CAMPOS DE NIJAR


La trama corrupta derivada del Ayuntamiento de El Ejido malversó unos 150 millones durante los últimos seis años a través de empresas ficticias y compañías tapadera distribuidas entre Madrid, Sevilla y Almería. Las empresas blanquearon los fondos municipales a través de la Empresa Mixta de Servicios Municipales SA (ElSur), participada en un 30% por el Consistorio almeriense, que subcontrataba con empresas dirigidas por empresarios amigos del alcalde de El Ejido, Juan Enciso, que fundó el Partido de Almería (PAL) tras abandonar el Partido Popular en 2005.



Pues eso, todos conocemos los famosos "Sucesos del Ejido" de febrero del 2000 en el que a raíz del asesinato de dos agricultores en manos de un marroquí se armó la marimorena, pero en plan progrom antiemigrante, o lo que es lo mismo, aprovechando que el asesino era un moro me lío a hostias con sus paisanos y en general cualquiera de Ceuta para abajo. El trasfondo del asunto no era otro que la difícil convivencia entre autóctonos e emigrantes, que en realidad venía a ser entre patronos y obreros. Pues el Ejido es uno de los no tan escasos y sumamente admirables ejemplos de desarrollo relámpago en una zona concreta, en un principio gracias a la iniciatica de unos pocos que, como de costumbre, apostaron por un modelo de producción agrícola revolucionario, mezcla de plástico, química e informática, y luego ya más tarde del resto que se sumo al hallazgo hasta conventir esa zona de Almeria, antaño puro desierto, en un mar blanco de plástico. No obstante el increible, vertiginoso y exitoso aumento del nivel de vida de la zona, de ser una cantera de muertos de hambre condenados a la emigración a una de las mayores concentraciones de nuevos ricos por metro cuadrado por habitante, una sucursal bancaria por cada mil, o acaso precisamente por eso, los asesinatos de los sucesos revelaron el reverso amargo de toda realidad. Nada más y nada menos que el estado de semiesclavitud permanente sobre el último eslabón de la cadena, el obrero emigrante, por lo general sin papeles y casi sin cualificación, esto es, carne de abuso por parte del empresario cazurro y desalmado del lugar, no por todos, claro está, pero sí por muchos como los que metieron a tres marroquiés en una furgoneta a golpes de bate de beisbol (El Tribunal Supremo ratificó en abril pasado la sentencia que condenaba a estos dos empresarios a 6 años y medio de cárcel a cada uno)y otros tantos sucesos de igual o peor calado (palizas, salarios sin pagar, descriminación racial en el pueblo..)

Como sería la cosa que tras salir el alcalde del Ejido en defensa de sus paisanos, de los españoles, se entiende, y soltar unas tremendidades a lo Le Pen o Bossi, hasta los del PP lo expulsaron del partido. No olvidemos que el mismo alcalde pidió el perdón y encabezó la recogida de firmas para el indulto de los empresarios condenados.

Pues mira tú por dónde, que años despues resulta que le han pillado al susodicho alcalde con las manos en la comisión y el blanqueo de capitales. Pobrecico, si no falla nunca, qué va, ahora se entiende cómo y por qué el mismo que disculpaba y hasta alentaba que sus paisanos explotaran a todo moro o negro viviente que cayese en sus garras, que aseguraba que no tenían por qué atenderles de ninguna manera, ofrecerles servicio alguno, porque ellos allí sólo estaban para trabajar y callar,sin que se le cayera la cara de vergüenza. Cómo no se le iba a caer si también a él se le estaban llenando los bolsillos esos esclavos de nueva hornada. Bendito modelo de desarrollo de algunos, bendita moral del trabajo, bendita cultura del todo vale... Y sobre todo, bendita falta de memoria, lo que nos lleva al conocido librico de Goytisolo que encabeza esta entrada, pues en él se habla de esos campos de Nijar durante los años más duros del franquismo, el subdesarrollo hasta en la cazuela, la miseria generalizada de sus lugareños, el drama de la emigración, la dureza extrema de una tierra que no desmerecía en nada a su vecina del otro lado del Estrecho. Lo he estado hojeando esta tarde de orbayo y, en efecto, bendita falta de memoria.

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