lunes, 15 de febrero de 2016

AQUEL MES DE FEBRERO DE 1981



Hace unos días se celebró el Día contra la Tortura en Euskal Herria como homenaje a Joxe Arregi, muerto el 13 de febrero de 1981 en la Dirección General de Seguridad de la Policía tras ser sometido durante varios días a todo tipo de torturas tal y como demostró el informe forense. La noticia conmovió toda la sociedad vasca de tal manera que los sindicatos y partidos políticos convocaron una huelga general y una manifestación de repulsa por la muerte de Joxe Arregi. Yo me recuerdo aquel día como un niño jugando en el patio de mi colegio mientras esperábamos para entrar a clase. Tardábamos en hacerlo y lo curioso es que entonces no nos extrañaba, ya sabíamos que algo gordo había pasado, porque en aquellos años siempre pasaba algo. Las madres, entonces eran todas madres las que llevaban los hijos al colegio, rumoreaban algo de un etarra muerto en comisaría. He ahí el motivo por el que se había reunido el claustro de profesores que al rato anunciaba que aquel día no habría clase porque se sumaban a la convocatoria de huelga general. Otro día de fiesta, sí, otro día jugando en casa con el Exin Castillos nuevo o el Scalextric recién ampliado porque apenas había pasado mes y medio desde Reyes. Otro día sin clase como la semana pasada durante la otra huelga general por el asesinato en manos de ETA m de Ryan, aquel ingeniero de la central nuclear de Lemoniz, sí, la de las famosas pegatinas, el cual había sido secuestrado para pedir el cierre de ésta y apareció muerto ante la negativa de las autoridades a plegarse a las demandas de los terroristas. Otro día para invitar a casa al que entonces era mi amigo del alma. Estaba convencido de que lo habíamos pasado muy bien aquel día, que le había gustado mi Exin Castillos y qué decir del Scalextric, iban unos cuantos años pidiéndole a los reyes nuevas piezas para el circuito y nuevos y más modernos coches. Además, y a diferencia de la semana pasada cuando los profesores se habían demorado casi media mañana en su decisión de sumarse a la huelga general por la muerte del ingeniero de Lemoniz, que recordaba haber oído comentar a las madres que hacían corrillo con la mía que algunos de los profesores se habían negado en rotundo sumarse a la protesta con la luego ya famosa matraca del contencioso. Profesores cuyos nombres en seguida nos venían a la cabeza porque ya entonces sabíamos quiénes eran de entre todos los más afines a los postulados de ETA m curiosamente los que mejor nos caían porque los considerábamos los menos huesos, los más cercanos y modernos, los más colegas en comparación con el resto de la plantilla.

-¿Vienes a casa a jugar con el Exin y el Scalextric como la semana pasada?

- ¿No, no puedo?


-¿Por qué no puedes?


-Estamos de huelga general, han matado a uno de los nuestros.



Y así eran las cosas en aquel entonces, así de crudas incluso entre chavales de once años. Porque aquel mes de febrero de 1981 fue terrible, Adolfo Suarez había dimitido a finales de enero, ETA m secuestró a principios de febrero al ingeniero Ryan, los reyes visitaron el País Vasco por primera vez y se armó la que se armó en el palacio de Juntas de Gernika, el ingeniero apareció muerto, huelga general y manifestaciones, a la semana siguiente le tocó a Joxe Arregi, otra huelga general y más manifestaciones, Euskadiko Ezkerra pidió el alto el fuego a su rama armada, ETA pm, el día 23 Tejero dio su golpe de estado, tras el fracaso más manifestaciones, invisten a Calvo Sotelo como presidente, ETA pm declara una tregua indefinida y libera a los cónsules que tenía secuestrados. Un mes como para no olvidar, a mí no se ha olvidado.

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