lunes, 18 de noviembre de 2024

IRUINSEME EUSKARAFOBOA


 

     Badago nire Iruña maitian iruinseme prototipo bat oso-oso bitxia, xelebrea, egia esanda benetan ernegagarria, euskal argitaletxe baten izena interneten topatzea izugarri kostatu egin zaiola aitortzen dizuna, Betagarri Liburuak, euskarazkoa denez, oso zaila zaiolako, euskara guztiz arrotza zaiolako, iruinseme gehienei bezala bere aburu batere -beharko!- "ideologiagabetuan": "Exceptuando una minoría muy exigua y fanatizada..." . Aitorpen benetan bitxia, eta gainera ia-ia errieta gisa, iruinseme baten ahotan bere hiriko kale auzoen izen asko eta asko euskarazkoak direlako; Arrosaldia, Azpilagaña, Buztintxuri, Ermitagaña, Erripagaña, Etxabakoitz, Iturrama, Lindatxikia, Mendebaldea, Mendillorri, Sanduzelai eta abar eta abar. Gauzak horrela nola ez pentsa iruinseme honen sufrikarioa bere hiriko kale edo auzo askoren izenak ahoskatu behar izan dituenean umetatik gaurdaino. Are bitxiagoa, hirian zehar zoazela kafetegi zahar ospatu baten izena akordura dakarrenean: "Anaitasuna": "¡Hostia tú, eso ya no te parece tal difícil!" Zer dela eta? Tira ba, gerora, euskera batua herriko nafar euskeraren etsaia dela azaldu nahi dizunean, hori negargarria bezain salagarria dela esanez, hori, jakina, euskararen nondik norakoen gainean eskola emateko euskalduna den galdetu arte, ezetz, erdaldun elebakar peto eta harroa, edo gure garaian bizirauteko batuera ez duen hizkuntza modernorik ezagutzen duen galdetu arte ... - baina ez nahastu, eh, berak euskera zinez maite duela aldarri egiten dizu-eta-, orduan bai, -egia esanda lehen ere bai, hasiera-hasieratik- fite, berehala, atoan, jabetzen zara. Edonola ere, aitortu beharra dago nafar "unionistak", denok badakigu zertaz ari naizen..., benetan xarmangarriak omen direla (euren ezpaleko "vitorianico eskarafoboak" bezainbeste, noski), edo agian soziologikoki luze eta sakon ikertzekoak bakar-bakarrik, euren "inolako aurreiritzi ideolojikorik gabeko" egoskorkeria euskarafobo itsuan.

APFELSTRUDEL

 


     

        He soñado que estaba sentado en el café Landtmann de Viena escribiendo uno de mis sueños mientras me tiraba toda la mañana con un solo café con leche a precio de barril de gas ruso. Entonces veía que se me sentaba al lado un viejales de frente despejada, barba cana, gafas redondas y un puro en la mano; y no, no era Félix Maraña.

