miércoles, 22 de enero de 2020

LO DE LA SEMANA


Hace un ratico en la cafetería de los martes a la tarde. Los parroquianos de costumbre con la ausencia del bobo de mar ya retirado. Ellas escuchaban y él, sesentón con voz cazallera y pintas así como de habitual de barras americanas y/o estopa especializado en interrogatorios de comisarías, vamos, todo por el estilo. Hablaban a voces como suele ser habitual, y aunque juro que procuro concentrarme en lo mío, no he podido evitar escuchar al campeón entrado en años y orujos hablar de una mutua conocida de tal guisa:

"-Ya sabéis cómo ye. Tie la cabeza llena de pájaros y ahora le ha dado por meterse a bollera, flirtear con las drogas y ponerse a hacer jabones para vender."

No he prestado más atención. De hecho, y creo que no podía ser de otra manera, en seguida me ha venido a la cabeza lo de las charlas para enseñar a los críos a asumir con normalidad el tema de la homosexualidad y el pifostio montado con el tema del Pin parental. Eso y la idea, una vez más, de que algunos deberían recibir charlas con más urgencia que nuestros hijos.

Luego ha entrado una chica que suele estar con ellos, por el acento oriunda de algún país del Este, y cuando el campeón le ha dicho que se sentara con ellos, que le tenía que contar una cosa, ella ha respondido con su castellano de hace cuatro días y para que la oyéramos todos:

-"Espera que voy a cagar y me lo cuentas."

Y nada más, ya me he marchado a recoger al pequeño del baloncesto.






Murcia es la segunda comunidad española con la mayor tasa de fracaso escolar 24,1%, casi que a la par con Andalucía 24.4%; pero, para las autoridades educativas de su gobierno el principal problema en la enseñanza es el PIN parental. ¿Murcia, bonica, qué te está pasando? ¿La pescadilla que se muerde la cola?




Ya sé que el titular de EL MUNDO que circula hoy por los medios, "Igor El Ruso, el asesino que 'impulsó' a Teruel Existe, hacia la prisión permanente revisable dos años después", no es tanto la confirmación de que a algunos les han dado el título de periodista en una tómbola, como que los gacetilleros a sueldo de dicho medio están en plena carrera por ver quién bate más récords de ignominia dentro de su gremio. Pero, siendo sincero, a estas alturas a mí EL MUNDO se me antoja ya demasiado tibio para lo que podría hacer si se empeñara a fondo en la campaña de intoxicación y difamación del nuevo gobierno con titulares del siguiente pelaje:

"El pequeño timonel Iglesias propone la creación de gulags en Teruel para aquellos padres que se nieguen a entregar sus vástagos al ministerio de Educación y Propaganda que dirige la camarada Montero con el fin de que estos sean educados de acuerdo en los principios de la dictadura pijo-progre-bolivariana tutelada por el independentismo catalán y la ETA."







Hace un minuto en la cafetería, a modo de apunte sociológico y así. Un cliente que no conocía entra después de mucho tiempo y se dirige a las parroquianas que suelen dirimir en entusiasta y patriótica tertulia la deriva roja- separatista de Epaaaaña.

-¡Cuánto tiempo sin verte, ho! ¿Dónde te metiste! -pregunta él a la parroquiana que yo denomino con cariñó y de modo imparcial: la "Vacaburra falangista".

-Estuve de vacaciones en Nueva York

-Ya, venga, mira que yes guasona tú.

-Que sí, en serio. Estuve en La Gran Manzana con unes amigues.

-¿Y qué perdiósete a ti allí, ho?

-¡Hay que conocer mundo, nenu!

-¿Mundo? Con lo bonito que ye Asturies y lo bien que se tá nel mio pueblín rodeado de praus y vaques. ¿A que de eso no tien en Neuyor?

-Tien unos rascacielos muy guapus...

-Ya. ¿Y eso quién lo paga, ho?

Y ya luego ni caso porque sale Casado en la tele y apuro mi descafeinado para marcharme a la carrera, no me vaya a dar una embolia cerebral.






"Amor omnia vincit" en realidad significa "el amor justifica las mentirijillas..."

-¿Qué pendiente te gusta más?

-Ese te queda mejor.

-¿Y este otro?

-Resalta más el color de tus ojos.

-¿Y ese?

-Prefiero el otro.

-Me fío de ti, así que voy a coger el segundo.

-Haces bien.

-Da gusto que tu pareja entienda de estas cosas.

-Sí que da, sí...








¿Entonces, eso del pin de control parental aquí en España dicen que va a ser para evitar que nuestros hijos puedan recibir clases o charlas que cuestionen los preceptos de nuestra fe o que vayan en contra de nuestra manera de entender la vida y la sociedad? Alhandulillah!*

*Literalmente "¡Alabado sea Dios", y ya un poco más extendido: "¡Qué suerte no haber emigrado a Francia...! ¡Gracias Vox, gracias Pablo!"






