Adquirí por internet hace mucho, mucho tiempo, El Pasaje de la Luna, Tanger Bar, Los Papeles del Ilusionista y La Gran Ilusión, muchos años después de haber comprado Las Pirañas en la extinta Linacero de mi ciudad, creo que con viente muy pocos, a saber si diecinueve, no sé, no hago cuentas. Todas esas novelas eran anteriores y recuerdo que entonces unas me gustaron más que otras porque en unas encontraba más que en otras al autor de Las Pirañas. Luego las he ido releyendo, y sí, ahí está el autor antes de Las Pirañas y otras posteriores, ahí está el comienzo y no poco bueno también de lo de ahora.
"Habían pasado las últimas sesiones pendientes del gramófono de París, con grabaciones tales como "La consagración de la primavera" y "El pájaro de fuego", escuchándolos con delectación. ¿Fingida? Esto ya es lo de menos. En su fuero interno la mayoría apreciaba más las cosas de Josefina Baker o de Conquita Piquer. Provincianos snobs, se las dan de dandis y ya se sabe que no hay nada más patético que un dandy de provincias. El dandy necesita bulevares, luz, espectadores a los que asombrar; o todo lo contrario, un teatro vacío. Por eso, una ciudad que, por entonces, todavía cerraba sus puertas al anochecer, y era una especie de patio de vecindad a lo grande, o un crucero de vacaciones demasiado prolongadas en el que todos acaban conociéndose hasta el hastío, no era el lugar más adecuado para mostrar sus escasas habilidades"
EL PASAJE DE LA LUNA - Miguel Sánchez-Ostiz
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