- ¿No será usted...?
- El mismo, doctor Sigmund Freud para servirle.
- ¡No me joda que estoy en la Viena de entreguerras!
- Permítame que le haga una pregunta, joven.
- ¿Joven?
- En comparación con un servidor.
- Visto así, la verdad es que sí.
- ¿No será usted uno de esos poetas insufribles que se dedican a embadurnar hojas con un café al lado mientras el dueño del café se come las uñas porque no despejan la mesa en todo el día?
- Más o menos, solo que yo lo que hago es escribir los sueños que tengo por la noche, sobre todo las pesadillas. Muchas veces ni eso, me las invento directamente.
- Ich kann es nicht glauben! (¡No me lo puedo creer!) ¿También interpreta usted los sueños para curar las taras mentales de la gente.
- No exactamente. Lo hago para practicar la escritura y así ya de paso entretener a la gente.
- ¿No será más bien para que le den muchos “likes” en Facebook?
- No lo sé, puede que sí, puede que sea para eso.
- Dígame, ¿ha deseado alguna vez acostarse con su madre?
- ¡Pero qué cojones está diciendo!
- Es que salta a la vista que debería psicoanalizarse.
- Pues mire, no he venido precisamente para…
- Sí, ya sé, ya, usted ha venido a echar la mañana escribiendo sus pesadillas para que le den muchos “likes” en facebook.
- ¿Y qué pasa si es así, acaso me van a encerrar en Steinhof por querer agradar a la gente?
- ¿Me permite darle un consejo?
- Qué remedio, no hay viejales que llegado a un punto no quiera dar el suyo a todo quisque y a todas horas; pero, porque es usted Sigmund Freud, que si no hace ya un rato que lo hubiera mandado a tomar por culo.
- Si lo que de verdad quiere es que le den muchos “likes” en Facebook, deje de perder el tiempo escribiendo sueños como este tan largo que luego sólo leen cuatro gatos. Lo que tiene que hacer es subir a su muro fotos de mascotas, ya sabe, gatitos, perritos, camaleones, tarántulas. Eso o, en su defecto, pasteles de colores con mucha mantequilla y de esos de varios pisos para cumpleaños pijos y horteras, tartas de queso desparramándose enteras, pastas recién hechas para celiacos o macacos. Yo incluso me apuntaba al gimnasio para luego enseñar musculito o lo que se terciara.
- ¿En serio?
- Hagamos la prueba. Pida al camarero que le traigan un trozo de una de esas tartas famosas de Viena y le sacamos una foto para que la cuelgue luego en su muro de FB.
- ¿Una Sacher, por ejemplo?
- No sea idiota, esa es típica de otro Café de la ciudad. Además, usted tampoco es muy de chocolate si no es en tableta y siempre con un cacao por encima del 80%.
- Y a ser posible con virutas de naranja.
- Entonces mejor una Apfelstrudel para el contador de sueños. Ya verá como le encanta.
- Supongo que el consejo me saldrá gratis.
- Por supuesto. Y ya luego, si quiere una atención más detallada y profesional, puede pasar por la Berggasse 19 donde tengo la consulta y le hago un presupuesto.
- Tartas, “likes” y sicoanálisis con el inventor del tinglado. Y todo esto sin que salga también en este sueño nada de la ignominiosa farsa política y mediática que cierto partido de la oposición está montando con tal de desviar la atención acerca de las mentiras y negligencias de los verdaderos responsables de la tragedia de la DANA.
- Ya ve, maravillas del subconsciente.
- ¡No quisiera despertar nunca!

     

EURIA


 

      Fundamentuzko esatekorik ez duzunean,

zure burua barrutik hutsik somatzen duzunean,
ordenagailuko pantailan betebeharrak eta zorrak pilatzen zaizkizunean,
gogoan zenituen egitasmoak banan-banan deseustatzen zaizkizunean,
etorkizuna gero eta beltzagoa igartzen dizutenean,
hatzak tekletan lardaskatzen zaizkizunean, zure inguruan dena gaizki ulertuak direnean, arima nonbait eta noizbait galdu zenuela jabetzen zarenean,
gaurdaino okerrak eta hutsak baizik egin ez dituzulakoan zaudenean,
orotan hutsaren hurrengoa zarela asmatu duzunean.
Hau guztiau gogora etorri bezain laster, aulkitik jaiki, belusa zabaldu eta hor kanpoan
euria etengabe ari duela gogoan hartu,
etxean oso bero zaude eta.


MAKE EUSKADI GREAT AGAIN


 

      Salgo del hospital para tomarme un café en la cafetería de enfrente y, de repente, que me pitan desde un Lamborghini color pistacho, supongo que por no cruzar desde el paso de cebra y haber estado a punto de dejarme atropellar. Puto hortera de bolera, me digo tan pronto como reparo, sobre todo, en el color del Lamborghini. Seguro que es de algún gilipollas de Bilbao, que es lo que nos decimos siempre los de Vitoria en estas ocasiones como buenos aldeanos del asfalto que somos.


Pues no, o sí, más bien sí. El caso es que veo que se baja la ventanilla del Lamborghini y que del interior asoma el careto de todo un personajillo de mi infancia: Aberasturi. En realidad se trata de Iñigo López de Aberasturi, antiguo compañero del cole, de esos con los que tuve que apechugar casi que desde el jardín de infancia hasta que por fin conseguí que me echaran del puto colegio de curas al que me condenaron mis viejos durante más de una década.

- ¡TXEMAAAAAA, COLEGA, CUÁNTO TIEMPO! ¡ANDA, SUBE QUE TE DÉ UNA VUELTA EN MI BUGA!

