miércoles, 26 de diciembre de 2018

ALEGATO LIBERTICIDA: CUENTO DE NAVIDAD




Un poco de crítica literaria por Navidad. 

Tengo para mí que Canción de Navidad, Cuento de Navidad o El cántico de Navidad (A Christmas Carol) de Charles Dickens es uno de los libros más nefastos de la Historia, a la altura del Mein Kampf de Adolf Hitler, el Libro Rojo de Mao, los Evangelios Sinópticos, 50 Sombras de Grey o cualquiera de los de Paulo Coelho o Sánchez-Drago.

Canción de Navidad es un profundo y retorcido alegato contra la libertad individual, un ataque en toda regla al ejercicio del libre albedrío del individuo y una defensa encarnizada del sometimiento a la tribu en cualquiera de sus formas.

Su protagonista, Ebenezer Scrooge, es un hombre libre, un emprendedor exitoso que en su momento tomó la decisión de no doblegarse a las convenciones al uso de la sociedad y que apostó por disfrutar de la vida al margen de éstas, ya fueran las de la ideología dominante, entiéndase aquí todas las que derivan de la hipocresía de raíz judeo-cristiana de su época victoriana, o, muy en especial, las cadenas de la familia, tanto la que le toca a uno en suerte o esa otra que forma uno en su momento, se supone que por su propia voluntad.

Pues bien, en la novelica de Dickens todo se confabula en su contra para doblegar su voluntad de vivir a espaldas de dichos convencionalismos. Para empezar la época donde se desarrolla, pues no existe un periodo del año donde la sociedad presione tanto al individuo para recordarle su condición de mera oveja dentro de un rebaño que la Navidad. Y luego ya todo ese insoportable chantaje emocional con parientes de por medio, niños pobres y enfermos, incluso fantasmas que vienen del pasado para amenazarle al más genuino estilo estalinista con un futuro de cadenas en un gulag llamado Limbo o algo por el estilo.

Al final, claro está, la presión es tanta, ríete tú de los campos de reeducación de Corea del Norte, que Scrooge es sometido a la parafernalia navideña con el triste final que ilustra el fotograma de la versión protagonizada por Michel Caine en Una Navidad con los Muppets.

Pues eso, todos somos Ebenezer Scrooge de alguna u otra manera.

AGELASTIA




"Hay personas a quienes admiro por su inteligencia, a las que estimo por su honestidad, pero con quienes no me siento a gusto: censuro mis comentarios para no ser mal interpretado, para no parecer cínico, para no herirlas con una palabra demasiado leve. Ellas no viven en paz con lo cómico. No se lo reprocho: su agelastia está profundamente anclada en ellas y no lo pueden remediar. Pero yo tampoco puedo remediarlo y, aun sin detestarlas, las evito de lejos»."

Milan Kundera

CRÓNICA NEGRA DEL SÁBADO A LA NOCHE

Relato publicado en SOLO NOVELA NEGRA: https://punica.es/cronica-negra-del-sabado-noche/?fbclid=IwAR2BLTf45DvjDc-Tu_Cfs3CtFNAd5LlmVBPj9zJz0kLKb7gxq1IP1bwtUcM




Tú pegando la hebra con un colega cubata en mano mientras el resto de la cuadrilla hace amago de mover el esqueleto y en eso que ves a varias personas en medio del pub tiradas en el suelo y dando vueltas alrededor de si mismos como si fueran una noria a la que se le ha soltado la rueda. Piensas, o algo así porque el alcohol ya va haciendo de las suyas en tu cabeza desde la segunda botella de vino durante la cena, que será un nuevo baile de moda; y eso porque, tal como está la sociedad del espectáculo, ya cualquier cosa. Pero no, cuando ves volar un taburete ya te coscas de que se trata de una reyerta de barra en toda regla; vuelan más taburetes. Y luego un tumulto de gente del que destaca uno, purita carne de gimnasio, gritando que quiere matar a otro, al cual la mayoría empuja hacia la puerta, y al que sus supuestos colegas suplican que “¡por favor, déjalo, Iñaki, que no merece la pena, no te busques la ruina!” Porque resulta que ese otro al que alguien de los presentes arrastra cogido del cuello hacia la calle, era el tipo de casi dos metros que apenas unos segundos antes estaba apostado solo sobre la barra babeando a la camarera de ceñido modelito aleopardado y pelambrera “teñidorada” al estilo de ese otro felino al que llaman el rey de la selva. El individuo, al que mis colegas y yo le presumimos todo lo mamado que tiene que estar alguien para haber montado semejante tangana en menos de lo que canta un gallo, parece  que se ha apartado de la barra con el único propósito de soltarle a saber qué grosería a una muchacha latina que bailaba agarrada a su novio, o lo que fuera, una de esas insufribles bachatas; algo de comerle de un solo bocado una parte de su anatomía que no viene al caso. El acompañante, faltaría más, se ha rebotado, no sabemos muy bien qué cómo le ha respondido al borracho de casi dos metros que ha interrumpido el baile de la pareja, y éste, de repente y como toda respuesta, le ha soltado un guantazo  partiéndole las gafas en dos.
A continuación, el colega del gafotas, al que antes me he referido como carne de gimnasio, se ha echado al cuello del agresor y habido hostias hasta en el carné de identidad en eso que el resto de los presentes intentaba ponerlo de patitas en la calle a las órdenes de la felina camarera. Luego ha habido un momento de calma tras la tempestad, el cual la mayoría hemos aprovechado para repostar combustible etílico con el poder seguir afrontando los rigores de la noche, hasta que el larguirucho achispado ha regresado hecho una fiera, esto es, jurando por todo lo alto y amenazando con hacer correr la sangre de los que apenas un par de minutos lo habían echado a la calle de manera tan ignominiosa, y ha ido de cabeza sobre el asiduo de los gimnasios: otra ensalada de hostias, yo creo que esta vez ha cobrado hasta la camarera. Por suerte, no han tardado en reducirlo y sacarlo a la calle, donde se han demorado un rato aplicando un concienzudo correctivo físico sobre el cuerpo desgarbado y beodo del alborotador tirado en la acera. Un rato más tarde, y cuando ya parecía que no iba a aparecer de nuevo tambaleándose sobre sus dos metros de altura y chorreando sangre por sus heridas, va y lo hace por tercera vez. Pero, como los otros ya se han marchado, se supone que agotados por el esfuerzo físico, el tarado montapollos ahora la emprende contra una pareja que ha llegado después de la bronca y que se prodigaba cariños y besos mutuamente junto la barra; se ve que nuestro personaje no lleva muy bien eso de que las parejas se quieran, algo así como si la felicidad ajena fuera para él siempre una ofensa personal. No obstante, en esta ocasión, y antes de que caiga la primera hostia del tercer asalto de la noche, es la camarera quien lo expulsa vez amenazándole, ahora sí, con llamar a la policía. Y tú y los tuyos, tras comentar la jugada una vez más y fantasear, medio en broma, medio en veras, con la contingencia de que a la cuarta ya venga armado con una recortada y se líe a tiros con todos los presentes al más genuino estilo de los tarados del otro lado del charco, echáis el enésimo trago a vuestras letales pócimas en copas del tamaño de un balón de balonmano antes de entregaros al bailoteo embriagador tan característico, sobre todo en su patetismo, de cualquier pub del centro abierto hasta las tantas de la mañana; la música como si se hubiera parado el tiempo hace treinta años. En ese momento otro borracho que llevaba todo el rato solo y apostado en una esquina de la barra le da por berrear las más conocida y hortera, que ya es decir, de las canciones de Alaska y los Pegamoides, se levanta para dirigirse dando tumbos hacia los servicios y abriéndose paso a empellones. Creo que todos hemos pensado al unísono; ¿a que empieza de nuevo el reparto de hostias?
Menos mal que en ese preciso momento hace acto de presencia una pareja de secretas de esos con coleta, bigotes a lo Pancho Villa, chupa de cuero sesentera, camisetas estampadas por fuera, gomina a granel y cadenitas doradas colgando de la cintura, vamos, que apestan a bofia de lejos. Los presentes los observamos mientras departen con la camarera a la vez que nos hacemos la misma pregunta: “¿qué entenderá el cuerpo repre… policial de turno qué es ir de incógnito por la vida?” No podemos evitar acordarnos de aquellos otros secretas de nuestros años mozos, los de las movidas de los ochenta y noventa que pretendían pasar desapercibidos entre las hordas borrokas ataviados como si fueran de la misma cuadrilla de Los Chichos o de cualquier otro grupo de quinquis lolailos o por el estilo. En cualquier caso, nuestros Starsky Hutch de andar por casa no pierden demasiado tiempo con sus indagaciones. Yo diría que se les nota hasta un pelín decepcionados, como si hubieran esperado encontrarse con un asunto de banda latinas, de proxenetas del Este e incluso de terrorismo yihadista. Pues no, un borracho de sábado a la noche buscando camorra a toda costa. Eso, y alguna que otra lamentable agresión sexual, es todo lo que da el sábado a la noche nuestra pequeña capital de provincia a la hora de hacer la crónica negra del fin de semana.
Empero, para nosotros, cuarentones a punto de dejar de serlo o recién estrenados, es mucho más de lo que nos esperamos encontrar cada vez que salimos de farra una vez al mes. Ya tenemos tema de conversación hasta la próxima cena de cuadrilla, Para que luego digan que el centro de la ciudad está muerto, que lo está; pero, de aburrido nada de nada. Lo que pasa es que la gente no sale porque anda acojonada con tanto corazón roto y empapado en alcohol, con toda probabilidad el sector de riesgo más peligroso y pródigo de las noches de los fines de semana por los pubes del centro. Eso y que ya no tenemos edad para llegar a casa con la camisa rasgada, una brecha en la ceja, los pantalones de haberte revolcado en el serrín del suelo de un tugurio cualquiera y jurando por Tutatis que te has caído en un charco porque esa noche había llovido mucho y la acera resbalaba.
Texto: © Txema Arinas, 2018.

