Otra noche sin dormir por culpa de una pesadilla infernal. He soñado que estaba en la final del Conquis de la ETB2 y que la prueba, según nos explicaba el presentador, un ridículo rubiales cincuentón de nombre Julián Iantzi, a mí y a mis rivales, Broncano y una becaria cincuentona, consistía en una especie de “escape room” que el programa había denominado: “Huida de la larga noche de piedra”.
- ¿"Lo" qué? –pregunto yo perplejo.
- Llámalo si quieres: “Huida del Franquismo” –me contesta el tal Iantzi
- ¿Del qué?
- Tenéis que intentar alcanzar el Paraíso abriendo una de las puertas que hay en el barracón al que accederéis atravesando varios bosques sin desbrozar, desiertos de cantos rodados y volcanes en erupción. Pero, cuidado, porque solo una de las puertas os conducirá al Paraíso. Por si fuera poco, tenéis que procurar durante toda la prueba que no os coma ninguno de los zombis que pululan ahí fuera buscando comida.
- ¿Zombis?
- ¡LA PRUEBA EMPIEZA YA!
No sé lo que tengo qué hacer, hacia dónde tengo que tirar, ni siquiera entiendo qué coño hago yo en el Conquis, un programa que creía haber oído que era solo para ciclados de la vida, vamos, locos de los gimnasios y los deportes extremos, además de bomberos, estopas, expulsados de las unidades de élite del ejército, y, así a grandes rasgos, todo ese tipo de peña como con poco apego a la inteligencia. Pero, aquí estoy corriendo como un poseso, esquivando los primeros zombis que me salen al paso y entre los que enseguida reconozco a Federico Jiménez Losantos, Pablo Motos, Iker Jiménez, Abascal, Cayetana Álvarez de Toledo, un tal Buxade, famosetes de saldo revirados con la época les ha tocado vivir porque ya no se comen un colín, y, faltaría más, el más terrorífico de todos, Jaime Mayor Oreja, el Papa Noel de neonacionalcatolicismo "hpañol" . Resumiendo, toda una pléyade de monstruos carpetovetónicos y bulodependientes, si bien confieso que más que miedo lo que siento es verdadera grima.
En fin, sea como sea, y aunque sigo sin saber qué cojones hago yo concursando en el Conquis y, sobre todo, cuál es premio. Entretanto, es tanto el repelús que me provocan los zombis en cuestión, por llamarlos de alguna manera, que consigo esquivarlos a todos, incluyendo al grupo parlamentario de VOX al completo en el Congreso con la arpía esa de Huesca que hace de portavoz. También hago otro tanto con los diputados autonómicos, concejales de toda España y hasta con el vecino retrasado del quinto que suele repartir propaganda del partido durante las elecciones.
Mis compañeros, en cambio, no tienen tanta suerte. Veo que Broncano ha caído en manos de Cayetana Álvarez de Toledo y Pablo Motos. El pobre grita como un poseso: “¡Dejadme en paz, arpías, me lo podréis comer todo, pero nunca os invitaré a mi programa.” También ha caído la becaria talludita tras ser acorralado por un grupo de antivacunas liderados por Miguel Bosé al grito de: “¡El virus no existe, es un invento del sistema para tenernos controlados! ¡La ciencia miente! ¡Que investiguen otros!” Pobre mujer, encima me había comentado que después de cincuenta años trabajando en un laboratorio de chichinabo el consejero de Ciencia, Innovación y Universidad de su autonomía le había prometido un contrato fijo antes de cumplir los ochenta.
Yo ya lo siento, pero, como dada mi corpulencia, y no digamos ya mi mala hostia, no hay facha de mierda que se me acerque sin arriesgarse a salir despedido de una hostia, al final consigo acceder al interior del barracón y así puedo abrir la primera puerta.
- Ya lo siento -me suelta el rubiales navarro-, pero esta puerta da a un campo de concentración para todos los que los productores de esta pesadilla llaman rojos; vamos, a cualquiera que no piensa con el culo o sea un hijoputa redomado.
- Lo siento, esta puerta da a un campo para los miembros del colectivo LGTBI. Inténtalo en el siguiente.
- Lo siento, este da a otro para todos los que hablamos lenguas distintas a la castellana o creemos en la pluralidad cultural y nacional de España.
- Lo siento, este es para las feministas.
- Lo siento, este para los sindicalistas, coman o no mariscadas.
- Lo siento, este para los ecologistas; de hecho de todo aquel no crea que lo del calentamiento climático es una patochada para hacer negocio por parte de unos millonarios progres.
- Lo siento, este último es un campo de concentración minado para los novelistas que no escriben best sellers.
- Lo siento, este es para los que creían en la enseñanza y sanidad públicas.
- Lo siento, este es el de...
Y así un sinfín de puertas que solo dan a pequeños Auschwitz en potencia, algo así como un comida eterna en casa de la suegra, hasta que, por fin, me encuentro delante de la última puerta, la cual espero, porque ya estoy completamente derrengado, que dé al Paraíso ese que promete el tal Iantzi.
- ¡FELICIDADES, PRUEBA SUPERADA! ¡BIENVENIDO A LA LIBERTAD!
- Perdona, pero tú, ¿tú no eres…?
- Sí, la misma que posa como una diva y suelta chorradas un día tras otro delante de un micrófono: Isabel Díaz Ayuso.
- ¿En serio? ¿El Paraíso era esto?
- ¡Venga, no pongas esa cara, vamos a tomarnos unas cañas!
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