Yo, todavía sin recuperarme del susto de ver cómo ha aparecido por sorpresa, y casi también que a traición, digamos que desde lo más insondable del túnel del tiempo, más bien del olvido, el tío más tonto de mi clase, que ya es decir, al principio me resisto, faltaría; pero, como él insiste y yo tengo esa cosa de no querer mal disponerme con nadie por si acaso pierdo un lector potencial, pues oye, que al final, y tras hacerle prometer que me traerá de vuelta al hospital, voy de cabeza al Lamborghini.

- Menudo pedazo de buga, ¿eh?

- Bueno, un poco cantoso, ¿no?

- ¿Y qué es de tu vida, Txemita?

- Pues…

- Pues yo acabo de llegar de Londres, adonde me fui a vivir tras montar mi propia empresa para pagar menos impuestos. Ya sabes, el mejor y más grande paraíso fiscal del mundo.

- ¿Tú una empresa? Pero si nunca aprendiste a hacer la O con un canuto, si siempre fuiste un negado para los estudios, si no te echaron del cole porque tu viejo estaba forrado y todos los años les mandaba a cada cura una cesta de Navidad con las delicatessen de su granja de gorrinos y el correspondiente aguinaldo.

- Tienes toda la razón, Txemita, para qué negarlo. No acabé la básica; pero, gracias al cursillo de programación al que me apuntaron mis viejos para que estuviera ocupado, al final supe sacarle provecho a mis dos grandes pasiones.

- ¿Cuáles?

- Los videojuegos y la pornografía.

- ¿Mande?

- Soy el dueño de la empresa de juegos pornográficos más importante del mundo: “Big Prick Games.” Gracias a mí más de la mitad de la humanidad se la casca mientras juega delante de una pantalla. “Big Prick Games”, ya sabes: "Juegos Tremendo Pollón."

- ¿Y tú ya sabes que “Big Prick” también puede significar “pedazo de gilipollas.”

- Pues también me viene como anillo al dedo. No te lo niego.

- Pues oye, que me alegro mucho de que las cosas te vayan tan bien. Si me dejas aquí mismo, me vuelvo en tranvía.

- ¡Y tanto! Estoy tan forrado que ya no sé qué hacer con el dinero, me aburro. Como que he pensado dedicarme a la política.

- ¿Tú? ¡Pero si con nueve o diez años presumías de ser carlista de pura cepa porque tu abuelo había sido requeté durante la Guerra.

- Claro, no como todos vosotros que erais de la ETA...

- Yo no he sido de la ETA en mi puta vita, todo lo contrario.

- Claro, claro. Qué vas a decir tú, puto rojo de mierda. El caso es que he decidido presentarme a las elecciones para la presidencia del Euzkadi Buru Batzar. Así primero controlaré el Partido y luego ya cuando toque me proclamaré candidato a Lehendakari.

- ¿Y cómo piensas hacerlo si para eso parece que hay que ser vizcaíno sí o sí?

- ¿Cómo? Como se hacen siempre estas cosas: comprando a todo el mundo.

- Ya veo, éxito asegurado. ¿Y qué tipo de…?

- ¿Ideología? La de los míos de siempre: “Dios, Patria y Fueros.” Si total al final hemos acabado todos en el PNV. ¿Para qué cambiar si a la gente lo único que le importa es que le prometas que le vas a bajar los impuestos y meter en vereda a los moros y las bandas latinas?

- Pues que Jaungoikoa nos coja confesados.

- ¿A qué no sabes cuál va a ser el lema de mi campaña?

- ¿Euros, juegos y pajas?

- No, hombre, no, qué bodadas dices, Txemita. Mi lema será: MAKE EUSKADI GREAT AGAIN!

- Bien, ahora ya puedo estar seguro de que ésta es la pesadilla de la semana…

  

sábado, 9 de noviembre de 2024

MAITEMINETIK MAITEPOZARA

 MAITEMINETIK MAITEPOZARA


https://youtu.be/R0S3C087Vic?si=wbYjIGZ4A4txOwdN


Behiala izan nuen,

Antzina,

Bihotza milaka puxkatan

Zatiturik.


Ahaztu dut nork, edo

Beharbada

Ez dio inori inporta

Ez eta niri.


Saiatu nintzen ordea

Konpontzen

Behin eta berriro,

Beti alperrik.


Pasio errearen txingar eta ilintien gainetik

Berriz maitatzeko ezintasun etsigarri hura

Amodio faltsu batetik hurrengora noraezean.


Kiskali nuen denbora

Etengabean

Debaldeko engainuetan

Atsekabeturik.