AMEK EZ DUTE – KATIXA AGIRRE

Hitzen Uberaneko Komunitatea sailean argitaratua: http://uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/amek-ez-dute-katixa-agirre




“Inestablea, nartzisista, egozentrikoa, karismatikoa, gorrotagarria, errealitatetik kanpokoa, kaskarina, konplexuz betea, autoestimurik gabekoa, manipulatzailea, berekoia, gezurtia, oldakorra, harroputza, tranpatia, bazter-nahastailea, ulertezina.
Hori guztia dudarik gabe.
Ume txiki bi, mundo honetara hainbeste ahaleginez ekarritako bi seme-alaba babesgabe eta eder, hoztasun eta zehaztasunez akabatzeko kapaza? Inolaz ere ez. Horretan ez zuen zalantzarik Léak. Inor ez litzateke horrelakorik aurreikusteko gauza izango. Baina, egiaz, nor da ume bat akabatzeko gauza? Inor ez. Eta inor ez denez gauza, ume bat eraila agertzen denean, denok gara susmagarriak.”

Amek ez dute da Katixa Agirreren azken nobelaren izenburua. Aukeran izan liteke “euren seme-alabak maite ez dituzten amak”, guztiz zehatzagoa, zuzenagoa omen; baina, jakina, oso eskandinabiar trilogia famatu beltz baten oihartzuna ekarriko luke. Nobela ausarta da ezer baino lehen. Planteatzen duen gaia behintzat gure gizartearen amatasunari buruzko adostasuna kolokan jartzen baitu; benetan behartuak al gara gure seme-alabak maitatzera? Nolatan? Zergatik?
Haren bi seme-alabak modu ezin krudelagoz akabatu dituen amaren kasua kontatzen digu ama berria den narratzaileak. Gauzak horrela hilketaren gaineko epaiketaren nondik norakoen berri emango digu narratzaileak (izan ere, epaitegira joango da kaier batean notak hartze aldera). Aldi berean ere, bere bizitza pertsonalari buruz hainbat gogoeta egingo du amatasunaren kontura, hau da, bere semearen jaiotzak bere bizimodu ia perfektua nola hankaz gora jarri dion, nola atsekabetzen duen, zenbat nekatzen den. Eta honekin batera, nola ez, infantizidioari buruzko gogoeta luze eta sakonak egingo ditu, gehienbat amatasunaren mitoaren ingurukoak.
Esan bezala, liburu benetan ausarta gurean eta gaur egun ere tabu hutsa izaten dirauen gaia baita duda zipitzik gabe: Nola ez dituzu zure seme-alabak maitatuko? Zer-nolako munstroa eginda zaude? Edo agian ez, baliteke hainbesterako ez izatea, edo gehien jota, hori da asasinoaren kasua, baina inondik inora ez narratzailearena. Azken honen kezka edo kinka ez baita bere seme-alabak maitatzea ala ez, baizik eta hauek askotan aztoratzen dutela aitortzea, behin baino gehiagotan oztopo zaizkiola eraman nahi lukeen bizimodu moderno, jori eta batik bat libreari eutsi ahal izateko, hau da, gizarteak emakumezko batengandik espero duen ama zintzo eta maitagarria ez dela aitortzea, ez behintzat hogeitalau orduz.

Bada beraz literatura klasikoak mendeetan zehar planteaturiko gai polemiko edo tabu baten inguruan jorratzen den istorioa, hau da, kasuko, Flaubertek XIX mendean Madame Bovaryrekin adulterioari buruz planteatu zuena edota Eça de Queirozek mende berean  O crime do padre Amaro eleberrian erlijioaren itxurakeriari buruzkoa bezalakoak. Idazle handi biok eure garaiko gizartea errotik astindu zuten euren liburu orduan izugarri maltzur eta eskandalagarriez, ordura arte inor jorratzera ez ausartutako gaiak baitziren. Katixa Agirreren kasuan, aitor dut ez dakidala berak baino lehenago beste batzuek gai berbera jorratu duten (Komunitatea sail honetako kritikak edo debaldekoak direnez, hau da, euskaraz idazteko plazer hutsagatik, ez dut gogo handirik bibliografía lan sakonik egiteko, argi eta garbi diot). Ziur naiz, aldiz, baietz, egon egongo dela bibliografía dexente gai honi buruz zenbait hizkuntzatan, beharko.

