jueves, 22 de abril de 2010
CERVEZAR LA VIDA
De vuelta de media docena de largos en las piscina (el cuerpo no da para más hoy), veinte minutos de sauna a lo salmón noruego y la imprescindible visita al L´Esperteyu, una de las cervecerías de la zona de Jovellanos en plan astur-alternativo, esto es, a lo céltico-reivindicativo-asturianista, junto al Ca Beleño, el Triskel y demás cervecerías en donde en lugar de sidra corre la cerveza (la marca asturiana por excelencia se llana Belenos, dios celta de no sé qúé... de la cebada, para entendernos). Yo me estoy aficionando a la Newcastle, una cervecica inglesa, brown ape, color castaño, corta de espuma y bastante fizzy que se dice, refrescante. Una gozada, lástima que la señora me controle la ingesta de pintas, más que nada por el bolsillo, y es que es salir de la piscina y entrarme ganas de beber la misma cantidad de lúpulo que agua había en la piscina. Y joder cómo entra la condenada, la cerveza, no Tereza. A veces, como ayer, me da un no sé qué frívolo y adúltero y le echo los tejos a la de trigo, weissebier, que decimos por Baviera. Pero qué hostias, nun ye lo mismo, ande vas tú. Y es que es tiempo de rubias, la guinness para el frío, gris y triste invierno, a lo masticar la turba líquida mientras ojeo las tetas del Interviu. Pero hoy no, hoy tras un par de días asturlluviesos, de una tristeza que ya estaba con el ánimo de un nostágico-deprimido que era ponerme junto a la ventana y decirme me tiro, no me tiro., el sol ha salido como de repente y la gente a echarse a la calle, venga sidrina en la terreza o pinta en más de lo mismo. Pues eso, a cervezar la vida, que no celebrarla. Otra cosa es que mi resistencia a la música céltica cada vez sea menor con los años, que a los quince minutos de tachuntachintachon empiezan las jaquecas, o será el lúpulo. En fin, que eso, que lo mejor del ejercicio que luego apetece el berbecio.
Por cierto, miro en el diccionario para ver qué coño significa esperteyu y veo que es "murciélago", bonito. El diccionario pone el siguiente ejemplo: Ñon me lles tires tan altes que lleguen a les estrelles, que ñon so esperteyu que pueda esñalar per illes
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