una buena educación en casa?
- Lo que yo no sé es cómo no me he vuelto loco todavía.
- ¿A ver si no va a poder una la lavadora en su propia casa cuando le venga en gana!
- Por supuesto, por supuesto, tú pon lo que te dé en gana, si total no entiendes nunca nada, o más bien no quieres entender.
- Pues mira, igual aprovecho y pongo también el lavavajillas que acabo de llenar.
Y en eso, menos mal, que me despierto de la pesadilla sudando a chorros, es lo que tiene vivir con una sicópata, y corro a Google para comprobar quién ganó la batalla de marras, no vaya a ser que...

lunes, 10 de julio de 2023

PESADILLA SANFERMINERA


  He tenido una pesadilla sanferminera, o más bien sanferminera-irlandesa, sin pisar Pamplona -no creo que me dé por ahí porque para juergas con retraso de dos años mejor reservarme para la de mi pueblo en agosto y así, que ya tenemos una edad y yo a la mía sigo sin saber qué es esa mierda de la moderación y bla, bla, bla- y no precisamente porque anoche regresara a casa cantando "si no tienes un duro, no te hace caso nadie, en cambio si lo tienes..." De hecho anoche salimos con la intención de darnos un garbeo y volver pronto a casita; luego ya nos encontramos con unos colegas que nos invitaron a cenar con los que estaban, y muy bien, una gente encantadora, buena conversación, mejores risas y todo eso a lo que uno está siempre dispuesto cuando anda por su ciudad y sabe que en cualquier momento puede haber un cambio de planes porque la vida consiste precisamente en beber con propios y extraños. Bonita y sobre todo tranquila velada que en principio no auguraba muchas turbulencias entre las sábanas porque no hubo un consumo exagerado de líquido elemento.

Pero el caso es que, entre que con eso de los Sanfermines apenas había nadie por Vitoria y la poca que había iba de blanco y rojo impoluto en dirección a la estación para coger cualquiera de los trenes que RENFE pone a disposición de los juerguistas para arrimarlos hasta Pamplona (un tren que va recogiendo la muchachada de camino a la capital del Viejo Reyno y en el que ya me subí cuando todavía era un morrosko de esos que se bajan prácticamente borrachos en Iruña porque la juerga comienza en cuanto empiezan a subirse los de los pueblos (aquí también habría que mencionar los autobuses sanfermineros...), lo primero que ha aparecido en mis sueños ha sido una peña sanferminera en un pub irlandés.
Peor aun, resulta que de entre la peña en cuestión, distribuida alrededor de unas mesas bajas cubiertas con pintas de Guinness, cubatas de todo tipo y vasos de "whiskey" a palo seco, muchos de ellos con guitarras e incluso unas flautas que todavía dudo si eran txistus, gaitas/dulzainas o eso que llaman Irish Whistle, distingo a un señor alto y bastante mayor con unas gafas redondas un tanto pasadas de moda, vestido todo de blanco con pañuelico y faja rojos, eso y un sombrero de ala ancha. ¡No me jodas, James Joyce! Entonces oigo que el autor del Ulysses irrumpe a cantar acompañado a la guitarra por uno de los mozos sanfermineros.
By a lonely prison wall
I heard a young girl calling
Michael they are taking you away
For you stole Trevelyans corn
So the young might see the morn
Now a prison ship lay waiting in the bay
Low lie the fields of Athenry
...
Hostia tú, no voy a reconocer el Fields of Athenry si lo escuchaba a todas horas, por la noche..., en los pubes de Temple Bar en Dublin y no te digo ya en los de Galway. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es qué cojones hace James Joyce ataviado de sanferminero cantando la canción que más tiernos, nostálgicos, rebeldes y sobre todo beodos pone a los habitantes de Hibernia.
- Déanaimid ceiliúradh freisin ar na sanfermines gach bliain.
Como no tengo problemas para entender el irlandés que en Dublín hablan cuatro gatos ikastoleros o algo por el estilo, al menos en este sueño -yo en los sueños, y como soy muy empírico y así, hasta discuto con Platón en griego clásico la chorrada esa de la teoría de las formas...-, alucino con lo de que celebren los sanfermines todos los años como si se tratara de un Bloom´s Day cualquiera. Aunque, en fin, como supongo que se trata de encontrar un pretexto cualquiera para emborracharse el sábado a la noche, tampoco le doy mayor importancia.
- Pero es que esto de los Sanfermines no va así -trato de darme el pego a ver si así me invitan a unas pintas...-
- What a fuck?
- Que a ver dónde están los toros.
- Do you mean the bull? There you have it...
Entonces descubro a mi admirado, casi adorado, Richard Harris en su papel de The Bull, el viejo campesino de la peli de El Prado, un tipo tan duro como sentimental, mala hostia y sorna por igual, el cual, cuando vi la película, no pude evitar que me recordara todo el tiempo tanto a mi viejo como a mi abuelo. Así que tampoco puedo evitar acojonarme un rato cuando veo que el toro en cuestión se dirige hacia mí, eso y pensar: "Hostia, fijo que ahora coge y me pone a sacar piedras del prado, la viña o lo que sea que..." Pero no, pues no va y me dice:
- Sing whit me!
- Canto, canto...
«Anda y pínchame una vena /
si piensas que no te quiero /
y verás correr mi sangreeeeeee /
negrita de pasar penaaaaaaaaas...
Entonces caigo, vaya que si caigo; el puto Príncipe de Viana Crianza 2018, 100% tempranillo, de Murchante, que cayó anoche.

sábado, 1 de julio de 2023

AMARI


Gauean bakardadea, bai seme, hori bai, gauza tristea
Atzean behin betiko edo utzitako amets eta ilusioak
Ezinbestez alperrik galdutako bizi oso baten oinazea.

Goizean berriz ni neu ezerezean aienatzeko desioak
Zertarako ote ohean beti pena eta neketan bueltaka
Ez banitu ondoan zuekin nolabait lotzen nauten leihoak.

Gogoan dut, bai ama, gure arteko amaigabeko erretolika
Ni zure ametsetan Dublineko egun petral hartan galdurik
alegiazko soka batez lotuak eta elkarrekikoak tirabiraka

Gaur banago ni ere, zinez, nire buruarekin erresumindurik
Sekula asmatu ez bainuen izaten merezi zenuen semea
Amesgaiztoa izan dut lagun bart, ni ere triste eta bakarrik.