Edonola ere, Katixaren liburua izugarri ondo idatzita, batez ere antolatua, dago. Nik esango nuke gaur egon hain boladan dagoen literatura intetertextualaren adibide garbia dela, edo agian hobe legoke intergenerokoa esatea, idazleak ez baititu beste batzuen textuak tartekatzen generoak baizik. Izan ere, niri  Amek ez dute nobela eta saiakeraren arteko erdibideko zerbait begitandu zait. Egia esanda, Katixarenari aspaldi honetan hain usu aipatzen “artefakto literario” delakoa antzeman diot, hau da, nobela huts bat baino gehiago izan duen zerbait, edo gutxienez, narrazio klasikoari eutsi nahi ez dion idazkera bat. Gauzak horrela, liburuak dokumentazio eskerga dakar hainbat gauzari buruz; esaterako, zesareari buruzkoa. Premiazkoa al da zesarearen inguruko ia oro jakinaraztea? Zergatik ez jarri wikipediako zesareari buruzko helbidea irakurleak hara zuzen jo dezan? Dokumentazio, burutazio, aipamen bibliografiko eta zinefilo asko, gehienak egia esanda oso samurrak, mamitsuak. Eta egiari zor ere, oso aproposak delako artefaktoa mamitzeko, hau da, irakurlearen begirada nola edo hala bideratzeko. Izan ere, ez dut uste Katixaren liburuan ezer soberan dagoenik, dena primeran moldatzen baita liburuaren hildo nagusiak, hau da, aipatutiko gaiari buruzko gogoeta kateamenduak, aurrera egin dezan. Halere, nik benetan goxatu ditudan pasarteak narratibo hutsak direnak izan dira. Besteak beste, Aliceren bizitzaren berri ematen digutenak. Edo are zehatzago, senarraren upategian antolatzen dioten erakusketarena da gehien inarrosi nauena, edo Jakesekikoa, nire ustez liburuan beranduegi agertzen dena liburuaren gaitasun narratiboa dexente murriztuz, eta zer esanik ez, baita narratzailearen semearen ospitaleratzearena, nire aburuz narratzailearen noraez etiko edo diskurtsiboa nolabait orekatu nahi duena liburuan zehar hazitako dudak eta usteak nolabait urruntze aldera.
Bada, beraz, oso liburu interesgarria, amatasunari buruz zinez gogoeta egitera bultzatzen zaituena, zenbait pasartetan erraiak nahasten zizkizuna ere bai, ozta-ozta egiazko gaia gaur egungo gizabanakoen norberekeria ia orokortua ez ote den pentsarazteraino; baina, egia esanda, ni behintzat ez nau literarioki askotxo asebete, zeren, gorago esan bezala, demaseko saiakera kutsua hartu baitiot irakurketari pasarte askotan, edo bestela esanda, maíz zurrunegia egin zait, teoria edo gutxienez hausnarketa baten gorabeherak kosta ahala kosta saldu nahi izan balizkit bezala.
Edonola ere, berriro diot, goseak gose, nirea klasikoegia omen da, niri literatura haragizkoagoa gustatzen zait; baina, hala eta guztiz ere ikaragarri gozatu dut Amek ez dute. Irakurtzea merezi du, behinik behin bihotza gogotik astintzeko asmoz. Izan ere, eta hemen ez dakit nik asmatzen dudan kritika intertextuala edo, hau da, beste kritikari batzuen testuez baliatzea nirea osatze aldera, irakurri bakarrik egin behar dira Katixaren liburuak eragin dituen bi kritikariren (hauek gainera egiazkoak, serioak, hau da, ordainpekoak eta guzti; idazten ari naiz hau ezta inondik inora taxuzko kritika bat, irakurle arrunt baten iruzkin tolesgabea baizik) iruzkin erabat laudagarriak, euskarazko kritiketan oso gutxitan irakurritakoak, irakurle asko eta askok Amek ez dute bezalako premia ia larria zutela asmatzeko. Bestela esanda, Katixa Agirrek bete-betean asmatu duela.

Bada, zeu ere horietakoa bazara, alegia, jendarte honetan erroturiko eta zabalduriko amatasun kontzeptu aratz, xalo eta ertzik gabearen jarraitzaileek susmo txarra eta berebiziko asperdura besterik ez badizute eragiten, zorioneko zaude: Agirrek askotariko amak sortu ditu, alderdiz eta kontraesanez josiak (ziurrenik, bere inguruko benetako emakumeei benetan begiratzearen eta entzutearen ondorioz), eta erditzearen/sorkuntzaren osteko ataka ugarien erdi-erdian paratu ditu, ekintzek, ekintzarik ezak eta era guztietako gogoetek osaturiko zurrunbiloan.
Narratzailea, emakume idazle ama dena, ordena kronologikoari jarraiki, besterik ez, emakume ume hiltzaile (hots, ama ohi) bati begira dago, kuriositateak jota, epaiketa batean. Zeuk, berriz, narratzaileari ere jakin-min handiz jarraituko diozu liburu osoan, mamitsuak bezain interesgarriak ditu-eta pentsamenduak, burutazioak, oharrak…

Usoa Alberdi Fernández / Aizu!, 2018-12

Ni hitzik gabe geratu naiz mirari hau irakurtzean. Ez baduzu oraindik liburua erosi eta irakurri, ez dakit zer egiten ari zaren zure bizitzarekin. Benetan. Zer ari zara?! Aurten inbertituko dituzun 20 eurorik probetxuzkoenak izango direla ziurtatzen dizut. Nik irakaskuntzan egiten dut lan eta lehenago azaldu dudan moduan, bi txakur dauzkat. Etxera oso -oso nekatuta heltzen naiz egunero eta normalean sofan etzan egiten naiz telebistan agertzen den lehengo tontakeria ikusteko asmoz. Garuna urtuta dudala bukatzen dut eguna. Beno, ba bi egunetan bukatu nuen marabila hau. Bi egunetan!!!! Hasten zaren momentuan, ezingo diozu irakurtzeari utzi. Lo egitea bigarren mailako beharrizan bihurtuko da. Jateak ez du axolarik. Zin dagizut Amek ez dute ikaragarri disfrutatuko duzun irakurketa izango dela. Benetan. Sinetsi diodana. Badatoz gabonak eta Mari Domingi bera, opariak banatu beharrean ziur mendi tontorrean duen etxean geratuko dela irakurtzen, zuk eskatu duzun alea zure tximinian utzi beharrean. Beraz, zoaz gaur bertan eta erosi zuk zeuk! Benetan. Ez zaizu damutuko. Objetiboki diñotsut: Amek ez dute eleberri bikaina da.

