viernes, 19 de agosto de 2011

LOS ADORADORES DE LAS BRAGAS DE LADY GAGA


Sé que me voy a repetir, pero a medida que pasa la semana y asisto al espectáculo este de las JMJ católica-apostólica-romana y sectaria, cada vez se me va hinchando más la vena y no me puedo controlar. Qué decir si encima a los de la secta esta del hijo del carpintero se les va la olla y empiezan a desbarrar con lo de que si son el verdadero ejemplo de la juventud, que si ellos y sólo ellos son lo que tienen valores y los demás apenas unos cerdos materialistas entregados al desenfreno consumista y todo tipo de vicios, que si el pequeño ex-nazi (está documentado) que tienen de Papa tiene que ser el verdadero referente moral, político y hasta económico de todos los gobiernos que se precien.

En fin, ganas de vomitar en cuantico enciendes el televisor para informarte y te encuentras el bochornoso espectáculo de los representantes de tu país, estado o lo que sea, postrándose ante el representante de un ridículo estado extrajero que pretende dirigir desde su palacete romano las conciencias de millones de autocastrados intelectual y físicamente. Nunca antes se había recibido de tal guisa a una autoridad foránea, con la plana mayor del estado, militares incluidos, entrañable, puro vintage histórico y hasta estético, a píe de avión. El señor que viene a echar unas misas, soliviantar los ánimos de los de su grey, repetir sus monsergas acerca de lo que todos ya sabemos,la cosa de los maricas malos, los médicos asesinos y el sexo siempre pecado, siquiera con la luz apagada. Eso y la vergüenza ajena al ver que los padres de la Patria, española, se tiran a sus pies como si no hubiera llovido desde la Edad Media, la nuestra la creíamos finita con la muerte del generalito gallego. Tipo Esperancita Aguirre, que por poco le limpia a lametazos las sandalias del pescador a sus Santidad (la señora, que no sabía si saludar al Santo Padre en calidad de representante de los madrileños, de todoooos, o a título personal, esto es, el de aristócrata meapilas de los que en su tiempo iban mano a mano con la Iglesia en lo de mangonear el país en su propio beneficio, la unión de la Cruz y la Espada que se decía antes).

Que me digan rojo trasnochado, que sí, todo lo que tu quieras, proud. Pero si tienen que insultarme porque me provocan arcadas, que no lo hagan tildándome de violento como hizo el inefable arzobispo de Oviedo. Decía el valiente gilipollas que sus chicos se diferencian del resto por la alegría y el compromiso que exhiben. Sí claro, gente de valores como el joven mexicano, becado por el CSIC, que quería atentar con una bomba contra los homosexuales. Se ve que en su concepción cristiana del mundo, la misma que la de el Papa Nazinger y compañía, los homosexuales están como los judíos antaño; o reniegan o se les elimina por las bravas.

En fin, que todo es paz y amor en estos días, poco importa que los perroflautas de rigor vayan a montarla, a cuestionarles. Intolerantes, qué es eso de protestar contra el Santo Padre. No tienen derecho, y ya que el Estado ha sufragado todo el tinglado, qué menos que mandar a sus perros para que los metan en vereda, a hostias, siempre a hostias, hostias catecúmenas cuanto menos.

Pero bueno, ellos entregados a su orgasmo evangélico. España vuelve a ser católica, dicen, que en España vuelve a amanecer. Ya les gustaría que fuera cierto; pero, vaya por su Dios, no les salen las cuentas. Los números dicen más bien lo contrario, que ellos, tan alegres y ensorbecidos en estos días, son la minoría. La mayoría no llega al 7% de los que acuden a misa todos los domingos, un 45% de la juventud incluso se declara atea o agnóstica, como para extrañarse de que salga tanto perroflauta... Luego ya dirán que las encuentas las elabora el Diablo. Como todo, todo lo que no les interesa, que no son gente de bajarse a la arena a discutir cara a cara, a confrontar ideas y discutir conceptos. En cuantico les mentas los puntos flacos de su fe, la inconsistencia intelectual de sus convicciones, meros emperramientos conceptuales, se echan las manos a la cabeza, algunos hasta se te ponen a rezar de rodillas. No quieren oír, no quieren pensar, no lo necesitan porque su fe es tan fuerte, pura piedra como aquella sobre la que el que negó tres veces a su señor luego levantó su Iglesia, que su cerebro ha prescindido directamente del sentido común; ¿para qué si ya está todo escrito? Palabra de Dios, te alabamos Señor, ve con tu Espíritu, amén.

Allá ellos y sus rezos a María. Mira que no se inventa credos o pasiones el personal para evitar echar mano de la inteligencia como alma que lleva el Diablo, otra vez; un día es un judío avispado con la ciudadanía romana llamado Paulo que monta una secta monoteista aprovechando las ocurrencias de otro judío iluminado que se decía hijo de Dios y que había venido a salvar el mundo, y otro son los seguidores de Lady Gaga que como los dejes te montan también otra religión con las bragas de ésta a modo de reliquias y Madonna como profeta.

Eso si, puedes estar seguro que los adoradores de las Bragas de Lady Gaga bastante tendrán los pobres con soportar su música, que no intentarán convencerte para que te sumes a su secta, que no intentaran acaparar todo el poder que puedan para forzar al Estado a que acepte imponer sus principios estéticos, obligar a todas las adolescentes a que vayan vestidas como pendones en rebajas y a los demás a bailar como zombies cada vez que suene su música por un altavoz.

Así pues, y como ninguno de ellos pretende imponerme sus dogmas y prejuicios, como ninguno quiere que las leyes que regulan el estado en el que vivo se doblegue a estos dogmas y prejuicios, como ninguno me ha insultado por renegar de la sinrazón de crear a pie juntillas en una serie de cuentos para niños y manipulaciones pseudohistóricas, como ninguno exige que las autoridades de mi país se postren a sus pies como en una patética repetición de la famosa Humillación de Canosa, que se postren ante el representante de la Gran Puta que decía el escritor colombiano Fernando Vallejo, tengo que confesar que, a diferencia de todos estos mamarrachos de la JMJ que el otro día iban por mi calle con sus banderitas pegando gritos y que ninguna fuerza del orden los metió en vereda, como que no precisaban ni nada de un par de esas hostias catecúmenas que decía antes, los únicos que me merecen verdadero respeto son los Improbables Adoradores de las Bragas de Lady Gaga.

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