martes, 11 de junio de 2013

TOROS Y PANDERETA



No es una cuestión de ideología, o sí, puede que también, seguro que sí, pero estoy completamente convencido de que la talla moral y ética de un gobierno se puede medir, entre tantas otras cosas, por sus prioridades a la hora de hacer un esfuerzo pecuniario en tiempos de crisis como los que vivimos. De ese modo, mientras se recorta, o directamente se suspenden, las ayudas a la investigación de enfermedades cuyos resultados pueden salvar la vida de cientos de personas, esas mismas instituciones de todo tipo siguen concediendo subvenciones a simples espectáculos como los toros, afición que no comparto pero que tampoco aborrezco hasta el punto de pedir su prohibición, si bien me importaría un carajo que despareciera como consecuencia lógica de la falta de seguidores. Ahora bien, curiosas prioridades también la de estos neoliberales de pacotilla a la hora de establecer las mismas, la investigación médica casi nunca ofrece resultados inmediatos y si estuviera sometida en exclusiva a las leyes del mercado sólo habría adelantos en los implantes de senos, liposucciones, alargamientos de pene y otras cosas por el estilo; en cambio, el mundo de los toros es un espectáculo, un negocio, debería sostenerse por sí mismo. Pero no, mientras la búsqueda de la cura para todo tipo de enfermedades merece el más absoluto desprecio de las autoridades, de nuevo el racial "¡que inventen/investiguen otros" , la tauromaquia nos la venden como cultura de altos vuelos, más aún, una seña identitaria española en toda regla, y eso precisamente ellos, que se pasan la vida despotricando contra los nacionalismos periféricos por ombliguistas, que también, y que en cuanto tienen una copa en la mano se declaran ciudadanos del mundo aunque no hayan salido de su pueblo. En fin, la hipocresía de esta gente que nos mangonea no tiene límites, y cómo van a tenerlos si además están convencidos de que eso precisamente es lo que reclama el pueblo y no otra cosa: fútbol y toros. Mientras no falten, nadie osará protestar en serio, serán siempre los cuatro indocumentados y resentidos. Luego ya que venga el ministro de exteriores a decirnos que hay que dejar atrás la imagen de una España de toros y pandereta; claro que esto también lo dijo el mismo día que presentaba en Bruselas la tan traída Marca España en un acto a ritmo de pandereta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario