Tengo un trancazo del quince y empiezo a notar que hasta el canijo cree que estando en mis horas más bajas me puede vacilar impunemente sin llevarse un capón; son como hienas, en cuanto huelen sangre... No es para menos, la calefacción de casa no rula como debería ("debiera" en castellano batua..., estoy tan pachucho que hasta se me ha colado y ahí lo dejo) y yo vivo en un séptimo y trabajo en un octavo. De modo que el frío que desde hace días apenas se nota en la calle en esta altitud ya es otra cosa. Eso o bajarme ayer del coche sin chamarra en el pueblo donde están retirados mis suegros, mojarme un rato, sacar una foto a unas ovejas que andaban por allí haciendo el trabajo que antes hacían las señoras mayores de los pueblos sentadas en los poyos de sus casas, esto es, controlando las idas y venidas del personal, autóctonos y forasteros, sin excepción, dicen que la Stasi aprendió la tira de ellas...
El caso es que e pongo a leer la prensa de aquí, de allá y de todas partes. Y oye, lo de Cataluña apesta tanto a deja vu/lu, los actores son tan malos, a mí por ejemplo la Arrimadas me resulta tan irritante como la Winona Ryder en su mejores y más vomitivos momentos, Bits of Reality y otras mierdas, el Puigdemont se me parece cada vez más a Tom Cruise con gafas y flequillo, el García Albiol directamente al Alien ese que se quería calzar a la comandante Ripley, y el Oriol a cualquier otro, Richard Burton inclusive, en el papel de Enrique VIII. Qué tostón, eso y todo lo demás, como que lo único que ha recabado de verdad mi atención ha sido un artículo sobre el sexo en Invernalia. Se ve que la actualidad, la realidad a decir verdad, se me antoja cada vez más soporífera y que por eso deseando estoy ya poder leer un reportaje sobre el tráfico de drogas entre los monos de Gibraltar o de casos de pederastia en las películas de Peter Pan, sobre todo en la de dibujos animados.
Con todo, aprovecho para recomendar el artículo de hoy de Suso de Toro en ElDiario, que viene a resumir muy bien un estado de ánimo muy generalizado, no diré sí también el mío porque ni lo he pensado ni lo sé, a decir verdad no tengo el cuerpo para esas hostias, y del que destaco comentarios tan irritantes para cualquier persona de orden y con los dos o tres dedos famosos de frente, que nunca sé cuántos son de verdad, la gran mayoría antes silenciosa y ahora chirriosa para entendernos, como el siguiente:
"Del mismo modo que el antifranquismo era minoritario ahora es minoritaria la disidencia a la política e ideología del estado. La misma falta de cultura democrática de entonces explica que a tanta gente les resulte estupendo y a otra tanta tolerable multar, esposar, encarcelar a políticos democráticos."
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