DIFERENTES MANERAS DE SODOMIZAR AL PRÓJIMO

1.) Oigo que una tienda de Bilbao va a cobrar 15 euracos a los clientes que quieran probarse su ropa. Pero bueno, como supongo que nadie es de tirarse piedras sobre su propio tejado, por muy de Bilbao que sea..., sus razones tendrán. Claro que ya puestos, si de verdad han hecho sus cálculos y les sale a cuenta, también podrían cobrar por hacer cola en el cajero, sentarse dentro de la tienda, subir en ascensor a las plantas, usar la wifi del local, pisar el suelo... Oye, igual en el resto del planeta no; pero, en Bilbao sí lo veo, sí.

2). El ayuntamiento de Oviedo exige a los participantes en un concurso de tortillas de patatas que presenten papeles de la nómina, declaración de Hacienda y no sé qué más hostias para poder cobrar premios de 50 a 200€. Se rumorea que el concejal del ramo también quería hacerles análisis de sangre y orina y que se lo pagaran de su propio bolsillo.

ASTEKOAK



Gaur eguerdian kontatu dit aita batek eskolakoek erabaki zutela patiora sartu ezin dena txirrinak jo baino lehen, iaz haurrak futbolean ari zirela aita batek ikasle bati, bere semea jo eta gero, mehatxu egin eta ondorioz ikaslearen gurasoek auzitegian salatu egin zutelako. Ni, jakina, ez nintzen jabetu iaz ikastetxeko hizkimizkia izanagatik. Egia esanda, ni ez naiz ezertaz jabetzen ez baldin bada nire gustukoa edo niri zuzenean kalte egiten didala. Halere, ez dut uste nire meritua denik, baldin bada noski, gero eta ezti gehiago jaten dudala baizik. Bai horixe, ni neu gainerkoekiko gero eta eztiago izaten ari naiz, sekula ez bezala. Aurreko zapatuan, Gasteizen, afalorduan, bizi osoko lagunmin batekin politikaren betiko gorabeherez ari nintzela jabetu egin nintzen berehala eta gehiegi sumintzen garela edozein huskeriagatik, oso odol berokoak garela. Izan ere, banuen motibo frankoa lagunmina txakurraren ipurdira bidaltzeko errieta bertan behera eta behingoan uztearren, bai; baina, goiari eutsi nion lasai askoan. Eztiak laguntzen al dit beroa epeltzen? Auskalo...






Espainiar eskumaren logikaren silogismoak;
Uneskok Skolae hezkidetza programa saritu zuen. Nafarroako eskumak Skolae salatu zuen Geroa Baiko Uxue Barkosen gobernuaren egitasmoa zelako ezer baino lehen. Bilduk Uxue Barkosen gobernua sostengatu zuen. Hortaz Unesco ETA da.





Asperdura da elkarri esaten dizkiogun zurrumurru eta hizkimizki guztien egiazko zioa zein elkarrekiko gaizki ulertu guztiena, hainbeste aspertuko ez baldin bagina, hau da, gainontzekoen bizitzari erreparatzeko betarik ez baldin bagenu, gure ingurukoaz zein bizitzaren gauza tippiez gozatzeko parada gehiago izango genuke; esate baterako, goizean goiz basotik lankarpean zehar paseatzearren edo..

viernes, 17 de enero de 2020

"LA PELLE" DE CURZIO MALAPARTE


Artículo de un servidor para la revista literaria hispanoamericana LETRALIA sobre el clásico La Pelle de Curzio Malaparte: https://letralia.com/lecturas/2020/01/16/la-pelle-de-curzio-malaparte/?fbclid=IwAR0q0OTvlgpqsy7V9rDsFdcpZPYAZV8kbNX93yrWfzBdDZMyUlrpKTXBW_E

“Non v’è alcuna differenza” dissi “fra una donna che si prostituisce a un tedesco, e una donna che si prostituisce a un americano.”
“What?” esclamò Mrs. Fiat con voce rauca.
“Dal punto di vista morale” dissi “non v’è alcuna differenza.”
“Ve n’è una molto importante” disse Mrs. Fiat mentre tutti tacevano, rossi in viso: “i tedeschi sono barbari, e i soldati americani sono bravi ragazzi”.
“Sì” disse il Generale Cork “sono bravi ragazzi.”
“Oh, sure!” esclamò il Colonnello Eliot.
“Se aveste perso la guerra” dissi “nessuna donna in Europa, vi degnerebbe di un sorriso. Le donne preferiscono i vincitori ai vinti.”
Curzio Malaparte, La Pelle.