Jokatu nuen baldar eta zakar

Axolagabe

Zinez maitatu ninduten anitzekin

Erresumindurik


Ez nintzen inor maitatzeko gai,

Zu agertu arte,

Zuk aspaldiko partez puxka guztiak 

Betiko jasorik


Orduz geroztik, urruti nabilela zugandik,

Badut gogoan gauza bakar eta behinena

Laster bueltatzea nire Sweet Carolinera.

 

jueves, 7 de noviembre de 2024

URRATS GALDUEN OSPITALEA


 

      Beste behin ere ospitalean gure amaren huskeria bategatik... omen. Oraingoan, berriz, hiriko erdiguneko Santiago erietxean -ni ordea Oviedotik Txaguraino xuxen-xuxen iritsi eta bertan ez zegoela asmatutakoan kaguendioka erdialderuntz ia ziztu bizian inkesta baten arabera Espainiako trafikorik kaskarrena, zitalena, ernegagarriena duen hiri erdipurdikoan barrena-. Santiago da hiriko ospitalerik zaharrena, bertara joan naizen aldiro, eta behin baino gehiagotan hementxe bertan kontatu dudanez, galdu egin naiz ospitale zentenarioa -euskera finean, hots, eskolakoan, ehun urtetik gorakoa...- laberinto bilakatu dutelako. Bai horixe, ikusi besterik ez dago egin behar ospitaleko zoruan margotutako marrak bisitariak nola edo hala gal ez daitezen. Nire kasuan, ostera, beti izan ohi da alperrik. Gogoan dut nire aitaita hemen ingresaturik zegoela galdu nintzen eguna, pasillo zein eskaileretan gora eta behera, txirriki-txarraka, beti noraezean: biharamunean ikusi egin nuen bere seme ileapaintzailearen seme nagusia zeinen baldarra, ergela, txoriburua zen enegarrenez egiaztatuz. Egia esanda, gogoratu ere egin berri dut, nire aitak aspaldixe kontatu zidanez, nire birraitonaren bat ingresaturik egon zela ospitalea benetan zentenarioa zelarik, hau da, gaixo guztiak makina bat oheko areto luze eta agian ospelean -orduko argazkietan behintzat holaxe ikusten da eta- zeudenekoa. Agidanez hanka bat okertuta edo ekarri zuten eta bertan dena okertu omen zitzaion hil arte. Badirudi ere hori Gerra Zibila hasi orduko suertatu zitzaiola nire aitaren amaren parteko aititari, herritik Frantzia aldera ospa egin eta Nafarrora iritsi aurretik, edo baliteke Nafarroan bertan, frankistek harrapatuta izan eta gero. Egia ote? Auskalo, gauzatxoak nire aitak kontatu ohi zizkidan nik ezer galdetzeke ezustean eta edozein txorakeriaren kontura, nik ez dakit egiazkoak ziren edo batek daki zer edo zergatik dena nahasten zuen, norberaren memoria ezer baino lehen nahaspila galanta izan ohi da ere. Bestalde, egiak ez dit batere inporta, egia betiere aspergarria edo etsigarria izan ohi da. Ez dut ulertzen, edo agian bai, eta ezin hutsalagoa begitantzen zait, gure nagusien, arbasoen, nondik norako guztiak asmatu nahia; zertarako? Ni nire aitaita ikusteko herrira joan gabe nengoen nire aitajaun-amandrenean bertan dena ezin aspergarriagoa eta etsigarriagoa begitantzen zitzaidan-eta familiaren kakazahar gorabeheratsuaren kontura; nirea egiazko, taxuzko, aitajaun bat baitzen. Egia bakarra eta borobila Santiagoko Ospitalari dagokionez, zera da, nire aitak ere bertan ingresaturik zegoenean aitortu zidana; Txagorritxun hamaika aldiz hobeto jaten da. Horrexegatik ere Txagura aldatu zuten egunean sendabidean zegoela uste izan zuen; alperrik, zer esanik ez.

ARIMEN EGUNA


 

  Hildakoen egunean

nik ez dut hilerririk,
loreak-eta eskuan,
joateko penaturik.
Ez, ondo asko jakinda
lursail murritz batean
datzala neure abenda,
edo izan zena arestian.
Nire hil bakarraren errautsak,
dautza gereziondo baten azpian,
bailiran ehortzitako zaputzak,
oroitzak omen ditugu bertan.
Laster utziko dugu etxe hartan,
fetitxismo hutsa baino ez dena,
nik egunero izaten baitut gogoan,
lorerik eroateke, nire aita zena.

