jueves, 26 de noviembre de 2009

Pequeño cabroncete...


Todavía estoy recuperando fuerzas, recuperando la paciencia perdida, tras una tarde de brega con mi retoño en versión caca-teta-ronquido. Que resulta que ayer por la tarde mi señora decidió librar de sus obligaciones como madre para irse al cine con nuestro primogénito a ver una esas peli-navideñas, el cuento dickensiano de Mr. Scrooge, un señor al que la Navidad le gustaba menos que una diarrea en ayunas, ya ves tú que monstruo, Aunque en realidad también se puede ver como un ponbre comerciante que no podía desentenderse de los problemas de su negocio, un workalcoholic que se dice, y de ahí sus reticencias hacia la cosa esa de los buenos sentimientos versión villancico.

Sea como fuere, el caso es que me quedé toda la tarde a cargo del pequeño cagoncete. No era la primera vez que ambos nos quedábamos a solas, por lo general cuando su madre va a buscar al otro o sale a hacer algún recado, pero desde luego que no tanto tiempo. Y ahí estuvimos los dos y el biberón que me preparó mi señora, que me dijo que no iba a hacer falta porque le acababa de dar de mamar y mira tú qué rico que ya se ha dormido y te va a dejar trabajar. Y una mierda, debió pensar el pequeño monstruo, que fue marcharse su madre con el otro y abrir los ojos en plan "empieza la fiesta", todo ello con una de esas sonrisas torcidas que tiene el baby y que me hacen pensar si no será la reencarnación del diablo o algo por el estilo. El caso es que fue abrir los ojos y ponerse a berrear, buaaaaaaaaaaaaaaaaa...., de modo que acunarlo en balde, cogerlo en brazos para nada, pasearlo por la casa todavía para menos. Y como no podía enchufarle el bibe porque todavía estaba caliente, pues eso, a joderse toca, ni cucamoñas, ni nanas a través de youtube, ni amenazas de arrojarlo por la ventana, nada, buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhh. Total, que sólo conseguí inducirle cierto equilibrio emocional mediante el sistema de ir por la casa dando saltitos con él en brazo y cantando una nana, haurtxo polita sehaskan daaaaaaaago... En fin, patético. Y a la hora, cuando ya el bibe estaba frío-frío, a enchufárselo. Entonces empezó el mosqueo con el nene, que le dio por jugar con la tetilla, a buscarme la nariz en vez de ésta, a tragar, eruptar, vomitar y llorar... y vuelta a los brazos de papa, que no había manera de que conciliara el puto sueño, cuatro tomadas y nada, el nene quería cuello y más cuello, buaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh. Eso sí, cinco minutos antes de que volvieran esos dos del cine, todo contentos, va el pequeño cabroncete y se duerme. Y encima va mi señora y me felicita por la mano que tengo con el nene, hay que joderse.

Pero todavía tendré que joderme más hoy a la tarde, que la señora tiene que dar un curso y me deja con LOS DOOOOOOOOOOOOOOSSS!!!!

Ya me gustaría saber a mí cuándo dije que quería ser padre para llenar no sé qué espacio vital, estaría borracho.

3 comentarios:

  1. BIENVENIDO AL MUNDO FEMENINO. QUE NO PODRIAMOS CONTAR NOSOTRAS..........

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  2. POR CIERTO Y PARA REMATARLO, ESTA PRECIOSO PARECE UN NIÑO JESUS.

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  3. Servidor siempre ha estado en el mundo femenino, no te confundas... bonita.

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