-¡Mr. Scrooge, Mr. Scrooge! ¿Qué tal ha pasado la Nochebuena y la Navidad? Ya me contó su sobrino que se había presentado por sorpresa en su casa, que había llegado cargado de regalos y repartiéndo parabienes a todo el mundo.
Vamos, que estaban todos tan alucinados como usted irreconocible.
-Sí, sí, han sido unos días muy intensos, mucho.
-¿Y se puede saber adónde se dirige ahora con el frío que hace aquí fuera?
-Sí claro, cómo no, amabilidad obliga: voy hacia el cementerio a enterrarme yo mismo en mi tumba...
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