miércoles, 26 de diciembre de 2018

ALEGATO LIBERTICIDA: CUENTO DE NAVIDAD




Un poco de crítica literaria por Navidad. 

Tengo para mí que Canción de Navidad, Cuento de Navidad o El cántico de Navidad (A Christmas Carol) de Charles Dickens es uno de los libros más nefastos de la Historia, a la altura del Mein Kampf de Adolf Hitler, el Libro Rojo de Mao, los Evangelios Sinópticos, 50 Sombras de Grey o cualquiera de los de Paulo Coelho o Sánchez-Drago.

Canción de Navidad es un profundo y retorcido alegato contra la libertad individual, un ataque en toda regla al ejercicio del libre albedrío del individuo y una defensa encarnizada del sometimiento a la tribu en cualquiera de sus formas.

Su protagonista, Ebenezer Scrooge, es un hombre libre, un emprendedor exitoso que en su momento tomó la decisión de no doblegarse a las convenciones al uso de la sociedad y que apostó por disfrutar de la vida al margen de éstas, ya fueran las de la ideología dominante, entiéndase aquí todas las que derivan de la hipocresía de raíz judeo-cristiana de su época victoriana, o, muy en especial, las cadenas de la familia, tanto la que le toca a uno en suerte o esa otra que forma uno en su momento, se supone que por su propia voluntad.

Pues bien, en la novelica de Dickens todo se confabula en su contra para doblegar su voluntad de vivir a espaldas de dichos convencionalismos. Para empezar la época donde se desarrolla, pues no existe un periodo del año donde la sociedad presione tanto al individuo para recordarle su condición de mera oveja dentro de un rebaño que la Navidad. Y luego ya todo ese insoportable chantaje emocional con parientes de por medio, niños pobres y enfermos, incluso fantasmas que vienen del pasado para amenazarle al más genuino estilo estalinista con un futuro de cadenas en un gulag llamado Limbo o algo por el estilo.

Al final, claro está, la presión es tanta, ríete tú de los campos de reeducación de Corea del Norte, que Scrooge es sometido a la parafernalia navideña con el triste final que ilustra el fotograma de la versión protagonizada por Michel Caine en Una Navidad con los Muppets.

Pues eso, todos somos Ebenezer Scrooge de alguna u otra manera.

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