Crónica de un sábado en mitad del páramo castellano


Sábado de comida en Benavente, que como queda a medio camino de Asturias y Madrid había sido elegido por mi señora para concentrar a su parentela en un coqueto restaurante del centro de la villa. Benavente, que como tantas otras localidades de Castilla, y muy especialmene en invierno, resulta lo más parecido a una de esas ciudades del sur de los EE.UU en plan rastrojera rodante, carteles a go-go y cierzo hasta en el alma, al menos una vez pasado León donde todo se hace un llano interminable, un inmenso parámo que incluso da nombre a alguna de sus aldeas como Santa María del Páramo, más descriptivo imposible. La verdad es que la sola idea de habitar por aquellos lares echa para atrás y, sobre todo, que como te entre una neura y las ganas de echarte al monte no vas a saber hacía qué lado correr, dónde coño está el monte, ¡y los árboles?. Al lugareño supongo que le joderá leerlo, si es de los de mi terruño sobre todas las cosas puede que hasta tenga el pilón a punto por si acaso; pero, al menos hasta muy pasado Arevalo y sobre todo alcanzado Guadarrama (así como Soria que es otra cosa completamente diferente y de ahí Machado y sus poemas, que es preciosa al lado del páramo al que me refiero, al igual que la parte de Burgos desde Montes de Oca hasta Miranda y todo el norte de la la región bordeando con la Cornisa) el horizonte apenas es una línea de barbecho y alguna que otra viña diseminada, nada que ver con Aranda y alrededores. Luego cómo no caer en otros tantos tópicos al uso, que si el paisaje da forma al carácter y de ahí la adustez del castellano, de su gastronomía, de su arquitectura, de su todo. No seré el primero en presentir que de una tierra con tanto yermo y matorral, con tantos extremos geográficos como metereológicos, sólo puede salir gente tal cual, de extremos, de rotundidades castellanas, los entendidos dicen que es cosa de no tener el mar cerca, que se nota y mucho. En fin, sea como fuere, cada vez que recalamos por lo que sea en una de estas ciudades/pueblones la sensación de haberlo hecho en lo más profundo de la España del topicazo con cochinillo o lechón asado de por medio resulta inevitable. Cerca de ahí está también la Tordesillas en la que paramos a comer el año pasado, ver, comer y salir pitanto, no se nos fueran a contagiar las ganas de lancear toros bravos y una vez ya puestos vete a saber qué más o a quién; vamos, como antes supongo que lo hacían con los moros, judíos, conversos y demás herejes. En fin, será cosa de los prejuicios propios, cómo no, y también algo de los ajenos, pero es poner el pie por aquellos lares, como el sábado en Benavente, y percibir una ranciedad ambiental a lo aquí ni pasa el tiempo ni se le espera, que termina por asfixiar y miucho, por favor sáquenme de este Cuéntame que yo pertenezco al siglo XXI. Luego no digo que la gente no sea encantadora como en casi todas partes, otra cosa que en cuanto a simpatía hasta un camarero o una dependienta de Vitoria, donde el cierzo también hace de las suyas, hasta pueda llegar a pasar por brasileña o andaluza a lado de una castellana. Madre mía, qué gente más siesa,le paras a alguien para preguntarle por una calle y poco más que se lo tiene que pensar un rato largo antes de contestarte. Como que me pongo a pensar en algún evento o fiesta conocido en los que esta gente de rienda suelta a su alegría, sus ansías locas de vivir y en ese plan, y a falta de carnavales sólo se me ocurren las procesiones de Semana Santa, a lo castellano, es decir, "¡¡el que hable, cante o respire hondo al pilón!!". Pero ya digo, entre que recalar en Benavente se me antojaba hacerlo en mitad de un pueblo del Oeste, tipo Texas o Arizona, y que me acordaba de cuando paré con mis amiguitos a la vuelta de Galicia, tras la correspondiente curda de campeonato para lo de la despedida de vacaciones estivales, que me acuerdo del pobre Aitor que no le entraban los macarrones del menu de la resaca que tenía, que se nos tumbó en un banco de la plaza mientras nos dábamos un garbeo por el pueblo para bajar la comida, despejar lo que quedaba de la resaca propia, ver algún monumento a lo aqui el Medievo fue nuestra época dorada... Pues eso, que no se trata precisamente de un sitio en el que recomendar una paradita si uno no va mal de tiempo de viaje y tiene que hacer un alto para reponer fuerzas con un lechón asado, unos chorizos o echar una cagada.

