BUNGA-BUNGA

 Sueño que la acabo de palmar, que voy de camino al cielo y que a la entrada me recibe San Pedro con las llaves.

- ¿Cómo tú por aquí, qué ha pasado?

- Buufff, una verdadera pesadilla. Pues resulta que me meto a la cama con los ánimos por el suelo, dándole vueltas todo el rato a la cabeza a lo del torero de Vox que recién han nombrado consejero de cultura, el mismo que dice que es un orgullo ser nieto de los que ganaron la guerra porque lo vergonzoso habría sido perderla frente a los que falsificaron las elecciones del 36, que a fin de cuentas fue el franquismo quien trajo la democracia a España y no la oposición antifranquista que estaba más por el soviet y así. Y claro, ya entro en barrena porque me acuerdo también del líder de su partido en Valencia condenado por maltrato psicológico a su pareja, a la cual le decía cosas tan bonitas como ""puta, ladrona, secuestradora de niños, más que ladrona, te voy a estar jodiendo toda la vida hasta que te mueras y acabe contigo, ladrona", del consejero y negacionista lingüístico de Baleares que dice que lo que se habla en las islas y en Valencia son lenguas independientes del catalán pasándose, ya no sólo el consenso científico, sino el sentido común por el forro de sus españolísimos cojones (a ver para cuándo un ministro de educación y cultura mexicano o un argentino diciendo lo mismo del castellano...), de los ganaderos de Castilla y León exigiendo a palos que se les permita hacer lo que les venga en gana con sus vacas enfermas tal y como les había prometido el consejero de VOX, de lo que me cuentan mis hijos de la mayoría de "bobejos" de su insti celebrando los votos de VOX porque ellos a su tierna edad son muy de "Arriba España", Franco y así...

- Bueno, bueno, ¿cualquiera diría que estás obsesionado con Vox?

- Si sólo fuera eso. Porque anoche también me vino a la cabeza la lideresa de Madrid, la que dejó morir durante la pandemia a miles de ancianos porque, total, tampoco les quedaba mucho, y si nos dicen algo le echamos la culpa al gobierno de Sánchez y listo, afirmando delante de todos que el concepto de "justicia social" es un invento de la izquierda para extender el resentimiento entre la gente humilde y... y, oye, que la votan en masa, que da igual si les privatiza la sanidad, financia a los concertados en detrimento de la pública o su hermano y el resto de los de su casta saquean a conciencia las arcas de su comunidad, ellos a lo suyo: "¡BILDU, BILDU, ETA, ETA, ETA... que te vote Txapote!

- Es que, claro, si te vas siempre a los extremos...

- Pero es que luego también me he acordado de que el más que probable futuro presidente del Reino de España puede ser un tipo que entabló amistad con un narco gallego cuando estaba de chupatintas en la consejería de sanidad porque el narco en cuestión necesitaba que sus empresas facturaran con la Xunta, una relación de la que hizo de intermediario un chofer a sueldo de la Xunta, el cual años más tarde apareció muerto tras un oportuno accidente de tráfico. Una amistad que se vio truncada cuando el narco fue enchironado y, casualidades de la vida, como parece ser que su amigo en la Xunta no hizo nada para echarle una mano, pues resulta que de repente aparecen las famosas fotos de Feijoo untado de cremita en el yate del narco. Ese, Pedro, ¿te puedo tutear?, va a ser el futuro presidente de España, ya no sólo el cómplice de un criminal durante años, sino también el más listo y mejor preparado para variar.

- Creo que te lo tomas todo muy a pecho.

- Como que ya no aguantaba más y me levanté para tirarme a la calle por la terraza.

- ¡El suicidio es pecado, no puedes entrar al cielo!

- Pues me voy al infierno, peor no puede ser que lo que nos viene encima en la tierra.

- Pues tú mismo.

Y en eso que el santo Pedro me manda de una patada al infierno, llamó a la puerta, me recibe un un tío en paños menores que creo reconocer como Luis Roldán que me dice:

- Bienvenido al infierno, vas a ver qué bien te lo vas a pasar; pero, antes ve a saludar al demonio.

- ¿Cómo reconozco al demonio?

- No hay confusión, tú vete hasta la piscina y en cuanto veas a un abuelete italiano con la cara acartonada de tanta cirugía plática, en bermudas y rodeado de jovencitas en bikini...

- ¿BERLUSCONI?

Menuda pesadilla. Pero, oye, ¿te puedes creer que cuando he pegado el brinco de todas las noches me he echado la mano al paquete instintivamente y estaba empalmado?