viernes, 1 de mayo de 2020

LO DE LA CUARENTENA


Acababan de abrir en el barrio una panadería de esas muy pijas y muy prescindibles, justo cuando les pilló lo del confinamiento. Ese mismo día también les tocó salir a su balcón para aplaudir a los sanitarios. Ahora bien, el balcón hacía esquina con dos calles y eso les planteaba un dilema, sobre todo a él, obsesionado como estaba en no dar ni un paso en falso por el bien de su negocio.


-No podemos permitirnos que los de una calle crean que no salimos a aplaudir porque lo estamos haciendo mirando a la otra. Así que tú te pones a aplaudir en ese lado y yo en este otro.

Y así con todo en su vida. Si uno le daba la razón a un cliente cuando criticaba al gobierno en la panadería, el otro hacía otro tanto con los que lo apoyaban. Su obsesión era tener contento a todo el mundo, en realidad que nadie les pudiera reprochar pecar de ser demasiado de estos o de los otros, decantarse muy hacia un lado o hacia el otro. Se hicieron maestros en quedar bien con todo el mundo, en no tener una opinión propia hasta que el de delante abría la boca y entonces ya sabían por dónde tenían que tirar. Y por eso también se salieron de las redes sociales. Demasiado peligrosas, dijo él, "mejor nos borramos, a veces no se entiende muy bien de qué palo vamos".

-No creas, me temo que se nota demasiado -sentenció ella.

* Baker Oostwaert and his wife, 1658 - Jan Havicksz Steen




Algunas perplejidades alrededor del Covid19, todas ellas en forma de preguntas sinceras y poco más, por lo general sin segundas intenciones. No son todas, faltaría, sino más bien las últimas que me vienen a la cabeza tras los telediarios de anoche y el repaso más o menos somero de la prensa digital de todo tipo y lugar. Así en lo que me termino el café con leche de por la mañana mirando a los nubarrones de los montes de delante de mis narices.


-¿Más de 100 sanitarios fallecidos en el Reino Unido y en España, con la ratio de muertos por millón de habitantes más alta del mundo, solo 30?

-Por qué, siendo como es una excepcionalidad dentro de la lucha contra la pandemia, apenas se menciona en los medios de mayor difusión que la atípica estrategia sueca frente al coronavirus da sus resultados. Suecia ha mantenido abiertas sus escuelas, gimnasios, cafeterías, bares y restaurantes durante la propagación de la pandemia. En cambio, el Gobierno ha instado a los ciudadanos a actuar de manera responsable y a seguir las pautas de distanciamiento social. Esa estrategia se basa en tener acceso a uno de los mejores sistemas de atención médica del mundo. En ningún momento Suecia experimentó una escasez real de equipos médicos o de capacidad hospitalaria, y las tiendas instaladas como centros de atención de emergencia en todo el país han permanecido prácticamente vacías. Hasta hace una semana Suecia había reportado 1.540 muertes vinculadas a la covid-19, un aumento de 29 desde el sábado. Esa cifra es considerablemente más alta que la del resto de Escandinavia, pero mucho menor que la de Italia, España y el Reino Unido, tanto en términos absolutos como relativos.

-Se habla mucho del desastre del Covid19 en EE.UU, en realidad siempre se habla demasiado de lo que ocurre en aquel país en comparación con lo que se hace del resto del mundo; pero, ¿y Rusia? ¿Solo 867 muertos en un país de más de 142 millones de habitantes con uno de los sistemas sanitarios, como en general todo lo referente al Estado con las excepciones del ejército y el aparato represivo, más débiles del mundo? Una cuestión que viene ni al pelo para cuestionarnos los datos que se ofrecen a escala planetaria sobre la pandemia. Qué no estará ocultando, camuflando, un régimen autoritario como el de Putin, una pseudodemocracia de corte patriarcal y ultranacionalista, que no hayan hecho ya los chinos, que no se haga en el resto de países por mor del maldito orgullo nacional, o lo que es lo mismo, querer tapar sus vergüenzas. ¿Tendrá que ver también con esto la negativa de Alemania a incluir los muertos fuera de los hospitales, residencias y domicilios particulares, en el recuento de sus víctimas por coronavirus? Sigo temiendo lo peor en lo que respecta a Brasil; si bien creo que van a ser los diferentes estados federales, al igual que en EE.UU, quienes amortiguen la desgracia autoinflingida de haber puesto al frente de sus paises a dos payasos impresentables, indeseables, inmorales, como Bolsonaro y Trump respectivamente.

