Soy un apasionado de la que denomino "psicología teológica", esto es de las afirmaciones acerca del comportamiento humano sacadas, no ya de sesudos estudios al uso, que de qué, sino de la pura nada que hacen ciertos jerarcas eclesiásticos, acaso tocados, no ya por la "Gracia Divina", sino por la "Ni Puta Gracia", de hecho a veces se diría que es el mismísimo diablo el que habla por sus bocas, y que produce perlas como las siguientes: “La Unesco quiere hacer que la mitad de la población sea homosexual” (Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba, 2 de enero de 2011), “El erotismo impide respetar a los niños” (Felipe Arizmendi, Obispo de San Cristóbal de las Casas (Chiapas, México), 17 de abril de 2010) o “La mujer que aborta, da a los varones la licencia absoluta, sin límites, de abusar de su cuerpo” (Javier Martínez, arzobispo de Granada, 22 de diciembre de 2009). Y lo mejor que parecen inagotables, hoy mismo le tocaba al obispo de Segorbe: "El obispo de Segorbe-Castellón, Casimiro López, advirtió en su carta dominical de esta semana de que el divorcio exprés y el matrimonio homosexual provocan "el notable aumento de hijos con graves perturbaciones de su personalidad", así como "el desarrollo de un clima que termina con frecuencia en la violencia", toma ya.
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