Que Rajoy destaque del funeral de Mandela, no ya su figura política, su huella histórica o el ejemplo ético y moral de éste, sino tan sólo que "se ha celebrado en el estadio en el que España ganó el Mundial", no sólo evidencia que este señor es un cateto al cuadrado, sino también que debe pensar que la mayoría de los españoles lo son tanto o más que él, porque si le han votado será que se identifican con él, con sus supuestos valores, ya sabemos, un señorito de provincias de los que tienen por bandera un sentido común basado esencialmente en acatar el estado de las cosas, agachar la cerviz con los poderosos y no cuestionar nada, absolutamente nada que no sea la alineación del domingo del equipo de su pueblo o de la Roja, último tarro de las esencias de esa cosa llamada España. Al fin y al cabo esa es la mayoría a la que se dirige siempre, por la que trabaja y en la que confía, la mayoría silenciosa que no se mete en líos y que trasladada a la Sudáfrica del Apartheid también habría mirado con malos ojos al negro Mandela por haber sido un peligroso alborotador que cuestiona el orden establecido. Eso y que tampoco me cabe la más mínima duda de que el señorito Rajoy habría encarcelado a Mandela en su momento, pues hoy en día una de las cosas que más se parecen a aquel régimen racista y clasista es el PP con su ideología neoafrikaner, sí, sí, los de la Ley Mordaza y las concertinas...
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