“La piel”, de Curzio Malaparte
La piel, de Curzio Malaparte (Galaxia Gutenberg, 2010).
Disponible en Amazon

El ejército aliado, americano más bien, desembarca en Nápoles tras la espantada de las tropas fascistas italianas y las alemanas, primero aliadas y luego invasoras. No es el primer ejército extranjero que la ciudad ve llegar a sus calles, se podría decir que Nápoles ha visto desfilar por ella a casi todos; griegos, romanos, ostrogodos, bizantinos, normandos, españoles… Nápoles supura historia por tosas sus grietas y eso hace que la llegada de los soldados americanos asemeje una historia conocida, más de lo mismo, algo así como “ya tardaban, ya, en invadirnos estos”. Pero, de la misma manera que en el pasado los bárbaros quisieron pasar por libertadores éstos de ahora pretenden hacer lo mismo, aún más, quieren que se les reciba como héroes. Y la ciudad no lo tiene muy claro, no sabe con exactitud quién es el enemigo y quién el aliado. Cómo va a saberlo si hasta hace apenas unos días vitoreaban a su Duce y se congratulaban de las victorias de su ejército en Abisinia, Albania o Libia. Y además, ¿por qué estos americanos iban a ser diferentes a los odiados alemanes? Por si acaso y ante la duda, sólo hay una cosa cierta, siempre habrá un mañana y la necesidad de encararlo como sea, hay que sobrevivir a toda costa, y si para eso hay que sonreír al soldado americano, hacerle de criado, enseñarle una pierna o ya directamente ofrecerle el cuerpo y hasta el alma, pues se hace y santas pascuas, aquí no ha pasado nada, llevamos toda la vida en las mismas, unas veces son ejércitos extranjeros, otras nuestros propios amos en forma de nobles decadentes o políticos corruptos, y otras también, las más, nosotros mismos convertidos en lobos y/o corderos.
Curzio Malaparte, un hombre que impone a su prosa una deliciosa libertad de estilo y pensamiento.
Con todo, el aspecto más interesante de la novela no es otro que el encuentro, encontronazo en muchos casos, entre dos mundos, el de la América moderna e industriosa, también tan idealista como ingenua, y la vieja y decadente Europa, la cual, en ese sur mediterráneo por el que, insisto, han pasado todo tipo de ejércitos y han dejado su huella otras tantas civilizaciones, se presenta derrotada de antemano, con una postura ante la vida tan cínica como resignada, capaz de todo lo peor y de muy poco bueno, apenas interesada en otra cosa que no sea el día siguiente y para de contar.
De ese modo, el protagonista-narrador que acompaña como oficial traductor al oficial aliado, un admirador de la vieja Europa desde esa idealización tan propia del americano culto a rebosar de mitos y mistificaciones, sirve de contrapunto a esa ingenuidad de la que éste hace gala a cada paso. De hecho, el protagonista-narrador acaba mostrando a su compañero americano el verdadero rostro de esa ciudad y esas gentes que acaban de recibirles a él y a sus soldados con los brazos abiertos y de la misma entusiasta manera con la que antes levantaban enérgicamente el brazo en alto al paso de las Camicie Nere de Mussolini. Y no es precisamente un rostro angelical, puro, sino más bien todo lo contrario, es un rostro curtido por todo tipo de calamidades y en especial la de la miseria endémica de la mayoría de sus habitantes, la verdadera cara de la Italia vencida una vez más, la Europa deshecha en mil batallas, la mayoría de ellas fratricidas.
Y todo esto contado con la pluma de alguien que en sí mismo era todo un personaje, el escritor de origen alemán y aristócrata Curzio Malaparte, un hombre que impone a su prosa una deliciosa libertad de estilo y pensamiento, a veces tanta que se diría que escribe llevado única y exclusivamente por el instinto de contar sin filtro lo que tiene delante de sus narices, que golpea de seguido sobre la conciencia y los tabúes de su propia gente. Una voz a la contra del relato oficioso de aquellos años inmediatos a la derrota fascista donde todo lo que vino después con la derrota fascista y nazi se ha idealizado hasta extremos de pesadilla a lo Walt Disney. Es por lo tanto una prosa que en su afán de desmitificar una época y a unas gentes, de darle la vuelta al dobladillo del relato oficial de aquellos años, podría haber caído en el mero regodeo de lo sórdido o el drama crudo sin concesiones; pero no, en realidad, y como mucho, todo el relato aparece cubierto por un halo de amargo desencanto, se diría que una especie de saudade mediterránea, incluso una cierta nonchalance o afectada desgana de personaje de vuelta de todo, que en algunos momentos del texto incluso alcanza cotas de verdadero y sobre todo sincero lirismo, belleza entre la mugre o algo por el estilo, vamos, que emociona a la par que ilustra y mucho sobre la cosa esa de la condición humana.
Estamos ante un escritor de los que levantan acta con su testimonio de toda una época.
Y podría continuar por este camino a ninguna parte del elogio sin freno, que es lo que tiene cuando cae en las manos del lector un texto que sacia de verdad el apetito de buenas lecturas, cuando después de mucho tiempo uno vuelve a reencontrarse con las razones que justifican de verdad la pasión por los libros. No es para menos, insisto ya por enésima vez, estamos ante un escritor de los que levantan acta con su testimonio de toda una época con obras como la que nos ocupa, o Kaputt, Il ballo al KremlinoMuss. Il grande imbecilleIl sole è cieco y otras tantas, no un simple emborronador de cuartillas. Alguien que pertenece desde hace mucho y con todo derecho al Olimpo en el que los lectores y el tiempo consagran a los escritores dignos del tal nombre. Lo raro, lo verdaderamente llamativo, y al mismo tiempo también lo que no hace sino agrandar su leyenda, él se la puede permitir, es la constancia de que una vez más el precio de la independencia, el ir no tanto a contracorriente como en contra a veces de uno mismo y deberse en exclusiva a lo que cree o se siente en cada momento, no es precisamente el del reconocimiento en vida de los tuyos, más bien todo lo contrario. Pero bueno, también es cierto que la condición humana que nos hace sectarios por definición tendría que dar todo un vuelco tal como para que, de repente, aquellos que deberían hacerlo estuvieran dispuestos a reconocer los méritos de alguien en sí mismos y no en función de los prejuicios o las lealtades de cada cual a su tribu, fratría, bandera o lo que sea. Sí, así suelen ser las cosas, es inevitable pero no por ello menos cansino y desolador.