Resumiendo, la comida muy bien,no tanto en lo gastronómico, que ni me enteré, como en lo ambiental, o al menos eso creo a tenor de cómo se lo debieron pasar los Ortega entre tanta risa y chufla mientras los consortes nos dedicábamos a domesticar a las fieras, que no había manera de retenerlos en las mesas, de que comieran, que no tropezaran con las camareras cuando pasaban. Un verdadero tostón, todo el rato al borde del ataque de nervios, sólo atemperado por las, de nuevo, dosis ingentes de cerveza, vino, patxaran, orujo y cubata que servidor tuvo que trasegar para no estrangular a su retoño y poder soportar a los de los demás.

Con todo supongo que hubierse sido mucho peor haber estado en Mendizorrotza el domingo para ver el bochornoso expectáculo del Alavés, que se deja remontar, cuatro expulsiones, lluvia de objetos, a ver si al final va estar donde tiene que estar. Así como los verdaderos futbolistas vitorianos donde tienen que estarlo también, en el Athletic, que ya es triste, pero... precioso gol de Toquero al Barça...

En fin, largo fin de semana invernal y el próximo ya en casa.

Comentarios

  1. Descripcion de Castilla(bueno, mas bien de la tierra de campos, para tu informacion en Castilla hay montes mas altos que en toda Euskalherria) y sus gentes sesgada y llena de prejuicios, digna del peor de los franceses. No esta de mas mostrar un poco de respeto por un pueblo con tanta historia, tradicion, arraigo, si lo hicieron gente como Gustavo Adolfo Becquer, Jorge Manrique, Delibes... y miles de peregrinos eligen el camino frances como el de mas belleza...
    a que viene ese amargo relato? Bien es cierto que no es facil disfrutar de un entorno tranquilo cuando se esta bajo los efectos de los excesos del alcohol y rodeado de ninos. Como tu bien dices, este blog es para matar 5 minutos o echar una cagada. Como veo que te gusta darle al frasco, te invito a que te pases cualquier dia de verano por tierra de campos, veras que hay fiestas patronales todos los dias en pueblos de hasta 100 habitantes, y te invitan a comer a pesar de su "caracter"

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  2. Ya majo, pero uno es muy libre de tener sus propios prejuicios, y sobre todo de sacar sus propias impresiones, y si bien es cierto eso que dices de los montes y lo sesgado de mi juicio de sus personas, que ya sabe uno que en todas partes se cuecen habas y todo lo que quieras; pero, ¡ay amigo!, tú mismo lo has señalado "Bien es cierto que no es facil disfrutar de un entorno tranquilo cuando se esta bajo los efectos de los excesos del alcohol y rodeado de niños", esto apenas es otra cosa que un blog-inodoro para verter la mierda de un servidor. Dicho de otro modo, cualquier comentario es subjetivo de necesidad, producto exclusivo del estado de ánimo de su autor y de sus prejuicios, a los cuales, insisto, tengo todo el derecho del mundo por muy injustos o falsos que sean, que aquí no siento cátedra alguna, todo lo más, cago. Así que voy a hacerle si Castilla con toda su belleza y diversidad se me aparece en el subconsciente como un páramo y su gente, con las lógicas excepciones a las que uno llega a través del trato y el conocimiento, así en general de lo más reaccionario o corto de miras que ha parido más. Para ahondar en este prejuicio hay literatura y experiencias propias y ajenas las hay a punta pala; no todo el mundo tiene porque derretirse con los poemas de Becquer o embelesarse con la maestría narrativa de Delibes. Dicho de otro modo, nadie está obligado a que le guste el pueblo del otro, si no lo hace y te jode, qué se le va a hacer, aguantarte todo lo más, yo lo hago a diario.