NOCHE NEGRA JUNTO AL PANTANO


  

       Haciendo memoria y mucho, descubro que hubo un tiempo, allá por los diez, once o doce años, que los del cole, o de donde fuera, -yo esto reconozco no tenerlo del todo claro porque fue hace la tira de años y mi cabeza cada vez se resiente más de los locos y beodos años ochenta, y noventa, y...- nos invitaban a los tiernos infantes a pasar el último fin de semana de octubre en una casa comunal situada en el pueblo de Landa junto al pantano de Ullibarri-Gamboa.


Un fin de semana en el que los monitores nos sometían a todo tipo de actividades de esas para imprimir carácter en plan: "¡Vamos a machacar a los críos que para eso nos pagan!" Me refiero a marchas marciales a lo largo y ancho de las estribaciones del Elgeamendi, recogida no sé si de castañas, setas o cagarrutas a lo largo de la orilla del pantano, y a saber qué otra ocurrencia para dar rienda suelta al sadismo innato de los susodichos monitores.

El caso es que lo bueno, lo que todo el mundo estaba esperando de años anteriores y para lo que muchos, o la mayoría. se habían apuntado de verdad, dado que para algo se había hecho famoso aquel fin de semana de "campamento" entre los alumnos de diferentes colegios de la ciudad, era aquella especie de akelarre que se solía celebrar en la casa de Landa. Dentro si hacía malo y fuera alrededor de una hoguera junto a la orilla del pantano si el tiempo lo permitía. De ese modo, recuerdo que se solía formar un corro, bien alrededor de la hoguera a la intemperie o bien dentro de la casa alrededor de las viandas para la cena y una nutrida representación de bebidas de alta graduación. Era entonces cuando los monitores, tras ponernos a los críos en situación recordándonos la efeméride de aquellas fechas de finales de octubre y principios de noviembre, y creando el ambiente al uso para una noche de terror recordándonos lo apartado del lugar donde nos encontrábamos, rodeados por un pantano tenebroso de necesidad a esas horas de la noche y por los bosques de los alrededores -no olvidemos que estábamos al lado de la muga con Gipuzkoa y que por eso mismo nunca se podía saber qué tipo de alimaña podía llegar del otro lado de la montaña...-, comenzaban a desgranar los relatos siempre recurrentes de la mitología vasca con sus lamias, basajaunes, galtzagorris y demás fauna de seres esencialmente tarados e inadaptados. Relatos que en seguida invitaban al bostezo porque, por mor de querer hacer de todo lo vernáculo algo agradable, jatorra que te cagas, para todos los públicos, aquellos seres mitológicos, lejos de provocar miedo alguno, lo que hacían es que sintiéramos lástima por una mozas con ancas de rana condenadas a hacer "el río" toda la vida a ver si pescaban a algún aldeano incauto pero con perras, o por unos basajaunes, los cuales, en el fondo, nos los imaginábamos como unos pobres mutilzarras (solterones) condenados a vivir solos en el bosque con cierto desaliño y casi siempre aquejados de un problema agudo de disopmanía, vamos, la verdad que tampoco muy diferentes de esos otros viejos solitarios que solían sacar a pasear su rijosidad por los bares de lo viejo de nuestra ciudad.

Así pues, en seguida se apresuraba alguno de los mayores a cambiar de tercio contado escenas de películas como La Matanza de Texas y por el estilo. Era entonces cuando aquellos pedazos de cabrones que eran los mayores, entre los catorce y los dieciséis tacos, gustaban de dar rienda suelta a su vena más macabra, retorcida, bien que entre un trago y otro del licor de turno, y ello siempre con el beneplácito de los monitores al grito, sí, al grito, de "Una noche es una noche, que rule esa botella de patxaran..." Una perfomance que ahora vista dese la distancia no tenía otro objetivo que acojonar a los pequeños y acaso también de paso a las mozas del grupo por eso de empezar a joder al sexo opuesto de cualquier manera, que ellos al menos estaban en la edad. Y doy fe de que lo conseguían, vaya que sí, claro que no tanto por el relato de cadáveres cercenados a golpe de sierra mecánica, o las historias de muertos vivientes que se comían los cerebros de rubias que así a primera vista parecían no tenerlo, como que tanto los mayores, como más de uno de los monitores, por no decir todos o al menos los que no se estuvieran liando en ese momento, se acababan convirtiendo ellos mismos en almas en pena, mayormente por culpa de aquel brebaje maldito elaborado a saber por qué "sorgina" o bruja con aranes (endrinas) del bosque.