Txema Arinas

Txema Arinas

Escritor español (Vitoria-Gasteiz, 1969). Reside en Oviedo. Licenciado en historia y geografía por la Universidad del País Vasco. Ha vivido en Francia, Irlanda y Venezuela, y aprendió varios idiomas. En los últimos años ha trabajado como profesor de secundaria y además ha desempeñado diversos cargos en la empresa privada. Ha publicado las novelas Los años infames (2007), Gaitajolea (2007), Anochecer en Lisboa (2008), Euskara Galdatan (2008), Maldan Behera Doa Aguro Nire Bihotz Biluzia (2009), Zoko Berri (2009), El sitio (2009), Azoka (2011), Borreroak baditu hamaika aurpegi (2011), Muerte entre las viñas (2012), Como los asnos bajo la carga (2013), En el país de los listos (2015), Testamento de un impostor (2017), Historias de la Almendra (2018) y Los tres nudos (2019), y los ensayos Sabino Arana o la identidad pervertida (2008) y El imposible perdido (2012). Ha colaborado como articulista en el periódico Berria, las revistas Grand Place y Hegats, las revistas digitales Solo Novela Negra y Zubyah, de la asociación cultural Punica Granatum.

HAU DA UMORE EMEA, HAU!


Oraingoan umore emeaz ari naiz Hitzen Uberan.eko Komunitatea sailerako; ai ene, zer dela eta sartzen naizen ni halako saltsetan!:


-Egia al dun, laztana, Michel Houellebecqek dioena, emakumezkook ez duzuela umorerik.

-Zer???

-Bai, berak argi eta garbi zion La Possibilité d'une île liburuan: "les femmes manquent d'humour en général, c'est pourquoi elles considèrent l'humour comme faisant partie des qualités viriles".

-Hik uste al duk babokeria hori benetan?

-Nik? Galdezka ari naun bakarrik...

-Bai zera, hik leporatu nahi didak nik umorerik ez dudana.

-Ez, nik ez dinat ezer...

-Jakina, hik uste duk oso graziosoa haizela, ezta? Hi beti txantxetan nik etxeko gauza serioei eutsi behar izan diedan bitartean, noski. Horrexegatik ere asteburu gauetan nahiago duk hire lagunekin parrandan irten nirekin etxean sofa gainean etzanda ezti-ezti egon beharrean, nik aspertzen haudalako, ezta?

-Ez, ez dun hori eta badakin, nik esan nahi ninana...
-Ikusten? Adar joka ari natzaik eta hi berehalaxe kokildu egin haiz.

-Joe, seriotan ari hintzelakoan nengonan.

-Badinat umorerik ala ez?


Txema  Arinas
Uvieun, 2020/01/17

LO DE LA SEMANA




Hace unos días volví a escuchar un clásico. Me refiero al de esos que cuando van al País Vasco y ven que en los carteles pone "Aireportua", aeropuerto en euskera, se parten de risa, que no lo pueden evitar, les hace una gracia infinita y encima te lo espetan como dando a entender lo ridículo que les parece la cosa. Son los mismos, claro está, que cuando van a Londres no se les pasa por la cabeza decir nada cuando ven escrito "airport", a París "aéroport" ,a Roma "aeroporto" o a Lisboa "aeroporto". Tampoco se chotean, y menos aun se enfadan porque no lo entienden, cuando leen en Berlin "Flughafen" o en Amsterdan "vliegveld". Pero oye, "aireportua" les hace una gracia infinita, cuando no les irrita porque parece ser que el esfuerzo que les requiere interpretar que "aireportua" es "aeropuerto" lo consideran una imposición inaceptable, un atentado a la soberanía sacrosanta de su patria una, grande y libre, casi la enésina concesión a la ETA y en ese plan. En cualquier caso, te callas porque a estas alturas ya sabes que la batalla contra la ignorancia ajena está perdida de antemano, sobre todo si viene revestida con la soberbia de la mentalidad colonial; como que luego encima serás tú el que pase por intolerante, retrogrado, aldeano y todos los recursos dialécticos al uso con los que precisamente se están definiendo a sí mismos. Pues eso, una vez más Machado con lo de "Castilla miserable, ayer dominadora, / envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora". Y no, no es algo baladí, es una expresión como otra cualquiera de una mentalidad muy concreta y muy extendida con la que no queda otra que apechugar, pero nunca, jamás, contemporizar.







