Anoche soñé que tenía dieciocho, diecinueve, no sé, puede que veinte o veinte y algo tacos y que estaba de vuelta a los ochenta, en concreto a un concierto de aquello grupos vocingleros y panfletarios que tanto nos gustaban porque berreaban sectarismo y mala baba a partes iguales, la banda sonora de nuestra alegre y extra ventilada juventud. No recuerdo si el concierto era en el gaztetxe de lo viejo o durante las fiestas de algún barrio de cuando competían con otros por tener las más cañeras desde el Adour hasta el Ebro, probablemente aquel concierto con toda pléyade del rock radical vasco de entonces, que si la Polla, los Cica, Korroskada, los de Mondra..., y por supuesto Hertzainak, que de lo contrario yo no iba, de las fiestas de Adurza en el que..., bueno, eso para otro sueño. El caso es que ahí estaba esperando a que escuchando la de Aitormena de los Hertzainak, cuando de repente veo que de entre la peña en continuo ataque epiléptico aparece ella, la Tigresa de Judimendi. Me refiero a una tal N.B con la que iba a clases para sacarme el EGA, una apache de pata negra, vamos, como que hasta era hija o nieta del viejo que regentaba una de las Herriko más conocida y céntrica de la ciudad, y de ahí el predicamento que tenía entre los suyos, vamos, que babeaban por ella que ríete tú de la DANA de hace unas semanas. Menudas movidas tenía con la borrokilla a cuenta del monotema en clase del EGA. Suerte que, y por lo que fuera, siempre acabábamos derivando el tema a lo sexual y además con muchas risas. Eso y que cómo me ponía la tía, con esa carita de pan con nariz respingona y ojazos verdes tamaño sirena de la Benemérita y siempre, siempre, "arrimelados", con aquel cuerpazo de montaña rusa sempiternamente embotado en sus vaqueros ajustados como el presupuesto de un piso de estudiantes, la chupa negra de cuero y cremalleras plateadas a tutiplén, y la melena, joder, aquella melena negra como la tinta de chipirón hasta casi la rabadilla y que utilizaba de vez en cuando para fustigarte con ella, digamos que a modo de metáfora de su indiferencia, cuando ya no le quedaban argumentos para justificar la barbarie asesina de los suyos.
domingo, 8 de diciembre de 2024
REGRESO AL FUTURO
No tenía nada en común con ella que no fuera la más pura y dura concupiscencia, motivo por el que, y para no llegar a mayores a cuenta de nuestras incompatibilidades ideológicas, y sobre todo éticas o morales, al final casi todo lo que solíamos hablar estaba relacionado con las ganas de joder y para de contar.
- ¿Qué, te apetece también a ti liberarte antes de decirnos adiós? - me suelta ella a la oreja.
- ¿Mande? -como que me cuesta un rato largo darme cuenta de que está haciendo alusión a la canción de Hertzainak; a mí es que las tías buenas al lado de mi oreja me ralentizaban las entendederas una barbaridad.
- Que si resolvemos de una puta vez la tensión sexual que hay entre nosotros. Mira que es posible que no volvamos a vernos en mucho tiempo.
- Vale... ¿Dónde? Si tuviera las llaves de la casa de mi tía de V... ¿Un baño, un portal, la entrada a un garaje, un descampado?
- No seas cutre, que para eso ya tengo a mis camaradas. ¿No presumías de haber vendido todos los ejemplares del fanzine cutre que publicas con otros dos frikis del comic?
- Sí, la familia da para mucho...
- Pues ya tienes dinero de sobra para llevarme a un hotel donde echarme un polvo en condiciones.
- "Goazen" echando hostias!
Y en eso que nos plantamos en un dos estrellas de la calle Francia en lo que tarda Pedro Sánchez en cambiar de opinión. Estoy tan excitado que a la hora de entregarle el DNI a la de recepción tengo que alargar el brazo más de lo necesario por miedo a hacerme daño con el mostrador.
- Ahora necesito un número de cuenta o tu tarjeta de crédito?
- ¿Cómo? Atiende pava -le digo a la recepcionista-, estamos en los ochenta y la mayoría todavía no sabemos ni lo que es eso.
- Entiendo, al contado. No sé, pase porque os veo que vais a saco y no quisiera estropear vuestra preciosa historia de amor de hora y media.
- Gracias, tía, tú sí que sabes.
- Pero necesito que me digáis a qué se dedican vuestros padres, dónde nacieron, qué estudios cursaron, sus primeros trabajos, a qué partido votaron en las últimas elecciones...
- ¿Cómo?
- También me tenéis que decir cuál era vuestra nota media en el cole y a qué pensáis dedicaros en el futuro cuando ya se os haya pasado el fulgor uterino o testicular ese juvenil de tiraros a todo lo que se mueve, eso o la tontería querer un mundo mejor y no digamos ya la de liberar Euskadi para instalar una dictadura del proletariado y todo en ese plan tan de la época que nos ocupa.
- Bueno, eso último lo dirás por ésta que va a saco con lo suyo...
- Lo que sea. Ah, y si tenéis algún carné de socio de lo que sea, grupo de montaña, danzas, equipo de futbol, baloncesto o cualquier otro deporte, el de la biblioteca o por el estilo. También vale el del videoclub, que todavía lo petan, incluso el del super o...
- ¿No me jodas? -empiezo a impacientarme y lo peor de todo es que empiezo a sentir que me flojea la erección.
- También necesito vuestros grupos sanguíneos, tomaros la tensión y una prueba de orina.
- ¿En serio?
- Y ahora que estamos con lo de la salud; también deberíais explicar qué tenéis pensado hacer en la habitación.
- ¿Cómo?
- Lo típico, qué posturitas aparte de la del misionero, si sexo oral antes del coito o durante, penetración por delante o por detrás, juguetitos...
- ¡Pero esto qué hostias es!
- Esto, bonita, es el futuro.
- ¡Anda a tomar por el culo! Vamos, no me habían hecho tantas preguntas ni cuando me detuvieron por quemar aquel cajero y me aplicaron la Ley Antiterrorista a lo bestia -Pues sí, lo confieso, por cosas como esta es que la tal Tigresa me ponía berraco perdido.
Pues nada, plantado delante de la recepcionista y su manojo de folios para la inscripción, otra noche de mis diecimuchos o veintipocos sin consumar con la chavala de mis sueños más reventones, ese gran vacío entre una muesca parrandera y otra, que diría un marichulo tóxico de manual, vamos, servidor y todos sus colegas y conocidos de aquella época sin excepción, que digo que si me gustaba tanto aquella otra canción de los Hertzainak, "Maite", la que hablaba no sé de qué acerca de que el verdadero amor de un chaval cualquiera de mi generación estaba en su mano, por algo sería.
- ¿Y la Tigresa?
- Pasaron años sin saber de ella hasta que apareció su jeta con nombre y apellidos en las noticias.
- ¿?
- Detenida por pertenencia a banda armada. Se ve que formala parte de un comando de apoyo a ETA en el barrio de..., que tenían un piso donde...
- ¡Joder! De la que te libraste.
- Y encima se ennovió con el tío más limitado intelectualmente y bestia parda que iba a mi cole, otro puto apache de los de dar grima hasta al mismísimo Jerónimo.
- Ya te digo.
- ¿Despertamos?
- ¿Para qué, si el futuro va a ser por un estilo o
peor?
- Peor, peor, mucho peor.
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