miércoles, 19 de junio de 2013

EL MUERTO AL HOYO...




"El muerto al hoyo, y el vivo al bollo...", bueno, en este caso parece que también al hoyo, al otro, al de un puesto de trabajo con cuantos menos derechos laborables mucho mejor, que es lo que parece que persigue a toda costa cierto espécimen de empresario español, cuando no sólo el de los negociantes o canchulleros varios que se tienen por tal, gente que un día dejó el pueblo, ganó cuatro duros con el sudor de su frente, bla, bla, y a dar lecciones de cómo tiene que ser el mundo, por lo general a su medida, de un rústico que espanta, eterna pre-industrialización de las mentes, esto es, la cosa del pico y la pala, el curro de sol a sol como en la pieza y poco más. Todo ello, claro está, que por algo la pintan calva, aprovechando el paro, el miedo, el hambre incluso, para hacer tabla rasa con un modelo social de pacto entre diferentes en el que nunca han creído porque les resta dividendos, no ganan todo lo que podrían con él aunque tampoco dejan de ganar lo suyo y encima les jode que otros disfruten de cosas como la sanidad, la educación o lo que sea con sus impuestos, cada uno que se costee su bienestar, dicen. Por eso, si pudieran convertirían la palabra convenio en un anacronismo. Así de bruta y egoísta es su concepción de lo que debe ser la vida en sociedad para sus semejantes, la paz social como que se la pasan por el forro de sus santos cojones, que los tienen y muy grandes. Mira si no al que insinuó que eso de sentirse afligido por la muerte de un ser querido es poco más que cosa de vagos, de caraduras, que aquí como en el XIX, al que le haya tocado abajo a joderse toca con todas sus consecuencias. ¿Que exagero? Sí claro, por eso estamos hablando precisamente de José de la Cavada, condenado por humillar a sus trabajadores. Y como premio, pues oyes, que lo hacen responsable de Relaciones Laborables de la CEOE. Y no es un chiste malo, es tan verídico como que el segundo a bordo de esa organización es un tal Arturo Fernández acusado de pagar en negro a sus trabajadores bajo amenaza de despido. Y ahí están, dando ejemplo y sobre todo el cayo por los suyos, sentando cátedra, que no sabemos, no, cómo se sale de esta crisis; pero tranquilos, ellos nos indican el camino. Dios, qué gran país España, sobre todo para algunos.

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