Como suelo aprovechar la hora que llevo el enano a clases de británico para hacer el recorrido que normalmente me cuesta hora y media, es decir, casi que al trote, vuelvo a recogerlo hasta la academia ya baldado. Por suerte nunca sale a la hora, sino un cuarto de hora más tarde. Pues hoy, casualidades de la vida, probablemente la primera vez en cuatro años, ha salido a la hora en punto y encima yo he tenido que hacer una parada en un bareto para tomar un descafeinado como pretexto para descargar parte de la sopa que había preparado para comer; sopa sosa de carne y verdura, vida más triste la mía, madre. Total, que llego apenas cinco minutos después de que el enano hubiera salido, que le veo solo y ya de morros al lado de la academia desde lo alto del puente que tengo que cruzar para llegar adonde él. Ni me responde cuando me disculpo por la tardanza, ni me da la mano. De hecho aparta la mía de un manotazo y frunce el ceño durante todo el camino. Por si fuera poco el muy cabrón me castiga demorándose todo lo que puede, lo cual me jode bastante porque después de la caminata estoy deseando llegar a casa para ducharme y ponerme al ordenata para seguir con mis cosas. También aprovecho para llamar a mi madre y tras comentarle que su nieto va todo enfurruñado medio kilómetro detrás de mí sin otro propósito que tocarme los huevos a base de bien, me dice que le espere y le pase el teléfono. Entonces se pone él y le cuenta a su abuela que está enfadado conmigo porque he llegado tarde a recogerlo, que ha tenido que esperar cinco largos, eternos, minutos, y que encima he tenido la desfachatez de decirle que ha sido porque he entrado a tomarme un descafeinado. Vamos, que soy un impresentable con todas las de la ley y que esta no me la pasa. Con todo, su abuela consigue arrancarle la promesa de que no me lo tendrá muy en cuenta porque, al fin y al cabo, soy su padre, esto es, el pringado que lo lleva al cole, lo trae, le prepara la comida y luego lo lleva a las extra escolares, eso entre otras cosas. Que ya se lo pensará, sentencia él. Y cómo me jode que se lo vaya pensando camino de casa, subiendo la cuesta a casa en esta ciudad de cuestas infinitas. Eso hasta que por fin decido ejercer mi autoridad paterna con todas sus consecuencias. De lo que resultan dos cosas, la primera que el enano me adelanta por la derecha, justo en el último repecho antes de llegar a nuestro portal, ante la amenaza de ponerle para comer pochas (de bote, no se me alteren los gastrolistillos...) con almejas o gambas durante toda la semana; él es más de sacramentos con todas sus grasas asesinas, y la segunda que mañana se hable en el barrio de un tarado en chándal con gorra y barba que iba gritando a cada cierto tiempo: "¡Me cago en tu puto padre que soy yo, como no te des prisa te voy a dar patadas hasta en el alma, enano cabrón!"




Ayer a la tarde salgo a caminar y, sintonizando a lo loco, doy con un especial dedicado a la señorita o señora, yo qué sé, Susana María Alfonso de Aguiar, de nombre artístico Misia. Una fadista mitad portuguesa y mitad catalana de cuya música quedé prendido hacia los veinti muchos y que luego había ido olvidando. Yo, lusofilo empedernido, o emperrado, no sé, ya había escuchado bastante a la gran Amalia Rodrigues en grabaciones de esas donde el paso apolillado del tiempo parece oírse de ruido de fondo. Entonces cayó en mis manos "Garras dos sentidos", un disco de poemas de escritores portugueses cantados como fados con un sonido y una voz clara y potente, aparentemente alejados de los reiterados y vetustos fados del repertorio tradicional de Amalia. Luego estaba la puesta en escena de Misia, a medio camino entre el guiño a la tradición y el ansia de puesta a punto de un género que en los locales de fado del Chiado y la Alfama lisboeta rozaba ya el cliché para consumo exclusivo de turistas.

Misia aportaba a un género tan popular el toque culto y hasta reivindicativo de una joven rebelde que bebía de todo tipo de influencias de su época, desde la canción francesa al rock anglosajón pasando por la "nova canço" y todo lo que ha ido incorporando después, Por si fuera poco también llevaba a cuesta su leyenda de fadista rechazada por los puristas del género, el señor Do Carmo en particular, que además la consideran más española que portuguesa. Eso y la dicotomía de ser por un lado hija de un señorito de Oporto y por el otro de una cabaretera del Paralelo barcelonés; todo como muy de culebrón decimonónico y así.

Y encima era guapa la tía. asunto muy a tener en cuenta en tiempos de onanismo compulsivo, sobre para los que somos muy de mujeres independientes que mezclan carácter y delicadeza. Ya, menuda melonada acabo de escribir. Pero es que yo diría que Misia fue hasta una pasión secreta en un entorno donde todo lo que sonaba tenía guitarras eléctricas de fondo. Como que un día yendo en coche con unos colegas, se me ocurrió ponerles el disco de "Garras dos Sentidos", y no veas las risas, que si me había pasado de acera y en ese plan; yo es que siempre me he rodeado de intelectuales de una sensibilidad supina.

