Sueño que tengo ir a Correos para enviar un paquete muy importante. Cuando llego me encuentro con una cola que da la vuelta a la manzana por la cosa esa de las Navidades. En fin, no queda otra que resignarse haciendo acopio de paciencia. Tampoco hace tanto frío, en realidad para mí donde estoy no lo hace nunca, y siempre puedo esperar mirando las chorradas que ponéis en feisbuk o jugando al Tetris.
Empero, el tiempo pasa como en la canción que canta el hijo de Michael Corleone en la tercera entrega de Il Padrino, "Lu tempu passa/Ma non agghiorna/Non c'e mai suli...", y la verdad es que ya se me están hinchando un poco "il coglioni". Así pues, y tras asegurarme de que el canijo que va detrás de mí me guarda el sitio -tampoco tengo que insistirle mucho, pues, como de costumbre, me ha bastado con ponerme recto y ese tono de voz que según mi asturiana resulta seco y cortante en esta tierra de voces cantarines; y sí, ya sé que parece que insisto mucho en esto, pero es que creo que no he tomado conciencia de mi ventaja, por decirlo de alguna manera, hasta que no me vine aquí, donde la talla media digamos que es más tipo de la de Gaspar Llamazares o Víctor Manuel, 1.66 este último, vamos, un canijín-, me acerco hasta la entrada donde observo, no sólo que la cola no se mueve, sino que además no deja de entrar y salir gente que se la salta ante la indiferencia generalizada de los que la conforman.
-¿Pero qué pasa aquí, por qué dejáis que se os cuele toda esa gente? -pregunto a mis compañeros de cola.
- ¿Y quién coño quier que cuerra la cola nestes feches? -me contesta un paisano cualquiera desde la fila.
- ¿Cómo?
- La inmensa mayoría de los que venimos equí en vísperes de Navidá nun venimos tantu a echar o recoyer un paquete como a esperar que cuerran les hores, non la cola.
- Mi no comprender...
- Te explico. Yo nun soporto axuntame cola familia nestes feches porque yo soi d'esquierdes y del SOMA de tola vida, y los mios cuñaos unos pioyos resucitaos de Mieres que voten toos al PP o a Vox. Asina qué imaxínate cómo son les comíes de Navidá na nuesa casa.
- Yo nun falo cola mio familia dende'l llíu que tuvimos por una herencia d'una tia que vivía en Piloña -me suelta una moza desde la cola.
- Yo no voy porque estoy harto de que los primos del pueblo me estén llamando maricón todo el rato por ir vestido con falda como mi ídolo, Rodrigo Cuevas.
- Yo gasté tol presupuestu de la cena del añu pasáu nes tragaperres.
- Yo folleme a todos los varones de mi familia y también echele los trastos a una prima de Venezuela que acababa de llegar.
- Yo nun soporto estes feches porque perdí a los mios padres va tiempu y los mios hermanos viven llueñe y va años que nun vemos nin falamos.
- Yo soy musulmán.
No me lo puedo creer. O sea que toda esta peña viene a Correos para hacer una falsa cola con el único propósito de dejar pasar el tiempo hasta que acaben las fiestas. Como que veo que algunos incluso se ha traído bolsas con comida, y una señora hasta un hornillo para poder comer caliente o calentarse ella.
- ¡ME APUNTO!
Y en eso que se me ocurre llamar a mi mujer para contarle que hay una cola tremenda en Correos y que puede que no llegué a la cena de Nochebuena, que empiecen sin mí y que ya me incorporaré si eso cuando eche el paquete, que no lo puedo dejar pasar porque bla, bla, bla.
- ¿EN SERIO? ¿Tú estás tonto o qué te pasa?
- Yo es que...
- Mira que despertarte sólo para decirme que no vienes a cenar a casa de mi madre porque...
- Perdona, perdona, creía que todavía estaba soñando.
- Paciencia tengo que tener contigo...
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