Anoche soñé que mi señora y un servidor teníamos que llevar el coche a la ITV y yo ya me ponía malo.
- Hoy conduzco yo.
- Sí, por si nos inmovilizan el coche y es la ultima vez que puedo hacerlo.
Entonces nos poníamos en marcha y, no me preguntéis cómo lo hacía, entre otras porque era un sueño y ahí cualquier cosa es posible, que aparecíamos en una carretera de la costa bordeando acantilados y a la velocidad justa para que no se parara el coche.
- ¿Era necesario dar un rodeo por la costa para llegar a la ITV?
- Es que ver el mar siempre me tranquiliza.
- Pues espera a que se nos cruce un camión a toda pastilla.
- Calla y disfruta del paisaje.
- Tú lo que quieres es que se nos pase la hora de la cita.
- ¿Yo?
- ¡ACELERA!
Acelero, vaya que si acelero, como que a la vuelta de una curva aparece un camión de sopetón y a mí se me va el coche del susto yendo a parar a un terraplén al borde del acantilado.
- ¿Ves? Por meterme prisa.
- Haz el favor de echar marcha atrás y tirar para la ITV.
- ¿No prefieres escuchar la canción?
- ¿Qué canción?
- Ésta de Mina que resuena en mi cabeza:
Quando sei qui con me
Questa stanza non ha più pareti
Ma alberi/Alberi infiniti
Quando sei qui vicino a me
Questo soffitto viola
No, non esiste più
Io vedo il cielo sopra noi
Che restiamo qui
Abbandonati
- Mira, qué harto me tienes. Haz el favor de arrancar de una puta vez.
- No puedo, nos hemos quedado sin gasolina.
- Pues baja y vete a buscarla.
- ¿A dónde?
- O bajas o empujas el coche hasta la ITV.
- No quiero ir a la ITV, lo paso muy mal, me pongo muy nervioso, odio a los técnicos, siempre se inventan algo, les encanta hacerme daño. ¿Quieres que me dé un infarto?
- ¡Cagondios! Ya empujo yo el coche hasta la ITV.
En eso que me despierto con el consabido sobresalto y aprovecho para que también lo haga mi señora esposa.
- ¿Qué pasa, qué pasa? -a la pobre le estoy minando la existencia con mis pesadillas.
- He tenido una pesadilla. Soñaba que recorríamos toda la Côte d'Azur para llegar a la ITV y que, después de una larga agonía hasta llegar al final del túnel, el técnico nos daba el informe y lo único que nos señalaba era que se veía mal el dos de la matrícula. Cada día sueño cosas más absurdas.
- De absurdas nada.
- ¿Cómo?
- Que ya compré el rotulador.
No hay comentarios:
Publicar un comentario