No obstante, tengo que reconocer que hacía tiempo que le había perdido la pista a Misia. Yo diría que, en lo que se refiere al fado, que es un género al recurro de tanto en tanto, vísperas de viaje a Portugal y así, había sustituido a Misia por otras fadistas más jóvenes y de moda, desde Mariza, cuya puesta en escena se alejaba en cierta manera del dramatismo teatralizado al uso para dar directamente en Nosferatu pasado de vinho verde, a la última que más he escuchado, la deliciosa Ana Moura, pasando por Carla Pires, Cristina Branco y hasta Dolce Pontes, que sin ser exclusivamente fadista tiene una voz y una técnica que puede con todo.

En cualquier caso, ayer fue una gozada caminar mientras la propia Misia contaba por la radio su vida de eterna desubicada y sobre todo de mujer libre que siempre procuró hacer lo que le viniera en gana, lo que le dictara su instinto artístico y no las convenciones de cada momento. Todo ello acompañado por la música que había marcado su vida y en la que destacaba Janis Joplin, motivo por el que una vez ya de vuelta a casa me puse a cocinar la cena a ritmo de rock y blues desgarrados; no había vinho verde.






Tanto ejercicio en casa y caminata vespertina me esta dejando baldado. Anoche volví a quedarme dormido hacia las once de la noche por segunda vez en una semana. Algo insólito en mí, que suelo quedarme hasta las tantas leyendo en la cama. Pero, asco de vida, eso no significa que duerma las ocho horas mínimas que los expertos juzgan necesarias para llegar a viejo, sino más bien que me despierto antes. Hoy estaba despierto a las cuatro y pico de la mañana. Demasiado pronto para levantarme y demasiado ruido de ultratumba a mi alrededor para reconciliar el sueño, De modo que he dado una vuelta por la casa, bebido agua, tapado al enano, comprobado que el mayor no había aplastado a la bebe canina y vuelta al catre conyugal donde la intensidad de los ronquidos parecía haber remitido, con lo que he intentado una segunda cabezadita.

Empero, en esta ocasión todo han sido pesadillas y de las muy absurdas. Resulta que llevaba a mi señora madre a una clínica decimonónica para una consulta de lo suyo, de la espalda y de todo un poco. Como debía ser un matadero del Opus como ese otro de Pamplona al que mandó a mi madre hace siglos el médico de Txagu que la descuarinjó para que no lo denunciara, yo me negaba a entrar y esperaba fuera junto al muro de ladrillo que rodeaba el jardín de la clínica -insisto que era del estilo del hospital de Basurto-. Entonces, cuando estoy mirando el móvil sentado junto al muro, de repente me tiran por detrás del cuello de la chamarra golpeándome contra el muro. Me doy la vuelta y resulta que es un maromo, un chaval vestido como de película americana de los años cincuenta, con tupe y todo, que estaba dándose el lote con una pava. Le pregunto airado a ver de qué va, a qué ha venido eso, y el tío venga a reírse como para presumir delante de su chorba de que se la suda todo. No me aguanto y le arreo una hostia de las de puño cerrado en todos los morros. Pero resulta que el pavo tiene tanta carne en los carrillos que estos le sirven de amortiguadores. Apenas consigo arrancarle unas babas de su sebosa jeta. Eso me encabrona más, así que me levanto para aplicarme a degüello contra el interfecto, cuando la novia o lo que fuera se interpone entre los dos. El tipo empieza a hacerme burlas detrás de la chica, a retarme a la vez que mueve a cámara lenta el sebo que le cuelga por todas partes. Intento alcanzarlo por todos los medios pero la chica se interpone suplicándome que no lo mate, que va a ser el padre de su futuro hijo. No le doy a ella de milagro porque de repente aparece mi madre en lo alto de la escalera empinada por la que se accede a la clínica. Corro a atenderla porque con todo lo que tiene encima el equilibrio es un lujo al que renunció hace ya tiempo. Le preguntó qué le ha dicho el médico, me contesta que tome unas pastillicas y sobre todo que ande con mucho cuidado para no lastimarse. Momento en el que va la burra de ella y al ir a bajar la escalera, que repito que es empinada de cojones, se salta varios escalones de golpe y no se precipita contra el suelo porque estoy yo allí para sujetarla. Entonces me veo reprendiéndola, que tenga cuidado al pisar, que recuerde lo que le ha dicho el médico. Eso y a decir verdad, partiéndome el culo por dentro, porque si ya no te ríes...

