El Ministerio del Tiempo con sus puertas que acceden al pasado como legado cabalístico o así de un judío de la época de los Reyes Católicos, no puede si no hacernos recordar una de las rarezas más interesantes de la Historia del cine español. Me refiero a la película La torre de los siete jorobados, una película española de 1944, dirigida por Edgar Neville, adaptación cinematográfica de la novela homónima de Emilio Carrere. El argumento se basa el el descubrimiento de que en el subsuelo de Madrid hay una ciudadela subterránea donde se escondieron los judíos que no quisieron abandonar España cuando se decretó su expulsión. Ahora, este refugio está habitado por una banda de jorobados capitaneados por el doctor Sabatino. Año 1944, en pleno franquismo, un aristócrata de origen ingles, Edgar Neville filma alrededor de treinta películas, cada cual más rara u original. De Neville la wiki se despacha tal que así: "Hombre exquisito, de múltiples talentos y aficiones, aprovechó todo cuanto pudo ofrecerle su época. Debido a su adscripción al bando nacional y a que su actividad fue desarrollada en la industria del entretenimiento, y cultivando sobre todo el humor, no fue incluido por lo general entre la nómina de intelectuales de la Generación del 27, como les ocurriría también a sus amigos escritores falangistas, como Miguel Mihura, Tono, Enrique Jardiel Poncela, Álvaro de la Iglesia. Desde sus posiciones de privilegio criticaban sin aspereza las costumbres de la misma burguesía de entonces, como la cursilería y el absurdo. Junto con Tono, Antonio Mingote y Mihura escribe en la revista de humor La Codorniz, sucesora del semanario La Ametralladora, que Mihura publicó en San Sebastián. Destacó sobre todo como director de cine. La vida en un hilo tuvo un gran éxito de público. Se gestó primero como película y más tarde fue convertida en comedia musical por su hijo Santiago. Es una reflexión risueña sobre los mecanismos del azar, a la vez que un alegato contra la burguesía entendida como enfermedad del alma, contra la cursilería y contra la estrechez de miras disfrazada de sentido común." El documental que adjunto, una joyica para cinéfilos, también habla de que el único "ismo" al que estuvo adscrito Neville toda su vida fue el del individualismo. Ahora, todo lo que pudo hacer o tener de bueno o valioso Neville tras una obra tan fecunda y original, ha ido a parar directamente al estercolero de la Historia. Hay cosas que no se perdonan, y un aristócrata español adscrito al bando nacional no parece merecer mayor atención por muy poliédrico e interesante que nos resulten el personaje y su obra.
lunes, 22 de febrero de 2016
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