miércoles, 2 de diciembre de 2009

LA VERDAD TRAS EL MICROFONO


Parece ser que los micrófonos han vuelto a jugar una pasada al mandamás de turno, en este caso al presidente del parlamento italiano, cofundador del Polo de la Libertad y antiguo lider del partido fascista italiano, Gianfranco Fini. Estaba el hombre de cháchara con un amigo fiscal y de repente que se le olvida a él o a quien sea apagar el micro, con lo que se pudo oír cómo ponía a caer de un burro a su jefe Berlusconi, además de congratularse de que por fin vayan a poder pillarle en algo gordo, definitivo.

-Fini. El cotejo de las declaraciones de Spatuzza esperemos que lo hagan con un escrúpulo tal que... porque es una bomba atómica.

-Trifuoggi. Absolutamente, no deberá cometerse ni el más mínimo error.

-Fini. Sí, porque no sería sólo un error judicial, es una bomba tal que... Usted lo sabrá, Spatuzza habla abiertamente de [Nicola] Mancino, que fue ministro del Interior, y de... [inaudible, por el contexto Berlusconi], uno es vicepresidente del Consejo Superior de la Magistratura y el otro es el presidente del Gobierno.

(...)

-Trifuoggi. Pero de todos modos se deben hacer esas investigaciones.

-Fini. Faltaría más.

Y luego añade: "No, pero él, el hombre, confunde el consenso popular que obviamente tiene y le legítima para gobernar con una suerte de inmunidad respecto a cualquier otra autoridad de garantía y de control, Magistratura, Tribunal de Cuentas, jefe del Estado, Parlamento... Cómo ha sido elegido por el pueblo...".

- Trifuoggi. Ha nacido con algún milenio de retraso, él quería ser emperador romano.


- Fini. Si ya se lo he dicho yo, confunde liderazgo y monarquía absoluta, en privado se lo he dicho, acuérdate de que le cortaron la cabeza a... Así que estáte quieto.



Si es lo que tienen los micrófonos, que en cuantico te olvidas de cerrarlos aflora la realidad pura y dura de las cosas, la verdad que subyace entre tanta grandiluencia e impostura de los poderosos, entre tanto rollo bienqueda y propaganda. Y qué tipo de realidad es esa, pues así haciendo memoria, la de Zapatero cuando su consejero y amigo Jordi Sevilla le decía pensando que el micro estaba cerrado que no se preocupara por no tener ni pajotera idea de economía, que eso en un par de tardes se lo arreglaba, o cuando le dijo a Gabilondo pensando que no estaban en el aire que lo que había que hacer para ganar las elecciones era crear tensión. La de Rajoy confensando que el desfile de las fuerzas desarmadas era un tremendo coñazo. La del presidente de la patronal Diaz Ferrán declarando que lo malo no era la crisis sino los años de Zapatero, porque claro la culpa de que los negocios de este señor vayan mal la tiene el gobierno, así como del desplome de los mercados y tal y tal. La de Bono llamando hijos de puta a los de su partido o gilipollas a Blair.

La pena es que son contadas, que sólo permiten atisbar un mínimo de esa realidad que todos presuponemos si por una casualidad se abrieran los micrófonos, por ejemplo, de Gallardón cagándose en la puta madre que parió a la Esperancita, a Moratinos confesar lo feliz que era de embajador y no de fontanero de los desaguisados e improvisaciones de su jefe, a Urkulu aceptando que Ibarretxe era como un grano en el culo, a Otegi que ya está hasta los cojones de hacer turismo carcelario por culpa de los descerebrados de ETA, a Chavez que lo que le gustaría de verdad es que alguien le comiera el tigre... En fin, ¡¡¡que abran esos micrófonos!!!

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