La gente sencilla.
¡Joder qué miedo!
La que nunca se mete en problemas,
esa que nunca ha roto un plato,
que nunca levanta una voz
más alta que la otra,
ni se mete en líos
viviendo el día a día,
con los pies siempre sobre la tierra,
por si acaso,
por si sí o si no,
por cobardía, conformismo o complacencia.
La gente sencilla.
¡Qué horror!
Siempre a merced de por dónde pega el viento.
Ceños fruncidos en cuanto
alguien se sale del rebaño;
"Ya está ese dando la nota,
y luego pasa lo que pasa."
Tantas convicciones como colores
tiene la piel del camaleón.
"Haga como yo, no se meta en política".
La gente sencilla.
Vidas sencillas, ideas sencillas.
¡Qué maravilla!
Jaja, jeje, jiji, jojo, juju.
Todos ponderan a la gente sencilla.
Todos presumen de ser gente sencilla.
Todos buscan el voto de la gente sencilla.
No te compliques la vida,
seamos todos gente sencilla.
La gente sencilla.
La que pide respeto,
tanto para la víctimas,
como para los verdugos.
Nunca acudieron a las manifestaciones
en la Plaza de Oriente.
Nunca señalaron por la calle
a los homosexuales, a las madres solteras,
a... todo aquel que tocaba señalar.
Nunca supieron de dónde procedía
el humo de los campos de concentración.
La gente sencilla nunca se equivoca,
siempre está en el lado correcto de la Historia.
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