-Y ya en España y como pregunta tan recurrente como retórica durante todos estos días, y sobre todo dada la magnitud del desastre más allá de los errores puntuales de la gestión de la crisis por el Gobierno, de las críticas que se pueden hacer y se harán a todas y cada una de sus decisiones, de los aciertos incluso que hay que reconocerle, pues de lo contrario no estaríamos hablando de desescalada a pesar de toda la tierra quemada a nuestras espaldas y lo que viene en lo económico: ¿habrá un verdadero debate serio, esto es, más allá del bochorno al uso de la contienda sectaria que caracteriza la política en España sin otro objetivo que una rentabilidad electoral inmediata, acerca de las debilidades del sistema sanitario español, tan insistentemente vendido a la ciudadanía durante años como de los mejores del mundo, o mejor dicho, de las diferentes gestiones de la sanidad al cargo de los gobiernos autonómicos -resultará muy curioso comparar, por ejemplo, la gestión madrileña en las garras del PP, más que en sus manos, con la asturiana tras décadas de gobiernos de izquierda, ya sea del PSOE en solitario o con IU en coalición-? Esta, desde luego, puede que sea la pregunta más retórica, si no patética, de todas.

-Y ya por último: ¿es Nueva Zelanda la nueva Shangry La?

-Insisto, así en general dudo mucho que vayamos a salir mejores personas de esta. Saldremos con dolor, ansiedad, rabia y por lo tanto ganas de saldar cuentas pendientes, de buscar chivos expiatorios, puede que enmendemos en algo las carencias del sistema de cada cual, acaso también con mucha alharaca como al final de la II Guerra Mundial, pero poco más en lo sustancial. Pero, pasado el periodo de shock, la pospandemia, la condición humana hará que todo vuelva por sus fueros, es decir, lo que ha hecho siempre a lo largo de la Historia después de todo tipo de calamidades, es decir, guerras, hambrunas, pestes, conciertos de Bunbury y todo en ese plan.

Pues eso, perplejidades de muy de mañana con el café todavía humeante mirando al horizonte nublado desde la terraza.




El diccionario https://www.wordreference.com/ que suelo usar para mis cosas, y tras encontrarme en un texto una vez más la palabra "trump" en "that extraordinary trump card you hold in your hand" (esa extraordinaria carta de triunfo que tienes en la mano) me recuerda que dicho término no solo significa "triunfo" en los juegos de cartas, y ya por extensión "superar, sobrepasar, triunfar " (y aunque no lo señala, a mí me da que su acepción más completa es la de ganar de forma marrullera, o cuanto menos no merecida sino debida en exclusiva al azar o las malas artes), sino que además tiene la acepción de "pedo" o "tirarse un pedo", y de ahí también la locución verbal "trump (sth) up", falsear. Curioso, porque todos sabemos que hay pedos y pedos, unos más desagradables que otros por matices de ruido u olor; así que está claro que a partir de hoy, junto al genérico "fart" (pedo), el de "trump" vendría a ser de esos que cuando se le escapan a alguien no puedes evitar pensar: "¡Esto no es un pedo normal, es lo más asqueroso que he oído y/u olido nunca, este tí@ tiene que estar podrid@ a la fuerza!" Pues eso, que cómo no me va a gustar a mí la cosa esta de los idiomas, una maravilla, oiga.


Por si no hubiera ya poca plaga ahí fuera, hoy han soltado a la chiquillería. Sí, a los putos críos, que por si alguien no cae ahora, son esos pequeños bípedos, no siempre, que cuando te saltan a una pierna no los puedes apartar de una patada como a los perros porque entonces, y por lo que sea, la gente te mira mal. Bueno, ahora a los perros tampoco, ahora un chucho te agarra la pierna para follártela y tienes que esperar a que acabe, no le vayas a provocar un trauma. Y el caso es que, si lo piensas bien, si sales a la calle lo único que vas a encontrar es coronavirus, críos, chuchos y estopas. Va a ser mejor quedarse en casa a esperar tranquilamente la muerte, sí.


-Tú el confinamiento lo estarás llevando de cine, como estás todo el día en casa con tus cosas, los libros, la música, de cocinillas, el feisbuk y todo así. Vamos, que ni te enteras. Y así mil años.


-Claro, claro, listillo de mierda, como no salgo todos los días a hacer un montón de cosas que no son asunto tuyo, como no echo de menos salir a andar, ver a los míos, la calle, los bares, el campo, el mar, viajar. Pero oye, que no falte el gilipollas de turno, y que por lo general no te conoce de nada, haciendo juicios de valor sobre lo que uno hace, piensa o padece,
así como de lo que deja de hacer, pensar o padecer.

-¡Uy! Ya veo que no lo estás llevando tan bien como creía.

-Por supuesto, yo es que a los capullos que se pasan la vida juzgando la vida de los demás no los he llevado bien nunca.

-De verdad, qué borde y desagradable, si eso mejor que no salgas nunca de casa.

-Es que de la gente como tú hay que estar siempre en cuarentena.

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