jueves, 29 de octubre de 2009

NO SE PUEDE SER MÁS INUTIL


Hace unos días con eso de querer cumplir con el precepto culinario de todas las semanas legumbres, se me ocurrió preparar un cocido de garbanzos. De modo que como era la primera vez que me ponía con los garbanzos, servidor es más de alubia y lenteja, eché manos de las recetas tipo tipo http://www.recetasycocina.net/karlosarguinano/karlosarguinano.html y por supuesto mi santa madre, la cual me estuvo llenando la cabeza con mil y un pasos entre cambiar el agua, hervir la berza aparte y no sé qué de puerros. Muy instructiva ella, pero el caso fue que como casi siempre que llevo más de dos minutos al teléfono con mi madre se me fue el santo al cielo y acabé escuchando la tele mientras repetía mecanicamente: vale, sí, de acuerdo, ya lo séeee. De manera que cuando me puse manos a la cazuela al día siguiente, ni hervir la berza aparte, ni sofrito, ni hostias, todo al perolo a presión, garbanzos, puerro, cebolla, zanahorias, hueso, chorizo, la berza y un poco de coliflor que andaba perdida por ahí. Eso mientras le daba a la tecla y atendía al pequeño lactodependiente pq la señorita T había tenido que salir disparada para una reunión de lo suyo. Total, que entre mis cosas y los berreos del nene se me pasó lo de la olla. Al menos hasta que empecé a oír un pitido, y tras percartarme de que era imposible que se tratara de un tren descarrilado o por el estilo, salí petado hacia la cocina donde me encontré a la olla en cuestión pegando brincos a lo Michael Jackson. Todo apurado por eso de no vaya a ser que explote en plan bomba casera, que a ver luego que le digo al casero, agarré el artefacto de las asas y lo puse en el fregadero bajo un chorro de agua fría. Resultado: una chorratada de agua hirviendo que sale disparada hacia mi barriga. Servidor que suelta la olla, pega un brinco y una hostia a la puerta justo en el momento en el que vuelve de la calle mi señora y se encuentra no sólo a su pequeño lactante berreando como un condenado a galeras sino también a su parejita pegando gritos con la camisa toda empapada de agua hirviendo y una olla en plan niña del exorcista.

Una quemadura la mar de bonita, de la que tras la cremita de rigor y la bronca otro tanto me olvido hasta el día siguiente, cuando me meto a la ducha y me la levanto toda con el chorro de agua caliente que sale de alcachofa. Un dolor de espanto, todavía peor que el del día anterior porque entonces casi ni me enteré. Y por si fuera poco, cuando voy a comprobar qué tal había quedado el cocido de las narices, me encuentro en el interior lo que primero creí un cerebro de marciano o por el estilo, pero que al rato, tras el susto, reconocí como la berza fermentada tal y como me había advertido mi santa madre que sucedería si la dejaba toda la noche en la olla.

Pues eso, que no se puede ser más baldarra. ¿O sí? Pues sí, porque todavía había que deshacerse del engendro ese de la olla, decidir si por el retrete, que no para no atascarlo, mejor sacarlo en varias bolsas superpuestas a la basura, eso mientras no se vierta la mitad fuera o... Pero bueno, la historia ya es tan asquerosa que sólo recordarlo me dan arcadas, de no creer, sólo de oler, y cómo olía, puafffff

4 comentarios:

  1. Perdona que te dija pero tienes un gran problema con los aparatos de cocinar, vitoceramica, hornos, ollas, ordenadores, televisiones,....... no has pensado en comer o llamar a telepizzas, te saldra mejor y mas barato y como dijo aquel gran filosofo "zapatero a tus zapatos y Txema no entres en la cocina"
    Agur.

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  2. Perdona, majo, pero, con problemas técnicos y toda la hostia, lo que sale de mi cocina son maravillas culinarias, en especial bacalaos, alubiadas, arroces, merluzas, revueltos, pasta, etc..., y si no a mi señora y demás comensales que tuvieron el privilegio de sentarse a mi mesa me refiero, que lo sepas...

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  3. Joder Jose Mari como te picas, como era el dicho "el que presume de algo es que no tiene ni puta idea" o algo así.
    Si tan bueno eres porque no lo demuestras y te preparar una cocina para los "amiguitos".
    Agur.

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  4. Pues yo todavía no he catado nada de la cocina de Txema, pero escrito en su blog, provoca importantes ganas de comer en el lector.

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