Pues eso, que salgo del hospital a las once y media de la noche tras estar con mi viejo en su habitación viendo No es País para Sosos, y me doy de bruces con una capa de niebla que parecía que iba de cabeza a un algodón de azucar de los de pequeño (ya lo siento, pero no se me ocurre otra metáfora a estas horas...). Una niebla cerrada como el... dejemos las comparaciones, si eso como la de hoy a la mañana y ya es suficiente. No se veía nada, pero nada, justo el trozo que alumbraban las cortas del coche, más allá y a ambos lados la nada absoluta. Como que cuando he llegado al cruce de Lasarte dejando atrás las farolas del paseo, parecía que me metía en un agujero negro, que va a ser que sí, Stephen, que existen. Suerte que también han puesto farolas a la entrada del pueblo, que si no fijo que me paso de largo y acabo en Algeciras o algo por el estilo. Pero no exageremos, que tampoco ha estado tan mal, vas despacico y no hay nada que temer. Y si encima vas escuchando en la radio música clásica, un nocturno de Chopin para ser exactos y pedantes por igual, pues oye, en la gloria esa. Tanto que ha habido un momento, antes de llegar a Berrozti, que de repente se ha hecho la luz delante de mis ojos y casi alucino; pedazo de esperiencia mística, religiosa o lo que sea, que se me aparece la Virgen María, Jesús y los pastorcitos, ¡que estamos en Navidades, ahivala...! Pero no, no hay cuidado, era un hijoputa que venía de Trebiño dando por culo con las largas...
viernes, 26 de diciembre de 2014
EXPERIENCIA MÍSTICA-RELIGIOSA O CASI...
Pues eso, que salgo del hospital a las once y media de la noche tras estar con mi viejo en su habitación viendo No es País para Sosos, y me doy de bruces con una capa de niebla que parecía que iba de cabeza a un algodón de azucar de los de pequeño (ya lo siento, pero no se me ocurre otra metáfora a estas horas...). Una niebla cerrada como el... dejemos las comparaciones, si eso como la de hoy a la mañana y ya es suficiente. No se veía nada, pero nada, justo el trozo que alumbraban las cortas del coche, más allá y a ambos lados la nada absoluta. Como que cuando he llegado al cruce de Lasarte dejando atrás las farolas del paseo, parecía que me metía en un agujero negro, que va a ser que sí, Stephen, que existen. Suerte que también han puesto farolas a la entrada del pueblo, que si no fijo que me paso de largo y acabo en Algeciras o algo por el estilo. Pero no exageremos, que tampoco ha estado tan mal, vas despacico y no hay nada que temer. Y si encima vas escuchando en la radio música clásica, un nocturno de Chopin para ser exactos y pedantes por igual, pues oye, en la gloria esa. Tanto que ha habido un momento, antes de llegar a Berrozti, que de repente se ha hecho la luz delante de mis ojos y casi alucino; pedazo de esperiencia mística, religiosa o lo que sea, que se me aparece la Virgen María, Jesús y los pastorcitos, ¡que estamos en Navidades, ahivala...! Pero no, no hay cuidado, era un hijoputa que venía de Trebiño dando por culo con las largas...
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