De hecho, la cosa adquiría tales dimensiones de desenfreno y libertinaje que lo que menos te habría importado en aquel momento era que se te hubiera aparecido el macho cabrío de todo akelarre que se precie, y eso aunque hubiera sido para darte directamente por culo, en serio. No, ni mucho menos, porque con tal de que a los mayores del grupo no se les fuera mucho la pinza por el patxarán en cuestión y te arrastraran fuera de la casa, ahora al grito de "¡Venga, vamos a darnos un chapuzón en el pantano todos en bolas!", o cualquier otra ocurrencia del tipo "¡A tirarse del tejado, que hoy volamos todos!", ya podías darte por satisfecho, por salvado.

Así que luego el domingo de vuelta en casa, cuando, con las imágenes de aquella noche terrorífica todavía en la retina, tus padres te preguntaban a ver qué tal te lo habías pasado en Landa, tú no vacilabas ni un segundo antes de contestar: "De miedo, lo hemos pasado de miedo".

        

LA PLAYA DE LAS ALMEJAS

 


       Resulta que, como mi subconsciente no tenía otra cosa que hacer, he soñado que los amigos de siempre íbamos a Cantabria porque habíamos reservado una cada para pasar el puente según nuestra costumbre. Así que llegamos a una villa cántabra donde paramos para preguntar por una playa, la cual, según la colega que lleva estas cosas, vamos que nos dice adónde hay que ir y qué hay que ver, y que no es otra que mi señora y amada esposa, es la más salvaje y hermosa -¿esto no es una tautología como un pino?- del mundo. El caso es que nos bajamos a preguntar en una plaza, la cual, ahora que lo pienso, se parecía mucho a la de Santoña en la que habíamos estado hace unos años, y lo primero que nos llama la atención, sobre todo a los chicos, es la cantidad de mujeres hermosas y estilosas que pululan por el pueblo, lo que en nuestro código señoro y así, o sea, entre nosotros, denominamos pibones.

No obstante, servidor tiene unas ganas locas de darse un chapuzón en el agua helada del otoño cantábrico -me encanta hacerlo en esta época del año; los locos ya se sabe...-, así que pregunto al primer paisano que pillo a mano dónde está la playa más cercana.
- ¿Una playa cerca? ¿Te gustan las almejas? A mí me gustan mucho las almejas.
- Sí, claro que me gustan; el salsa verde, a la gallega, con arroz o pasta, algunas hasta crudas con limón, en realidad de todas las maneras.
- A mí gusta mucho ir a coger almejas a la playa.
- Vale, yo con meterme un poco en el agua tengo de sobra.
- Yo siempre me baño desnudo. ¿Y tú?
- En casa sí, en la playa, depende.
- ¿Vosotros no sois italianos?
- Perché lo stai chiedendo? (aquí me percato que coincide de que recién he acabado de leer “L´Isola di Arturo” de Elsa Morente y algo tendrá que ver con el sueño, claro).
- A mí me ponen muy cachondo las italianas.
- Pues ya lo siento porque somos todos de Vitoria menos una que es asturiana.
- ¡Ah, vale! Pues qué bajona.
- Puoi dirmi dov'è la spiaggia ...?
- Tienes un acento horrible...
- En cambio usted no puede tener mejor gusto: Monica Vitti, Gina Lollobrigida, Sofía Lore, Virna Visi, Ornella Mutti, Laura Antonelli, Claudia Cardinale, la Cucinotta…
- Calla, calla, que si babeo más vuelve a subir la marea.
- Por cierto, ya que hablamos de… ¿Por qué hay tanta…?
- ¿Influencers? Las chavalas del pueblo, que se han vuelto todas gilipollas y les da por sacarse fotos en la playa para subirlas luego al Insta ese.
- ¡Qué barbaridad, qué pena! En vez de disfrutar de la playa en estos últimos días del “veroño”.
- ¿Por qué crees que le llaman la Playa de las Almejas?
Y ya entonces me despierto, esta vez sin el sobresalto de rigor, y sobre todo sin molestar a la guía turística que duerme a mi lado. Seis y pico de la mañana. Creo que este viernes toca unos “Spaghetti alle vongole”.

