Estoy que no quepo en mí desde que me lo dijeron a primeras horas de la mañana. Que resulta que ayer a la noche en el programa de preguntas de los ciudadanos a los candidatos a lehendakari el señor Patxi López, cuando uno de ellos le preguntó si consideraba razonable que alguien sin estudios superiores como él pudiera acceder al cargo que él ocupa, va y le contesta que no veía ningún inconveniente, ahilahsotiapues, ¿no soy de Portugalete o qué?, que de hecho ahí estaba uno de los gobernantes mejor considerados de las últimas décadas, un tal Lula da Silva, para demostrar que se puede llegar a presidente de un país sin tener estudios.
Y lo dijo tan pancho, no sólo obviando que el caso de Lula es precisamente la excepción que confirma la regla, y sobre todo que éste no pudo acceder a los estudios porque nació en la miseria y tuvo que luchar para salir de ella, que durante más de treinta años estuvo al frente de un sindicato de trabajadores e incluso bajo una dictadura militar que los perseguía, esto es, nada que ver con él, que dejó primero de ingenería para vivir de la política desde muy joven; sino sobre todo, encima, sonriendo a la cámara como el que da a entender, "anda que no soy consciente ni nada de la potra que tengo, del morro que le echo, de cómo me río de todos vosotros", y todo esto a ritmo de samba o bossa nova, claro está.
Menuda desfachatez, otra más que sumar a la que nos tiene acostumbrados la clase política desde hace tiempo, el enésimo ejemplo de que se juzgan a sí mismos como una especie aparte, una casta para la que no rigen las normas y/o leyes que sí lo hacen para el resto de los ciudadanos. ¿Se puede concebir que alguien sin estudios aspire a la gerencia de un hospital, una mutilnacional automovilística o una central nuclear? Pues bien, parece ser que la cosa pública está al margen de la norma que dicta que para ocupar según qué puestos se requiere unos mínimos conocimientos. De este modo, quién es el listo que le dije a sus vástagos que estudien duro para poder sacarse una carrera y así tener opción a un trabajo de mayor responsabilidad y retribución. Pues no, qué coño, sácale ya de chico el carné del partido correspondiente como el que se lo saca de su club de futbol de toda la vida, y a esperar agazapado tras la barra del batzoki, casa de pueblo o herriko taberna de turno.
No voy a negar que la gestión de algunos miembros gabinete de López es digna de encomio, en especial la de los consejeros independientes que al estar libres de gabelas políticas se han dedicado a lo se tenían que dedicar y punto pelota. A decir verdad, en general, y por mucho politiqueo partidista que se le eche a la cosa, por mucha variedad que haya en la viña del señor, los ejecutivos vascos de cualquier color han destacado en su gran mayoría por ser serios y algunos hasta eficaces. Por eso mismo, resultó patética la defensa acérrima del consejero de interior, en especial en lo tocante al caso Cabacas, obviando el hecho vergonzoso, infame de que éste presionara a la familia del fallecido para que dejara de remover la mierda contra la Ertzaintza. Pero bueno, siempre es de buen amo poner la cara por sus perros, si bien la decencia democrática hubiera aconsejado la dimisión del consejero por tamaña infamia.
Y por lo demás, anda que no he sentido vergüenza ajena ni nada viendo al lehendakari imitar el acento argentino para contar un chiste delante de las cámaras y a modo de argumento político. Tiene que ser cosa de los asesores, que o son muy malos o es que hay topos entre ellos. De lo contrario uno no se explica lo de Lula y la argentina. Eso y su sumisión absoluta a los dictados de partido sección margen izquierda, la que pone y saca de las listas a los candidatos según se les antoje e independientemente de su valía política, que sólo así se explica uno la defenestración, porque por mucha comedia que le echen de eso se trata y no de otra cosa, de Egiguren, Zabaleta, Rodríguez... y todo para colocar en las listas a la hija de Rojo o sacar de la Dipu al padrone del sector de la construcción de los socialistas de Álava.
En fin, mejor dejarlo aquí porque acabaría preguntándome cómo es posible que el presidente de una comunidad autónoma con dos lenguas oficiales sólo domine una, asunto que uno ya sabe que a la mayoría de los vascos erdaldunes se la trae al pairo, pero que al mismo tiempo dice mucho de cómo perciben los derechos y la sensibilidad de sus compatriotas vascoparlantes. Pero eso sí, luego a darse golpes de pecho en pro de la reconciliación, el entendimiento entre todos y el respeto entre diferentes cuando lo que realmente quieren decir que cuando les toca a unos a los otros sólo les queda tragar y viceversa. Mierda para parar un tren.
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