Ahí se acaba el primer sueño o al menos lo que yo recuerdo. Luego hay un segundo sueño en el que me bajo con mi amigos L, P y V en la estación de tren de Donosti. Somos unos veinteañeros y hemos ido a pasar el día a la capital de Giputzilandia; pero, por lo que sea, a señorita V le ha dado por ir a hacer surf antes de parar en lo viejo, cuando todavía se podía parar en lo viejo porque los únicos turistas eran los que entraban en tropel con casco y lanzapelotas, a ponernos ciegos de pinchos y lo que se tercie. Yo me niego y me quedo solo paseando por la playa de la Concha. Luego me arrepiento y decido ir a verles surfear. Creo que en el sueño somos unos chavales, pero aun así el espectáculo de verlos sobre una tabla de surf está asegurado; nunca lo hemos hecho, ni siquiera se nos pasó por la cabeza, somos más de secano que las abutardas cojas. En realidad, lo más parecido a surfear ha sigo cuando resbalábamos a la salida de los baños de los bares de lo viejo o por las escaleras del Estitxu, un bareto de lo viejo de Gasteiz donde los camareros apuntaban marcas por cada caída junto al nombre de los clientes habituales. No los encuentro y vuelvo a encabronarme, se ve que de eso va también la segunda tanda nocturna. Decido volverme a Vitoria por mi cuenta. Entonces me pierdo y no encuentro la estación, lo que ya tiene cojones porque he vivido una temporada en Donosti y me conozco la ciudad como la palma de mi mano, si bien puede que sereno no tanto. Al final me monto en un tren sin mirar siquiera la dirección. El tren para en Zumárraga porque hay bronca para no variar y han cortado la vía. Me temo que me toca pasar noche en tan hermosa villa fabril, ¿o era febril? Es un decir, claro -oye, ya lo siento por los nativos, pero cada cual tiene sus traumas de juventud y yo atesoro un episodio allí que... no viene al caso-. Entonces llamo al amigo L desde una cabina -me digo que el hecho de que en mis sueños no se caiga en anacronismos históricos se deberá a mi licenciatura o algo así- para preguntar dónde hostias se habían metido y ya de paso cagarme en todos sus muertos y en los de los otros dos. Creo que los gritos llegaban hasta la vertiente mediterránea, de Zalduondo hacia abajo.

Luego ya me he levantado definitivamente de la cama hace ya un rato. Hace una mañana de sábado soleada y con la agenda a rebosar. Y aquí lo dejo porque, tecla que tecla, esto se ha hecho demasiado largo y sospecho que hasta el FB se da cuenta porque cuesta escribir en el recuadro de la pantalla, como dando a entender: "Ya te vale, tío, ¿a ver quién cojones crees tú que va a leer semejante parrafada?". Feliz sábado a todos.

Ah, y todo esto con la música de Ilegales de fondo, que por la noche no me la quito de la cabeza ni a zurrazos.

ASTEKOAK




Zer pentsa, beste batzuekin solasean egoten direla, euren buruaz baino berba egiten ez dutenotaz? Zer pentsa betiere euren nondik norakoak hizpide bakarra dutenotaz? Zer pentsa eurak gainerakoak baino beti saiatuagoak, argiagoak, batez ere orotan zuzenagoak, direla etengabe aldarrikatzen dutenotaz? Zer pentsa gainontzekoak betiere euren buruaren neurriaren arabera gupidagabeki juzkatzen dutenotaz? Zer pentsa eurek ez dakiten edo estimatu ezin duten oro printzipioz mesprezatzen dutenotaz? Ba, tamalez gehiegi direla, sano aspergarriak bezainbeste.






New Yorkera bizitzera aldatu zen euskal idazlearen patua. Bertan zegoela, eta bere herri txikia etengabe gogoan zuenez Obabakoak moduko enegarren nobela mardula idatzi egin zuen EJ.ren beka eskuzabal bati esker:

-New Torken izandako bizipenek zein hiriak nigan eragindako mota guztietako sentimenduek bultzatu egin ninduten nire herri txikiko haurtzaroan oinarritutako nobela "nazioartekoago" hau idaztera. New Yorkekoa oso experientzia aberasgarria izan da, of course.

-Eta zure hurrengo liburua?

-Bertsolari New Yorken...







Bai, ni ere falokraziaren aurka nago. Ni ere zakilaren delako diktadura edonon antzemateko gauza naiz eta. Izan ere, ni gauza naiz ete bazkalostean batere aholkolik edan gabe kaikukeriak barra-barra esan eta idazteko, hain serioak eta formalak dira aitamaginarrebekiko bazkalorduak, ezen bestela... nola esan, potroak halabeharrez kokilduta edo edukitakoan lehertzeko modukoak, ezin asmatu zenbat kostatzen zaidan hainbat orduz serio plantak egitea edo gutxienez basakeriaren bat ezustean ez botatzea jaun-andreok nire berezko basatasunez enegarrenez ez asaldatzearren.

viernes, 10 de enero de 2020

LAS RAÍCES DEL ÁRBOL


Las raíces del árbol, un poemica o un lo que sea, de un tal Txema Arinas para la revista cultural Tipealia: https://tipealia.es/las-raices-del-arbol/?fbclid=IwAR0OZGyH2m1gG4yK_FoGFaKp1oPIbaIMXxi7ZJQEaSC1dF7PeM_JAS6v3Mg


Nuestras raíces no están entre los restos óseos del camposanto del pueblo de nuestros mayores.
Eso es simple arqueología genealógica.
Nuestras raíces no están entre aquellos que llevan nuestro apellido o entre esos otros que nos han visto crecer.
Eso es una simple contingencia biográfica.
Nuestras raíces no están en el conjunto de mitos, tópicos y falsedades con los que se construye la identidad del rincón en el mundo que nos ha tocado en suerte.
Eso es literatura tribal.
Nuestras raíces no están entre las supuestas deudas a saldar con personas o lugares concretos.
Eso es chantaje emocional.
Nuestras raíces están entre los afectos y los recuerdos que nosotros asumimos como propios.
Eso es ser un espíritu libre.