María Unanue / pikaramagazine.com, 2018-11-21

Txema Arinas
Oviedon, 2018/12/20

miércoles, 19 de diciembre de 2018

YO NO SOY EL ASESINO DE LAURA







https://www.lavozdelsur.es/tu-tambien-eres-el-asesino-de-laura/?fbclid=IwAR01ZmGkZDKQc82YVx95zmac47GIlaut0YtYBq8w-6CLCFP6juTx_YvZ_Tg


Hacía tiempo que no leía algo tan repulsivo, además de sumamente ofensivo.

Yo no tengo la culpa de la muerte de Laura. Yo sólo soy culpable y responsable de mis actos, no de los del resto de mi género. El asesino de Laura y de todas y cada una de las mujeres asesinadas es el criminal que las mató. Y claro que hay una mentalidad machista que concibe a la mujer como un sujeto a su disposición, mero objeto de sus deseos. Pero esa mentalidad machista es responsabilidad de los que a pesar de todo lo conseguido en igualdad de derechos -los hechos ya son otra otra, son la lucha del día a día contra esa mentalidad-, a pesar de lo que se enseña en la escuela y de lo que dictan las leyes, siguen pensando en la mujer como en un ser inferior y no en una igual. A mí nadie me enseñó que las mujeres eran menos que yo, sino todo lo contrario. Nadie me ha dicho o inculcado que existen sólo para satisfacer mis deseos sexuales o para que estén a mi servicio. Y desde luego, nadie me ha animado, ni a mí ni a la inmensa mayoría de los varones que conozco, a violentarlas bajo el pretexto de que en el fondo sale gratis en esa sociedad monstruosa que describe el imbécil que ha escrito semejante mamarrachada. Estoy harto de los mentecatos que se mueven en sus juicios sólo para complacer un estado de opinión esencialmente emocional, a saber con qué complejo de culpa, que pretenden hacerme copartícipe de las culpas de otros con nombres y apellidos, incluso de crímenes como el que nos ocupa, cuando yo jamás he tratado a una mujer de un modo distinto al que lo haría con un hombre, y mucho menos agredido. Y si la sociedad es machista, que claro que lo es en muchos aspectos, sigamos señalando en qué, quién y cómo para que cambie. Y sobre todo, protejamos a las mujeres con especial atención, esto es, con todos los medios a nuestro alcance dado que, por desgracia, siempre van a existir psicópatas asesinos como el de Laura, siempre van a existir psicópatas de cualquier tipo. Pero, no acepto la culpa colectiva, esa es propia de sociedades primitivas, totalitarias, y yo creo que vivo en un estado de derecho donde los ciudadanos sólo responden por sus actos, no por los de su vecino porque compartan género con él y menos aun porque alguien sentencia que todos los varones somos un peligro en potencia. El auto-flagelo colectivo no va a evitar que mañana otro demente mate a una mujer aprovechando la circunstancia biológica de que los varones somos mucho más fuertes que ellas. Si un varón trata mal a una mujer o la agrade es porque él es un hijo de puta, no yo. Y desde luego, voy a seguir luchando desde mi pequeño rincón del mundo contra ese machismo epidérmico, ancestral, de muchos de mis congéneres, hombres y también, también mujeres. Lo he hecho toda mi vida, yo no tengo que demostrar nada a nadie y menos aun hacerme perdonar nada, lo saben los que me conocen de verdad. Y por eso mismo este artículo, el cual pretende extender la idea de la culpa colectiva de los varones sólo por el hecho de serlo, me ofende sobremanera. Lo último que me pasaría por la cabeza sería equipararme, ni de broma, al malnacido que mató a Laura o a cualquier otra mujer.

martes, 18 de diciembre de 2018

MI PRIMER GOXUA



De pequeño comíamos angulas por Navidad. Además las comíamos cuando menos dinero hubo en casa, cuando prácticamente todo el mundo podía comprarlas. Ahora me temo que ya sólo come angulas Josema Azpeitia y porque le invitan. Sin embargo, me preguntan mis hijos por mis navidades de chaval y lo primero que me viene a la cabeza es siempre comida. De hecho, estoy convencido de que, si algún día y en un caso más que hipotético, me diera por escribir unas memorias, éstas iban a ser exclusivamente culinarias (gastronómicas se me hace harto pretencioso). Lo digo porque miro hacia atrás y no me queda otra que reconocer que, en efecto, si no todos, al menos gran parte de mis recuerdos están intrínsecamente relacionados con la comida. 

Los de la Navidad darían para un libro. Pero, la comida ha sido y es tan importante para mí, siempre un placer antes que una simple necesidad fisiológica como parecer ser tristemente para otros, que uno de los recuerdos más nítidos que tengo es el de la primera vez que probé el goxua. Recuerdo que fue el día de la comunión de mi hermano menor. Recuerdo que aquel día después de la ceremonia en la iglesia de Sanvi nos fuimos toda la familia e invitados de vermuts por la Avenida. No sé yo cuántos marianitos debieron caer entre los mayores o qué otra cosa. El caso es que se les extravió mi hermano y anduvimos como locos buscándolo un rato largo por las inmediaciones de la Avenida Gasteiz. Luego ya no me acuerdo ni cómo ni dónde encontraron. Sólo recuerdo que lo pasé fatal hasta que lo encontraron, y que, aunque aquí quedaría muy bien decir que mi angustia derivaba del miedo a que se suspendiera la comida familiar si no aparecía el puto enano, la verdad es que sí, todavía me acuerdo del susto. Así que luego la comida en casa de mis padres supo todo a gloria. Y para rematar el festín un postre que acababan de crear los de Sosoaga. Mira si lo tendré presente que hasta recuerdo que fueron unos primos de mi padre, Mikel y Asun, quienes lo trajeron. Una o varias cazuelas de barro para seis u ocho, eso ya no sé. Una base de nata sobre la que se pone una capa de bizcocho borracho, después se vierte una capa de crema pastelera y finalmente se le echa caramelo líquido por encima hasta que se solidifica. Me volví a acordar de aquel día hace apenas unas semanas, después de la presentación de Historias de la Almendra en Labastida, porque mi hijo mayor pidió un goxua de postre en el mesón Alai y nos trajeron una versión de éste que no estaba nada mal. Por lo menos no fue uno de esos insípidos y casi que plástificados goxuas industriales que fabrican ahora los de Sosoaga y que te los suelen colar en la mayoría de los restaurantes de medio pelo de Vitoria. Cada vez que pruebo uno de estos siento que me roban la infancia. De hecho, no he vuelto a comer un goxua como el del día de la comunión de mi hermano hasta hace unos meses en un restaurante junto a la Plaza del Ayuntamiento de Laguardia, servido en una cazuelita, no de barro, sino de hierro fundido; casi idéntico. A decir verdad, es tanta mi pasión por el goxua que como sé de un sitio en Vitoria donde hacen una versión casera, la cual salió en uno de los innumerables programas de cocina de la ETB no hace mucho, he engañado a toda mi cuadrilla para la cena anual de antes de Nochevieja. Y por si la interpretación de los del Jan Alai no es de mi gusto, tampoco pasa nada, sé que hay pastelerías en mi ciudad en las que todavía puedes encargar una cazuela de barro de goxua para los que hagan falta.


