RECORDANDO A IÑIGO MUGURUZA



Descubro en las redes que hoy, puede que fuera ayer, da igual, es o ha sido el no sé cuántos aniversario del London Calling de los Clash. Una efeméride de la que bien podía pasar como de la mierda si el grupo en cuestión y el álbum en concreto no hubieran supuesto en su momento un impacto musical y sobre todo vital para el chaval que yo era entonces. Pues va a ser que no. Porque vale que haga tiempo que apenas escuche la música de mis años mozos, que alimente ahora la necesidad de escuchar música a todas horas con otros ritmos o estilos, probablemente más pausados; todo se ha pausado a mi alrededor hace ya mucho tiempo. Pero, cómo no echar la vista atrás, eso que tanto repele a algunos y que hasta tienen el cuajo de reprochártelo como si el pasado no fuera la cantera temática de todo juntaletras y por el estilo, si la música de The Clash fue en la práctica la banda sonora de mi juventud, en realidad de todo chaval cabreado con el mundo, es decir, con un mínimo de espíritu rebelde, contestatario, inconformista, confuso de cojones. A decir verdad, en aquellos años, los ochenta y así, escuchábamos a los Clash en todas partes y a todas horas. En la intimidad de nuestro cuarto mañana y tarde, en los bares o de viaje en coche con los colegas. Incluso los escuchábamos cuando no sonaban, en especial Police in my back, I fought the law, Rudie can´t fail, Police & Thieves y otras en nuestras cabezas durante las manifas y otras movidas por el estilo. También en nuestros escarceos amorosos o lo que fuera aquello, también:


Darling, you got to let me know
Should I stay or should I go?
If you say that you are mine
I'll be here till the end of time
So you got to let me know
Should I stay or should I go?


Y así casi una o varias canciones para cada momento de nuestra acelerada juventud. Yo incluso creo que todavía oigo en mi cabeza hoy en día y sin darme cuenta Rock the Casbah cada vez que tengo comida, o lo que sea, con mi suegra:

The Shareef don't like it
Rockin' the Casbah
Rock the Casbah
The Shareef don't like it...


También los escuchábamos, también, aunque muchos no lo reconocieran o tardaran en hacerlo, a través de los grupos de casa, en especial con Hertzainak, Kortatu y sus sucedáneos.

Y por eso también cuando volvía en coche a casa y me enteraba de la muerte de Iñigo Muguruza se me ha helado el corazón.

*suena Train in vein de Joe Strummer y compañía mientras escribo esto, y en cuando lo cuelgue lo hará Bihotza Heldu Da de Iñigo Muguruza, Hiru Leike y Andoni Basterretxea.

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