© Txema Arinas

HIK EZ DAKIK ZER DEN BELDURRA - KARLOS LINAZASORO


Karlos Linazasororen HIK EZ DAKIK ZER DEN BELDURRA ipuin liburuari buruzko zenbait hitz HITZEN UBERANeko Komunitatea sailerako: http://www.uberan.eus/?komunitatea/Txema/item/hik-ez-dakik-zer-den-beldurra-karlos-linazasoro

Oso gogoko izan ohi dut Karlos Linazasororen lana, lan oparoa gainera, nola edo hala jenero guztiak jorratu dituena eta betiere oso ukitu propio, berezi eta zoli batez, fundamentuzko edozein egileri halabeharrez eskatu behar litzaiokeena. Zertan datza, ordea, Linazasororen ukitu berezi propio hori? Ez ditut denak zenbatuko, nire ustez oinarri diren biak baino: begiratu ironiko zein jostagarria eta hizkera jaso zein malgua. Badaude beste batzuk noski, beharbada jenero bakoitza aitzakia dela idazkera gogara moldatzekoa. Edonola ere, begibistakoa da Karlos Linazasororen tentu literarioa ikaragarri joria dela, ez dela literatura kontuetan batere moldaerraza, hots, nola edo hala bere ekarri osoa bide berekoa dela edo izango dela. Hori ere ageri da bere azken liburu honetan, non aurreko emaitzen aldean, eta bere jarraitzaleok doi espero bezala, eta batez ere gaiari dagokionez, ikuspuntu literario berri bati ekin dion.
 Izenburuak berak aurre erakusten digu liburuko ipuinen nondik norakoak: Hik ez dakik zer den beldurra. Beldurra, patu beltza, bizitzaren gordina, ozta-ozta gizakiaren berezko krudeltasunak eragiten dituen gaizki guztiak. Horrenbestez, gai gordin-gordinak, idazteko potoloak, areago ipuin motzetan kontatzeko, hain zuzen ere motz, edo agian guztiz bestelakoa, betiere geratzeko arrisku bizia dagoelako. Izan ere, hamazortzi ipuin motz ditugu, benetako perlak baina berez ere oso bestelako baliokoak, erabat ulergarria dena ia ezinezkoa baita guzti-guztiak nahitatez gailentzea; baina, azken hau betiere oso arrazoi zehatz bategatik: hamazortzietatik badaude bizpahiru gainerakoei gaina hartzen dietenak. Horrek ez du inondik inora esan gainerakook makalak direnik, ez horixe. Horrek esan nahi du ni naiz irakurleak Hemendik ez da zozorik ikusten, Suteak garaitu zirenekoa edo Bizi osoa pasa nian gizon haien bila ipuinak gogokoago izan ditudalako arrazoi erabat subjetiboengatik, ez besterik, beharbada haietan sakontasun narratibo idartsuago bat somatu dudalako gure errealitate historikoarekikoa, nik neuk halakoak gehiago estimatzen ditudalako. Halere, ez dakit nik hiru ipuinok nabarmentzerakoan bidegabe jokatzen ari naizelako, egia esanda badaudelako beste ipuin batzuk, Auzitegiko medikuaren harritxoak, La vie est belle edo Bakarri utzi nauzu, kasuko, izugarri ere gustatu zaizkidanak, non Linazasorori hainbeste ederresten diodan ikutu ironikoa, umore jostagarria, nabarmenago begitandu zaizkidan; baina, zintzo esanda, beharbada lehenengo hirurok baino gutxiago hunkitu nautenak. Eta egon badago ere baten bat non apika estilo hutsarekin jolasteko grina oso nabaria begitandu ere egin zaidan, alegia.
Edonola ere, hamazortzi ipuinek merezi dute benetan banan-banan eta ezari-ezarian gozatuak izatea, posible baldin bada egunean behin bakoitza behar bezala dastatzeko, delako eta ezinbesteko konparaketaren ajeak saiheste aldera edo, hau da, egunero hartu beharrezko pilula bailitzan, euskaraz literatu onaz elikatzeko asmotan behinik behin.
Eta bai, nire ustetan ipuin guztietan Hik ez dakik zer den beldurra letaniak indar handia, berezia, aproposa, omen du ipuin guztiak batzen dituen nondik norako larria, fatala, betiere gogoa izatearren. Bestalde, ipuin bakoitzean tartekatzen diren poemak –egileak asmatu behar dira liburuaren aurreneko horrialdeetan datorren Karlos zorretan dagoen idazleen zerrendarekin- beti eskertzekoak dira; baina, ezin asmatu norainokoak diren uztargarriak laguntzen duten ipuinekin.

Txema Arinas
Oviedon, 2020/01/10

¡VIVA LA TELE!

    Sueño que me arrastra no sé quién o quiénes a la entrega de los premios de un festival de la tele que se celebra en una ignota, gris y a...