San Martín de Mondoñedo. Dos veces catedral e historia a borbotones. Primero una de las supuestas sedes del obispado de los bretones que emigraron a esta zona de Galicia y Asturias durante la gran estampida de los siglos V y VI huyendo de los invasores germánicos (anglos, sajones y jutos) al abandonar Roma a los britanos a su suerte. La mayoría pobló la Armorica gala y dio lugar a la Bretaña actual. Otros pocos se dirigieron hacia la costa cantábrica de lo que luego sería la comarca de Mondoñedo, fundaron un obispado según las reglas de la iglesia céltica dentro del reino suevo y, al contrario que sus hermanos de Bretaña, fueron asimilándose lingüista y culturalmente al resto de la población galaico-romana. Luego también llegó un obispo visigodo de Braga huyendo de la invasión musulmana, otro de la vecina localidad de Bretoña, capital de los primeros bretones gallegos, huyendo a su vez de un ataque vikingo, y más tarde... vamos, un no parar.
El interior precioso, conserva parte de las pinturas originales que fueron redescubiertas no hace mucho. No olvidemos que la mayoría de las iglesias pre y románicas eran un tebeo religioso por las paredes que luego les dio por cubrir con cal en épocas recientes. De las de estas paredes dicen que hacían especial hincapié en el tema de la lujuria, si bien yo no he sido capaz de distinguir ningún pulpo con cachelos o churrasco de cerdo. ¿O será otra cosa eso de la lujuria? ¡Qué sé yo! El ribeira sacra tinto no ha estado mal; pero, creo que los mencía del Bierzo tienen más... no sé. Bercianos he probado unos cuantos cada vez que caemos por León, de los otros creo que es la segunda vez.
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