No es para menos, juro que la primera vez que probé el goxua pensé que lo habían inventado expresamente para mí. Cómo si no podía estar hecho en exclusiva con todo lo que más me gustaba de los pasteles que los fines de semana mi padre y yo comprábamos en Iturbe y luego más tarde en Delicias. Porque lo de los pasteles es otro recuerdo imborrable de la infancia. No faltaban ni los fines de semana, ni las fiestas de guardar, que se decía entonces. Como aquellos del día de la Inmaculada. Mi padre acababa de llegar a casa con una bandeja en la mano y mi madre, que llevaba un rato largo llorando sin que yo acertara a saber muy bien por qué, se acercó a él justo a traspasar la puerta de la calle que daba a la peluquería. Fue cuando le contó que su hermano mayor, el que vivía en Madrid, había muerto aquella mañana de un infarto. Nunca se me olvidará la mueca de mi padre, no podía caber más dolor en aquel rostro, jamás he visto reflejado de un modo tan crudo, casi palpable, el sufrimiento de alguien que se acababa de partir en dos. Yo me quedé petrificado. Entonces entendí todo y no entendí nada. Probablemente también entendí que se podía sufrir por partida doble, esto es, por la pérdida de un tío al que quería con locura y por mi padre, mi padre siempre tan grande, tan fuerte, siempre tan entero, hecho añicos. Y también recuerdo la bandeja de pasteles precipitándose al suelo desde la mano de mi progenitor: carolinas, chuchitos de crema, nata, chocolate y moca, bizcochos borrachos, pasteles de arroz, de piñones, de yema, todo a tomar por culo

lunes, 17 de diciembre de 2018

FEMINISMO DE CHOQUE



Leo en la prensa del pueblín que ayer, sobre las 20.30 horas, y tras una kalejira feminista que recorrió las calles del Casco Viejo de la capital alavesa, un grupo de mujeres entró en el Palacio de los Álava-Velasco situado en la entrada de la calle Zapatería de Gasteiz con la intención de quedarse y poner en marcha un proyecto que llevan meses trabajando, TALKA (choque, colisión).

El movimiento de mujeres asegura que el espacio okupado es “de mujeres y para mujeres”. También explican el nombre que han dado al proyecto okupa en el palacio de los Álava-Velasco: “Chocamos porque el feminismo no se puede entender sin conflicto, es sinónimo de lucha. Chocamos porque el feminismo no está a merced del capitalismo, si el feminismo no es anti-capitalista no es feminismo. Chocamos con las instituciones: El feminismo es de izquierdas, revolucionario y radical. Un espacio gestionado por mujeres y para mujeres desde el que pretenden extender su mensaje feminista, esto es, deciros a vosotras lo que tenéis que pensar y cómo. Todo esto, claro está y conociendo el percal, vamos, el mismo de los que se pasaron toda la vida diciéndonos a otros cómo y qué teníamos que pensar y hacer para ser buenos vasquitos y mejores camaradas...

Pues bien, siguiendo con la lógica revolucionaria y okupa que nos ocupa, yo animo a que sean ocupados los siguientes palacios de lo Viejo actualmente en desuso o ya directamente abandonados: el palacio de los Maturana-Verástegui por el colectivo LGTBI, el de los Gobeo-Landazuri por el vegano, el de los Arana que no conoce nadie por el animalista, el de los Landazuri-Romarate, Alava-Esquivel y del Marqués de la Alameda, de ahora en adelante rebautizado como "Alamierda", (actualmente habitados, pero no pasa nada porque la Revolución exige sacrificios por el bien común y en ese plan, así que se desaloja a sus inquilinos a hostias si hace falta) por los colectivos antiglobalización, antivacunas, antimonogamia o anti lo que sea, incluso abogo por vaciar los palacios de los Arrieta-Maeztu (también conocido por de Bendaña), la torre de los Iruña, el de Villasuso y Montehermoso, de todas esas mierdas culturetas, piezas arqueológicas, botánicas, obras de arte y demás morralla imperialista, que albergan. Abajo los museos y los espacios de encuentro de la burguesía capitalista, para todo aquel que tenga una fobia contra la que pelear por muy absurda que sea. De hecho, hasta reivindico el uso de la plazoleta del palacio Escoriaza-Esquivel para celebrar juicios sumarísimos con sus correspondientes actos de fe a todos aquellos revisionistas que en su momento hayan cometido el pecado de cuestionar las respectivas directrices de los colectivos en cuestión; los o las que hayan leído a Simone de Beauvoir sin el preceptivo tutor designado por el colectivo del ramo serían los o las primeras en ir al pilón, hoguera, lapidación, depilación o lo que toque... ¿Y las iglesias, capillas, conventos y demás? Acaso, para la poca gente que acude ya a misa, como que no caben todos en una sola; ¿no se podría expropiar el resto para lo que tengan a bien los susodichos movimientos populares.

Todavía más. Como todo esto de que cada colectivo tenga su sede para su pequeña revolución sectorial (ya que no podemos cambiar la sociedad en su conjunto de golpe y porrazo, vamos a hacerlo con aquello que más nos obsesiona en nuestra pequeña parcelita y al resto que le den...) debe costar un pastón mantenerlo, también propongo el cobro de una tasa municipal a todos aquellos ciudadanos que repitan como un mantra que estos chicos, y no tanto, son la expresión popular de la juventud rebelde y contestataria que resiste y ahora y siempre al poder establecido, paladines de la libertades, librepensadores con rastras y todo en ese plan. Supongo que serían muchos los que pagarían gustosamente de sus bolsillos todas estas iniciativas populares con tal de poder así contribuir al sueño eterno de la revolución pendiente, vamos, para que hagan otros la revolución que ellos no pudieron hacer en su momento o para la que no tienen tiempo entre una cosa y otra, e incluso hacerse perdonar así frente a su conciencia el inevitable y claudicante amodorramiento, llámalo aburguesamiento si quieres, en el que han caído con la edad; las utopías hay que pagarlas. Siquiera hasta la victoria final, que luego ya veremos con las expropiaciones forzosas y las checas para los que escriben cosas como ésta. Todo por el bien de los demás, quien tiene una causa a la que convertir al prójimo, tiene una razón para vivir.

