martes, 7 de diciembre de 2021

ENTRADA CENSURADA EN FACEBOOK

 

    Movido tanto por una curiosidad elemental como por la necesidad de saber de qué va la cosa en boca de su principal protagonista, me dispongo a tragarme el discurso del ultrabocazas Eric Zemmour en su primer mitin como candidato a las presidenciales franceses. Los primeros minutos confirman la vulgaridad dialéctica o demagógica que espera encontrar en alguien que ha saltado de los medios a la política envuelto en la tricolor y se ha auto coronado con una aureola de candidato antisistema. Me aburro mucho pero también persisto en conocer cómo modela un discurso archisabido. Eso hasta que oigo por primera vez la expresión "On est le meilleur pays du monde!" y ahí ya me digo que basta, que para qué seguir escuchando más si ya me puedo imaginar el resto.


   Porque no falla, si cada vez que una persona suelta lo de que lo suyo es el mejor queso del mundo, el mejor vino del mundo, el mejor pueblo del mundo, el mejor... del mundo, no puedo evitar pisar que me encuentro delante de un pobre idiota, ya sea porque lo dice convencido como consecuencia de su infinita ignorancia por no haber salido del agujero donde le tocó nacer, o, peor aun, a sabiendas de que eso no es verdad pero prefiere hacer como que lo piensa de veras a pesar de todas las evidencias, en el caso de un política ya doy por seguro que se trata de un verdadero canalla, un canalla siempre peligroso. Pues eso, otro más que sumar a la larga lista de los que van surgiendo por doquier en esta Europa nuestra. Eso y la triste evidencia de cada vez estamos más cerca de aquello que dijo Karl Marx de que la Historia se repite dos veces, primero como una tragedia y luego como una farsa.

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