Salgo del hospital para tomarme un café en la cafetería de enfrente y, de repente, que me pitan desde un Lamborghini color pistacho, supongo que por no cruzar desde el paso de cebra y haber estado a punto de dejarme atropellar. Puto hortera de bolera, me digo tan pronto como reparo, sobre todo, en el color del Lamborghini. Seguro que es de algún gilipollas de Bilbao, que es lo que nos decimos siempre los de Vitoria en estas ocasiones como buenos aldeanos del asfalto que somos.
Pues no, o sí, más bien sí. El caso es que veo que se baja la ventanilla del Lamborghini y que del interior asoma el careto de todo un personajillo de mi infancia: Aberasturi. En realidad se trata de Iñigo López de Aberasturi, antiguo compañero del cole, de esos con los que tuve que apechugar casi que desde el jardín de infancia hasta que por fin conseguí que me echaran del puto colegio de curas al que me condenaron mis viejos durante más de una década.
- ¡TXEMAAAAAA, COLEGA, CUÁNTO TIEMPO! ¡ANDA, SUBE QUE TE DÉ UNA VUELTA EN MI BUGA!
Yo, todavía sin recuperarme del susto de ver cómo ha aparecido por sorpresa, y casi también que a traición, digamos que desde lo más insondable del túnel del tiempo, más bien del olvido, el tío más tonto de mi clase, que ya es decir, al principio me resisto, faltaría; pero, como él insiste y yo tengo esa cosa de no querer mal disponerme con nadie por si acaso pierdo un lector potencial, pues oye, que al final, y tras hacerle prometer que me traerá de vuelta al hospital, voy de cabeza al Lamborghini.
- Menudo pedazo de buga, ¿eh?
- Bueno, un poco cantoso, ¿no?
- ¿Y qué es de tu vida, Txemita?
- Pues…
- Pues yo acabo de llegar de Londres, adonde me fui a vivir tras montar mi propia empresa para pagar menos impuestos. Ya sabes, el mejor y más grande paraíso fiscal del mundo.
- ¿Tú una empresa? Pero si nunca aprendiste a hacer la O con un canuto, si siempre fuiste un negado para los estudios, si no te echaron del cole porque tu viejo estaba forrado y todos los años les mandaba a cada cura una cesta de Navidad con las delicatessen de su granja de gorrinos y el correspondiente aguinaldo.
- Tienes toda la razón, Txemita, para qué negarlo. No acabé la básica; pero, gracias al cursillo de programación al que me apuntaron mis viejos para que estuviera ocupado, al final supe sacarle provecho a mis dos grandes pasiones.
- ¿Cuáles?
- Los videojuegos y la pornografía.
- ¿Mande?
- Soy el dueño de la empresa de juegos pornográficos más importante del mundo: “Big Prick Games.” Gracias a mí más de la mitad de la humanidad se la casca mientras juega delante de una pantalla. “Big Prick Games”, ya sabes: "Juegos Tremendo Pollón."
- ¿Y tú ya sabes que “Big Prick” también puede significar “pedazo de gilipollas.”
- Pues también me viene como anillo al dedo. No te lo niego.
- Pues oye, que me alegro mucho de que las cosas te vayan tan bien. Si me dejas aquí mismo, me vuelvo en tranvía.
- ¡Y tanto! Estoy tan forrado que ya no sé qué hacer con el dinero, me aburro. Como que he pensado dedicarme a la política.
- ¿Tú? ¡Pero si con nueve o diez años presumías de ser carlista de pura cepa porque tu abuelo había sido requeté durante la Guerra.
- Claro, no como todos vosotros que erais de la ETA...
- Yo no he sido de la ETA en mi puta vita, todo lo contrario.
- Claro, claro. Qué vas a decir tú, puto rojo de mierda. El caso es que he decidido presentarme a las elecciones para la presidencia del Euzkadi Buru Batzar. Así primero controlaré el Partido y luego ya cuando toque me proclamaré candidato a Lehendakari.
- ¿Y cómo piensas hacerlo si para eso parece que hay que ser vizcaíno sí o sí?
- ¿Cómo? Como se hacen siempre estas cosas: comprando a todo el mundo.
- Ya veo, éxito asegurado. ¿Y qué tipo de…?
- ¿Ideología? La de los míos de siempre: “Dios, Patria y Fueros.” Si total al final hemos acabado todos en el PNV. ¿Para qué cambiar si a la gente lo único que le importa es que le prometas que le vas a bajar los impuestos y meter en vereda a los moros y las bandas latinas?
- Pues que Jaungoikoa nos coja confesados.
- ¿A qué no sabes cuál va a ser el lema de mi campaña?
- ¿Euros, juegos y pajas?
- No, hombre, no, qué bodadas dices, Txemita. Mi lema será: MAKE EUSKADI GREAT AGAIN!
- Bien, ahora ya puedo estar seguro de que ésta es la pesadilla de la semana…