NIRE FEMINISTA PRAGMATIKOA





Nire emaztea feminista da. Bai, ni bezainbeste, horrexegatik antolatu dugu gure bizimodua parekotasunari begira, hau da, gure eginkizun guztiak elkarbanatuz (izan ere, euren burua feministatzat aldarrikatzen duten asko eta askok bera etxean nagusi dela esan ohi dute gure artean jenero rolik ez dagoelako...) . Eta oso feminista delako ere Gasteizen nire koadrila osoarekin afaltzera joan zen lehengoan harri eta zur geratu zen, ia aho zabalik, mahai luze baten inguruan gizonezkoak alde batean eta emakumezkoak bestean banatzen zirela ikusi zuenean. Asturiasen guztiz ezohikoa zela zioen, euskaldunak ginen aldetik oso nabarmen zitzaiguna Elizaren demaseko eraginaren ez dakit zer... Nik esan nion betidanik saiatu nintzela ohitura hori apurtzen, betiere alperrik, asper eginda egonda erdian eseri ohi nintzela sarri askotan emakumezkoen solasa gizonezkoena baino interesgarriagoa begitantzen zitzaidalako. Hori izan zen duela hamabost urte edo. Normalean bizpahiru astean behin Gasteizen bi aixkide bikoterekin alfaltzera joan ohi dugu; koadrila osoarekin aldiz urtean bizpahiru aldiz bakarrik. Orain dela bi astebete koadrila osoarekin afaritara joan ginen, hamabost lagun inguru hainbat konsorte barne, ez dakit, holakoetan ez dut zenbatzen behar beste ardo egonda. Eta delako ohiturari jarraituz gizonezkoak eta emakumezkoak banandu ginen mahai inguruan.. Oraingoan, ordea, nire emaztea izan zen "neskak elkarrekin!" bota zuen 

-aldarri eta guzti egin zuelakoan nago....- lehenengoa. Bai, aukeran neskekin nahiago zuen "guztiz dibertigarriagoak direlako, eta gainera horrela gure gauzetaz hitz eta pitz egiteko parada dugulako..." esanez... Baina, bai, nire emaztea eta biok feministak gara: ezin da egon jeneroaren araberako deskriminaziorik eta denok aukera eta eskubide berberak izan behar ditugu ezinbestez legearen aurrean. Bestea, ordea, oso bestelakoa omen da, bestea elkarbizitzaren legea omen da, eskarmentua, alegia.

UNA DE ROMANOS




De pequeño por estas fechas al ir a poner el Belén en casa siempre hacía la misma comedia: "¡Faltan figuras, hay que ir a comprar!" Así que, tras berrear un rato largo, al final mi madre me soltaba la guita con el fin de que fuera a comprarlas y dejara así de joder la marrana. 

Me acercaba desde la Avenida hasta la calle Gorbea, donde entonces había una librería muy conocida donde solía comprar todo el material escolar y que en diciembre cambiaba de arriba abajo su amplio escaparate para llenarlo de chuminadas navidades. 

Las figuras de nuestro Belén eran de plástico, no mucho más diferentes de las de los soldaditos de la II Guerra Mundial o los cruzados y moros medievales con los que acostumbraba a jugar en el hueco del armario empotrado de mi habitación, aquel en cuya puerta interior solía hacer muescas con un cuchillo para recordar las broncas injustas que me echaban en casa o las que tenía con alguien en la escuela; anda que no he sido un puto crío poco rencoroso ni nada, me las guardaba todas... Creo que ya me he curado, o amansado, no sé, probablemente no.

Luego regresaba a casa con una bolsa llena de figutiras. La mayoría eran romanos con su coraza, escudo, peplum, gladium y algún que otro también con las faces famosas. También solía traer algún que otro pastorcito, más que nada para disimular.

-¿Y la hilandera, el panadero, el carnicero, el porquero, la abuela con el niño, el ángel anunciador...?

Anda que no era poco ingenua la vieja ni nada, o no, puede, seguro que no. Yo lo que quería era una legión de romanos en condiciones en medio del Belén para luego poder jugar con ellos cuando estuviera a solas, simular un ataque sombre los judíos allí presentes que arrasara toda la aldea, matara a los ancianos, pastorcitos y a San Jose por cornudo, violara a las hilanderas y hasta a la Virgen María si se les ponía a tiro. En fin, una escabechina de la época en toda regla; poco más o menos como la de esos otros "romanos" en Renteria en 1978... Y todo para así luego poder organizar la defensa, o el contraataque, con un ejército de zelotes compuesto en su mayoría por los pastores del Belén encabezados por el porquero o el carnicero; "Gora Judea askatuta! (¡Viva Judea libre!), Iraultza ala hil! (¡Revolución o muerte!)" A ver, no niego que fuera un crío raro, como que de aquellos barros..., pero la época y el entorno también contribuían un muy mucho a la pedrada en cuestión. 

Pues bien, casi cuarenta años después, y como responsable del Belén familiar que coloco todos los años con los play movil de mis hijos, parece que todavía ando en las mismas, casi, casi que sin darme cuenta. De modo que, tiembla pastorcito, tiembla... Alea jacta est!

Cómo no me iban a gustar las Navidades de pequeño.

IDAZLE HANDIUSTEKOEN ALUKERIAK

Hitzen Uberaneko Komunitatea sailean argitaratutakoa: http://uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/idazle-handiustekoen-alukeriak



-Egia al dun, laztana, Michel Houellebecqek dioena, emakumezkook ez duzuela umorerik.

-Zer???

-Bai, berak argi eta garbi zion La Possibilité d'une île liburuan: "les femmes manquent d'humour en général, c'est pourquoi elles considèrent l'humour comme faisant partie des qualités viriles"
-Hik uste al duk babokeria hori benetan?

-Nik? Galdezka ari naun bakarrik...

-Bai zera, hik leporatu nahi didak oso modu oker eta koldarrez nik umorerik ez dudana.

-Ez, nik ez dinat ezer...

-Jakina, hik uste duk oso graziosoa haizela, ezta? Hi beti txantxetan nik etxeko gauza serioei eutsi behar izan diedan bitartean, noski. Horrexegatik ere asteburu gauetan nahiago duk hire lagunekin parrandan irtetea nirekin etxean sofa gainean etzanda ezti-ezti egon ordez, nik aspertzen haudalako, ezta?

-Ez, ez dun hori, neska, laztana, eta gainera badakin, nik egiatan esan nahi ninana... Ni ez natorren bat Michel Houellebecq malapartatu horrek dioenarekin, bere esana kritikatu baino ez ninan nahi, bera bezalako idazle handiustekoen alukeriak hizpidera ekarri nahian.

-Ikusten? Adar joka ari natzaik eta hi berehalaxe kokildu egin haiz.

-Enee, seriotan ari hintzelakoan nengonan, izerdi patsetan eta guzti jarri naun.

-Badinat umorerik ala ez?

miércoles, 12 de diciembre de 2018

PELAYO RESUCITA EN EL SUR






Dudaba si escribir sobre ello o no. Dudaba porque sé que puede parecer que me lo invento, como casi todo, sí. Pero no, está vez no, sólo me limito a transcribir lo más fidedígnamente posible la conversación a la que asistí como testigo no deseado en la terraza cubierta de la cafetería donde suelo echar un café mientras espero a que mi canijo salga de la clase de inglés.

Por un lado dos cincuentones, pero mucho, en mono de trabajo, los reconozco y sé que son currelas de la imprenta que hay en la misma calle donde se encuentra la cafetería. Por el otro, un verdadero mastuerzo de edad similar que suele ser habitual en la cafetería y conocido por su costumbre de comentar en voz alta lo que le viene en gana con las correspondientes copas de más. En ese momento acababa de pagar a los dos currelas de la imprenta las consumiciones que recién les había servido la camarera. Ambos levantan los vasos en señal de agradecimiento. Pero, uno no cree que sea suficiente y decide hacerlo también de palabra.

-¡Viva tú! -proclama el currela.