     

viernes, 18 de octubre de 2024

LA BANDA SONORA DE MIS SUEÑOS

 


    Me pregunto si todos los sueños tienen banda sonora o sólo me lo imagino, si será cosa de todos o sólo mía que escucho música todo el tiempo desde que me levanto por la mañana. Esto viene a colación porque esta noche me he dado cuenta de que cabe la posibilidad de que la música que escuche, en combinación con las circunstancias al uso, condicione mis sueños nocturnos.

De ese modo, no es extraño que en mis sueños empiece escuchando a Rachmaninov y acabe con Shostakovich, si, por ejemplo, y tras haber visto esa semana por enésima vez Doctor Zhivago, me da por recrear el momento justo en el que los dos amantes se reencuentran y resulta que descubro que es mi señora la que me ha estado siguiendo a mí de una punta a otra de la Madre Rusia para convencerme de que vaya a comer ese domingo a casa de su madre. Otro tanto si esa semana sueño que estoy de vuelta a Praga, Viena o Budapest rememorando por enésima vez el gulash de esa noche y la preceptiva e indeterminada cantidad de jarras de la mejor rubia tipo Pilsen que he bebido en mi vida, prácticamente de trago y medio cada una de ellas, con su deliciosa espumita a rebosar como al final de una escena porno de Nacho Vidal, y casi siempre acompañadas por los cantos regionales, o lo que fueran aquellos berridos en cualquiera de las lenguas de Centroeuropa, de los desconocidos a ambos lados de la larga mesa de madera de la cervecería de turno. Entonces no fallan la Séptima de Dvorak, la Quinta de Mahler o las danzas húngaras de Brahms.
Y así con todo, da igual si suenan fados de Amalia soñando con Lisboa, Morente con el Albaycin, Serrat o Silvia Pérez Cruz en Catalunya, Chet Baker mientras decido si arrojo la trompeta, me tiro yo de cabeza en uno de los canales de Ámsterdam o me pinto de negro para hacerme pasar por Coltrane, mucho cantante clásico italiano o gabacho de esos que si no hubieran entonado una nota no habrían conocido hembra ni en sueños, cualquiera de The Who, The Clash, el proyecto musical que sea de Paul Weller, Specials cantando con Anny Winehouse la de “You´re wondering now”, Oasis y así todo por el estilo en plan recordando los viejos tiempos qué éramos jóvenes y rebeldes, o sólo borrachos, no me acuerdo, canciones de Lete, Imanol, Urdangarin o muchas del cancionero tradicional vasco con especial predilección por las del bardo de Urretxu y que canturreo a menudo en la ducha, "gazte gaztetatikan herritik kanporaaa....", incluso ese otro recurrente de un viaje eternamente aplazado a México en el que huyo de una banda de narcotraficantes caracterizado de Pedro Infante vestido de charro mientras canta todo desgarrado:
“Cuando lejos me encuentre de ti
Cuando quieras que yo este contigo
No hallarás un recuerdo de mí
Ni tendrás más amores conmigo
Y te juro, que no volveré
Aunque me haga pedazos la vida
Si una vez con locura te amé
Ya de mi alma estarás despedida
No volveré
..."
Y así todo más o menos todo como consecuencia de ser un romántico empedernido, con especial predelicción por las canciones de resentimiento y así, para qué negarlo. Sueños que de acuerdo con su banda sonora sólo puedo de calificar de agradables porque es la música que me gusta y que oigo a menudo.
Sin embargo, siempre he temido soñar lo que fuera con la música dodecafónica de fondo. Como que siento verdadero pavor hacia todo lo que tenga que ver con el dodecafonismo desde que una vez me llevó a escuchar La Consagración de la Primavera de Stravinsky en el auditorio de Oviedo. Juró que a la salida de aquello tenía la cabeza como si me la hubieran puesto a centrifugar dentro de una lavadora. Como que desde aquella experiencia siempre sentí un ridículo pavor ante la sola mención de nombres como del ruso antes citado, Béla Bartók, Milton Babbitt, Ernst Krenek, Riccardo Malipiero y en especial Schoenberg. De hecho, estaba convencido que no podía haber peor pesadilla que cualquiera que tuviera de música de fondo la de cualquiera de los compositores antes citados. Empero, digo ridículo porque hace tiempo que escuché “Nocturno para cuerdas y arpa” de Schoenberg, así como el concierto para orquesta y violín de Bartók, y confieso que no he podido ser más zoquete o cuanto menos prejuiciado.
De ese modo, confieso que he intentado superar mis prejuicios con música como el reggaetón, el rap, trap, hip-hop y todo tipo de derivados eléctricos o no, e incluso con grupos que me han resultado siempre estomagantes al estilo de Héroes del Silencio y no digamos ya su líder en solitario. Imposible, todo tiene un límite y el mío está en un soplapollas con ínfulas de haber compartido meadero una noche al lado del cantante de The Cure, cantando:
"Entre dos tierras estás
Y no dejas aire que respirar
Entre dos tierras estás
Y no dejas aire que respirar"
O al menos eso es lo que creía hasta esta semana, que al ir a meterme en la cama con el estómago revuelto tras una comida familiar de esas con mucho de todo y todavía más de vino, sabía no sólo que me iba a tocar una noche toledana, sino sobre todo una en la que me podía aparecer en sueños desde el Bunbury de los cojones al Bud Bunny pasando por la mismísima Rosalía. Pues ninguno de los tres, tampoco Leticia Savater berreando la Salchipapa. Eso sí, tuve una noche de espanto con todo tipo de pesadillas; pero, no os lo vais a creer, o sí, yo qué sé y a mí qué me importa, la música que me martirizó durante toda la noche no fue otra que la de las canciones de ese sumamente melifluo e irritante grupo ñoñostiarra llamado la Oreja de Van Gogh, el cual yo jamás escucho ni he escuchado si no ha sido por accidente, como cuando la CIA me metió en Guantánamo acusado de haber saludado a Bin Laden en una calle de lo viejo de Bilbao con un “salam malaikun”. ¿Qué cosa más rara, no? Ni que hubiera pasado algo y yo no me hubiera enterado.

