sábado, 17 de abril de 2010
CON FLORES A MARIA
Un día se descuelga el portavoz del Papa conque lo de que la pederastia dentro de la Iglesia es culpa de los homosexuales que son peores que el diablo. Otro que si levante la mano el alemán que no le han dado por culo en un colegio religioso. Hoy que si un cargo de la Gran Puta, que dice Fernando Vallejo, felicitó a otro por ocultar los abusos de nueve sacerdotes, En fin, ni que estuviéramos descubriendo la cuadratura del círculo. Siempre ha sido así desde los Borgias y más atrás. Abusos de poder, pedofilia, hipocresia a raudales, la Historia de la Iglesia no es precisamente como para beatificarla. Claro que no por ello uno deja de partirse el culo cuando tras la burrada de turno escucha al desmentidor oficial decir que se le ha malinterpretado, que no quiso decir lo que dijo, que lo que realmente... Curioso, muy curioso, que personas tan ilustradas y sobre todo avezadas en la cosa de ponerse delante de un micrófono, a ver de qué si no le nombran a uno portavoz de nada, siempre se equivoquen o los malinterpreten. El día que digan algo y sea exactamente eso lo que querían decir va haber que erigirles un monumento o por el estilo.
Con todo, lo verdaderamente patético sigue pareciéndome la grey que los apoya, disculpa o ensalza. Y no precisamente la de los devotos al uso, los de la fe del carbonero, que pobrecicos, qué van a hacer si el disco duro no les da para más. Los que realmente me sorprenden y abochornan son esos otros que todavía siguen disculpando, bien que a regañadientes, a la Iglesia y sus exégetas, que dicen que ellos del Papa y otros pederastas o amigos de, pues que no, que su fe va por libre, a lo protestante o así. Pero luego bien que sostienen el negocio del Gran Encubridor y companía cuando les toca la hora de casarse, llevar de comunión al nene o enterrar a los suyos. Entonces ya no somos tan herejes como nos gustaría, entonces amen y hostia al buche, viva la farfolla con su coro, sus ramos de flores, sus vestidos de largo y toda la hostia. Entonces ya nos sinceramos con uno mismo, si en el fondo tiene que haber algo, un no sé qué, y qué mejor que los profesionales de toda la vida para aleccionarnos en la fe verdadera, que veo una sotana y me arrojo a sus pies, no nos vayamos a morir y luego no "hayga" nada, que resulta que nos detectan esto o lo otro y de repente descubrimos que no teníamos la cabeza tan amueblada como creíamos, más bien nos damos de bruces con un montón de prejuicios, miedos y atavismos que creíamos olvidados, pero ahí están para recordarnos que en el fondo somos humanos, demasiados humanos que decìa el filósofo alemán. Y sobre todo, jamás reconocer que si no nos podemos quitar de encima el peso de la irracionalidad, la tontería de años de educación religiosa, si no podemos escapar de nuestra ignorancia, no es por otra cosa que porque en realidad estamos más cerca del carbonero que del filósofo, que somos de un débil de espíritu que te cagas. Y qué más da mientras seamos felices en nuesta estupidez, vivan las cadenas, abajo la razón que sólo da quebraderos de coco, a nosotros nos van a venir con informes científicos, que la fe es de tontos, si tenemos el graudado y algunos hasta una ingenería técnica. Pasando de ensayos como ese de Richard Dawkinsek, “The God Delusion”, en que demuestra con todo lujo de detalles que la creencia religoso tiene muy poco que ver con la inteligencia, más bien todo lo contrario, es el resultado de la falta de entendimiento y conocimiento de lo que nos rodea y de lo que realmente somos, limitados. Tampoco importa que al hilo de este informe vayan más tarde, como quien dice hace un rato, en 2008, dos lumbreras británicos, R. Lynn y J. Harvey y un danés H. Nyborg, y corroboren las conclusiones del otro en un nuevo estudio científico publciado por la reputada revista del ramo Inteligence,: “Average intelligence predicts atheism rates across 137 nations” (el cual, por cierto, está online al alcance del que quiera). El informe saca cuatro conclusiones principales:
1) La correlación estadística negativa entre 14.000 jóvenes americanos, según la cual el índice de entendimiento general entre los muy religiosos era de un 97,14, entre los religiosos era de un 98,28, los algo religiosos un 99,34, y los ateos un 103,09.
2) El porcentaje de personas religiosas es siempre menor en aquellos sectores de la población con mayor nivel cultural.
3) La religiosidad entre los jóvenes de todas las partes del mundo suele bajar inexorablemente a medida que estos van adquiriendo más nivel de instrucción.
4) A lo largo del siglo XX el porcentaje de personas religiosas fue descendiendo a medida que aumentaba el nivel de instrucción, la investigación y la aplicación directa de los conocimientos científicos.
Las conclusiones parecen de cajón, pero claro, alguien tenía que ponerlas negro sobre blanco tras muchos estudios sesudos y las estádísticas al uso, en gráficos to bonicos y así. Claro que todo esto a quíén le importa, a los que seguirán disculpando al Gran Inquisidor y su encubridores desde luego que no, la gente corriente no tiene tiempo para perderlo con cosillas de listillos, la vida real es otra, es bautizar al niño, hacer la comunión, casarse por la iglesia, un bonito funeral, el ciclo de la vida adocenada y sobre todo irle con flores a Maria por mayo...
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