-¡Y viva España! -replica el mastuerzo levantando su copa; ya lleva unas cuantas.

-¡Eso, y que viva VOX! ¿No es un partido legal? ¿Tengo derecho o no tengo derecho a gritar VIVA VOX?

-Por supuesto, faltaría. ¡VIVA ESPAÑA Y VIVA VOX!

-Ya era hora, de verdad que ya era hora. Se van a enterar todos esos parásitos de lo que vale un peine. ¿Sabes donde está hoy el miserable de Sánchez, esa escoria humana?

-¿Dónde?

-En Marruecos, poniendo el culo para que le dé bien el Mohamed.

-Tú tranquilo, que esta vez la Reconquista empieza por el sur.

-Dios te oiga y España te siga.

-Y en cuanto ganemos, el ejército a Cataluña...

¿No buscaba el Évole al votante medio de VOX en su programa de pasado dómingo? Pues ahí estaban dos prototipos genuinos, o tres, no sé, porque el tercero callaba como una trabajadora del amor en horas bajas, regodeándose en una futura mano dura contra los supuestos enemigos de España, convencidos de que el Abascal y su pandilla por fin solucionarán a las bravas los problemas que según ellos aquejan a España. Y claro, para qué vas a decir nada cuando ya tienes experiencia y sabes que a determinada gente por estos lares basta que le hables de respeto a la pluralidad, de riqueza cultural y lingüística, de valores democráticos e incluso ya solo de los derechos humanos, para que te tachen de amigo de la ETA y todo en ese plan.

miércoles, 5 de diciembre de 2018

CARCAMAL



Me pasaba el día haciendo recados; frutería, carnicería, pescadería, pollería, donde fuera. Eso cuando no tenía que echar una mano en la peluquería para limpiar el lavacabezas o quitar rulos a las clientas cuando estaban a tope. También recorría medía ciudad llevando productos de la peluquería de mi viejo a la academia a cargo de mi madre. No me quedaba otra porque mis dos padres trabajaban. Era parte de mi rutina. Esa y la de cambiar de calle cada semana en búsqueda de una tienda en la que la maniática de mi madre no hubiera tenido un desencuentro con el tendero por un quítame ahí esos melocotones de piedra, esos filetes hormonados o la merluza a precio de angulas en Navidad. También me tocó echar más de un fin de semana en la viña cuando al viejo le dio por llevar una de su padre, o crear la suya de la nada, a modo de hobby de fin de semana o casi. Mejor no hablamos de la época de vendimia. Claro que me fastidiaba dedicar parte de mi tiempo para ayudar en casa. Pero, sabía que tenía que echar una mano. Así nos lo enseñaron nuestros padres desde pequeños; no te quiero ya decir nuestros abuelos a ellos, esto es, de cuando los hijos eran poco más que siervos de sus progenitores.

Pues bien, cada vez que le pedimos a nuestro hijo mayor que haga un recado porque urge y no se puede dejar para el día siguiente, él, que no tiene rutina alguna en eso de echar una mano en casa, que apenas se limita a otra cosa que ir al instituto, alguna actividad extraescolar y a ver pasar las horas pegado al móvil o a cualquier otro artilugio por el estilo, nos monta un drama con todo tipo de quejas y aspavientos. Algo así como si lo estuviéramos obligando a recorrer de noche San Petersburgo de un extremo a otro a veinte grados bajo cero y vestido con apenas un abrigo viejo y raído.

Y lo peor es que yo me indigno, vamos, que juro por todo lo alto, y es entonces cuando me convierto, a ojos de todos en esta casa, en una especie de ogro decimonónico al estilo de los que explotaban a tiernos infantes en las novelas de Dickens En efecto, mi señora y mis hijos me miran como si fuera un padre desalmado que pretende explotar a su hijo mayor obligándole a realizar actividades impropias de su edad como bajar a comprar leche al supermercado del barrio para que luego pueda él desayunar su taza de cola-cao al día siguiente antes de ir al instituto.

Así que siento que no tengo ninguna autoridad como padre, que todo aquello que me inculcaron sobre lo de ayudar en casa ya no vale para las nuevas generaciones. Pero, sobre todo me siento viejo, muy viejo, un verdadero carcamal, ya que no puedo evitar pensar que estamos criando pequeños monstruos que cuando crezcan lo harán convencidos de no tener responsabilidad alguna para con el resto de sus semejantes, que vivirán en la idea de que los demás están siempre a su servicio y ellos al revés ni por asomo; “¿por qué no lo haces tú?” Yo también discutía con mi padre porque creía me exigía demasiado; pero, ahora descubro que a mi hijo simplemente no le puedo exigir nada.

Con todo, también descubro que mi hijo no actúa como un mimado irresponsable porque esa sea su naturaleza, sino más bien porque es así como lo hemos educado por pura inercia de las costumbres. Ahora no necesitamos tanto de ellos porque todo es más fácil y accesible. Por eso, cuando surge un contratiempo y necesitamos de su ayuda simplemente no están acostumbrados y reaccionan como majaderos que han olvidado que son parte de una familia y no simples huéspedes en un hotel de lujo. Y no lo hace porque en realidad es un niño inteligente y de buen corazón al que le basta con leer estas mismas líneas que he escrito para darse cuenta de que, en efecto, se ha comportado como un capullo mimado. Así que me ha prometido que no lo volverá a hacer. Yo sé que no es verdad; pero, qué coño, tal como están ahora las cosas, me vale y sobra.

Txema Arinas
Oviedo, 30/11/2018

AHAZTEN DIREN GAUZAK - ARITZ GORROTXATEGI

http://uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/ahazten-diren-gauzak-aritz-gorrotxategi weborria argitaraturik.



“Lanean ari dela, ez du asti askorik izaten dei mehatxagarriez gogoratzeko. Erlojuari begira egoten da lehen baino maizago, arratsaldea noiz helduko. Noizbehinka, tragoxka bat hartzen du aparte gordetzen duen ardo botilatik, ahaztu nahi duen horretaz ohartuko ez balitz bezala. “Baina itsasoa urdina al da benetan?”.

