Ayer el Sindicato de Estudiantes convocaba una huelga por lo de Gaza y nuestro pequeño decidió que esta vez tenía que sumarse en su insti tras haber hecho caso omiso a la convocatoria de hace unas semanas porque no sabía de qué iba la cosa esa de la huelga y lo de manifestarse, amén de habérselo afeado con todo tipo de pullas y mofas en casa porque somos ese tipo de padres doctrinarios y pasados de rosca, rojos revenidos que se dice y tal, los cuales conducen directamente a sus hijos hacia el ostracismo social, sobre todo aquí en Fachilandia. Eso y que el chaval anda indignado de veras con el tema porque ni siquiera ha hecho falta explicarle nada, él mismo, y sin mediar comentario alguno por parte de sus irresponsables y radicales progenitores, "gente de mal" sobre todas las cosas y de una insustancialidad que espanta a cualquiera con moral de monja, nos salió hace poco con lo de que no es de recibo que porque te hayan matado a mil vayas tú y mates a diez mil, sobre todo si vas de estado democrático que tacha a los otros de fanáticos asesinos y bla, bla, bla, Así que me dice por la mañana que iba a la concentración convocada por el Sindicato de Estudiantes en la Escandalera, el centro de Uvieu "pa los foriatos..."
- Así me gusta, que te comprometas. ¿Al final vas tú y otro de clase, no?
- Voy yo solo. Al otro no le dejan sus padres ni hacer huelga.
Así que me apiado del pequeñín y, aprovechando que lo que tengo entre manos bien se puede dejar para más tarde, le pregunto si quiere que lo acompañe.
- Vale, mejor, sí.
Al rato salimos hacia el centro y durante el trayecto él va preguntándome cosas sobre el tema de Palestina. Yo, ni qué decir, procuro adoctrinarlo de acuerdo a mis más firmes convicciones respecto al tema, que de eso va también la paternidad y al que diga lo contrario que le jodan. Y en eso que me pregunta.
- Aita, ¿tú cuándo empezaste a ir a las manifestaciones?
Joder qué pregunta. Sobre todo para un tío que nace en el 69 y crece en el País Vasco. Ya no es que no recuerde mi primera mani, siquiera la primera con palestino al cuello, es que lo único que recuerdo es que durante décadas había una mani, cuando no dos y hasta tres, por semana. Lo que sí recuerdo, y le explico, es que cuando estaba en el insti las jornadas de luc... huelga, se realizaban tras una previa votación clase por clase, con su consabido intercambio de impresiones en relación al tema de la convocatoria, o lo que es lo mismo, amenazas, insultos y hasta algún que otro amago de conato físico por la cosa esa tan terruñal de "para qué vamos a discutir nada pudiendo arreglarlo a hostias". En fin, votación y ya luego los concienciados a la mani y los mierdas de farra o a sus casas preparándose para engrosar la masa de indiferentes o equidistantes que componen siempre esa mayoría llamada silenciosa, eso por no decir cobarde, de nuestras sociedades. En clase sólo se quedaban cuatro muy concienciados a la contra o temerosos de la bronca que les podía caer en casa (luego ya más tarde te enterabas de que algún que otro lo hacía porque su padre era funcionario del estado con uniforme, y claro, la percepción de la cosa cambiaba y no negaré que incluso entonces también surgía cierto complejo de culpa por mi parte en razón de lo, por decirlo de alguna manera, la excesiva vehemencia durante el debate previo a la votación). En cualquier caso, al menos en mi época -expresión con la que uno certifica cada vez que la usa que ya es un abuelo cebolleta sin remedio- las manis estudiantiles solían reunir a cientos, cuando no miles, de chavales, eso ya según el motivo de éstas, y a fe mía que por aquel entonces no faltaban casi que a diario, para llenar las calles de una ciudad pequeña o mediana como la Gasteiz de los 80 y 90. Manis que en su mayor parte estaba relacionada directamente con "la cosa vasca", vamos, el terrorismo de ETA, y que había una sección de chavales siempre activa, al tanto, y sobre todo especializados en montarla gorda, la gentuza de Jarrai y chungos varios y por lo general sin otra ideología que la bronca por la bronca y para de contar, con el único fin de provocar la respuesta siempre airada, desmesurada, de los antidisturbios. Cargas policiales y respuesta desde la barricada de turno que solía tomar el casco viejo como campo de batalla casi que en exclusiva, calibrando la intensidad de la bronca en función de lo alejado que lograba extenderse dicha bronca fuera del casco viejo en cuestión, o el número de detenidos y agentes, también por decirlo de alguna manera, puestos fuera de servicio...
En fin, batallitas de una época en la que dime tú que chaval con un mínimo de conciencia política, compromiso que se decía, no tenía su correspondiente cacao mental, su empanada vascongada de acuerdo con la tribu de cada cual, y actuaba en consecuencia. Huelgas y manis por los motivos más diversos, controvertidos e incluso absurdos. No diré los conflictos interiores de servidor, un "sordo" de corazón y cabeza desde muy chico, con el tema de la represión policial con su tortura y asesinatos, los atentados de ETA y muchos más asesinatos. En fin, ni siquiera ayer me apetecía recordar. Recordaba, eso sí, haberme manifestado por el tema de Palestina en no pocas ocasiones. La última incluso con su madre aquí en Oviedo la última vez que Israel machacó Gaza a bombazos. Un tema que, para ser sincero, me solivianta porque he procurado estar al tanto todo lo posible que se puede desde mi rincón en el mundo, y del que tengo muy claro que, pese a todos los claroscuros y matices que se puedan poner, que por supuesto que los tengo en cuenta, está muy claro quién el oprimido y quién el opresor. Como que cuando alguien me viene diciendo que no lo tiene tan claro ya sé a qué atenerme, vamos, a qué tipo de persona tengo delante.
- Sólo hay cuatro gatos. Las chicas del Sindicato, unas pocas moras y por lo demás algún que otro viejo de tu edad.
- ¿Qué esperabas?
- Ya sé, ya, Fachil...
- Igual es que no han publicitado el acto suficientemente,
- ¿Y los chavales de los institutos de Oviedo que han hecho huelga, dónde están? Por lo menos debería haber venido una centena por cada instituto público de la ciudad.
- Pues ya ves.
- Seguro que en Gijón sí que ha ido más gente.
- No lo dudo. Ahora, lo curioso es que el pasado domingo esta misma plaza estaba hasta arriba de "patriotas rojigualdos" gritando contra la amnistía e insultando a Pedro Sánchez -yo ahí metiendo cizaña, porque es verdad que en las últimas semanas ha habido manis por lo de Gaza en esta ciudad con una afluencia notable de peña llenando las calles a su paso; pero, por lo que respecta a la chavalada de ahora...-.
- Pues mira, ya tienes tema para una de tus pesadillas.