lunes, 24 de junio de 2024

MALA PERSONA

 https://youtu.be/qP9n6yOQszc?si=n3U00I-9VkRhSiQH



 Llevo toda la semana escuchando en el spotify a la Françoise Hardy en plan homenaje o algo así. Y de entre sus canciones no he podido evitar reparar en "La maison ou j´ai grandie", su versión de la famosa "Il ragazzo della via Gluck" de Adriano Celentano. La Hardy versiona la canción que Celentano compuso como homenaje a su infancia de hijo de emigrantes en el arrabal milanés. Se trata de una historia esencialmente urbana de "ragazzo" que crece jugando entre descampados con sus amigos del barrio al tiempo que la ciudad se va transformando a su alrededor. Una historia con la que muchos podemos identificarnos porque nos recuerda, más o menos y con las diferencias de rigor, a nuestra propia infancia. La versión de la Hardy, en cambio, habla de una casa con flores por lo que es imposible no intuir la existencia de un jardín privado o por el estilo. Vamos, que parece la visión pija de la de Celentano. Hasta el tono lo parece, no sé yo si porque lo da la lengua francesa en sí o la propia Hardy con su figura lánguida, frágil, elegante, es decir, en contraste con esa otra desgarbada, histriónica, "tropo maschile" del soplagaitas bienqueda y populista del Celentano; "Predicatore/Uomo di regime/Di destra/O di sinistra..."

Y en esas estaba cuando de repente, por las cosas, o acaso jugarretas, del subconsciente voy y me acuerdo de ese profe de Sanvi que iba diciendo por ahí, a quien quisiera oírle y para que luego fuera corriendo a contárselo a mi madre, con mi viejo seguro que nadie habría cometido semejante imprudencia, que "Arinas es una mala persona". Claro que Arinas, o sea moi, era un crío de trece años que entonces estaba en octavo de EGB. Y claro, cómo podía un profesor decir algo así de uno de sus alumnos, de un crío. ¿Acaso es que yo me dedicaba a pegar a mis compañeros, escupirles, robarles cosas, destrozar lo de todos, insultar a los profesores, vandalizar sus coches, hacerles pintadas en los portales, amenazarlos de muerte, etc.?
Pues claro que no, eso en todo caso lo hacían otros, vaya que... Entonces, ¿a qué venía lo de mala persona? Coño, pues no tuve que atar muchos cabos para adivinar que para el santurrón del Etxebarria -antes habría pretendido ser más sutil diciendo la memez de un profesor cuyo apellido significaba "Casa nueva" en euskera occidental; pero, como debo estar entrando en esa etapa de la vida en la que cada vez te la suda más todo, si es que no he estado siempre ahí, que no, no del todo...- no podía haber peor persona que un crío que cuestionaba de continuo toda la mandanga religiosa que intentaban meternos en el cerebro como con un embudo, y no digamos ya el día que el susodicho soplapollas bigotudo nos dio la charla sobre el aborto y Arinas le rebatió con las cuatro ideas cazadas al vuelo sobre el tema entre sus mayores, que ya me dirás tú que si en mi casa no se estilaba lo religioso, sino más bien todo lo contrario, a qué cojones mandaban a su cachorro a un colegio de hijos de.. curas, a ver si es que a ellos también les habían lavado el cerebro a cuenta de que si lo mejor y tal para...
En fin, que en eso andaba hace un rato cuando, recordando lo del Etxebarria, que su Dios lo tenga en gloria y si todavía no por mi como si ya lo tuviera, asqueroso, me he hado cuenta de que, de la misma manera que él podía juzgar a un crío de trece años de mala persona, tanto como para ir a contárselo a terceros a sabiendas de que tarde o temprano llegaría a oídos de alguno de mis progenitores, y todo por expresar ideas que para él merecían dicho calificativo, para mí otro tanto por capullo reaccionario tan del gusto de la mayoría social del pueblón, siquiera de aquella carcundia de provincianos meapilas de clase media-baja que conformaba, y probablemente todavía conforma, la plana mayor de mi paisanaje, que había que ver qué prosopopeya se gastaba el Casanueva con la peña, gente de orden y tradición sobre todas las cosas, de reverencias a su paso durante el paseo dominical arriba abajo del tontódromo de la Dato y en ese plan, de asco infinito más bien.
Pues eso que como en el fondo todos somos el hijo de puta de alguien, bien se podría decir que existe cierto equilibrio en el universo o algo por estilo. Pero no, no soy muy de acudir a reuniones de viejos alumnos así y tal. Si quieren reconocerse entre ellos y de paso chupársela los unos a otros a cuenta de lo bien que les va en la vida y bla, bla, bla, pues que con su pan se "la" coman, yo cuanto más lejos mucho mejor.

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