LEIRE


 

   Maiteminduta nago Leirekin -platonikoki diot, jakina- telekate batean lehenengo aldiz ikusi nuenetik oso. Izan ere, Leire dut nire ametsetako neska kuttun eskuraezina, sekula inolako sexu-asmorik gabe, ondo asko eta maiz ere zoriontsurik ezkonduta bainago. Esan nahi dut aldian-aldian nire ametsetan Leirekin hitz aspertuak egin ohi ditudala, beti euskeraz, noski, Leireri euskeraz aditzeak zoratzen nau eta, -ixa-ixa bere begi urdin ederrek bezainbeste- hainbat txorakeriaren kontura. Azken aldiotan ere beti gauza berbera galdetzen nion:

- Hi ez al haiz aspertzen, nazkatzen, La Orejaren abesti gatzgabe eta melengak etengabean kantatu behar izateaz?
- Ni beti eskertuta egongo nauk...
- Baietz ba; baina, hi oso neska jatorra, zintzoa, azkarra bipila haiz, musikan edozein egitasmori aurre egiteko gauza; hortaz, ez al hau atsekabetzen ñoñostiartasun gorenaren ikurra den talde baten ahotsa izatea?
- Ni ezer baino lehen behargin nekagaitza nauk.
- Ondo ba, ulertzen dinat, benetan; baina, ez al dun uste Amaia Monteroren itzalpean bizitzeak ez dinala inolako mesederik egiten, hik gehixeago merezi dunala?
- Nik beti umiltasunez...
Tamalez, edo hobeto esanda zorionez, nire aburuan behintzat, La Orejako ñoñostiar peto-petoek Leire kaleratu omen dute oso mudu zakarrez eta betiere, Amaiak eurekin sekula bueltatuko ez zela hamaika aldiz baietsi eta gero, hau da, San Pedrok Kristori esan baino gehiagotan. Zer dela eta, Leire maitea? Horixe delako, laztana, zu bezalako egiazko artista pusken patua; gainontzekoen edertasuna, zintzotasuna, jatortasuna, bipiltasuna eta abar gorrotatzen dituzten erdipurdikoen biktima izatea.
- Baina, Txemita, hiri hainbeste axola al dik La Orejaren etorkizunak?
- Niri? Baterez. Izan ere, nik ia inoiz ez dut XXI mendean egindako musikarik entzuten.

IRUINSEME EUSKARAFOBOA

        B adago nire Iruña maitian iruinseme prototipo bat oso-oso bitxia, xelebrea, egia esanda benetan ernegagarria, euskal argitaletxe ba...