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  3. En resumen, las lentejas de tu madre son las mejores del mundo, las de los demas son una castana. Para gustos los colores, y los licores, nadie te puee obligar a apreciar la belleza, faltaria mas, no va unido a la falta de sensibilidad pero si a la falta de predisposicion para encontrarla(no deberia haber prejuicios, pero por lo visto los hay) pero cuando se publica un texto, en internet, se ejerce el derecho de la libertad de expresion, gracias a dios, al menos hasta que los politicuchos de turno metan mano, y ese derecho se debe ejercer con responsabilidad, con la responsabilidad de quien puede tener millares de lectores, del mismo modo que tu ves esa tierra en blanco y negro yo, la mayoria, la vemos como todas las demas, con sus grandes virtudes y sin apenas defectos. Es de gran atrevimiento hacer recomendaciones y generalizar sobre una tierra y sus gentes con una visita tan corta y superficial, espero la siguiente tengas mas tiempo y ganas, seguro que no te decepciona, y si aun asi no cambia tu opinion, como decia mi madre, si no puedes decir algo bueno mejor no digas nada, la critica gratuita suele separar mas que unir.

    NB: lo de gente "reaccionaria"... eso si que me descuadra, mas viniendo de alguien que como yo convive en una sociedad de mayoria conservadora.

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  4. me ha picado el gusanillo y le he estado echando un vistazo a tu trabajo, lo cierto es que no estoy deacuerdo con tu descripcion de Castilla, la sigo viendo sesagada y con prejuicios, pero me has ganado con la descripcion de Sabino: "Sabino Arana como personaje histórico pertenece hace ya tiempo al estercolero de la Historia adonde van a parar todos aquellos personajes
    que, como él, no contribuyeron a la felicidad de las especie humana
    o, por lo menos, a hacer más habitable el mundo.", totalmente deacuerdo, mas alla de sus teorias, que aunque no las comparto se pueden discutir, un personaje que no busca la mejora de la convivencia de todos nosotros no deberia "tener minutos en los medios"

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  5. No he dicho que las lentejas de mi madre sean las mejores del mundo, todo lo más que me gustan más que las de Castilla, pero seguramente menos que las de otros lugares. Reconozco que mi atrevimiento puede ser grande, pero no menos que el tuyo cuando dices "yo, la mayoria, la vemos como todas las demas, con sus grandes virtudes y sin apenas defectos"; ya hablas por la mayoría y además eso de que las tierras apenas tienen defecto, pues hijo, ni mas ni menos que todos aquellos de la condición humano, en unas sociedades más que otras.

    Y claro que debería haber prejuicios, hombre, es condición inevitable de la curiosidad por las cosas que no se pueden abarcar con conocimiento sino con impresiones.

    Ahora bien, tengo que hacerte una confesión, en esto he exagerado muy mucho como reacción a tu comentario. Claro que no creo que Castilla sea tan gris como he dicho, como que no la conozco de "una visita" sino de infinitud de ellas desde pequeño, que tengo amigos con padres de allí a cuyos pueblos he ido en repetidas ocasiones y disfrutado lo suyo, que me encantan muchos de sus pueblos y ciudades, que me gusta tantas cosas del carácter castellano como me disgustan otras. Estaría bueno que no fuera así con la grande y diversa que es Castilla. Ahora bien, tú lo indicas, no te tiene porque gustar todo, y a mí Benavente, Medina del Campo y otros pueblones castellanos con todo su arte e historia me deprimen y punto, tanto como el conservadurismo a macha martillo que se respira en ellos a lo el Toro de la Vega, qué se la va a hacer.

    Manía tiene la gente de que le ha de gustar al prójimo por narices su pueblín...

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  6. Con todo, como me deja mal cuerpo la cosa. Reconozco y pido disculpas porque en la redacción de la entrada de arriba, movida más y como de costumbre por las ganas de echar mano de la ironía y la mala leche, como que el contexto solo era parte del pretexto, he cargado las tintas de lo grotesco con el único propósito de regodearme en los tópicos para acentuar el lado chusco o coñazo de la brega con los nenes aquel fin de semana mientras lo demás de lo pasaban en grande. Eso, salvando las distancias, es un recurso de cual texto narrativo, mejor o peor. Lo otro, la corrección a toda costa para no molestar a nada o no faltar a la verdad en ningún momento, sería escribir de continuo como un funcionario de un juzgado. Creo que es obvio el sentido paródico y subjetivo de la entrada, que no hay ánimo de faltar a la verdad más allá de lo que ya hace de por sí el tono aplicado.

    En cualquier caso, y por si las dudas, ¡ancha es Castilla! o ¡Viva Castilla!

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    1. fair enough, a mi me vale con tu penultimo post pero creo que a mas de uno le alegrara ver el ultimo, siento la groseria de algun parrafo pero gusta ver que en este blog hay espacio para "dar y recibir", hablando se entiende la gente. un saludo Txema

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