Cada día me acuerdo sin falta ni propósito.
Cada día se me para un rato el corazón de pena.
Cada día está y no está a mi lado.
Cada día vuelvo a ser niño de su mano y luego se va para siempre.
Cada día es más joven en mi memoria y más viejo todo lo demás.
Cada día más remembranza de sus últimos momentos.
Cada día más añoranza de lo que nunca fuimos.
Cada día evoco más ternura y menos conflicto.
Cada día más complicidades que incompatibilidades.
Cada día menos reproches y más lamentos.
Cada día menos certezas de esas que nunca lo fueron.
Cada día menos cuentas pendientes de nada.
Cada día empatizo más con lo que nunca supe entender.
Cada día comulgo más con sus agravios y amarguras.
Cada día menos dispuesto a contemporizar con los responsables.
Cada día una razón para renegar de ellos.
Cada día más triste por todo el dolor que barrunto.
Cada día yo también la misma pesadumbre a cuestas.
Cada día un instante en el que me convierto en él.
Cada día me descubro en uno de sus mohines y recurro más a su sorna.
Cada día más la réplica de lo que creía mi antítesis.
Cada día soy más él de lo que me gustaría, o no.
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