Anoche leyendo en mi rincón de la casa con Listz de fondo. De repente oigo un estruendo que viene de la terraza. Lo primero que me viene a la cabeza es que se han vuelto a desprender unas tejas como viene siendo habitual, cualquier día una desgracia y esas cosas. También pienso que ha podido ser el mayor porque suele salir todas las noches antes de acostarse a hablar con sus colegas por el móvil y no sería la primera vez que tropieza y tira uno o varios tiestos a la vez. El caso es que salgo a la terraza a toda pastilla antes de que despierte a su madre, vea los desperfectos y me eche la culpa a mí primero según su costumbre. Cuál es mi sorpresa cuando nada más asomarme por la puerta de la terraza descubro a mi hijo mayor con un dragón a sus espaldas.
- ¿Pero qué coj....?
- Es mi nueva mascota.
- ¿Cómo que tu nueva mascota? ¡Si ya tienes a Argi!
- Ya. Pero esta es distinta. El dragón va a ser mi sombra.
- ¿Tu qué?
- El dragón me protegerá allá adonde vaya.
- ¿Pero qué chorradas estás diciendo?
- Quiero que me respeten, y con el dragón...
- ¿De verdad? ¿Cuántas veces hemos hablado sobre que el respeto se lo gana uno con su comportamiento, no infundiendo miedo al prójimo?
- Prefiero que me teman, es más rápido.
- Tú lo que crees es que vas a follar más, porque menos es imposible, yendo por ahí con un dragón.
- Al menos ahora, si alguna me dice que no, le diré al dragón que la achicharre.
- ¿Pero tú te estás oyendo? En serio, tú no te das cuenta, pero, entre los videojuegos y que desde hace ya una semana te estás tragando dos o tres capítulos diarios de Juego de Tronos, y luego ya de propina uno de La Casa del Dragón, se te está yendo la cabeza.
- ¿Entonces no puedo tener un dragón?
- Has sido incapaz de educar a un terrier para que haga sus necesidades fuera de casa, así que como para permitirte tener un dragón. ¿Tú te imaginas lo que puede cagar o mear un bicho como ese? Si ya te cuesta coger la fregona para limpiar los meados que deja tu pequeña por toda la casa.
- No tiene por qué estar dentro de casa. Puede vivir en el Naranco y venir cuando lo llame.
- ¿Y cómo vas a alimentar al dragón?
- Con lo que me sobre de la paga.
- Hay que joderse, más bobo y no naces. Mira, manda ese dragón a tomar por culo. Mejor aún, que vaya volando hasta Moscu y achicharre el Kremlim con Putin dentro. Luego recoge trozo por trozo los tiestos que ha tirado, y vete a la cama que ya es tarde. Hazlo ya antes de que se levante tu madre.
- Que se levante y se atreva a decirme algo. Yo no tengo padres, yo soy M. el Hijo del Dragón...
- ¡Qué paciencia, señor, qué paciencia! Eso y qué ganas de que llegue el sábado para emborracharme...
Luego ya cuando he despertado de la pesadilla, porque no niego que el dragón fuera terrorífico y todo lo que tu quieras; pero, anda que si se llega a despertar su madre... En fin, creo que cuando he ido al baño se filtraba un tufillo a quemado desde la terraza.
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