Aditua diot, Garan Ahazte diren gauzak ipuin bilduma berriaren kontura egindako elkarrizketan zein Ereinek eskegitako aurkezpenaren bideoan, Aritz Gorrotxategiri: «Egungo bizimodua ikusita errazagoa da ipuinak idaztea» zein «Gero eta gehiago iruditzen zait nobela handiek askotan orrialde asko dituztela soberan. Cortazar-en teoriaren arabera, ipuingintzak K.O.a bilatzen du kolpe bakarrean; ipuinetan, kontatu nahi duzun horretara zoaz zuzenean. Hori da inportantea, hortik aurrera aritu gaitezke hostoen koloreaz eta abar, baina muinera jo dugu jada». Ustea dut Iban Zalduari aspaldi irakurri niola antzeko zerbait, edo gutxienez ipuingintzak euskal literaturan aparteko presentzia zein indarra dituela. Egia da hein handi batean erreparatzen baldin diegu azken urteotan ipuin bildumek lortutako oihartzunari, batik bat Euskadi Literatura Saria eskuratu duten ipuin liburuak aintzat hartzen baldin baditugu aurtengotik hasita, hau da, Eider Rodriguezen Bihotz Handiegia edota aurrekoak, hots, Xabier Montoiaren Euskal Hiria Sutan (2007) , Iban Zalduaren Etorkizuna(2006) edota Jokin Muñozen Bizia Lo (2004). Halere, aitortu beharrean gaude ere Euskadi Literatura Sarien zerrendan eleberriak nagusi direla ozta-ozta, are saritutako eleberriok lortutako oihartzuna guztiz handiagoa omen dela; esaterako, Ramon Saizarbitoriaren Martutene (2013), Harkaitz Canoren Twist (2012), Fermin Etxegoienen Autokarabana (2010) edota Jokin Muñozen beraren Antzararen Bidea (208) besteak beste. Badakit ez dela inolako lehiaketarik nobelagintza eta ipuingintzaren artean, bi jenero ondo bereiziak direla, literaturaren bi ikuspegi guztiz osagarriak bezain ezberdinak direla; baina, ezin dugu uka nobelagintzak oraindik ere irakurleen artean duen prestigioa edo nagusigoa. Demasekoa den ala ez oso eztabaidagarria omen da, Aritzek bezala nik ere “nobela handiek askotan orrialde asko dituztela sobera”  uste baitut. Halere, badut sarritan ere susmoa idazleak zenbait ipuinen ideia eleberri bihurtzeko, ez kemenik, ez eta gogorik ere izan ez duela. Edo bestela esanda, zenbait ipuin hain mamitsuak dira, istorio zein pertsonaien aldetik, ezen itzelezko pena ematen baitit istorioa bertan behera utzi izanak. Aritz Gorrotxategiren ipuin bilduma honetan halakorik begitandu zait Burua Leihoan jarrita zein Guztiok anaiak gara ipuinetan, delako euskal gatazka idazpide dutenak hain zuzen. Bi ipuinok hain onak dira, hain joriak, hain apartak, batez ere orain arte delako gatazkari buruz euskaraz idatzitako gehienaren aldean, ezen ni naizen irakurle istorio-gose honek bi ipuinotan azaldutako ildotik tiraka erretratu handiago bat egitea gustatuko zitzaidakeen, hau da, taxuzko eleberri bat, apika laburra baina pertsonai zein egoera garatuagoak, osatuagoak, hedatuagoak. Irakurle lotsagabeko honek badaki, horratik, Aritzi ezer eskatzeko, are gutxiago exijitzeko, eskubiderik ez duela, ipuina idazleak gogoan zituen istorioak azaleratzeko, paperean jartzeko, tankerarik egokiena baitzen ziurrenik. Egiari zor, irakurle handiusteko honi hainbeste gustatu zaizkio bi ipuinok ezen ipuingileak lortutako maila, edo behinik behin iradokitako zirrarak, emozioak zein sentsazioak, eta batik bat ezin hobeto erakusten duen errealitatea, luzeago gozatzea baino gogoan ez baitu.
Halere, aitortu beharrean nago bi ipuinok dauden bezala borobila direla, luzeagoak agian beste gauza bat liratekeela. Azken finean, eta Aritzek berak hasieran adierazi bezala Cortazarri jarraituz, ipuina ei da irakurleari K.O efektua eragiteko jenerorik egokiena. Hortaz, idazleak efektu hori helburu baldin badu, zer esanik ez, Aritzek itoan  eurrez joka lortu du. Eta gainera lortu du berak behin baino gehiagotan izugarri estimatzen duela aipatutako Txekhov eta Gogolen literaturan bezala, hau da, bere ipuin guztiak gazi-gozotik zipriztinduz egoera ustez arrunt batetik, egunerokotasunetik, drama azaleratze aldera, baina beti ere Aritzek hain propioa duen ironia fin, txairo, xamur baten zein hizkera benetan zalu eta naro batez, hots, irakurterraza bezain ederra. Ipuin benetan gozoak gure inguruko zein gaur egun pil-pilean dauden gai arantzatsuak jorratzen dituztenak inolako militantzia suharrari eutsi gabe, baina ezta kanpotik begiratuta ere, arduragabekeriatik edo, hau da, ipuinetan zehar egilearen begiratu konprometitu tinko eta zehatz bat badagoela argi eta garbi antzematen delakoan bainago; batik bat gorago aipatutako bi ipuinotan zein bildumari izena ematen dion Ahazten diren gauzak ipuinean, non etorkinen inguruaren adarrak ezin eztiagorik jorratzen baitira. Esan dezagun Aritzek ere nolabait bere egiten duela nire aurreko iruzkinean edo Iban Zalduak hizpidera zekarren Robert Louis Stevensonen aipua:
(Fikziozko lanek) ez dute irakurlea dogma batekin lotzen, ondoren okerra dela jabetuko dena; ez diote lezio bat irakasten, ondoen desikasi beharko duena. Errepikatu, berrantolatu, argitzen dituzte bizitzaren lezioak; gugandik askatzen gaituzte, besteen ezagutzara behartzen gaituzte; eta esperientziaren sarea erakusten digute, ez gure kabuz ikusi ahal dugun eran, baizik eta aldaketa berezi batekin –gure izakiaren EGO munstrotsu, xahutzaile hori ezabatuz, une batez.”
Halaber, ezta batere harritzekoa bi euskal ipuingile hauek horretan bat egitea, biak, gorago ere nabarmendutako Eider Rodriguezekin batera, gaur egungo euskal ipuingintzaren ikurrak begitantzen zaizkidalako, nor bere estilo edo ikusmira literarioaren arabera, nor bere delako euskal gatazkarekiko konpromisoaren neurrira; gero eta ageriago baita gure egunerokoari, menturaz gure iraganari, tentuz baina adorez, erdibideko istorioak ezinbestekoak direla, hau da, amaiera zabalak, irekiak, irakurle bakoitzak bere kontuak ateratzeko modukoak.
Bestalde, ipuin liburu honetan agertzen diren ipuin guztiak aldez aurretik balioetsiak izan dira, hau da, aurrez argitaratuak, goraipatuak zein sarituak izan direlako. “Zergatik ez dute ihes egiten elefanteek?” 2004an sortua izan zen. “Hegats” aldizkarian argitaratzeko. “Burua leihoan  jarrita” eta “Guztiok anaiak gara” ipuinek Gabriel Aresti lehiaketako akzesita eskuratu zuten 2015. eta 2017. urteetan. Badaude ere prentsan argitaratutakoak, tartean bildumari izena ematen dion “Ahazten ez diren gauzak”. Hala eta guztiz ere, egileak ipuin gehienak eraberritu egin ditu, ia-ia bertsio berriak egiteraino, Aritzek berak dioenez: “ jatorrizkoei «arnasa luzeagoa emanda» . Bada, beraz, beste berme bat Aritz Gorrotxategiren Ahazten diren gauzak liburu hau ibili luze eta sakoneko ipuinez osatutako lan borobil bat dela baieztatze aldera.

Txema Arinas
Oviedon, 2018/11/29